—¡¿Qué mierda es esto?! —escuché a Vico bramar cerca. Abrí mis ojos y lo miré. Su cara estaba de un rojo brillante y lucía criminalmente molesto.
—¡Victorio no tan alto vas hacer sangrar mis oídos!¿Qué pasa? —pregunté, sentándome. Pero tan pronto como me moví, me di cuenta
que estaba mal. Aún estaba en el sofá con Liam. ¡Oh no! salté rápidamente y
miré a Pitt, quien tenía su boca colgando abierta, luciendo completamente en shock. Está bien, necesitaba salvar la situación rápidamente—. ¡Maldita sea
Pedro! ¡Puaj! ¿Tenías tus
manos sobre mí? —grité, pretendiendo estremecerme en horror.
Vic me miró, su rostro aún enojado, pero parecía ligeramente confundido ahora.
—Yo… er… no… ¿Qué? —Peter balbuceó.
—¿Qué demonios estabas haciendo con
él, Mariana? —Vico gruñó molesto, apuntando a Peter quien se veía confundido a este punto.
—Debí haberme quedado dormida, supongo —fruncí el ceño,
agitando mi cabeza como si estuviera confundida también.
—¿Quedarte dormida?Bueno,¿qué estabas haciendo con él,
en primer lugar?— pregunto, lanzándole a Peter otra mirada asesina, antes de
volverse hacia mí.
¡Bien, vamos, piensa! Oh lo tengo; ¡él tendrá que aceptar
esto!
—Tuve un mal
sueño, Vic—murmuré, mirando al suelo, y
pretendiendo estar alterada. Jadeó y envolvió sus brazos a mí alrededor,
instantáneamente, poniendo su barbilla en lo alto de mi cabeza.
—Oh mierda, Lali. Está bien —susurró, balanceándome
ligeramente.
—Estaba alterada y pensé que estabas aquí afuera, pero no
estabas. Peter me consoló, eso es todo. Debimos habernos quedado dormidos —susurré, sintiéndome culpable de que estaba mintiendo. En verdad
no estaba lista para que supiera aún, especialmente después de la forma en la que
estaba mirando a Peter.
—Lo siento, solo pensé… bueno, olvídalo —Vico murmuró,
tirando de vuelta para mirarme—. ¿Estás bien? —asentí, mordiendo mi labio para
tratar y aliviar algo de la culpa que
sentía. Miró por encima hacia Peter—Lo siento, hombre, salte a conclusiones y er… gracias por cuidar de mi hermana.
Peter se veía realmente incómodo y me dio una mirada; le di
una expresión suplicante, rogándole con mis ojos que no dijera nada.
—Sí, no hay problema —se encogió de hombros, frotando una
mano a través de su desordenado cabello de cama.
Rápidamente salí del agarre de Vico.
—Me voy a ir y me cambiaré para ir a la escuela. ¿De
cualquier manera que hora es? —pregunté, mirando
alrededor buscando mi
teléfono celular. ¿Por qué
no había sonado la maldita alarma?
—Aún no son las seis, La. Me desperté temprano —se
encogió de hombros.
—Bien, entonces voy por algo de desayuno antes de darme
una ducha. Er… gracias,
Peter, por anoche —dije, ruborizándome y dándole una
pequeña sonrisa.
—Definitivamente fue un placer, Ángel. —me guiñó un ojo,
sonriendo felizmente.
Vico lo golpeó en la parte trasera de su cabeza,
haciéndolo estremecerse.
—¡Hermana menor! —señaló, rodando su ojos y pisando
fuerte, dirigiéndose a la cocina, dejándonos a Peter y a mí en la sala.
Una vez Vico se había ido, Peter me miró.
—No me gusta tener que mentirle a tu hermano, Ángel—susurró, frunciendo el ceño.
—Lo sé, pero sólo un par de semanas, ¿por favor? —rogué,
besándolo rápidamente en los labios y volviendo a correr en dirección a la cocina. Tomó mi mano y me llevó de nuevo
hacia él, besándome otra vez, antes de que me diera una de sus hermosas sonrisas. Casi iba dando saltitos a la cocina
porque estaba tan feliz. Vico tenía una tostada, así que hice dos cuencos de mi cereal
favorito, uno para mí, uno para Peter. Los lleve a la sala y le entregué una, antes
de dejarme caer en el suelo junto al sofá.
—Er.. . gracias por esto, Ángel, pero no me gusta el Coco
Pops —dijo, moviendo su nariz hacia el recipiente.
Le fruncí el ceño, confundida. Siempre estaba comiendo mi
cereal. Cada día tenía un plato de Coco Pops.
—Claro que sí, te lo comes todos los días—me miró como si hubiera perdido la cabeza; ¿pensaba que era estúpida o algo así?
Se echó a reír y sacudió la cabeza.
—No, no lo hago. Hago un plato cada día y pretendo comerlo, antes de que vengas y me lo arrebates —dijo con una sonrisa sexy y
ojos divertidos.
—¿Por qué diablos harías un plato y pretender comerlo? ¿Te
gusta hacerme enojar? —le pregunté, molesta.
—No, Ángel. Me gusta hacerte el desayuno —dijo
simplemente.
Di un grito ahogado ante la revelación. ¿Los hizo por mí?
—¿Los haces para mí? ¿Todos los días? —pregunté, boca
abierta, sorprendida de que había sido tan dulce y nunca me había dado cuenta.
Cada día venía y le hacia algún comentario desagradable acerca de él comiendo en mi
casa y que dejara en paz mi cereal, ¿y
todo este tiempo lo hacía para mí? Por Dios, ¡eso es tan jodidamente dulce! Se encogió de hombros como si fuera
nada. Todo este tiempo pensé que era un idiota, ¡cuando en realidad estaba
siendo amable conmigo! Vico entró entonces, así que no podía decir nada. Engullí mi
desayuno y prácticamente corrí a mi
habitación, tomé mi celular y
le envié un
mensaje de texto ya que
no podía hablar con él:
¡Gracias, eso es muy dulce! Nunca me di cuenta de que
hicieras eso. ¡Voy a darte las
gracias adecuadamente más adelante! X
envié. Sonreí para mis adentros y me fui a tomar una ducha.
Cuando salimos del auto de Peter en la escuela, fuimos inundados por la usual horda de chicas queriendo manosear a Vic y Pitt. Rodé
mis ojos cuando Martina empujó su camino hacia el frente y envolvió sus pequeños,
sucios brazos alrededor de la cintura de mi novio, mirándolo con sus ojos ven a
la cama.
—Martina, en serio necesitas alejarte —dijo Peter con
severidad, desenvolviéndose
de ella y caminando hacia atrás.
—Pitu, nene, ¿qué tal si nos saltamos el primer período y
vamos a pasar un buen rato? —ronroneó ella sugestivamente, frotando su mano
hasta su pecho.
¡Oh, Dios mío, estaba tan celosa que me sentía realmente
enferma!
Di media vuelta y me alejé tan rápido como pude, sólo queriendo estar lejos de todo. Después de un minuto pude escuchar a Can corriendo
para alcanzarme, él me agarró la mano tirando de mí para detenerme.
—En serio, no estoy de humor —casi gritó, dirigiéndome a ella, pero no era
ella, era a Pitt.
—Hey, sólo quería acompañarte a clase —frunció el ceño y
me miró con tristeza.
—Oh, claro...er...Lo siento. Pensé que estabas con Martina, teniendo un poco de diversión —dije sarcásticamente, avergonzada de haberle
gritado.
Negó con la cabeza y se acercó a mí.
—No, no estoy con ella, estoy contigo —dijo dulcemente,
sonriéndome, y haciendo que mi corazón latiera más rápido.
—Claro, sí, lo siento, sólo.. No sé...—mi voz se apagó, ruborizándome como un loca.
—Estás celosa —afirmó, al parecer satisfecho de ello.
Asentí con la cabeza de mala gana, en realidad no
quería admitirlo—. Bien, he estado esperando para que te pusieras celosa por los últimos doce años —dijo,sonriendo como un loco.
Me eché a reír.
—¿En serio?Pues aquí lo tienes entonces, finalmente
ocurrió —di una patada a mis zapatos en las piedras; tratando de distraerme de la
sensación de celos que todavía
estaba corriendo
por mis venas. Supongo
que iba a tener que acostumbrarme a que las chicas estuvieran sobre él. Era Peter Lanzani, por
el amor de Dios, las chicas siempre lo seguían a todas partes, pidiendo su atención.
—Recuerdas la charla que tuvimos ayer, ¿esa acerca de la
confianza? Bueno,eso funciona en ambos sentidos, sabes. Nunca te haré daño,
pero necesitas creer eso también —puso su
dedo debajo de mi barbilla e
inclinó mi cabeza hacia arriba, haciéndome mirarlo.
Suspiré, sí bien, supongo que dije eso.
—Confío en ti, sólo es difícil de ver —le contesté,
sonriendo, imitando sus palabras de ayer.
Se echó a reír.
—Sí, bueno, lo que se dice por ahí ahora es que tengo una
novia por lo que debe poner fin a todo este coqueteo —dijo con confianza,
cepillando el pelo de mi cara.
—¿Les dijiste a todos que tienes una novia? —pregunté,
sorprendida. Bien, wow, tal vez era más serio de lo que pensé sobre hacer esto
funcionar.
—Sí, por supuesto. Tengo una novia. Tengo la más sexy, más bella novia del mundo, que aún no me da las gracias que me prometió en un
texto esta mañana —sonrió, con su
sonrisa coqueta y sentí como un
millón de mariposas revoloteaban en mi estómago.
Me reí y me incliné hacia delante hasta que mi boca
estaba casi tocando la suya.
—Todas las cosas buenas vienen a aquellos que
esperan —me burlé, guiñándole un ojo y alejándome.
Gimió y me atrapó con rapidez.
—No crees que doce años sea tiempo suficiente para esperar—preguntó, fingiendo sorpresa, haciéndome reír.
—Hmmm, no realmente. Creo que voy hacerte esperar un poco
más —le lancé un beso al entrar por la puerta de mi clase de Historia. Lo
oí quejarse, pero cuando miré hacia atrás estaba sonriendo, mirándome marcharme. A
propósito balanceaba mi trasero, tratando de lucir sexy; debió haber
funcionado porque tres chicos de mi clase de historia silbaron e hicieron un comentario
acerca de mi sexy trasero. Puse los ojos en blanco. ¡Chicos!
No pude hablar con Peter mucho en el almuerzo, nos
sentamos en la misma mesa, pero todo el mundo quería hablar con él.
—Así que, ¿realmente tienes una novia secreta? —preguntó Tim, uno de sus amigos, lo miraba como si no lo creyera en absoluto.
—Sí —confirmó Peter, pareciendo muy orgulloso de ello. Cada vez que me miraba, me ruborizaba como una loca, y estaba segura de que alguien lo iba notar.
—Sí —confirmó Peter, pareciendo muy orgulloso de ello. Cada vez que me miraba, me ruborizaba como una loca, y estaba segura de que alguien lo iba notar.
—Ella debe ser una mujer caliente que ha domado a la
bestia para sentar cabeza —sonrió Rick.
Pitt se rió, sus ojos se posaron en mí por una fracción
de segundo.
—Ella es la cosa viva más sexy, hombre —dijo con
confianza.
—¿En serio? ¿Es buena follando? —preguntó Rick,
recogiendo su emparedado.
—Hombre, en serio, no voy a contestar eso de mi chica —dijo Peter con una sonrisa.
—Apuesto a que podría sacarla del agua (superarla)—coqueteó
Rocío, pasando la mano por su brazo.
Se echó a reír.
—Sabes qué, no tendrías ninguna posibilidad. Mi chica es
increíblemente hermosa, tanto por
dentro como por fuera —Peter se encogió de hombros, tirando de su brazo a distancia, con una sonrisa. Todas las chicas en
la mesa hicieron aww y ahh.
Sonreí y trate de comer mi almuerzo. Podía sentir los
ojos de Can en mí, para que la mirara, ella
me sonreía de oreja a oreja. Puse los ojos en blanco, riendo entre dientes.
—No ha dormido con ella, ella no cree en el sexo antes
del matrimonio —terció Vico, sonriendo. Me tragué una risa. ¿Le había realmente
creído Vic cuando le dijo eso esta mañana? Todos jadearon y miraron a Peter, quien
estaba sonriendo como loco.
—¡No me digas! ¿No te has acostado con ella? —preguntó
Rick escéptico.
—No, no lo he hecho, pero eso en realidad no es de su
incumbencia, chicos —Pitt sacudió su cabeza, sonriendo—.Me tengo que ir.Tengo que hablar con el entrenador acerca de la práctica —se encogió de hombros,
poniéndose de pie. La mitad de los chicos también se levantaron, después a
seguirlo.
Tan pronto como se marcharon, todas las chicas empezaron
a planear y conspirar. Querían saber
quién era la chica secreta, y no se detendrían ante nada para descubrirlo, a continuación, cada una de ellas sacó
veinte dólares y los puso en el centro de la mesa. Las miré, confundida.
—Entonces, la
próxima chica que se acueste con él, se lleva la apuesta —dijo Martina, con una sonrisa.
Di un grito ahogado.
—¿En serio? Acaba
de decir que tiene una novia y no está interesado,¿y están apostando a
quién va a dormir ahora? ¿Qué pasa si
su novia es la próxima en dormir con él?
—pregunté, sorprendida. ¡No podía creer que estas chicas estuvieran apostando por tener sexo con alguien! ¡Es una
competición maldita sea!
—Bueno si ella pone su dinero, entonces va a ganar, pero
obviamente ella no le esta dando lo que él necesita. Se alejará con el tiempo.
La próxima en engancharlo gana, pero te garantizo que no será su novia. Él no puede
esperar. Sin sexo antes del matrimonio. ¡Sí, claro! Es de Peter Lanzani de quien
estamos hablando —rodó sus ojos riendo. Era obvio que ella tenía muy claro que
ganaría.
Entonces tuve una idea, saque uno de veinte y lo puse en
su montón.
—La próxima en engancharlo,¿no? —pregunté, apenas siendo
capaz de contener mi sonrisa.
—Sí ¡Claro!Como
si tuvieras una oportunidad, emo —me
soltó ella, desagradablemente.
—Entonces, ¿qué obtiene el ganador? —pregunté emocionada,
ignorando su burla.
Contó el dinero que había en el montón.
—Bien, hay doscientos cuarenta dólares ahora mismo, pero
una vez que la gente se entere… bueno, no lo sé… la última vez que hicimos esto
fue por Chris. Tuvimos seiscientos veinte, pero Pitu es más caliente, y por su
aspecto de intocable, bueno, por ahora de todos modos —Martina se rió, doblando el
dinero y poniéndoselo en
su bolsillo, apuntando los nombres en un trozo de papel.
Me reí, wow, esto iba a ser dinero fácil. Can se reía como una loca.
—¿Van a entrar también? —preguntó Martina a Can y a Euge, cortésmente.
—No, yo no. No tengo ninguna oportunidad —Can se encogió
de hombros, aun riendo.
Euge le pasó a Martina su dinero.
—Estoy dentro. Quien podría decir que no a
la oportunidad de ganar todo ese dinero y de dormir con Peter Lanzani—dijo Eu, de manera
soñadora. Cogí a mis dos amigas por el brazo y las arrastré fuera de la sala
del almuerzo hacia nuestra siguiente clase.
..........................
Tuve que pasar el rato por los alrededores después de la
escuela, esperando a que Vic y Pitt acabaran su entrenamiento de hockey. Me colé en la pista y me escondí en la
parte de atrás así no sería vista. No teníamos permitido estar aquí durante los entrenamientos por que el entrenador decía
que las chicas distraían a los jugadores. Amaba ver sus partidos de hockey; había
algo en la forma que ellos se deslizaban por el hielo tan rápido y con gracia.
Estaban haciendo carreras cortas en este momento, patinando de una línea a otra tan rápido
como podían, luego tenían que regatear un disco alrededor de los conos, y al
final estaban tomando turnos para disparar a la portería, con mi hermano
haciéndolo lo mejor que podía para mantener los discos fuera. Era un gran portero, pero sólo jugaba por diversión. A Pitt por otra parte, le habían ofrecido una
beca de atletas completa para una de las mejores universidades del país. Él esperaba convertirse en profesional en lo que aparentemente tenía muchas
posibilidades de hacer, por que tenía a los reclutadores encima.
Me encontré viéndome patinar a Pitt. Lo había observado
hacer esto cientos, si no millones de
veces, había algo simplemente hermoso sobre él. Me quitaba la respiración. Estaba mirando la manera en la que sus pies
se movían, la manera en la que su desastrado pelo marrón se revolvía cuando
patinaba, la manera en la que el hielo s esparcía cuando paraba. Y por supuesto, me di
cuenta de cuan increíblemente caliente estaba con ese uniforme.
Me escabullí fuera cuando la práctica terminó y esperé en
el coche de Pitt y a Vic que se ducharan. Eu se acercó cuando estaba allí.
—Hola chica —gorgoreó, saltando de arriba a bajo con
emoción.
—Hola Eu, ¿qué pasa contigo?No has estado inhalando esas hierbas otra vez ¿verdad? —bromeé. Era una broma recurrente, Euge había comprado algunas “hierbas” de un amigo suyo y las encendió en su habitación para limpiar su aura o algo. Terminó siendo marihuana y se colocó, corriendo
calle abajo medio desnuda mientras llamaba a todo
el mundo por su teléfono
para que vinieran
a ver el desfile. Nunca lo superó.
—¡Ja, ja! No, solo que acabo de hablar con Ashley y me ha
dicho que la apuesta por el culo de Peter llega a ¡1860 dólares!¿Puedes
creerlo? Así que, voy a intentarlo cuando salga del entrenamiento —dijo, saltando en el sitio y mirando
alrededor, buscándolo.
Casi me ahogo,¡1860!¿Era una broma?¡Santa mierda! Eso
significaba que más de noventa chicas estaban rogándole a mi novio para tener sexo, ofreciéndose en bandeja y yo estaba asustada de que me tocara. Quizás esto no iba
a ser tan divertido como pensé en un principio.
Sobre unos cinco minutos después los chicos
salieron.
—Hola Pitu, wow, hueles bien—ronroneó Euge seductoramente, mientras se inclinaba hacia él.
Miró hacia ella, con una expresión de horror en su
rostro. Mordí mi labio, fuerte, así no me reiría.
—Hola, Eugenia. Escucha, quizás no te hayas enterado de que
tengo novia así que…—se retiró encogiéndose de hombros.
—Eso esta bien, no me importa compartir—ronroneó Euge,
poniendo una mano sobre su pecho para hacer que se parara delante de ella.
Parecía un poco enfadado.
—Eugenia, en serio
no estoy interesado—movió su mano
y entró en el auto, frunciendo el ceño.
Sonreí en modo disculpa hacia Euge, por que parecía un
poco derrotada.
—Ahí van veinte dólares que no volveré a ver—apuntó.
Reí.
—Hey, cuando gané te devolveré los veinte —le
giñé un ojo, haciéndola reír cuando me subía al coche.
Hoy era uno de los días que Vic trabajaba, así que Peter siempre lo dejaba en el gimnasio, donde
trabajaba de lunes a miércoles por la tarde. Luego Peter normalmente me llevaba a casa.
—Mierda, hombre.
Creo que he sido golpeado más veces hoy que en toda mi vida. ¿De que demonios se trata? Le digo a la gente que tengo
novia, y toda la tarde la gente ha
estado rogándome para foll…—paró abruptamente de hablar, mirándome por el espejo como si hubiera dicho demasiado.
Me reí. Bendícelo, ¡no tenia ni idea de que un centenar de chicas cachondas
estaban intentando dormir con él por una apuesta!—. ¿Qué es tan gracioso, Ángel?
—me preguntó, elevando sus cejas hacia mí por el espejo.
—¿Quieres saber porque tuviste atención extra hoy?
—pregunté, riéndome.
—Sí —contestó, viéndose un poco aprensivo.
Vico se giró para mirarme desde delante. Sonreí.
—Bueno, hay una apuesta corriendo entre las chicas para ver quien se puede acostar contigo, la primera que lo consiga, gana el bote. Es bastante
dinero— declaré, aun sonriendo. Vic estalló en risas, y Peter casi desvía el coche al otro carril por que estaba muy sorprendido.
—¿Están haciendo qué?¿No saben que tengo novia?—gritó, obviamente muy enfadado. Su indignación parecía hacer reír más a Vico.
Asentí.
—Sí, por eso lo están haciendo. No les gusta la idea de
que estés atado, viendo que tú eres tan jugador, quieren ser las próximas en
dormir contigo —me encogí de hombros con desdén, fingiendo que no era gran cosa
cuando realmente estaba preocupada. ¿Cuánto tiempo iba a ser capaz de resistir
toda esa atención?
—¿De cuanto es el bote? —preguntó Vic, con diversión.
—De más de mil ochocientos dólares —reí. Pitt casi nos
saca de la carretera otra vez y la boca de Vic cayó abierta. Miró hacia Peter con
los ojos llenos de orgullo—. Sí, veinte dólares cada una. Así que eso hace unas
noventa chicas queriendo ser las siguientes en follar contigo, Peter—sonreí hacia él por el espejo.
Parecía horrorizado, y honestamente, un poco asustado.
—¡Santa mierda, hombre!—ya sabes, simplemente puedes
elegir a una, ¡tirártela y dividir el dinero!
—dijo Vic, emocionado. Peter le dio la mirada más sucia del mundo, como si él hubiera sugerido que le arrancara la
piel a un cachorro o algo.
Vico levantó las manos disculpándose—Estoy bromeando. ¡Es una broma! —dijo rápidamente, pero podía ver por su rostro que iba
completamente en serio.
—¡Así que eso es por
lo que Eugenia se me abalanzó fuera del auto! ¿Quién demonios esta con esto, Ángel? —preguntó Peter, sonando
realmente enfadado.
—Martina lo esta arreglando. Todo el equipo de
porristas, la mayoría de las Seniors, yo, Ashley, Nadine —contesté, nombrando a la
gente que sabía, pero Peter me cortó.
—¿Tú? —preguntó, con los ojos muy abiertos.
Asentí, riéndome.
—Bueno sí,
mil ochocientos dólares es mucho dinero. Eso si, solo habían doscientos cuarenta cuando entré, pero aun así, me gusta
jugar —bromeé, dándole una sonrisa sexy por el espejo.
Vico parecía que iba a explotar.
—¿Tú? ¡De ninguna
jodida manera!¿Qué mierda estabas pensando? —me gritó, haciéndome estremecer. Odiaba ver a Vico enfadado.
—Vic, es mucho dinero simplemente pensé, ya sabes, sería divertido. Nunca se sabe. Podría perder mi virginidad con el famoso Peter Lanzani—bromeé, moviendo las cejas hacia él.
Vico comenzó a reírse, parecía aliviado; obviamente pensó
que estaba bromeando.
Sonreí y miré por la ventana; no era buena mintiendo, si
me preguntaba si estaba bromeando tendría que decirle la verdad.
—Jesús, La,¡me asustaste! Creí que ibas en serio—rió Vico, golpeando el hombro de
Peter, orgulloso—.Mil ochocientos dólares
es asombroso, Pitt. Me pregunto a cuantas chicas te podrás tirar en una noche, si ellas se creen que es para ganar la apuesta.
Jadeé. ¡Oh mierda! Genial Vico, pon eso en su cabeza,
¡estoy segura que es lo que
necesita oír ya que su novia no quiere hacerlo!
—¡Maldición Vi!
Tengo novia—gritó Peter, sonando un poco desesperado.
—Sí, lo sé, pero vamos, las chicas van a estar
desesperadas por ganar, te apuesto a
que puedes conseguir lo que sea —Vico sonrió, moviendo
sus cejas.
—Victorio, para. No quiero a nadie más, estoy loco por mi
chica. No la voy a joderlo con ella
—empezó Peter, orgulloso. Me sonrió por el espejo y mi respiración comenzó a disminuir mientras mi pánico descendía.
Confianza. Necesitaba confiar en él y parar de asumir siempre lo peor.
Dejamos a Vic en el gimnasio y Pitt nos llevó a casa.
—¿Apostaste veinte dólares a que serías la siguiente en dormir conmigo?— preguntó, sonriendo hacia mí, engreído.
—Exactamente no, la apuesta es sobre la siguiente en cazarte—me encogí de hombros, riendo.
Rió y cogió mi mano mientras conducía.
—No puedo creer
que esto esté pasando. Pensé que una vez la gente supiera que no estaba interesado, me dejarían en paz, ¡no que tendría
más chicas detrás de mí! De verdad lo siento —frunció el ceño y me besó el dorso
de la mano suavemente.
—No te preocupes, no es tu culpa. Supongo que toda esa
cosa de la confianza va a ser muy necesaria a partir de ahora, ¿eh? —bromeé,
haciendo una media sonrisa, fingiendo no estar preocupada por todas las chicas que
querían echarse encima de él en un futuro inmediato.
Llegamos a mi casa y aparcó en su entrada.
—¿Eh, quieres entrar? Podemos decirles a mis padres que
estamos juntos. Les dije que tengo novia y mi madre casi se muere. Te lo juro—dijo, asintiendo hacia su casa con expresión esperanzadora.
—Wow. ¿Todo eso de conocer a los padres ya? —bromeé, fingiendo estar asustada—. Digo: ¿Qué si no les gusto? —pregunté,
rodeando su cintura con mis brazos y apoyando mi cabeza en su pecho, fingiendo
horror. Rió y también lo hice.
La idea de que a los padres de Pitt no les gustara era seriamente graciosa. Ellos ya piensan en mí como una hija. Peter era hijo único por que su madre tuvo algunos
La idea de que a los padres de Pitt no les gustara era seriamente graciosa. Ellos ya piensan en mí como una hija. Peter era hijo único por que su madre tuvo algunos
problemas cuando el nació, lo que la hizo incapaz de
tener más niños, así que me amaba y
siempre decía que Vico y yo éramos parte de su familia. Los amaba también; eran unas personas geniales, amables, divertidas
y reflexivas. Exactamente como Pitt, aunque me tomó mucho tiempo ver más allá de su
bravuconería.
Continuara...
Se va la segunda...
Continuara...
Se va la segunda...
masssssssss
ResponderEliminar++++++++
ResponderEliminarTodo el cap con una gran sonrisa.
ResponderEliminarMenudo tirón tiene Peter!!!!