martes, 24 de marzo de 2015

Capitulo 13


Me  despertó  el  sonido de mi  alarma del teléfono. Miréa mí alrededor preguntándome por qué estaba en la sala de estar, entonces recordé que Peter seguía dormido; como siempre, sus brazos y piernas estaban encima de mí, sujetándome bajo su peso. Sonreí y lo miré unos minutos antes de que decidiera despertarlo amablemente. Usualmente, sólo le pegaba un codazo y lo empujaba; pero pensé que hoy sería un poco más creativo, que le gustaría eso.
Me moví hacia adelante, empujando su hombro. Él rodó sobre su espalda, sin quitar sus brazos de mí, así que me arrastró con él. Me levantó de manos y rodillas para quedar a horcajadas, antes de poner mi peso de nuevo sobre él. Acaricié su hermoso rostro un par de veces antes de que pusiera mis labios ligeramente. Él suspiró un poco en su sueño así que lo besé de nuevo, un poco más fuerte y por más tiempo.
Comenzó a excitarse y sofoqué una risita. Está bien, sé que soy nueva en todo esto, pero este chico parecía sacar mucha lujuria de mí.
Fue un poco embarazoso; pero al mismo tiempo me hacía sentir querida, necesitada y atractiva. 
Lo besé de nuevo y recorrí su pecho con mi mano.
Él comenzó a moverme, sus brazos apretando a mi alrededor, sujetándome a su pecho a pesar de que ni siquiera estaba despierto. Lo besé de nuevo y avancé por su labio con mi lengua.
Eso llamó su atención; abrió los ojos y me miró, claramente sorprendido, pero con una sonrisa jugando en el borde de sus labios.
—Espero que esa sea la manera en la que me despiertes a partir de ahora  —dijo con voz ronca.
—Tal vez, si eres afortunado —bromeé. Puso una mano detrás de mi cabeza y me hizo besarlo de nuevo. Mordió mi labio inferior, pidiéndome que entrara, pero lo alejé, haciéndolo gemir.
—Tienes que irte, Peter. —Me liberé de él y me senté, todavía a horcajadas.
Podía sentir su erección presionando contra mí, lo que me hacía anhelarlo de una manera que no había pensado hasta ahora.
Sonrió y puso sus manos sobre mis rodillas y me miró sentado encima de él. Sus ojos estaban tan lujuriosos que estaba sorprendida que no me suplicara por sexo aquí y ahora.
Ni siquiera se movió, sólo se quedó ahí con una gran sonrisa de satisfacción en su rostro. Esta no era realmente una buena posición para sentarse.
La sensación de tenerlo abajo de mí se estaba convirtiendo en algo enloquecedor.
Me pregunté que se sentiría cuando me tocara, recorriendo mi  cuerpo con sus manos. Me mordí el labio mientras una ola de deseo de apoderaba de mí.
Los sentimientos eran tan confusos, tan extraños para mí. Nunca había querido si quiera besar a alguien, mucho menos los pensamientos que ahora comenzaban a formarse en mi cabeza.
—¿Qué me estás haciendo?—susurré, confundida de que me sintiera así: querer a alguien cuando generalmente eludía todo contacto físico por lo que mi padre solíahacerme.
—¿Qué quieres decir? —preguntó, mirándose un poco confundido. Negué con la cabeza; no podía explicarlo, especialmente no a él. Necesitaba que él fuera capaz de esperarme. Si le dijera cómo me sentía, probablemente lo arruinaría todo. —Dime que quieres decir, Ángel.¿Por favor?—rogó, usando su cara de cachorro en mí. ¡Demonios! ¡Eso siempre funcionaba y lo sabía!
—No quiero, Pitt. —Me alejé y me recosté a su lado.
—¿Por favor? —susurró, mirándome con sus ojos suplicantes.
Suspiré.
—No sé lo que me está pasando. Un día no puedo si quiera soportar que alguien me toque y al siguiente... —Mi voz se debilitó, insegura de cómo terminar la frase sin darle una impresión equivocada.
—Al día siguiente, ¿qué? —solicitó, apoyándose en su codo para mirarme a los ojos.
—Al día siguiente, tú llegas y me haces necesitarte y no puedo ayudarme a mí misma —admití, ruborizándome locamente.
Él se rió en voz baja y me dio su sonrisa arrogante.
—También me haces necesitarte.
—Sí, esa es la mitad de problema —declaré, mirando hacia abajo para ver lo que sobresalía de sus  pijamas, ruborizándome de nuevo cuando miré y él me había visto mirándolo. ¡Oh, mierda, eso es tan embarazoso!
—Siento que eso  pase.—Me sonrió y me ruboricé más, retorciéndome ante lo incomoda que se estaba volviendo la conversación. Le di una palmada en el pecho y me reí por la vergüenza. Atrapó mi mano y la sostuvo fuertemente mientras me miraba.
—Me asusta —admití, sintiéndome estúpida e infantil.
—Sé que sí, pero nunca te haría daño. Si alguna vez sientes que las cosas van demasiado  rápido, lo único que tienes que hacer es decirlo, lo prometo.—No podía dudar de su sinceridad. La verdad de sus palabras estaba clara en su rostro.
Me incliné hacia adelante y lo besé suavemente, antes de alejarlo.
—Realmente tienes que irte. Son casi las ocho.
Él suspiró y se entretuvo con mis dedos.
—Realmente no me gusta tu amiga, es su culpa que me tenga que ir —murmuró, fingiendo  estar  molesto. Reí y me levanté del sofá, levantando sus  piernas conmigo.
—Quizás quieras normalizarte un poco antes de salir.¿Qué pensarán los vecinos si te ven salir de mi casa así? —bromeé, asintiendo con la cabeza hacia su entrepierna; ruborizándome al darme cuenta de que lo había visto de nuevo.
Se echó a reír.
—Podrían pensar que tengo una novia muy hermosa, que me acaba de echar de su cama —dijo, encogiéndose de hombros casualmente.
Le sonreí mientras se acomodaba sus shorts para que fuera menos notable, antes de besarme de nuevo y salir por la puerta principal.
Me metí a la habitación. Can todavía  estaba dormida, así que me arrastré a mi cama; pero no volví a dormir, en cambió le envié un mensaje a Peter:

Me alegro de que al menos durmieras 3 horas anoche.

Puse mi teléfono en silencio, para que su respuesta no despertara a Cande.
Respondió, haciéndome sonreír:

También yo. Ese sillón es sorprendentemente cómodo, mejor que mi cama;
pero es probablemente porque estabas ahí.

Le envié:

Podrías quedarte esta noche. Tal vez podría salir a hurtadillas a la sala
después de que Can se duerma.
Me preguntó: 

¡Me gusta la idea! ¿Qué vas a hacer hoy? ¿Quieres hacer algo?

Le respondí:

No estoy segura; creo que pasaré todo el día con Cande, viendo que se quedará
aquí.

Contestó, haciéndome reír: 

Esa chica está arruinando todo; en primer lugar no me puedo quedar más
tiempo. ¡Ahora no puedo pasar el día contigo! Estoy terriblemente disgustado
que esté aquí.


Nos mensajeamos alrededor de una hora más, y me alegré de que decidiera actualizar el plan de mi equipo así obtuve mensajes ilimitados, de lo contrario esto me costaría una fortuna. 

Continuara...

Me encanta esta historia, porque este muchacho es muuuuuuuuuuuuuuy tierno!! ♥♥♥

Besos
Lunis

lunes, 23 de marzo de 2015

Capitulo 12


Esa noche fue terrible.  Me fui a la cama aterrorizada de los zombies, e inclusocuando me dormí, me puse a soñar con mi padre. No había soñado con él desde hace más de cinco meses. Los últimos sueños que tuve fueron de cuando Can y Euge se quedaron por el cumpleaños de Euge. Como las chicas estaban acá, Peter tuvo que permanecer lejos, y había despertado a toda la casa con mis gritos. 
Mi sueño  esta noche  era  malo.

Vic tenía once años y yo nueve. Estábamos jugando en el patio para salir de la casa porque mi padre quería para ver algunos partidos de fútbol en el televisor. Había estado bebiendo toda la tarde lo que lo hacía aún más temperamental. Vico y yo estábamos jugando con su nueva pelota de fútbol que él había conseguido para su cumpleaños un par de semanas antes. Se suponía que no podíamos jugar con ella en el patio, sólo en el parque, pero Vic quería mostrarme un nuevo truco que había aprendido. 
Le estaba dando rodillazos a la pelota para mantenerla en el aire; yo me estaba riendo y  contando las veces que él podía hacerlo, estando toda orgullosa de mi hermano mayor. Él perdió el control de la misma, y en lugar de dejarla caer en el piso, trató de salvarla a patadas. La pelota voló por el aire y golpeó la ventana. Por suerte, no se rompió, pero sí hizo un gran estruendo. Los dos nos dimos vuelta y miramos a la puerta, esperando. 
Unos diez segundos después, se abrió la puerta y mi padre nos hizo señas para que entremos. 
 —Trae la pelota —dijo entre dientes. Su rostro estaba criminalmente enojado, haciéndome congelarme. Vico me agarró la mano y me obligó a ponerme atrás de él mientras entrábamos, agarrando la pelota con la otra mano. 
Mi padre cerró la puerta fuertemente, haciéndome saltar y llorar. Vico agarró mi mano más apretada. 
—¿Quién pateó la pelota? —preguntó mi padre desagradablemente. 
—Yo lo hice. Lo siento, papá. Fue un accidente —susurró Vico, mirándolo en tono de disculpa. 
Mi padre tomó la pelota en sus manos y la puso sobre el mostrador, y luego golpeó a Vico con tanta fuerza en el estómago que él realmente se despegó del piso ligeramente. Puse  mis manos sobre mi boca para ahogar el grito fue amenazaba con salir de mí. Levantó el puño le golpeó de nuevo, así que le agarre la mano para detenerlo. Se dio vuelta hacia mí  y me golpeó duro, enviándome volando hacia la pared, golpeando mi cabeza. Podía sentir que algo corría por el costado de mi cara; mi visión era un poco borrosa. 
Se dio vuelta de nuevo hacia Vico, golpeándolo de nuevo. No sólo lo hizo una vez, él lo golpeó una y otra vez, en el estómago y los muslos hasta que Vico estaba llorando en el piso. Le estaba rogando que se detuviera. Él me agarró del brazo y me tiró hacia arriba, agarrando un cuchillo de la encimera. No podía respirar. Vico le gritó que me dejara en paz y se levantó del suelo, el dolor por la paliza que acababa de recibir se extendía por su cara. 
Mi padre le dio un puñetazo en la mandíbula, enviándolo al piso otra vez. 
—Está bien. Córtame, hazlo. ¡Solo por favor, no golpees más a Vico, por favor! —supliqué, llorando y mirando a mi padre suplicante. 
Sorprendentemente, puso el cuchillo en mi mano. Tuve el impulso de apuñalarlo con él, pero me tenía agarrada mi muñeca, así que no podía. Agarró la pelota de Vico del mostrador y la sostuvo quieta. 
 —Explótala —ordenó. Negué con la cabeza rápidamente. A Vico le encantaba esa pelota, era su regalo de cumpleaños de mí parte, había ahorrado mi asignación de dos meses para comprarlo para él—. Explótala repetía con su voz fría. Podía oler el alcohol en su aliento, ya que soplaba  a través de mi  cara; el olor me revolvió el estómago. 
Él agarró mi muñeca y me hizo meter el cuchillo profundamente en la pelota de cuero. Lloré. Él me soltó mi mano, tomando el cuchillo y tirándolo rudamente en el fregadero  antes de marcharse a la sala de estar  para ver el resto de su partido como si nada hubiera  pasado. Miré a Jake; él estaba sentado en el piso casi sin poder respirar. Se veía horrible. 
Corrí hacia él y  se  sentó, tomando una toalla de cocina y presionándola en  mi cabeza donde me había golpeado, mordiéndose los labios para detener su llanto. 
—La, lo siento mucho.¿Estás bien?—graznó, su voz apenas un susurro. El estúpido chico estaba luchando por respirar ¿y me estaba preguntando si yo estaba bien?¡Por Dios, realmente tenía el mejor hermano del mundo! 

Me desperté sobresaltada. Estaba llorando, llorando tan fuerte que apenas podía respirar.  Me limpié la cara con las manos temblorosas, mientras miraba al reloj;eran casi las cuatro y media de la mañana. Me acerqué a abrazar a Peter, pero él no estaba ahí, estaba en su propia casa. ¡Oh Dios, lo necesito! Agarré mi celular y me escapé de la habitación a la sala de estar.

Stas dspierto?

Le mande un mensaje. Esperando que si estaba dormido, no lo escuchara, no quería despertarlo si realmente había logrado dormir esta noche. 
Casi de inmediato, mi teléfono sonó. 
 —Ángel, ¿estás bien? —me preguntó en cuanto respondí. Seguía llorando, no pude
frenar mi respiración, mis manos estaban temblando violentamente. 
No gruñí. 
Voy para allá.¿Puedo ir por el frente?Lo escuché deslizar su  ventana abriéndola y el viento que soplaba por el teléfono. 
lloré. Fui a la puerta principal y la abrí, esperando parada ahí por él. Estuve ahí sólo por unos segundos antes de que él corriera dando vuelta en la esquina y me  agarrara  en  un  abrazo, levantándome cuando entró en la casa. Envolví mis piernas alrededor de su  cintura y me agarré fuerte alrededor de su cuello. Él inmediatamente apretó los labios en  mi cuello, respirando hacia abajo por mi espalda y hombros hasta que mi cuerpo se relajó. Nos trasladó a la sala de estar y se sentó en el borde del sofá, todavía abrazándome con su boca en mi  cuello.
Cuando me calme me retiré para poder mirar su cara de preocupación. 
—¿Zombies? —preguntó, viéndose un poco esperanzado. Negué con la cabeza y su cara cayó, se veía tan triste pero rápidamente se convirtió en enojo, estaba tan enfadado que parecía que una vena de su frente iba a estallar. Sólo lo abracé de nuevo sin hablar; él sabía que había soñado con mi padre, no tenía necesidad de preguntar—.¿Quieres hablar  de ello?—preguntó  un  par de minutos  más  tarde, acariciando mi espalda, con dulzura.
—No. —Mi voz ronca de tanto llorar. Asintió y siguió frotando mi espalda—.¿Te desperté, Pitt?  —pregunté, de repente sintiéndome culpable por haberlo hecho venir todo el camino hasta acá a las cuatro y media de la mañana. 
—No, Ángel. No podía dormir —dijo en voz baja. 
Me reí.—¿El beso no sirvió entonces?—bromeé, sintiéndome mejor ahora que estaba acá. 
—No, sabía que tendría el efecto contrario —respondió, sonriendo. 
Le sonreí con tristeza. 
 —¿Quieres quedarte conmigo por un rato? Podría poner la alarma de mi teléfono. Podríamos dormir en el sofá —sugerí. Él sonrió y nos acostó lado a lado; agarré mi celular y fui a través de la pantalla del  menú  hasta que llegué  a la función de alarma—.¿A qué  hora la fijo?  —le  pregunté, mordiéndome  el labio, preguntándome a qué hora se levantaría Peter, probablemente no antes de las diez en domingo. 
—¿Qué hay  de la siete y media?—sugirió, tirando de mí hacia él. Programé la alarma y  puse el teléfono en el piso al que podía llegar fácilmente. Él doblo su pierna sobre la mía y  envolvió sus  brazos  fuertemente a mi  alrededor,  nuestras narices casi se tocaban. 
Sonreí y le dí un ligero beso. 
—Buenas noches, Pitt.—Cerré los ojos y suspiré con satisfacción, sintiéndome a salvo y segura en sus brazos. 
—Buenas noches, mi hermosa novia—susurró, besando mi nariz. Le sonreí a lo dulce que era, y caí en un sueño sin sueños dentro de minutos.

Continuara...

Mañana mas!
Besos
Lunis♥

Capitulo 11


Tomó un largo tiempo limpiar la casa. Alguien se había enfermado en el patio trasero así que mandé a Vico a limpiar eso mientras yo trabajaba en la cocina, recogiendo todos los vasos y botellas vacías. Parecía que la fiesta se había salido un poco de control después de que Vico y yo nos hubiéramos ido a la cama,y mi idiota hermano borracho no se había molestado en detenerlo. 
—Ésta es la razón por la que me mantengo sobrio —declaró Peter, arrugando su cara con desagrado al ver un jarrón lleno de orina en el alféizar de la ventana del salón.
—¿Te mantienes sobrio para evitar que las personas orinen en los ornamentos de mi mamá? —pregunté, riendo histéricamente.
Él asintió. 
—Sorprendente pero cierto. Siempre hay alguien que no se molesta en caminar hasta el baño—bromeó, haciéndome reír aún más fuerte.
Me sonrió, haciendo que mi corazón se derrita, y Vico entró. 
—Guau, ¿en serio los acabo de escuchar riéndose de algo juntos? Es la primera vez —dijo mirando a lo que estaba sosteniendo Peter y pestañando.
 —Será mejor que vaya a resolver esto —murmuró Peter, caminando rápidamente.
Podía notar que estaba un poco incómodo al mentirle a Vico, pero yo estaba realmente segura que un par de semanas sería lo mejor, sólo para asegurarnos que esto era lo que ambos queríamos.
—Vic,¿se puede quedar Can este fin de semana? Sus padres están fuera de la ciudad y  no se quiere quedar en su casa sola —pregunté, dándole mi cara de perrito.
Hizo una mueca. 
—¡Ugh! Esa chica no hace nada más que coquetear conmigo, no me importaría tanto si fuera mayor, pero quiero decir, por Dios,¡tiene la edad de mi hermana pequeña! ¡Ew! —dijo con falso estremecimiento.
—¿Así que piensas que alguien de dieciséis no debería salir con alguien de dieciocho? —pregunté, tratando se ser casual.
No lo creyó, me miró con escepticismo. 
—No estás interesada en nadie de dieciocho, ¿verdad? —preguntó, entrecerrando los ojos hacia mí. Vi a Peter volver por el pasillo desde la esquina de mi ojo.
—No, estaba hablando sobre Cande —mentí.
Asintió, al parecer satisfecho. 
—No, no creo que deberían. Quiero decir, ¿qué clase de persona de dieciocho años miraría a alguien de dieciséis de esa forma? —preguntó, mirando a Peter mientras pasaba, viéndose un poco avergonzado.
—Sólo son dos años, Vic, no es la gran cosa. Sólo estás enloqueciendo porque es la misma edad que tengo yo. Sólo porque tú no saldrías con alguien de mi edad, no quiere decir que otros chicos se sientan de la misma manera, ¿cierto, Pitt? —respondí, todavía tratando  de sonar casual a  pesar de que  mi  voz se  quebró  un poco cuando dije el nombre de Peter.
—Cierto. Conozco a muchas chicas de dieciséis que están bien calientes  —respondió Peter, guiñándome un ojo detrás de la espalda de mi hermano.
—Sí, ¡pero tú no puedes salir con ninguna de ellas! —gruñó Vico, girándose para mirarlo y golpeándolo en la nuca mientras pasaba. Me encontré con la mirada de Peter y estaba un poco sorprendido. Guau, Vico de verdad sabía que le gustaba, y al parecer estaba muy en contra a la idea de nosotros estando juntos. Esto podría ser incluso más complicado de lo que pensé.
Can llegó aproximadamente una hora más tarde. 
—Hola Vic, hola Pitt—ronroneó  mientras entraba,  dándoles a ambos una sonrisa coqueta. Vi a Peter reírse en voz baja mientras que sonreía de vuelta.
—Hola, Kate —sonrió Vic, dándole un guiño coqueto. Realmente no se estaba ayudando, si quería que ella lo deje en paz, entonces,¿por qué animarla?
—Vamos, dejemos a los gigolós solos —bromeé mientras agarraba su mano y la arrastraba a mi  habitación. Vi a Peter sonreírme por la esquina de mi ojo y  me ahogué con una carcajada.
—No puedo creer que voy a pasar todo el fin de semana aquí contigo y  tu hermano.  ¿Piensas que Peter se quedará  también?—preguntó con sus ojos brillando.
—No lo sé, tal vez deberías preguntarle.—Sonreí un poco incómoda. Podía imaginarla coqueteando con Peter justo en frente de mí; no estaba segura acerca de cómo me voy a sentir al respecto.
Dejó caer sus  cosas en el piso y se tiró en mi cama. De repente se dio vuelta y agarró mi almohada frunciéndole el ceño, se veía confundida. 
—Mariana, ¿por qué tu almohada huele a colonia?
 Podía sentir mis nervios burbujeando. 
—Eh..bueno, yo...eh...¡Oh! Se la presté a Peter cuando se quedó aquí, así que debe oler a él—mentí, tropezando con las palabras.
Enterró su cara en la almohada. 
—Mmm, voy a dormir con ésta esta noche —declaró, apretando la almohada.
Me atraganté con la risa. 
—Como sea, Can. Comamos, estoy muriéndome de hambre.—Me empujé fuera de la cama y caminé hacia la puerta así podíamos pedir la comida.
—¡Tengo esto! —gorjeó, agitando un DVD frente a mi cara. Incluso la cubierta me asustó  demasiado. Rodé los ojos y caminé a la sala, dejándome caer en el sofá junto a Peter. Él puso su mano en el sofá junto a la mía y discretamente frotó su meñique contra el mío cuando nadie estaba mirando.
—¿Pediste la comida, Vic? —le pregunté, poniéndome de lado en el sofá para que mi rodilla toque el muslo de Peter. Vi una sonrisa asomarse en la comisura de su boca.
—Sip, hecho. Estará  aquí en diez —dijo Vico, moviéndose en el otro sofá unos centímetros porque Cande prácticamente se había sentado sobre su regazo.
—Así que, Peter, ¿tu lindo trasero se quedará esta noche aquí también? Soy más que feliz de compartir mi cama si quieres. Capaz que esté asustada de la película, tal vez necesita a alguien que me haga sentir mejor en la noche —ronroneó Kate seductoramente.
Lo sentí cambiar su peso más cerca de mí por lo que mi pierna estaba sobre la de él aún más. 
—Nop, no puedo. Estoy ocupado esta noche. Vas a tener que arreglártelas sin mí. —Se encogió de hombros y apartó la mirada hacia el televisor.
 —Oh,  bueno. Tendrás que ser sólo tu entonces, Vic, si estás interesado—ronroneó.
No escuché su respuesta, mis oídos habían comenzado  a sonar. En realidad comencé a sentir celos. Era la  primera vez que había sentido algo como esto, quería pararme y gritarle a mi mejor amiga que deje a Peter en paz. Estallé en risas y mordí mi labio para detenerme.
Todos me miraron como si estuviera loca. 
—¿Qué? —preguntó confundido Vico.
Sacudí la cabeza, sonriendo. 
—Nada, sólo pensé en un chiste gracioso eso es todo—mentí levantándome—.¿Alguien  quiere algo para tomar?—ofrecí, necesitando cambiar de tema. Todos dijeron que sí, así que me dirigí a la nevera y agarré cuatro latas de Pepsi.
Mientras cerraba la puerta, Peter me agarró desde atrás y me hizo girar para mirarlo. Estaba parado tan cerca que podía sentir su respiración golpeándome en la cara.
—Ya te extraño—susurró, besándome suavemente. Tiré mis brazos alrededor de su cuello y lo empujé hacia mí, profundizando el beso y enredando mis manos en su cabello. Dio un  paso hacia adelante haciéndome ir hacia atrás, así que mi espalda estaba contra la nevera mientras que él empujaba su cuerpo contra el mío—.Creo que simplemente deberíamos  hablar con tu hermano ahora—murmuró mientras se alejaba un par de minutos más tarde.
Negué con la cabeza, mirándolo suplicante. 
—No, sólo un par de semanas, es todo lo que pido.
Esbozó una pequeña sonrisa. 
 —Está bien, como quieras.¿Pero puedes hacer que tu amiga deje de coquetear conmigo? Dile que estoy tomado.
Mi respiración se atoró en mi garganta con sus palabras. 
—¿Estás tomado? —pregunté tímidamente.
Me besó de nuevo, dándole a mi cuerpo un hormigueo y haciendo que anhele por más. 
—Definitivamente estoy tomado, si tú me quieres tener—contestó, mirándome fijamente a los ojos.Por dentro estaba saltando de alegría, mi corazón latía tan rápido que casi lo podía escuchar en mis oídos, pero mi cabeza todavía me decía que sea cuidadosa.
—Te tengo si tú me tienes —negocié. 
Me dio una sonrisa maliciosa. 
—Absolutamente. Cuando estés lista, te tendré todo el tiempo—dijo sugestivamente, meneando las cejas hacia mí. Jadeé y lo golpeé en el hombro, haciéndolo reír—.Oh,  vamos, estoy autorizado a decirte comentarios cachondos ahora,¿verdad?Quierodecir,  eres mi novia así que tengo que usar mis mejores movimientos contigo —dijo, fingiendo estar herido.
¿Me acababa de llamar su novia? Mi corazón se derritió con el sonido de esa palabra saliendo de su boca. 
—Dilo otra vez —susurré, tirándolo más cerca de mí.
—¿Estoy autorizado a decirte comentarios cachondos? —preguntó, luciendo un poco confundido.
Negué con la cabeza. 
—No, eso no. La siguiente parte —murmuré, poniendo mi boca a pulgadas de la suya.
 —¿Eres mi novia?—preguntó. Asentí, con la respiración entrecortada, su sonido me hizo  sentir como si estuviera volando, honestamente no podía recordar la última vez que  estuve así de  feliz.  Él sonrió—.Eres mi novia, Ángel —ronroneó seductoramente, besando ligeramente mis  labios—. Mi chica. —Me besó de nuevo— La única que quiero.  —Me besó otra  vez, ésta vez no lo dejé retirarse, sostuve su  cabeza contra la mía y  lo besé  apasionadamente, haciéndolo gemir suavemente y que me sostenga aún más cerca de él. De pronto, saltó lejos de mí y se movió hacia el costado. Lo miré confundida, ¿había hecho algo mal?
Justo entonces, Vico dobló la esquina, dándome una expresión severa. 
—Tienes que hablar con tu amiga, en serio, ¡me acaba de agarrar el pene!  —me susurró  casi gritando. Peter y yo estallamos en risas al mismo tiempo. El timbre sonó y corrí a atenderlo, necesitando salir de la habitación, realmente no me gustaba estar alrededor de los dos juntos, era un poco incómodo.

Continuara...

Mas tarde el ultimo y mañana volvemos a la normalidad!

Capitulo 10


—Hola, Can,¿qué pasa?—dije alegremente. 
—Hola, Lali, ¿quieres que lleve una película para esta noche?
—Sí seguro. Pero nada de miedo.—Sonreí dándole un ligero golpe en la mano a Peter cuando él trató de robar uno de mis rollos primavera de mi plato. 
—¿Qué?—articuló con inocencia. Rodé mis ojos y le pasé mi plato.
—Estaba pensando en, El Amanecer de los Muertos —replicó Can. 
Jadeé; ¿ella está bromeando? 
 —¡De ninguna manera!¡No voy a ver eso, me asustaría demasiado!—grité, horrorizada ante el pensamiento  de ver una película de zombis. Me ponían tan asustada que después no podía estar sola durante días; ¡tuve que hacer pis con la puerta de cuarto de baño abierta por el amor de Dios! 
Podía escuchar su risita. 
—Por favor, ¿Lalu? Realmente quiero verla —pidió, yo podía imaginar el aspecto de cachorro en su rostro ahora mismo.
Peter me estaba dando una expresión burlona, entonces puse mi mano sobre el auricular y susurré: 
—El Amanecer de los Muertos.
Él ensanchó sus ojos ligeramente antes de darme una sonrisa. 
—No te preocupes, Ángel, te protegeré —susurró  él con  seguridad,  haciéndome
reír. 
—La, por favor —Cande pidió otra vez. 
—¡Oh Dios! De acuerdo, trae esa maldita película —refunfuñé, derrotada.
Al menos Peter estaría allí, él siempre mantenía mis pesadillas lejos. Sólo sería malo cuando estuviera sola, como en la ducha o algo. Supongo que siempre puedo hacerle permanecer fuera de la puerta y que me leyera o algo mientras estaba allí, no es como  que él no hubiera hecho esto por mí  antes. Lo miré un poco impresionada, de hecho, cuanto más pensaba en ello, más de este dulce, divertido Peter, venía a mi mente. Él hizo a menudo pequeñas cosas por mí a las que no les presté atención antes.¿Siempre había sido dulce para mí, pero estaba demasiado prejuiciosa para verlo?
—¿Entonces, qué piensas, está bien? —preguntó Kate. 
 Regresé abruptamente a la realidad. ¡Mierda, yo no había estado escuchándola en absoluto! 
—¿Lo siento, Can, qué? No te escuché, lo siento. Estaba presa de pánico sobre esa estúpida película. —Me estremecí solo por el pensamiento de ello.
Ella suspiró. 
—¿Te dije que mi mamá y papá se marchan por el fin de semana, así que pensé que estaría bien si dormía en la tuya esta noche y mañana por la noche? Realmente no quiero  quedarme  sola —dijo en voz baja. Miré a Peter y brinqué. Si Can se quedaba a dormir esto quería decir que él no podría, porque ella dormiría en la cama plegable sobre mi piso. 
—Um seguro, Can, puedes quedarte a dormir durante el fin de semana. A Vico no le importará.—Estuve de acuerdo de mala gana.
Peter disparó sus ojos hasta los míos y sacudió su cabeza. 
—¡NO! —articuló de manera suplicante. Solamente le di una mirada de disculpa y me encogí de hombros, yo no podía decirle no, ella era mi mejor amiga. 
—Estupendo. Bueno, vendré aproximadamente a las siete entonces, ¡de acuerdo!—gorjeó, sonando entusiasmada.
—Sí, ¡Esta bien! Nos vemos. —Cerré mi teléfono móvil y miré de nuevo a Peter.
—¿El fin de semana? ¿No conseguiré dormir allí el fin de semana? —gimoteó, tan pronto como había cerrado mi teléfono.
—Lo siento, pero no podía decirle no. Sus padres se marchan durante el fin de semana y no quiere quedarse sola. —Lo miré excusándome. 
Él suspiró luciendo derrotado. 
 —Está bien, seguro. Pero sabes que has acordado mirar una película de zombis que da mucho miedo y no voy a estar allí por las próximas dos noches —declaró él con una sonrisa arrogante.
Jadeé.  ¡No  había pensado  en  esto!  ¿No  dormía muy bien sin Peter allí, tenía pesadillas, malas, sobre mi padre y ahora encima tendría sueños de zombis también? Desde que  tenía ocho años, sólo pasé algunas semanas lejos de él, como cuando uno de nosotros  se  fue de vacaciones, o un  tiempo que él tenía varicela y tuve que estar lejos durante cuatro días. Cada vez que estaba sola, mis sueños serían tan malos que me despertaría gritando.  Le había pedido a Vico dormir conmigo algunas veces cuando era chica, pero él no detuvo  los sueños entonces solamente dejé de pedírselo.
Sabía que Peter no dormía en absoluto cuando no estaba conmigo. Él literalmente se la pasaba despierto, incapaz de sentirse cómodo. Él siempre decía que su cama se sentía extraña, porque no había dormido en ella desde que tenía diez años.
Odiaba cuando mis amigas llegaban para quedarse y se quejaba sobre ello todo el día siguiente, dejando caer insinuaciones no tan sutiles de que él no estaba impresionado por tener que dormir en su propia cama. 
—Bien, no sé por qué  uces tan arrogante al respecto; tú no vas a dormir demasiado intensamente tampoco. —Sonreí, sacándole la lengua.
—¿Um, es una invitación?—preguntó, levantando una ceja. Al instante comprendí de lo estaba hablando, preguntaba si quería besarlo otra vez porque le mostré mi lengua. Seguro como el infierno.
—Seguro —ronroneé, mirándolo de manera  seductora, sabiendo que no podía alcanzarme sobre la mesa, entonces tendría que esperar hasta  que nosotros dejáramos el restaurante.
Inmediatamente saltó de su silla y se inclinó a mi lado, tomando mi rostro en sus manos  y  besándome, no pareciendo preocuparse por dónde estábamos o si las personas estaban mirando.Tomé la iniciativa esta vez y tracé mi lengua a lo largo de su labio inferior, la abrió rápidamente y deslicé mi lengua. Gimió en mi boca, empujándome  hacia él. El beso  estaba tan bueno que me  sentí ligeramente mareada. Ni una sola vez trató de tocarme, excepto sostener mi rostro, lo que me sorprendió. Tal vez no me estaba usando sólo para el sexo después de todo. Sonreí contra sus labios y se alejó, sonriéndome también.
—Gracias—susurró, besándome otra vez rápidamente y luego volviendo  a sentarse frente a mí, como si nada hubiera pasado. ¡Bueno, no estoy tan acostumbrada a todo esto de tener citas y besuqueos! 
—Será mejor que nos vayamos; necesito hablar con tu hermano. —Frunció el ceño, luciendo triste y un poco asustado. 
—¿No vas a decirle, verdad? —pregunté, horrorizada ante el pensamiento de Vico sabiéndolo y volviéndose loco.
Asintió. —Sí, Ángel.  Él  sabía que tú me gustabas todo este tiempo, pero él no pensaba  que yo te gustara, por eso necesito hablar con él sobre que nosotros estamos realmente saliendo —Hizo  una  mueca mientras hablaba;  imagino que estaba pensando en la patada en el culo que Vic le daría cuando se lo contara.
—Pitt, por qué nosotros no sólo lo dejamos por un tiempo y luego tal vez en un par de semanas, si todo va bien, entonces podemos hablar con él juntos. ¿Quiero decir, ni siquiera sabemos si esto va a funcionar, verdad?—pregunté con un encogimiento de hombros.
Realmente no veía el punto en hablar con Vic y trastornarlo todo si esto no iba a funcionar. ¿En realidad, cuánto tiempo duraría esto, una vez que comprendiera que yo  realmente no  pensaba dormir con él en el corto plazo? Cuando estuviera aburrido o desesperado, huiría de mí hacia la posibilidad más cercana de sexo fácil, gritando mientras se iba.
Se veía un poco asustado. 
—¿Tú piensas que esto no funcionará? —preguntó, su voz sonando lastimada.
 —¿Honestamente? Solamente no creo que puedas esperar, Peter.¿Cuánto tiempo va a pasar antes de decidir que has tenido suficiente y dormir con alguna chica bonita y tonta? —le respondí, odiando la expresión de dolor que cruzaba su rostro. 
—Prometo que nunca te engañaré, nunca. He esperado demasiado tiempo por esta oportunidad; no voy a estropearla. —Tomó mi mano y podía ver la honestidad en sus ojos, realmente creía que no me engañaría, pero él era un chico después de todo y su cuerpo diría algo más eventualmente.
—¿Vamos a esperar un poco, está bien? —sugerí, apartando mi mano y haciéndole una señal al camarero. Vino inmediatamente. 
—¿Hola, podemos  conseguir la cuenta por  favor? —pregunté con  una sonrisa, asintió y se fue. 
—Solamente voy al baño. ¿Si vuelve antes que esté de regreso, entonces usa esto, está bien? —Peter instruyó, dándome su cartera y caminando rápidamente al baño.
Hice una mueca; pienso que realmente herí sus sentimientos diciéndole esto. ¡Maldición,  podía ser tan estúpida a  veces! Lo miré mientras se alejaba, mis ojos inconscientemente enfocaron su trasero. ¡Wow, realmente tiene un lindo culo!
Alguien limpió su garganta al lado mío haciéndome sonrojar porque acababa de sorprenderme mirando. Alcé la vista y el camarero estaba de pie allí con la cuenta. 
—¡Oh, lo siento! No me di cuenta que estabas allí —refunfuñé, avergonzada.
—No  te preocupes  por ello.—Me dio el recibo y se inclinó junto a mí, así que
estábamos al mismo nivel. Él puso una mano al  dorso de mi silla y una sobre la mesa entonces estaba atrapada. Mi corazón comenzó a correr. Él estaba muy cerca. 
—Entonces, no te he visto antes  por aquí. Definitivamente habría recordado  un rostro tan hermoso como el tuyo —dijo, sus ojos clavados en mí, mientras parecía que él me estaba imaginando desnuda. Me retorcí en mi asiento.
—Er no, no he estado aquí antes —murmuré incómodamente, mirando la cantidad que debía y agarrando la cartera de Peter de mi regazo.
 —Soy Simon.—Ofreció su mano para darme la mano. Lo miré y tragué saliva; realmente no quería tocarlo, así que solo jugaba con la cartera de Peter fingiendo
buscar algo. Lo sentí jugando con mi cola de caballo y me sentí mal. 
—¿Así que, cómo te llamas? —preguntó, con una sonrisa coqueta.
—Su nombre es tócala otra vez y te romperé la cara —gruñó Peter posesivamente detrás mí. Físicamente me relajé. 
El tipo se levantó inmediatamente. 
—Lo siento, solamente hablaba con tu novia eso es todo. No ha pasado nada —dijo con inocencia.
—Correcto —contestó Peter, sonando realmente molesto. Extendió la mano y tomó el recibo y su cartera de mis manos, lo miró  y luego le dio el dinero al tipo mirándolo todavía airadamente. Mi respiración todavía no había vuelto a la normalidad, mi corazón seguía corriendo. Peter me ofreció su mano.
—¿Estás lista, Ángel? —preguntó, sin quitar sus ojos del camarero. Tomé su mano y me levanté, siguiéndolo mientras él nos condujo fuera del restaurante. Una vez que cerró la puerta se volvió hacia a mí. —¿Estás bien? Te ves un poco pálida —Dio un paso más cerca de mí y puso sus labios sobre mi cuello. Envolví mis brazos alrededor de su cintura y me presioné contra él, dejando que su olor llenara mis pulmones, su respiración soplando  mi espalda y hombros haciendo que todo mi cuerpo se relaje.
Me alejé después de un par de minutos. 
—Estoy bien ahora.—Le sonreí de modo tranquilizador y él acarició ligeramente un lado de mi rostro.
—Vamos, hay que regresar. Tengo que ayudar a Vico a ordenar así él comprará la pizza esta noche —bromeé.
Sonrió y entonces caminamos hacia su auto, deslizó su mano en la mía. No podía dejar de reír. Se sentía bien por alguna razón; su mano parecía encajar perfectamente en la mía. Era tan natural que era casi demasiado fácil.

Continuara...

Capitulo 9

Maratón!!!! Hoy!!!!!


Me cambié rápidamente y caminé hacia el automóvil. Peter estaba allí, inclinado casualmente contra el auto, charlando felizmente con Agustín y Gastón, otro chico de mi equipo. 
—¡Eh! —canturreé mientras caminaba hacia a ellos. 
Pitt sonrió con una hermosa sonrisa hacia mí. 
—Esta es mi señal muchachos, tengo que llevar a la dama a nuestra primera cita real. Nos  vemos la próxima semana —dijo, indicándoles que se alejaran con un movimiento rápido de su mano.
La boca de Agus cayó abierta y miró de Peter hacia mí varias veces. 
—¿Cita?Pero..quiero decir…¿qué?¡Pensé que era el mejor amigo de tu hermano! Ni siquiera te gusta; siempre dices que él es un gilipollas mujeriego. ¡Siempre que te he dicho sobre cuán caliente él estaba, tú solamente decías que no tocarías su trasero con ETS ni aunque que te pagaran!  —dijo Agus, frunciendo  el ceño, y mirándome confuso.
Gemí y cerré mis ojos. Literalmente estaba tan puesta en aprietos que deseé que la tierra se abriera y me tragara.¿Cómo podía él decir eso justo enfrente de Peter? No es que yo no le haya dicho en su cara en más de una ocasión, pero todavía me sentía horrible. Escuché a Pitt comenzar a reír, por lo que me arriesgué a mirarlo, él no se veía enfadado o algo.
—Gracias, Gus —refunfuñé, dándole una mirada que debería ser capaz de matarlo en  el acto. Pitt se acercó y agarró mi mano, tirándome a su lado, todavía sonriendo. 
—Es privilegio de una dama cambiar de opinión  —le dijo a Agustín con un guiño, abriendo la puerta del auto para mí.
—Los veré la próxima semana, chicos, prometo que no llegaré tarde —prometí, besando  sus mejillas antes de entrar el auto. Peter les dio a ambos la cosa del apretón de manos  típicas de hombre, y corrió al lado del conductor. Cuando arrancó el auto me miraba con una sonrisa.
—Lo lamento —murmuré, ruborizándome otra vez.
—No te preocupes por eso. No es nada que no haya escuchado antes de tu hermosa boca —contestó con una sonrisa. 
No podía menos que sonreír, estaba lleno de los elogios hoy, pero alguna parte de mí estaba preocupada de si les había dicho todo esto a otras chicas. ¿Esperaba que yo tuviera sexo con él después de un par de citas? Porque si lo hacía, entonces él iba a estar muy decepcionado. Decidí que teníamos que hablar de ello. Me refiero a, ¿cuál era su punto de siquiera intentarlo, si solamente me estaba usando para el sexo y yo no estaba planeando renunciar en cualquier momento? 
—¿Entonces, a dónde iremos a almorzar?—preguntó, sacándome repentinamente de mi pequeña discusión interna. 
—Um.¿No me importa, qué te gustaría?—pregunté. Me disparó una mirada coqueta y una sonrisa picara. Hice rodar mis ojos hacia él; ¡realmente es un loco jugador del sexo!
 —Comer, Peter —añadí, cruzando mis brazos sobre mi pecho, tratando de parecer severa.
Solamente se rió y comenzó a conducir. 
—¿Qué hay de comida china?¿Te gusta esa, verdad?—me preguntó, mirándome por el rabillo del ojo. 
—¡Sí, adoro la comida china! —gorjeé felizmente, sonriendo abiertamente como si hubiera  ganado la lotería. Vico odiaba la comida china entonces prácticamente nunca la tenía; Peter sonrió y nos condujo al restaurante sobre la calle principal.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Estábamos sentados, comiendo nuestra comida. Habíamos estado charlando felizmente durante casi una hora y estaba nuevamente sorprendida por cuán fácil era hablar con él. Lo había conocido durante doce años y nunca realmente sólo hablado apropiadamente acerca de cosas. Su pierna rozó la mía debajo de la mesa y me hizo saltar, no por miedo, sino porque envió una pequeña sacudida a través de mi  sistema, haciendo  que  el cabello de mi  nuca se  erizara y  que  mi  pulso  se acelerará.
Decidí que ya era tiempo de aclararlo, había sólo una otra pareja en el restaurante entonces nosotros podríamos hablar libremente, pero simplemente no sabía cómo comenzar. 
—Pitt, creo que tenemos que hablar de algo—dije tranquilamente. Él ladeó ligeramente su cabeza y me miró curiosamente. 
—¡Bien! ¿Qué pasa? —suspiré, solamente tenía que sacarlo y ver lo que él pensaba de ello.
—Realmente no sé lo que tú quieres de mí; quiero decir, puedes tener a cualquier chica que quieras. Soy una ruina emocional por Dios quiero  decir... Me  estremezco cada vez que alguien me toca. Yo…no puedo darte lo que tú quieres—divagaba con el ceño fruncido. Wow, salió un poco diferente de lo que pensaba, pero al menos esto tiene el punto de vista.
—Estás preocupada por el sexo  —declaró, mirándome intencionadamente, no pareciendo estar molesto por esta conversación en absoluto. 
Tragué aire y asentí. 
—Solamente... no estoy lista para algo como esto, así que si eso es lo que realmente quieres, entonces no hay ningún punto para empezar algo —dije en voz baja, mirando abajo hacia mi plato y deseando que la tierra me tragara otra vez. 
Él colocó su mano bajo mi barbilla y levantó mi rostro para mirarlo; estaba sonriendo con una hermosa sonrisa. 
—Puedo esperar el tiempo que tú quieras. Realmente estoy loco por ti, no es sobre sexo —dijo tiernamente, haciendo que mi corazón empiece a correr.
¿Habla en serio o esto es un truco para que entonces me dé por vencida antes? 
—¿Y si te digo  que  no  creo  en  tener sexo  antes  del  matrimonio?  —pregunté, probándolo. 
Sus ojos mostraron su diversión, pero él solo mantuvo su rostro serio. 
—Entonces te diría, qué te parece casarnos en cuanto tengas la mayoría de edad. ¿Dieciocho es la edad legal, cierto? —contestó, guiñándome. 
Me reí, pero todavía estaba insegura de lo que quería decir, no tendría dieciocho hasta dentro de otro par de años, ¿estaba diciendo que esperaría dos años por mí?
No tener sexo hasta después del matrimonio no era algo en lo que yo creyera; solo quería ver su reacción.
—No creo en eso, pero no sé por cuánto tiempo será, Peter, francamente.—Masticando mi labio nerviosamente. 
 —Ángel, te dije puedo esperar el tiempo que tú necesitas. Quiero estar contigo. —
Me miró directamente a los ojos mientras hablaba. No vi una onza de duda o engaño allí y sentí la esperanza construyéndose dentro de mí. ¿Estaba realmente tan interesado en mí que él esperaría por mí?
—¿Qué pasara dentro de tres meses cuándo tú todavía no hayas conseguido nada y alguna chica al azar se lance sobre ti, podrías esperar entonces? —pregunté con escepticismo.
Él se  rió. —¿Tú realmente piensas que soy algún enloquecido jugador sexual, verdad? —preguntó. Asentí en confirmación. No lo pensaba,lo sabía, él durmió con muchas! 
—¿Sabes por qué he estado con todas aquellas chicas? —preguntó, de repente luciendo incómodo y avergonzado. 
—¿Dan buen sexo oral? —pregunté sarcásticamente. ¿Realmente él va a entrar en detalles sobre su vida sexual con una chica a la que le acaba decir que está loco por ella y que tiene miedo de tener sexo? ¿Realmente no tiene ni idea?
Se ahogó con su risa y sacudió su cabeza. 
—No, Ángel. La razón por la que estuve con todas aquellas chicas era para intentar superarte. Despierto a tu lado cada día. Tú envías mi mente y cuerpo dentro de un frenesí. Puedo oler tu cabello cuando cierro mis ojos, o puedo imaginar cómo se siente tu mano cuando la pones sobre mi pecho. Me mata cada día estando así, tan cerca de ti, pero  a la vez tan lejos —dijo él, sacudiendo su cabeza y suspirando, mirándome con esperanza—. Pensé que tal vez si encontrara a alguien más, sería capaz de dejar de pensar en  ti, pero  esto no funcionó. Nada funciona. Cuando estoy con ellas, quisiera que fueras tú. Cuando ellas ríen o hablan, no puedo menos que comparar tu voz o tu risa. Siempre has sido tú; siempre serás tú, Ángel.
No podía hablar. ¿Qué diablos digo a esto? ¿Quiero decir, sé que él es un jugador, pero yo lo estaba matando? ¡Ese discurso fue tan inusualmente adorable!
 —Oh —me atraganté. 
Él se echó a reír. —¿Oh? ¿Eso es todo lo que puedes decir?
Asentí y me reí también. Todavía no tenía palabras para contestar esta pequeña confesión que él acababa de hacer. Mi cabeza todavía estaba girando y sabía que si decía algo ahora yo solamente sonaría como una idiota. Me incliné sobre la mesa y tomé su mano, me sonrió felizmente y esto parecía ser todo lo que era necesario.
Mi cabeza estaba girando con pensamientos; realmente no sabía qué creer. ¿Acaba de hacer aquella enorme confesión sobre cómo se siente, pero eso significa que él no me va a engañar? Bueno en realidad, nosotros no éramos todavía oficialmente una pareja. Peter sólo ha tenido algunas citas; nunca ha tenido una novia, entonces técnicamente no tengo ningún derecho sobre él de todos modos. Necesitaba ser realmente cuidadosa, cuanto  más tiempo pasaba con este lindo Peter, más me gustaba. Estaba en real peligro de tener mi corazón destrozado. 
Mi teléfono móvil sonó, salvándonos del silencio ligeramente extraño. Este no era un  silencio  incómodo,  solamente extraño,  en  tanto  él parecía absolutamente contento  solamente sosteniendo  mi  mano  y  mirándome.  El identificador de llamada dijo que era Cande.  

Continuara...