miércoles, 8 de abril de 2015

Capitulo 18


Debemos habernos quedado dormidos, porque desperté con Peter todo desparramado encima de mí. Miré su reloj. Mierda, ¡eran más de las nueve!
Vico ya debía estar en casa. Lo sacudí para que despertara.
—Hey, me tengo que ir son más de las nueve—dije intentando desenredarlo de mí.
Gimió. 
—Diez minutos más Ángel —murmuró soñolientamente.
Sonreí, se veía tan lindo cuando estaba durmiendo. Reí mientras le hacía cosquillas. 
—Pitt no es de mañana, aún es noche, pero me tengo que ir. Vico se estará preguntado  ¡dónde estoy!  —expliqué,  finalmente sacándolo de encima de mí levantándome. Gimió y me tiró de regreso hacia él, sosteniéndome fuerte contra su cuerpo, sonriendo soñolientamente. Reí—. ¡Detente! tengo que irme —dije riendo mientras mordisqueaba el lóbulo de mi oreja. 
Sacudió su cabeza. 
—No, no quiero que te vayas —murmuró, mientras besaba mi cuello. Lo empuje y gruñó—. Pero te voy a extrañar —lloriqueó, haciéndome reír incluso más.
—Te veré en una hora. De todas formas tengo tarea que hacer—dije,  encogiéndome de hombros.
Suspiró con resignación. 
—Sí, yo también—admitió, haciendo un pequeño puchero. Salí de su cama y fui hacia la puerta. 
—Hey espera, te acompañaré a la puerta—Agarró mi mano mientras caminábamos por el pasillo. Asomé la cabeza hacia el living.
—Adiós Juls. Adiós Barto—dije.
—Adiós cariño —respondió Bartolome, sin sacar los ojos de la televisión. Julia me sonrió.
—Adiós Lali¿Se divirtieron?—preguntó dándome un guiño. Me sonrojé asentí insegura de que mi voz pudiera salir si intentaba hablar. 
Peter rodó sus ojos, me llevó hasta la puerta de enfrente, contra la cual me presionó
ligeramente y me besó hasta que me sentí un poco mareada.
—Te veo después de las 10, ¿de acuerdo? —susurró acariciando mi mejilla.
Camine rápidamente hacia mi casa, volteándome para sonreírle a Pitt mientras atravesaba la puerta de enfrente. Bendito sea, él estaba parado en su  porche, viendo para asegurarse de que llegara a salvo a casa y es que sólo vivía como a 9 metros.
Vic estaba sentado en el sofá, esperándome. Mientras pasaba por la puerta, me miró, con sus ojos estrechos con enojo.
—¿Dónde has estado? ¡Estaba preocupado!. Podrías haber dejado una nota o algo —dijo sacudiendo sus manos de manera desaprobadora.
—Lo siento, estaba en lo de Pedro. Julia me invitó a que me quedara a cenar, y pensé,
viendo que ya que no estabas aquí, en ir para no quedarme aquí sola—dije encogiéndome de hombros.
—¡Amo las cenas de Juls! —gimió, la expresión de enojo abandonando su rostro, para ser remplazada por una de celos.
—Bueno te perdiste una buena, hizo pastel casero y todo  —me burlé, sonriendo malvadamente mientras se lamentaba.
—Bueno, yo disfruté de mi queso a la parrilla —bromeó, haciéndome reír.
—Voy a hacer mis tareas. —Me volteé y comencé a dirigirme al pasillo para ir a mi cuarto.
—La, espera un minuto. Necesito hablarte de algo—dijo,  acariciando  el sofá junto a él, viéndose triste. Me dejé caer a su lado.
—¿Qué pasa Vic? —pregunté, preocupada, se veía realmente molesto por algo.
Tomó un profundo respiro.
—Le hablé a mamá esta noche. —Sonreí.
—¿Sí?¿Está bien?¿Viene a casa?—pregunté emocionándome, pensando en que vería a mi madre antes de dos semanas.
La había extrañado  con  locura,  y  las  veces  que  estaba aquí, parecían  pasar demasiado rápido.
Sacudió su cabeza. 
—Me dijo algo, pero no quiero que  enloquezcas por eso. No hay nada por que preocuparse. Lo prometo. —Tomó mi mano y me miró, sonriendo tristemente.
Oh demonios, ¡esto va a ser malo!
—¿Qué es? —pregunté imaginándome lo peor. 
Nos íbamos a tener que mudar a China. Había perdido su trabajo. Se estaba volviendo a casar, pero supongo que eso no era algo malo, a menos que el tipo fuera un idiota. Cientos de cosas pasaron por mi mente, pero la última cosa que esperaba fue lo que Vico dijo:
—Nuestro padre se contactó con ella. Aparentemente quiere vernos, recompensarnos por lo que hizo—escupió a través de sus dientes, su tristeza transformándose en rabia ciega.
No podía respirar. Mis pulmones se rehusaban a trabajar. Mi corazón latía demasiado rápido, mientras mi cuerpo comenzaba a temblar. Él estaba volviendo.
Quería vernos. La última vez que vi al hombre, me había arrancado mi camisa del colegio y me había empujado al suelo, mientras se sacaba los pantalones. Estaba a punto de violarme cuando Vico y Peter entraron y lo comenzaron a golpear. Oh Dios, estaba de vuelta. 
Reproduje todos los golpes que nos dio a mí y a Vico, todos los toques que habían sucedido cuando estaba a solas con él, las palabras susurradas, y  las sonrisas
secretas. Mi visión comenzó a tener puntos negros, mientras hiperventilaba. Me iba a morir, podía sentirlo; mi cuerpo se estaba apagando incapaz de lidiar con los recuerdos y el dolor. 
Era vagamente consiente de los gritos.
—Sólo déjala, ¡puedo ayudarla! —gritó una voz que reconocía.
—Llama al 911 por el amor de Dios. ¡No puede respirar! —gritó Vico.
—Victorio, ¡déjala! Yo me encargo, lo prometo—dijo urgentemente la voz de nuevo.
Fui ligeramente empujada y entonces sentí dos fuertes brazos rodeándome,  y presionándome hacia un duro pecho; había un hermoso aroma que reconocí como
el de Peter.
Oh, gracias a Dios, ¡Pitt está aquí!. La carrera de mi corazón comenzó ralentizarse  mientras sentía que presionaba sus labios en mi cuello y respiraba lento y calmadamente por mi espalda. Intenté igualar mi respiración con la suya.
Me concentré en  sentir el constante latido de su corazón contra mi pecho, y los puntos negros comenzaron a desaparecer.
Después de unos minutos, recuperé el control de mis brazos, y los enredé apretadamente  alrededor de su  cintura, aferrándome a él como si fuera la única cosa que evitaba que me cayera del borde del mundo.
Mi padre estaba regresando, pero yo estaba con Pitt, y él no dejaría que nada me lastimara, lo sabia. Así que comencé a sentirme a salvo en sus brazos. Después de
lo que pareció una eternidad, fui capaz de hacerme hacia atrás y mirarlo.
—¿Estas bien ahora? —preguntó, poniendo sus manos a ambos lados de mi rostro y presionando su frente contra la mía.
Asentí y me lamí mis labios, los cuales por algún motivo estaban salados, y me di cuenta de que estaba llorando. Me limpié el rostro y esnifé. Lentamente me volví consciente de lo que me rodeaba. Aún estaba en el salón. 
Levanté la vista para ver a Vico sentado ahí, conmocionado observándonos a mí y a Peter.  Su boca colgaba abierta, y sus ojos muy abiertos. Pensé en hacerme hacia atrás, pero no  podía. No me podía alejar de Peter, era mi seguro; era al que necesitaba, el que me mantendría a salvo de todo esto.
Vico caminó hacia mí, y me sacó de los brazos de Peter, haciéndome lloriquear. Me rodeo en un fuerte abrazo. 
—Demonios, Lali. ¡Nunca me hagas eso de nuevo!¡Creí que te ibas a morir! Mierda, que me asustaste —despotricó Vico mientras me mecía gentilmente.
—Estoy bien —dije  débilmente. Mire hacia a Pitt, por tranquilidad y vi que no estaba ahí, el pánico comenzó a levantarse en mi pecho mientras mi respiración comenzaba a acortase.
—¿Dónde está Peter? —grité, las lágrimas fluyendo por mi rostro de nuevo.¡Oh Dios, me dejó!
Vico me abrazó más fuerte. 
—Shh está bien. Sólo respira, shh—murmuró, pero no podía, mis pulmones estaban demasiados apretados.—¡Mierda! —jadeó Vico al mirarme—. ¡Pedro, vuelve aquí rápido! —casi gritó. 
Peter corrió de regreso al cuarto, sosteniendo un vaso de agua que dejó en la mesa bruscamente, tirando la mitad de ésta, antes de envolver sus brazos a mi alrededor.
—Está bien, Ángel —susurró, poniendo sus labios en mi cuello otra vez.
Después de un par de minutos, cuando pude recuperarme, le sonreí a Peter gratamente. Victorio se veía mordazmente enojado.
—¿Qué demonio? Ustedes dos están juntos, ¿no? —rugió. 
Peter levantó una mano para detener su arranque.
 —Mira  Victorio,    y yo  hablaremos de esto, pero justo ahora no es el momento después de lo que ha pasado. Necesito asegurarme de que ella esté bien  —dijo con severidad poniéndole fin a la conversación.
Victorio me miró arrepentido y asintió.
—Lo siento, Mariana, pero tenía que decírtelo, asegurarme que lo supieras, pero te prometo que nunca dejaré que te lastime. No tienes que preocuparte por nada. Lo mataré antes de que te toque —dijo Vico tomando mi mano.
Sonreí, pero tengo la sensación de que se vio más como una mueca.
—Lo sé,  Vic. Siento haberme vuelto loca y asustarte—Levanté una temblorosa mano y limpié mis lágrimas de nuevo.
—Está bien. Sólo, no lo hagas de nuevo —dijo sonriéndome. Reí débilmente y asentí.
Peter me dio el vaso de agua y la bebí. Noté que Vic observaba cada movimiento de él, mirándolo enojado.
—Deja de mirarlo así Victorio, él no ha hecho nada malo —dije frunciendo el ceño.
Sacudió la cabeza y tensó su mandíbula, tomando un profundo aliento, obviamente intentando calmarse a si mismo antes de hablar. 
—Ustedes dos están juntos  —dijo simplemente, mirándonos de uno al otro para confirmación. Me moví incómoda en mi asiento. De acuerdo, demasiado para un
par de semanas.
—Sí —respondió Peter asintiendo. Su brazo envuelto apretadamente a mí alrededor.  Me encogí hacia él, esperando que esto fuera un sueño. No sólo mi padre abusivo estaba regresando sino que mi hermano iba comenzar a golpear a mi novio.
—¿Desde hace  cuánto? —preguntó, su mandíbula aún tensa, pero parecía estar haciéndolo bien con su autocontrol.
—Desde el viernes  —respondió Peter en voz baja. Se veía realmente culpable, y sabia que era mi culpa, porque le había pedido que mintiera sobre esto.
—Él te lo quiso decir de inmediato, pero yo quería esperar. No quiero que ustedes dos peleen. ¿Por favor? —rogué mirando a mi hermano, poniendo carita de cachorro.
—Te gusta, ¿Lali?—preguntó Vic, cerrando los ojos, pareciendo triste y decepcionado.
—Sí —admití, aún rogándole con mis ojos que lo aceptara y no fuera a culpar a Pitt por esto. Odiaría esto si ellos caen sobre mí. 
Él asintió pero no abrió sus ojos.
—¿Qué fue lo que hiciste, Pedro?¿Cómo hiciste eso?¿Calmarla de esa forma? —
preguntó abriendo los ojos y mirándolo con gratitud.
—No lo sé. Es sólo algo que la calma, eso es todo. Siempre lo ha hecho —dijo Pitt con un encogimiento de hombros.
—¿Qué siempre lo ha hecho ¿Cuándo lo hiciste antes?—preguntó Jake, pareciendo confundido.
—Sí, he  tenido que tranquilizarla un par de veces—respondió Peter tristemente.
Pensé a lo que se refería, todas las veces que me había visto llorar, probablemente cada noche, hasta los 14 años.
—¿Qué? ¿Cuándo? Nunca te había visto hacer eso  —protestó Vico, negando con su cabeza, pareciendo confundido. 
Saqué un inestable suspiro. Ahora va a descubrir que Peter duerme en mi cuarto.
Crucé mis dedos y recé porque esto saliera bien, que Vico estuviera de acuerdo, y no muy enojado con su mejor amigo. Peter me miró pidiéndome permiso para decirle, y asentí mordiéndome el labio, sabiendo que esto se iba a saber tarde o temprano.
—Vic, por favor no enloquezcas —rogué, moviendo mi cuerpo hasta que estuvo ligeramente enfrente de Peter, en caso de que Vico se lanzara hacia él o algo. Mi
pequeño movimiento, podría detenerlo de atacar a mi novio. —Vico, chico, nada nunca ha pasado, lo juro —prometió Pitt. Vico lo miró, con su expresión aún más confundida—Cuando tenía diez, la vi a través de mi ventana llorando en su cama. Así que me acerqué para asegurarme de que estaba bien, y terminé durmiendo en su cama —Vico lo miraba como  si estuviera a punto de asesinarlo en ese momento—. Sucedió de nuevo a la noche siguiente y la siguiente. Ella lloraba y yo entraba a hurtadillas por su ventana. Después de un tiempo, se convirtió en un hábito —dijo Peter frunciendo un poco el ceño.
Vico saltó con su puño en alto. Sus ojos estrechos miraban a Peter. Tan rápido como un rayo, Peter me agarró del brazo y me puso detrás de él, protectoramente. Los ojos de Vico, llamearon antes de que su rostro se calmara.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó Vic, jadeando y mirando a Peter intensamente.
—¿Hacer qué? —preguntó Peter, aun sosteniéndome detrás de él.
—Poner a mi hermana detrás de ti de esa forma —dijo Vico, completamente calmado ahora.
Peter sacudió su cabeza, como si no terminara de entender la pregunta. 
—Es sólo que no quiero que salga lastimada, eso es todo.
Vico volvió a sentarse, pasando sus manos a través de su rubio cabello. 
—¿De verdad te gusta mi hermana? —preguntó mirando el piso.
—Victorio, estoy enamorado de tu hermana, lo sabes —Peter se sentó en el sofá y me
hizo sentar junto a él.
Vicoasintió. 
—Y has dormido en su cama antes, cuando éramos niños —declaró Jake, como si estuviera asegurándose que había entendido bien las cosas.
—No sólo cuando éramos niños, eso es lo que estaba intentando decirte. Ella solía llorar, así que me metía a escondidas para confortarla cada noche. Es sólo que se volvió una costumbre, y ahora ninguno de los dos puede dormir bien, sin el otro ahí —admitió Peter, frunciendo el ceño.
El rostro de Vico se endureció. 
—¿Aún duermes en su cuarto?¿Cada noche desde que tenias diez? Maldición, ¡Mierda! ¡Hijo de puta, idiota estúpido! —rugió Vico, no realmente capaz de dejar salir las palabras, dando un paso al frente, con sus puños cerrados otra vez.
Apreté los ojos. ¡Oh, Dios, aquí viene! Levanté mis manos, intentando detenerlo. 
—Vico, ¿recuerdas cuándo solía despertarme gritando todo el tiempo?—pregunté desesperada.  Necesitaba  hacerlo  entrar en  razón  antes  de que terminaran
peleando.
Asintió y cerró los ojos, pestañeó. 
—Sí, dejaste de hacerlo cuando tenías como ocho o algo así.
Asentí. 
—Sí, tenía ocho. Eso fue cuando Pitt comenzó a dormir conmigo. Ya no tuve pesadillas, gracias a él—dije sonriendo, y apretando la mano de Peter.
—¡Sí las tenías! Tuve que dormir un par de veces contigo —protestó Vico.
—Sí, lo hiciste, pero seguí teniendo  pesadillas aun cuando estabas ahí—lo contrarié. Vico se estremeció y asintió, probablemente recordándome gritar en su cama—. Sólo he tenido unas pocas pesadillas desde entonces, y la única vez que las he  tenido ha sido cuando  Pitt no estaba ahí. Como cuando estaba de vacaciones o algo—expliqué mirando a Vico, viendo la comprensión pasar por su rostro. Nos quedamos en silencio por un momento. 
Peter acariciaba la parte de atrás de mi mano, Vico sólo miraba el piso. Después de lo que pareció una eternidad, Vico miró a Peter.
—Pedro, si lastimas a mi hermana, mejor amigo o no, te mataré —le advirtió.
Podía ver que lo decía en serio.
—No lo haré, lo prometo —juró Peter, con una sonrisa tranquilizadora. 
—De acuerdo, me voy a la cama. Supongo que los veré en la mañana, asegúrense de cerrar la puerta antes de irse a la cama —instruyó Vico parándose y dejándonos sentados en el sofá en shock.
Miré a Peter, se veía tan anonadado como yo me sentía. 
—Wow, eso fue más fácil de lo que hubiera imaginado —reflexionó, sonriéndome
mientras ponía sus manos a ambos lados de mi rostro. 
Sonreí, complacida de que esto finalmente saliera a la luz.
—¿Quieres ir a la cama Pitt? No estoy de humor para hacer tareas, sólo quiero dormir.—Sólo necesitaba meterme en la cama y tenerlo a él, sosteniéndome por un rato.
Asintió y besó mi nariz. 
—Sí, sólo necesito regresar a mi casa primero. Vico llamó y dijo que tú estabas mal,
así que sólo salí corriendo de la casa, sin decirles a mis padres a dónde iba.— Acarició mi rostro con sus pulgares suavemente, sólo mirándome con una sonrisa triste.
—Está bien. Supongo que me iré a la cama, y te veré cuando estés listo—dije levantándolo y empujándolo hacia la puerta.
 —Hey, ¿puedo usar la puerta ahora que Vi sabe? —sonrió.
Reí con su emoción, pero negué con la cabeza. 
—No, tus padres podrían verte…a menos que quieras decirles que te estás quedando aquí —sugerí.
Sonrió felizmente. 
—Me encantaría caminar por tu puerta de enfrente, y encontrarte en tu  cama. Nunca he hecho eso antes.
Saqué mis llaves y se las pasé. 
—Asegúrate de cerrar bien la puerta, ¿si? —lo besé en la mejilla e hice mi camino hacia mi cuarto.

Eran casi las diez pero mi cuerpo se sentía tan exhausto por todo el drama emocional, que me sentía como si no hubiera dormido en días. Me saqué la ropa y me metí en mi camiseta favorita, que solía ser de Peter. Me dormí de inmediato. Unos minutos después, sentí dos brazos rodeándome y una pesada pierna deslizarse sobre la mía. Sonreí  y me presioné contra él. Mi novio. Al único que necesitaba cuando las cosas se ponían mal.
Es raro, pero cuando Vico me alejó de Pitt esta noche, me sentí extraña, como si hubiera  dejado  mi  corazón  detrás. No  me  di cuanta hasta entonces, cuán fuertemente estaba conectada a él. Literalmente lo era todo para mí. Cuando sentí sus brazos a mí alrededor más temprano, me sentí como en casa, todo el pánico había comenzado a retroceder. Me sentía, como si mientras él estuviera conmigo, estaría bien.
Me encogí dentro de él y lo escuché susurrar: 
—Te  amo  —justo antes de caer en un profundo y tranquilo sueño, esta vez no dudé de sus palabras. 

Continuara...

Ultimo!

El papa quiere volver a verlos!!!

Yo solo les voy a advertir que tiene muchas... emociones esta nove!! 
Hasta mañana!
Besos 
Lunis ♥

6 comentarios:

  1. pobre lali, remover todo ahora que esta tan bien!!... ese hdp tendria que estar preso!!
    JAJA ESA CARITA DEL GATO AL FINAL ME MATO! JAJA
    LOLAZ

    ResponderEliminar
  2. Muy comprensivo Vico,si k ama a Lali profundamente.
    Espero k no dejen acercarse a ese ser k quiere verlos.
    Gracias x la maratón!!!!
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. MAAAAAS!! <3 Muy bueno el Cap!!
    Manu

    ResponderEliminar
  4. diossss que llamen a la policia o algo! Ese hombre es un psicopata!!!

    ResponderEliminar
  5. Otrooo, al fin al menos se sabe la verdad sobre ellos!!

    ResponderEliminar