Debemos habernos quedado dormidos, porque desperté con Peter todo desparramado encima de mí. Miré su reloj. Mierda, ¡eran
más de las nueve!
Vico ya debía estar en casa. Lo sacudí para que
despertara.
—Hey, me tengo que ir son más de las nueve—dije
intentando desenredarlo de mí.
Gimió.
—Diez minutos más Ángel —murmuró soñolientamente.
Sonreí, se veía tan lindo cuando estaba durmiendo. Reí
mientras le hacía cosquillas.
—Pitt no es de
mañana, aún es noche, pero me tengo que ir. Vico se estará preguntado ¡dónde
estoy! —expliqué, finalmente sacándolo de encima de mí y levantándome. Gimió y me tiró de regreso hacia él,
sosteniéndome fuerte contra su cuerpo, sonriendo soñolientamente. Reí—. ¡Detente! tengo
que irme —dije riendo mientras mordisqueaba el lóbulo de mi oreja.
Sacudió su cabeza.
—Te veré en una
hora. De todas formas tengo tarea que hacer—dije, encogiéndome de hombros.
Suspiró con resignación.
—Sí, yo también—admitió, haciendo un pequeño puchero.
Salí de su cama y fui hacia la puerta.
—Hey espera, te acompañaré a la puerta—Agarró mi mano mientras caminábamos por el pasillo. Asomé la cabeza hacia el
living.
—Adiós Juls. Adiós Barto—dije.
—Adiós cariño —respondió Bartolome, sin sacar los ojos de la
televisión. Julia me sonrió.
—Adiós Lali¿Se
divirtieron?—preguntó dándome un guiño. Me sonrojé y asentí insegura de que mi voz pudiera salir si intentaba
hablar.
Peter rodó sus ojos, me llevó hasta la puerta de enfrente,
contra la cual me presionó
ligeramente y me besó hasta que me sentí un poco mareada.
—Te veo después de las 10, ¿de acuerdo? —susurró
acariciando mi mejilla.
Camine rápidamente hacia mi casa, volteándome para sonreírle a Pitt mientras atravesaba la puerta de enfrente. Bendito sea, él estaba parado en su
porche, viendo para asegurarse de que llegara a salvo a casa y es
que sólo vivía como a 9 metros.
Vic estaba sentado en el sofá, esperándome. Mientras
pasaba por la puerta, me miró, con sus ojos estrechos con enojo.
—¿Dónde has estado? ¡Estaba preocupado!. Podrías haber
dejado una nota o algo —dijo sacudiendo sus manos de manera desaprobadora.
viendo que ya que no estabas aquí, en ir para no quedarme aquí sola—dije encogiéndome de hombros.
—¡Amo las cenas de Juls! —gimió, la expresión de enojo
abandonando su rostro, para ser remplazada por una de celos.
—Bueno te perdiste una buena, hizo pastel casero y
todo —me burlé, sonriendo malvadamente mientras se lamentaba.
—Bueno, yo disfruté de mi queso a la parrilla —bromeó,
haciéndome reír.
—Voy a hacer mis tareas. —Me volteé y comencé a dirigirme
al pasillo para ir a mi cuarto.
—La, espera
un minuto. Necesito hablarte de algo—dijo,
acariciando el sofá junto a él, viéndose triste. Me dejé caer a su lado.
—¿Qué pasa Vic? —pregunté, preocupada, se veía realmente
molesto por algo.
Tomó un profundo respiro.
—Le hablé a mamá esta noche. —Sonreí.
—¿Sí?¿Está bien?¿Viene a casa?—pregunté emocionándome,
pensando en que vería a mi madre antes de dos semanas.
La había extrañado
con locura, y
las veces que
estaba aquí, parecían pasar demasiado rápido.
Sacudió su cabeza.
—Me dijo algo, pero no quiero que
enloquezcas por eso. No hay nada por que preocuparse. Lo prometo. —Tomó mi mano y me miró,
sonriendo tristemente.
Oh demonios, ¡esto va a ser malo!
Nos íbamos a tener que mudar a China. Había perdido su trabajo. Se estaba volviendo a casar, pero supongo que eso no era algo malo,
a menos que el tipo fuera un idiota. Cientos de cosas pasaron por mi mente,
pero la última cosa que esperaba fue lo que Vico dijo:
—Nuestro padre
se contactó con ella. Aparentemente quiere vernos, recompensarnos por
lo que hizo—escupió a través de sus dientes, su tristeza transformándose en rabia ciega.
No podía
respirar. Mis pulmones se rehusaban a trabajar. Mi corazón latía demasiado rápido, mientras mi cuerpo comenzaba a temblar.
Él estaba volviendo.
Quería vernos. La última vez que vi al hombre, me había
arrancado mi camisa del colegio y me había empujado al suelo, mientras se sacaba
los pantalones. Estaba a punto de
violarme cuando Vico y Peter entraron y lo comenzaron a golpear. Oh Dios, estaba de vuelta.
Reproduje todos los golpes que nos dio a mí y a Vico,
todos los toques que habían sucedido cuando estaba a solas con él, las palabras susurradas, y las sonrisas
secretas. Mi visión comenzó a tener puntos negros,
mientras hiperventilaba. Me iba a morir, podía
sentirlo; mi cuerpo se estaba apagando incapaz de lidiar con los recuerdos y el dolor.
Era vagamente consiente de los gritos.
—Sólo déjala, ¡puedo ayudarla! —gritó una voz que
reconocía.
—Llama al 911 por el amor de Dios. ¡No puede respirar!
—gritó Vico.
—Victorio, ¡déjala! Yo me encargo, lo prometo—dijo
urgentemente la voz de nuevo.
Fui ligeramente empujada y entonces sentí dos fuertes brazos rodeándome, y presionándome hacia un duro pecho; había un hermoso aroma
que reconocí como
el de Peter.
Me concentré en sentir el constante
latido de su corazón contra mi pecho, y los puntos negros comenzaron a desaparecer.
Después de
unos minutos, recuperé el control de mis brazos, y los enredé apretadamente
alrededor de su cintura, aferrándome a él como si fuera la única cosa que evitaba que me cayera del borde del mundo.
Mi padre estaba regresando, pero yo estaba con Pitt, y él
no dejaría que nada me lastimara, lo sabia. Así que comencé a sentirme a salvo
en sus brazos. Después de
lo que pareció una eternidad, fui capaz de hacerme hacia
atrás y mirarlo.
—¿Estas bien ahora? —preguntó, poniendo sus manos a ambos
lados de mi rostro y presionando su frente contra la mía.
Asentí y me lamí mis labios, los cuales por algún motivo
estaban salados, y me di cuenta de que estaba llorando. Me limpié el rostro y
esnifé. Lentamente me volví consciente de lo que me rodeaba. Aún estaba en el
salón.
Levanté la vista para ver a Vico sentado ahí,
conmocionado observándonos a mí y a Peter. Su boca colgaba abierta, y sus ojos muy abiertos. Pensé en hacerme hacia atrás, pero no podía. No me podía alejar de Peter, era mi seguro; era al
que necesitaba, el que me mantendría a salvo de todo esto.
Vico caminó hacia mí, y me sacó de los brazos de Peter,
haciéndome lloriquear. Me rodeo en un fuerte abrazo.
—Demonios, Lali. ¡Nunca me hagas eso de nuevo!¡Creí que te ibas a
morir! Mierda, que me asustaste —despotricó Vico mientras me
mecía gentilmente.
—Estoy bien —dije
débilmente. Mire hacia a
Pitt, por tranquilidad y vi que no estaba ahí, el pánico comenzó a levantarse en mi pecho mientras mi respiración comenzaba a acortase.
Vico me abrazó más fuerte.
—Shh está
bien. Sólo respira, shh—murmuró, pero no podía, mis pulmones estaban demasiados apretados.—¡Mierda! —jadeó Vico al mirarme—. ¡Pedro, vuelve aquí
rápido! —casi gritó.
Peter corrió de regreso al cuarto, sosteniendo un vaso de
agua que dejó en la mesa bruscamente, tirando la mitad de ésta, antes de envolver
sus brazos a mi alrededor.
—Está bien, Ángel —susurró, poniendo sus labios en mi
cuello otra vez.
Después de un par de
minutos, cuando pude recuperarme, le sonreí a Peter gratamente. Victorio se veía mordazmente enojado.
—¿Qué demonio? Ustedes dos están juntos, ¿no?
—rugió.
Peter levantó una mano para detener su arranque.
—Mira Victorio, tú
y yo hablaremos de esto, pero justo ahora no es el momento después de lo
que ha pasado. Necesito asegurarme de que ella esté bien —dijo con severidad poniéndole fin a la conversación.
Victorio me miró arrepentido y asintió.
—Lo siento, Mariana, pero tenía que decírtelo, asegurarme
que lo supieras, pero te prometo que nunca dejaré que te lastime. No tienes que
preocuparte por nada. Lo mataré antes de que te toque —dijo Vico tomando mi mano.
Sonreí, pero tengo la sensación de que se vio más como
una mueca.
—Lo sé, Vic. Siento haberme vuelto loca y asustarte—Levanté una temblorosa mano y limpié mis lágrimas de nuevo.
Peter me dio el vaso de agua y la bebí. Noté que Vic observaba cada movimiento de él, mirándolo enojado.
—Deja de mirarlo así Victorio, él no ha hecho nada malo —dije
frunciendo el ceño.
Sacudió la cabeza y tensó su mandíbula, tomando un profundo aliento, obviamente intentando calmarse a si mismo antes de
hablar.
—Ustedes dos están juntos
—dijo simplemente, mirándonos de uno al otro para confirmación. Me moví incómoda en mi asiento. De acuerdo,
demasiado para un
par de semanas.
—Sí —respondió Peter asintiendo. Su brazo envuelto apretadamente a mí alrededor. Me
encogí hacia él, esperando que esto fuera un sueño. No sólo mi padre abusivo estaba regresando sino que mi hermano iba
comenzar a golpear a mi novio.
—¿Desde hace
cuánto? —preguntó, su mandíbula aún tensa, pero parecía estar haciéndolo bien con su autocontrol.
—Desde el viernes
—respondió Peter en voz baja. Se veía realmente culpable, y sabia que era mi culpa, porque le había pedido que
mintiera sobre esto.
—Él te lo quiso decir de inmediato, pero yo quería esperar. No quiero que ustedes dos peleen. ¿Por favor? —rogué mirando a mi
hermano, poniendo carita de cachorro.
—Te gusta, ¿Lali?—preguntó Vic, cerrando los ojos, pareciendo triste y decepcionado.
—Sí —admití, aún rogándole con mis ojos que lo aceptara y
no fuera a culpar a Pitt por esto. Odiaría esto si ellos caen sobre mí.
—¿Qué fue lo
que hiciste, Pedro?¿Cómo hiciste eso?¿Calmarla de esa forma? —
preguntó abriendo los ojos y mirándolo con gratitud.
—No lo sé. Es sólo algo que la calma, eso es todo.
Siempre lo ha hecho —dijo Pitt con un encogimiento de hombros.
—¿Qué siempre lo ha hecho ¿Cuándo lo hiciste antes?—preguntó Jake, pareciendo confundido.
—Sí, he
tenido que tranquilizarla un par de veces—respondió Peter tristemente.
Pensé a lo que se refería, todas las veces que me había
visto llorar, probablemente cada noche, hasta los 14 años.
—¿Qué? ¿Cuándo? Nunca te había visto hacer eso —protestó Vico, negando con su cabeza, pareciendo confundido.
Saqué un inestable suspiro. Ahora va a descubrir que Peter duerme en mi cuarto.
Crucé mis dedos y recé porque esto saliera bien, que Vico estuviera de acuerdo, y no muy
enojado con su mejor amigo. Peter me miró pidiéndome permiso para decirle, y asentí mordiéndome el labio, sabiendo que esto
se iba a saber tarde o temprano.
—Vic, por favor no enloquezcas —rogué, moviendo mi
cuerpo hasta que estuvo ligeramente enfrente de Peter, en caso de que Vico se
lanzara hacia él o algo. Mi
pequeño movimiento, podría detenerlo de atacar a mi
novio. —Vico, chico, nada nunca ha pasado, lo juro —prometió
Pitt. Vico lo miró, con su expresión aún más confundida—Cuando tenía diez, la vi a
través de mi ventana llorando en su cama. Así que me acerqué para asegurarme
de que estaba bien, y terminé durmiendo en su cama —Vico lo miraba como si estuviera a punto de asesinarlo en ese momento—. Sucedió de nuevo a la noche
siguiente y la siguiente. Ella lloraba y yo entraba a hurtadillas por
su ventana. Después de un tiempo, se convirtió en un hábito —dijo Peter frunciendo un poco el ceño.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó Vic, jadeando y mirando
a Peter intensamente.
—¿Hacer qué? —preguntó Peter, aun sosteniéndome detrás de
él.
—Poner a mi hermana detrás de ti de esa forma —dijo Vico, completamente calmado ahora.
Peter sacudió su cabeza, como si no terminara de entender
la pregunta.
—Es sólo que no quiero que salga lastimada, eso es todo.
Vico volvió a sentarse, pasando sus manos a través de su
rubio cabello.
—¿De verdad te gusta mi hermana? —preguntó mirando el
piso.
—Victorio, estoy enamorado de tu hermana, lo sabes —Peter se
sentó en el sofá y me
hizo sentar junto a él.
Vicoasintió.
—Y has dormido en su cama antes, cuando éramos niños
—declaró Jake, como si estuviera asegurándose que había entendido bien las
cosas.
—No sólo cuando éramos niños, eso es lo que estaba
intentando decirte. Ella solía llorar, así que me metía a escondidas para confortarla
cada noche. Es sólo que se volvió una costumbre, y ahora ninguno de los dos puede
dormir bien, sin el otro ahí —admitió Peter, frunciendo el ceño.
El rostro de Vico se endureció.
—¿Aún duermes en su cuarto?¿Cada noche desde que tenias diez? Maldición, ¡Mierda! ¡Hijo de puta, idiota estúpido! —rugió
Vico, no realmente capaz de dejar salir las palabras, dando un paso al frente, con
sus puños cerrados otra vez.
—Vico, ¿recuerdas cuándo solía despertarme gritando todo
el tiempo?—pregunté desesperada.
Necesitaba hacerlo entrar en
razón antes de que terminaran
peleando.
Asintió y cerró los ojos, pestañeó.
—Sí, dejaste de hacerlo cuando tenías como ocho o algo
así.
Asentí.
—Sí, tenía
ocho. Eso fue cuando Pitt comenzó a dormir conmigo. Ya no tuve pesadillas, gracias a él—dije sonriendo, y apretando
la mano de Peter.
—¡Sí las tenías! Tuve que dormir un par de veces contigo
—protestó Vico.
—Sí, lo hiciste, pero seguí teniendo pesadillas
aun cuando estabas ahí—lo contrarié. Vico se estremeció y asintió, probablemente
recordándome gritar en su cama—. Sólo he tenido unas pocas pesadillas desde
entonces, y la única vez que las he tenido ha sido cuando Pitt no estaba ahí. Como cuando estaba de vacaciones o algo—expliqué mirando a Vico, viendo la
comprensión pasar por su rostro. Nos quedamos en silencio por un momento.
Peter acariciaba la parte de atrás de mi mano, Vico sólo
miraba el piso. Después de lo que pareció una eternidad, Vico miró a Peter.
—Pedro, si lastimas a mi hermana, mejor amigo o no, te
mataré —le advirtió.
Podía ver que lo decía en serio.
—No lo haré, lo prometo —juró Peter, con una sonrisa
tranquilizadora.
—De acuerdo, me voy a la cama. Supongo que los veré en la mañana, asegúrense de cerrar la puerta antes de irse a la cama
—instruyó Vico parándose y dejándonos sentados en el sofá en shock.
Miré a Peter, se veía tan anonadado como yo me
sentía.
mientras ponía sus manos a ambos lados de mi rostro.
Sonreí, complacida de que esto finalmente saliera a la
luz.
—¿Quieres ir a la cama Pitt? No estoy de humor para hacer
tareas, sólo quiero dormir.—Sólo necesitaba meterme en la cama y tenerlo a
él, sosteniéndome por un rato.
Asintió y besó mi nariz.
—Sí, sólo necesito regresar a mi casa primero. Vico llamó
y dijo que tú estabas mal,
así que sólo salí corriendo de la casa, sin decirles a mis padres a dónde iba.— Acarició mi rostro con sus pulgares suavemente, sólo
mirándome con una sonrisa triste.
—Está bien. Supongo que me iré a la cama, y te
veré cuando estés listo—dije levantándolo y empujándolo hacia la puerta.
—Hey, ¿puedo usar la puerta ahora que Vi sabe? —sonrió.
Reí con su emoción, pero negué con la cabeza.
—No, tus padres podrían verte…a menos que quieras decirles que te estás quedando aquí —sugerí.
Sonrió felizmente.
—Me encantaría caminar por tu puerta de enfrente, y encontrarte en tu cama. Nunca he hecho eso antes.
Saqué mis llaves y se las pasé.
—Asegúrate de cerrar bien la puerta, ¿si? —lo besé en la
mejilla e hice mi camino hacia mi cuarto.
Es raro, pero cuando Vico me alejó de Pitt esta noche, me
sentí extraña, como si hubiera
dejado mi corazón
detrás. No me di cuanta hasta entonces, cuán fuertemente estaba conectada a él. Literalmente lo era
todo para mí. Cuando sentí sus brazos a mí alrededor más temprano, me sentí como en
casa, todo el pánico había comenzado a retroceder. Me sentía, como si mientras
él estuviera conmigo, estaría bien.
Me encogí dentro de él y lo escuché susurrar:
—Te amo —justo antes de caer en un profundo y tranquilo sueño, esta vez no dudé de sus palabras.
Continuara...
Ultimo!
El papa quiere volver a verlos!!!
Yo solo les voy a advertir que tiene muchas... emociones esta nove!!
Hasta mañana!
Besos
Lunis ♥
pobre lali, remover todo ahora que esta tan bien!!... ese hdp tendria que estar preso!!
ResponderEliminarJAJA ESA CARITA DEL GATO AL FINAL ME MATO! JAJA
LOLAZ
Muy comprensivo Vico,si k ama a Lali profundamente.
ResponderEliminarEspero k no dejen acercarse a ese ser k quiere verlos.
Gracias x la maratón!!!!
Besos.
MAAAAAS!! <3 Muy bueno el Cap!!
ResponderEliminarManu
++++++++
ResponderEliminardiossss que llamen a la policia o algo! Ese hombre es un psicopata!!!
ResponderEliminarOtrooo, al fin al menos se sabe la verdad sobre ellos!!
ResponderEliminar