sábado, 31 de mayo de 2014

"Entre lineas" capitulo 42


Poli
Producción alquiló  el piso  treinta  de una  oficina  en jodido  Dallas para  la  sede de Rosings Corp. Lo  que significa  tres días (y  dos noches)  en Dallas con Pedro,  Lali  y  Emilia.  No  soy  el  favorito de cualquiera de ellos en este preciso momento.
Me dirijo  al  ascensor el  lunes  por la  mañana,  una bolsa  de viaje  colgada  al  hombro, mi brazo  alrededor  de mi último  entretenimiento  de la  noche anterior.  Ella  está  riendo  y  usando  mi camisa  (maldita  sea, probablemente nunca la veré otra vez y es una de mis favoritas).  Ella es linda,  pero  después  de  una  noche con ella,  estoy  desesperadamente ansioso  por silencio.
A medida que damos la vuelta de la esquina, Lali acaba de cerrar la  puerta  de su  habitación y  se detiene en el  pasillo,  agarrando  el  asa de  su  bolsa.  Se vuelve hacia  la  puerta  tan  pronto  como  me ve,  pero  es  ya  demasiado tarde, se ha cerrado automáticamente, estamos todos atrapados en el pasillo juntos.
Mientras paso por su lado, dije: ―Buenos días, Lali.
Con labios fruncidos,  levanta  sus ojos a  los míos antes de alejarlos  volviéndose hacia el ascensor. ―Buenos días ―murmura.
Inútilmente,  la  chica  con mi  camisa ríe.  La  ángulo  por sus hombros  hacia  la  dirección de su  habitación y  le doy  una nalgada,  resistiendo  la  tentación de arrojarla en esa dirección. ―Tienes que dormir un poco.
― Ay! ―Dice, seguido de más risas. Jesús.
Siguiendo  a  Lali  hacia  el  ascensor,  no  puedo  evitar  hacer un inventario  de todo  lo  que he encontrado  físicamente atractivo  sobre ella— cómo  su  cabello  fluye sobre sus hombros,  la  manera  en  que se mantiene a  medida que camina, la curva de su cadera y la línea de los músculos por el  lado  de  las piernas por debajo  del  dobladillo  de su  pantalón blanco,  el
apilado  de pulseras  en la  muñeca  de  su  brazo  izquierdo, y  en su  mano  derecha, el anillo de plata con la historia que nunca conoceré. Entramos en el ascensor y esperamos llegar a la planta baja, en silencio, su hombro pálido  contra  la  pared  opuesta.  Tarareo  para  mí  mismo  mientras tomamos el  que  parece ser el más lento descenso en la historia de los ascensores. Y me pongo
a pensar ¿Está esta maldita cosa, incluso en movimiento? Podría  gatear por  las escaleras más rápido, cuando no hace mucho tiempo, los dos de nosotros apreciábamos el lento viaje en ascensor. 
Pedro  y  Emilia se encuentran  en el  vestíbulo,  junto  con Bob, que  está hablando a través de un walkie talkie mientras nos trae hacia fuera. Por suerte, por ser temprano sólo produce un par de paparazis. Emi toma el  brazo  de Lali,  hablando  sin sentido  en el  camino  hacia  el  coche.  Ella  se  sienta al lado de Lali y Pedro se sienta frente a ella. 
Han unido  sus fuerzas para  asegurarse de esté tan lejos de ella  como  sea posible.
Excelente.

Lali
―Nunca  me dijiste cómo  te fue en el  SAT.  ―Peter le agrega  un poco  de todo  a  su  tortilla  de la  fajita  que estamos compartiendo, incluyendo crema agria, queso y guacamole  que debo  de evitar  para  no  ser acusada  de otra  pancita  de bebé.  Los dos hemos encontrado un Tex-Mex para nuestra última cena en Dallas. El novio de Emi está en la ciudad por una consulta de algún proyecto, así que está  con él,  y  Pablo  está,  probablemente,  manoseándose con una de las nuevas  extras o  una groupie local.  El  rodaje fue el  mismísimo  infierno,  pero  ya  está terminado.
―El examen fue largo y arduo. ―Muevo mi pie al ritmo de la música en  el  fondo  mientras selecciono  las piezas margas de pollo  a  la  plancha  y  verduras. Peter sonríe, y me doy cuenta de que tiene un poco de crema  agria en la comisura de la boca. Me pregunto qué haría él si me inclino y se la  quito con un dedo. Tal vez con una servilleta. Tal vez debería decir algo. Tal  vez sólo ignorarlo. 
―Suena traumático ―dice.  Eh? Oh, el SAT.
Me encojo  de hombros,  tomo  un  sorbo  de té helado  y  miro  hacia  su  boca  de otra  vez. La  crema  agria  sigue ahí.  Tengo  una  visión  sobre mí  inclinándome sobre la mesa y lamiendo la crema, y dejo escapar, ―Tienes un  poco… ―y apunto a la esquina de mi boca. Él retira la servilleta de su regazo y limpia la esquina de su boca.
― Listo?
―Sí.  ―Debo  dejar de mirar su  boca.  Me recuesto  en el  taburete de  cuero suave y me obligo a mirar lejos de él. Si Peter y Paula están juntos, o  tratando de estarlo, entonces no tengo nada que contemplar… lamiéndolo. 
―Fans, a las tres en punto.
― Uh? —Dije,  y  él  levanta  una ceja—. Está  bien,  ese no  cuenta. Era  básicamente una pregunta, no sólo un uh.
―Muy bien ―dice sonriendo―. Te dejaré pasar esa.
Trato  de ser encubierta  en mirar por encima  de mi hombro,  pero  no  funciona,  una mesa completa  de chicas universitarias están mirando  hacia  nosotros.  El  hecho de que yo  esté mirándolas enciende el  entusiasmo  para  hablar entre sí, y luego los teléfonos celulares aparecen. 
―Mierda.  Podemos irnos?
―No  he pagado  todavía.  ―Busca  a  nuestro  mesero,  le indica  que se acerque―. Los restaurantes suelen fruncir el ce o a los clientes que se van sin  pagar.  Incluso  a  los que son famosos.  ―El  mesero  llega  con la  cuenta  y  Peter le entrega su tarjeta de crédito―. Tú sabes, hemos hablado de esto  antes.  Va a suceder muchas veces más, una vez que la película se estrene.
―Se ríe en voz  baja  mientras frunzo  el  ceño  en mi regazo―.  Lali  ―dice,  provocando que lo vea. Está recostado, sus antebrazos cruzados delante de  él en la mesa, sus ojos oscuros y directos―. Eres la actriz principal femenina en  una película tan esperada. Esto está a punto de ser tu vida diaria.
Tiene razón, por supuesto. Me apoyo en mi antebrazo, también. ―Cande me dijo que las páginas de fans se están volviendo locos preguntándose por  qué Pablo está  siendo  viendo  con todo  el  mundo,  excepto  por mí.  ―Podría  perderme en sus ojos. Tengo que dejar de mirarlos como si deseara perderme  en ellos―. Sabes lo que esto va a ocasionar, yo siendo fotografiada a lo que  sin duda será descrito como una cena íntima, contigo.

Él sonríe, firmando el recibo y guardando su tarjeta. ―Puedo soportarlo.  Ahora  pon algo  de actitud,  y  vamos a  salir de  aquí.  ―Llama  a  nuestro  conductor para  reunirse con nosotros frente al  restaurante  y  toma  mi mano  mientras  salimos,  y  a  pesar de que  la  gente está  mirando,  tomando  fotografías con teléfonos celulares,  o  simplemente apuntando,  me siento  tranquila con mi mano entre la suya. 

viernes, 30 de mayo de 2014

"Entre lineas" capitulo 41


Poli
Casi siento  lástima  por María.  Ni siquiera  pude tolerarla  por  veinticuatro horas enteras. Resulta que sí hay tal cosa como la  adulación y  adoración excesiva.  La  siguiente fue una chica  disfrazada de animadora de Netherfield High (a la cual le pedí  que se dejara  el  disfraz  la  mayoría  del tiempo),  después fue una mujer  considerada como una de las profesoras.
He evitado  cualquier interacción social  con mis compañeros de reparto, excepto por Agus y Vico, hasta esta noche, cuando todos están  reunidos en la habitación de Paula para celebrar el cumpleaños de Ángela.
Estúpidamente he traído a la chica de la noche anterior. Vivian fue exquisita y  creativa en la cama; fuera de ella es grosera y áspera. Aun así, necesito algo  entre Lali y yo, o terminaré haciendo algo imprudente como ponerme de  rodillas y rogarle por misericordia.
Agustín  está  abriendo  una especie de botella  de Riesling.  Está  destrozando el corcho mientras Emma mira, riendo mientras se vierte el vino y  trozos de corcho  en copas,  utilizando  popotes,  cucharas,  servilletas y  palillos  de dientes.
― Acaso masticaste el corcho, Thaddeus? ―Dije.
―Vete a la mierda, hombre ―dice Agus mientras quita la última pieza.
Vivian se  desliza  hacia  mí  y  me pregunta: ― Qué estás haciendo? ―Mientras le lanza una mirada desafiante a Lali. Cristo. No necesito esto.  
―Estoy  consiguiéndote  un trago,  cariño. ―Tomo  una copa  y  se la  entrego con una sonrisa, preguntándome si el alcohol la hará suavizarse o ser  más beligerante.  Se levanta sobre la punta de sus pies y frota su nariz con la  mía, marcando el territorio. Tienen que estar bromeando.
Lali,  compartiendo  una mirada con Agus,  introduce un dedo  en su  boca, saca la lengua, y él se ríe.
Por desgracia,  Vivian se percata  del  intercambio.  Entrecierra  los ojos hacia Lali y dice: ― Tienes un problema?
―Alto ahí ―la dirijo hacia el lado opuesto de la habitación―, nadie tiene  ningún problema.
¿Por qué mi apéndice no se reveló esta noche? Si se trata de un cara o  cruz, cual era más dolorosa, esa noche o esta.

Lali
Durante casi dos semanas,  he tenido  un jodido  asiento  en primera fila mientras Pablo hace un sendero a través del reparto de extras femeninos.  Pasen y  vean. Martinez Pablo está  aceptando solicitudes para una sola noche. Por un lado, no me importa, y por  el otro, es humillante y me hace sentir como una idiota total por pensar que podría ser algún tipo de excepción para la forma en que él trata a las chicas.
He evitado  hablar o  mirar hacia  él  esta  noche,  pero  puedo  sentir  sus ojos en mí  desde el momento  en  el  que entró  a  la  habitación.  Con el  SAT  mañana,  estoy  evitando el  alcohol,  pero  ayudé a  Agus  a  descorchar la  botella  de Riesling.  Nos la  arreglamos  para  desintegrar el  corcho  con el  sacacorchos,  y  mientras  que intentábamos sacar trozos fuera  de las copas,  Pablo apareció  a  mi lado  con su pareja, quien está  pegada  a  él  como  una  lapa a un buque.
Ella estaba tratando de empezar algo antes de que él la arrastrara lejos.  No  quiero  que él  piense que estoy  celosa.  Podrías pensar que ser actriz  ayudaría con este tipo de situaciones, pero somos humanos, con emociones  como  todos los demás,  y  a  veces no  se quedan sumergidas.  Me escapé  hacia el balcón para tratar de tranquilizarme.
Cierro  los ojos y  respiro  hasta  que Peter  sale y  se para  junto  a  mí,  manos en sus bolsillos;  sé que él  está  ahí  cuando  inhalo  su familiar aroma  picante.  Vemos como  el  cielo  se oscurece y  las  farolas comienzan a  parpadear. No habla por varios minutos, y considero el hecho de que él y yo  pasamos mucho  de nuestros  tiempos juntos sin hablar,  cómodos en la  compañía del otro. Es probablemente el resultado de correr juntos, el esfuerzo no siempre conduce a la conversación.
―SAT  mañana,  verdad? ―Me encanta  la  textura de su  voz,  el  timbre ronco  que dispara  vibraciones en algún lugar dentro  de mí.  Es una lástima  que pertenezca a Paula.
―Sí.  Creo  que tengo  la  excusa  perfecta  para  irme temprano  esta  noche.
―Hmm.  Estás pasándola  bien,  con…? ―Indica  hacia  el  interior,  y  a  Pablo.
―Sí, estoy bien.
Paula se une a  nosotros.  ―Hey,  estás bien?  Porque créeme,  me  gustaría decirle que tome a su puta y se vayan.
―Estoy bien ―miento.
―Bien,  tú solo  dime  y  están fuera de aquí.  ―Le da  un apretón a  mi hombro y regresa al interior.
Mi mundo  ha  dado  un giro  de 180  grados:  Quiero  que Pablo  desaparezca,  y  de alguna  manera  Paula y  yo  nos hemos convertido  en  mejores amigas.
Qué. Demonios.

Una hora más tarde estoy en mi cuarto, quejándome con Cande. ―…y la  garrapata  de Pablo comenzó  a  ponerse territorial.  Como si yo  fuera la  competencia. 
―Dios,  cuántas son ya?
―Cuatro, que yo sepa.
―Por Dios, qué hombre más puto.
Suspiro,  tirándome contra  las almohadas.  ―Si él  comienza  a  traerlas  cuando todos estamos juntos, no creo que vaya a ser capaz de soportarlo. Ya  es bastante difícil estar junto a él en la misma habitación.
―La, puede que estés más dolida de lo que crees ―sugiere.
―Solo estoy enojada, eso es todo.
―Sí tú lo dices…
No me cree, pero tengo que olvidar a Pablo por un momento, olvidarme  de dónde  estoy  y  todo  lo  que estoy  sintiendo.  ―Lo  estoy.  Y en otras cosas,  ¿Cómo está Luca?
―Luca está  bien ―dice,  y  si es posible  algo  como  ser  capaz  de escuchar una sonrisa, estoy escuchándola sonreír a través del teléfono.

"Entre lineas" capitulo 40


Poli
Las escenas con Lali  son las más difíciles  que he tenido  que  filmar.  ¿Haría  una diferencia si hablaba  con ella  a  solas,  rogara  por su  perdón  y  le digiera  que María no  significó  nada?
¿Cambiarían las cosas aún si eso  es verdad?   Necesitaba  una  distracción la  noche anterior para  adormecer la  emoción que se cocinaba  bajo la  superficie después  de la  confrontación  con Paula, después  de que Lali desapareció y no contestó mis llamadas o textos.  Ahora hay un glaciar  entre nosotros,  frío  y  enorme y  letal.    Cuando  la  veo  hablando  con Paula,  viendo  hacia  María,  mirándome a  mí  y  luego  lejos,  sé que cruzarlo  será  imposible.
Es bueno  que Will  Darcy  sea  una especie de patán,  o  nunca  sería  capaz de llevar esto a cabo.
Contemplo la idea de que debería sentirme mal por lo que sucedió casi  cuatro  años  atrás,  cuando  ni siquiera era  mí  deber  sentirme  mal.  No  he  pensado  en esa mierda  en años.  Aún  después  de ver a  Paula cuando  las  grabaciones comenzaron; claro, recordé la relación, pero trabajé demasiado  para borrar el desenlace de mi cerebro.  El como ella estaba involucrada con   otro tipo, tal vez más, mientras me decía que me amaba, cuando me decía  decirlo de vuelta, sentirlo. La adoraba, y ella me traicionó.  Así, ¿qué tiene si ese niño era mío? ¿Por qué debería de importarme?
Lali  tal  vez  no  lo  ve  de esa manera; es una chica.  Ella  ve mis  acciones como deserciones. Y tal vez sí lo fue.
No  necesito  esta  mierda.  Tengo  suficiente con que lidiar,  una mamá  alcohólica y una carrera que debo mantener y crear. Estoy harto. Realmente estoy harto. 

Lali
¿Lali, qué sucede?
 La pregunta de mi padre queda suspendida en cientos de miles de  millas de espacio  entre nosotros.  Estoy  sentada  en mi  cama  después de este terrorífico día,  a  punto  de terminar un examen  de  práctica  del  SAT  en línea.  Tendré que comenzar desde el  comienzo  si esta  conversación no termina pronto.
―Um,  a qué te refieres, exactamente? ―Espero, sin saber si se refiere a  los rumores de que  estoy  acostándome con Pablo y/o  Peter,  o  que he terminado  con uno  de ellos o  los dos,  o  el  reporte sobre mi supuesto  embarazo… o algo más.
― No hay nada que tengas que hablar conmigo? 
Esta es una pregunta evasiva de la cual estoy agradecida (porque no tengo  que contestar  nada  en específico)  y  enfadada  (¿tan siquiera le importa?).
—No.
Él se queda callado por un momento, y comienzo a relajarme. Él nunca  presiona  sobre algo  así.  A veces pregunta,  porque cree que debe.  Pero  en realidad no quiere lidiar con eso.  Por lo que me toma por sorpresa cuando no  evita  el  tema,  sino que pregunta  la  cuestión que evapora  mi punto  predecible de mi padre.
―Lali,  tú sabes cuanta  credibilidad  le doy  a  los chismes de las  celebridades,  pero  no  puedo pretender que todo  es mierda,  no  puedo  ignorarlo si… si tú necesitas mi ayuda. Porque,  demonios, soy tu padre, y ese es mi trabajo.  Por lo  que necesito  saber  ―lo  escucho  tragar  saliva―,  estás  embarazada? ―Si este no es una pesadilla, entonces no sé lo que es.
Mi boca  se abre y  cierra  como  si estuviera  hablando,  o  masticando  algo, pero no digo nada, hasta que finalmente dije: ―No. No.
Exhala,  y  lo  imagino  con su  mano  en su  frente,  sus ojos cerrados.  Esta  vez, su momento en silencio no me engaña. Estoy en máxima alerta, lo que no  necesariamente ayuda.  ―Sé que nunca  hemos discutido,  uh,  sexo,  antes  ―guarda silencio―, pero como tu padre,  tengo que asegurarme que tengas las herramientas necesarias para que estés segura.
Uh ―dije, mi cara en llamas.
Así, que sabes que, uh, los condones son necesarios para  protegerte contra,  uh,  embarazos no  deseados,  pero  también las ETS… uh,  enfermedades de transmisión sexual… ―Está explicando estas cosas como si yo  nunca  hubiera  escuchado  de ellas,  como  si no  lo  hubiera  sabido  desde  que la  abuela  y  yo  hablamos sobre ello  hace años.  Estoy  pensando  ¿hasta  ahora?           Y tratando de contener mi histeria mientras él abarca su gran charla  de educación sexual―… herpes y  clamidia.  Um,  creo  que esas son las más  importantes, aunque hay más, pero no necesitas saber todas…
Papá. ―La palabra se siente extra a, como si alguien más la estuviera  diciendo,  porque no  pienso  en él  como  papá.  Él  es mi padre,  formal  e  invasivo. Como nuestra relación lo ha sido desde que mamá murió―. Yo… yo  sé todo eso.
― Oh? Acaso Malvina…?
―No  ―digo,  duramente―.  No… la  abuela  y  la  madre de Cande.  ―Y  porque mencioné el nombre de Candela, comienzo a llorar.
―Mariana,  qué sucede?
Tuve  una discusión con Cande! ―Estalla  fuera de mí,  sin  poder contenerlo más―. Ella no me habla y no sé qué hice o qué hacer o qué debo  hacer.
Se queda  callado  otra  vez,  y  mientras comienzo  a  arrepentirme de  haberle dicho esto a él en lugar de alguien más, me pregunta, ― Has tratado  de llamarla?
Algo así. En realidad, no. No sé qué decirle. ―Lloro―. Ella cree que la  estaba ignorando, y tal vez lo estaba, pero nunca quise hacerlo…
―Entonces eso  es lo  que le tienes que decir,  cariño.―Él  no  me había  llamado así por mucho tiempo. No así, como una caricia, como un abrazo―.  Candela y tú han sido como hermanas por casi toda su vida; ella escuchará.
― Y si cuelga? Y si me odia?
―Lali,  realmente crees que eso es posible? Piensa en cuanto tiempo  ustedes dos han estado  atadas desde los huesos.  Ahora  son casi adultos,  tendrán vidas separadas. Tal vez tiene miedo de perderte.
― Entonces por qué me está alejando? 
Guarda silencio por un momento. ―Porque eso es lo que la gente hace  a veces, cuando tienen miedo, y sólo son reactivos. Tal vez tú necesitas ser la  valiente.

Pero no soy valiente ―le dije, mi voz pequeña.
Pero no soy valiente ―le dije, mi voz pequeña.
Oh,  corazón, no  conozco  a  nadie mucho  más valiente que tú.
―¿Qué?
― Vamos a hacer un trato, tú y yo. Tú llamas a Candela hoy por la noche.  Y yo  le diré a Malvina que irás a  la  universidad  el  próximo  otoño.  El  SAT  es el  próximo sábado, ¿no?
Sí. ―Sacudo la cabeza, diciendo―: ¿aún no le has dicho? 
También tengo que ser valiente ―dice, sin inmutarse. Comienzo a reír y  él se une a mí.
― Le dirás sobre tus  almuerzos en McDonald‘s? ―Le pregunto, burlándome.  Trato  de ser racional  y  contener la  esperanza  de que esto  sea real, pero la esperanza tiene su manera de cerrarle los ojos a la razón y sólo  sigue creciendo.
Ahora,  no  es para  tanto  ―dice,  haciéndose el  serio―.  En algunos  casos,  lo qué ella no sabe… bueno tú sabes cómo es Malvina.
―Sí,  lo  sé.  ―Tomo  una respiración temblorosa―.  Gracias,  papá  ―dije, amando  el  sonido  de la  palabra,  con miedo  de que  todo  sea una  alucinación,  de que si miro  a  un lado  y  de después  a  otro,  se habrá  ido.
Pienso en lo que él ha dicho.  Que soy valiente. Si eso es verdad, tal vez no lo  dejaré ir esta vez tan fácilmente. Tal vez le recordaré, si lo olvida una vez más.
Buenas noches, corazón ―dice, y dejo que esa palabra me envuelva y  aleje la duda lejos, por lo menos por esta noche.
―Igual a ti, papá.

Yo: Lo siento. Fui egoísta, pero no fue mi intención. Voy a hacer todo lo  posible para que me creas. Y voy hacer todo lo posible para que me  perdones. Te extraño mucho. 


Al momento que tecleo enviar, me digo que una astilla de valentía es  mejor que una carga de cobardía. Dolerá menos que ignore un texto a que si  la  llamo  y  ella  no  conteste y  me mande directo  a  su  correo  de voz,  o  peor  aún, que responda y me diga que todo lo que me dijo es verdad. 
Sobrevivo cinco agónicos minutos, durante los cuales me balanceo en  medio  de la  cama,  con mis  brazos alrededor de  mis rodillas,  mirando  el  teléfono  en mi mano,  como  si no  pudiera  confiar en el  sonido  que me indicará  que ella  ha  mandado  un mensaje devuelta.  Cuando  el  celular  suena, me sobresalto y el celular se me resbala de la mano y cae en la cama,  lo recojo enseguida. ― Hola?
Su  voz  es tan  suave que apenas la  puedo  escuchar.  Eso  no  es muy  Candela  ―Yo  también lo  siento  ―dice ella,  y  ambas comenzamos a  llorar y  al mismo tiempo―. Yo no lo decía en serio…
―Cande, lo siento…
Y luego  nos estamos reímos y  llorando  y  ella  dice.  ―Permíteme  comenzar. En primer lugar, nunca me dejes que haga esto otra vez. Incluso si tienes que enviar a Malvina para que me dé una bofetada para que entre en  razón.
Yo nunca lo haría.
Sí,  bueno,  en  serio. En segundo  lugar,  durante mucho  tiempo  me he  felicitado por la buena amiga que soy...  contigo en la televisión, y grabando  la  película  y  siendo  famosa,  yo  no  estoy  en lo más mínimo  celosa.  Entonces de repente,  estás teniendo  este romance de fantasía,  mientras yo  tengo  el  temor de que estoy  a  punto  de tener el  peor de los casos de amor no   correspondido con un chico que trabaja en la maldita Abercrombie. Y resulta  que soy una amiga horrible… ―El hipo hizo que hiciera una pausa.
Cande,  tú no  eres una  mala  amiga,  yo  soy...  ―Me opongo,  pero  ella sigue hablando como si yo no hubiera hablado.
…y tu romance de fantasía se ha ido al cagadero por mi culpa, ¡Por  haberte abandonado  cuando  me necesitabas!  ―Ahora  está  llorando  ruidosamente, me entrometí cuando tuve tiempo. 
Cande, estoy bien, y tú no eres una amiga horrible, eres la mejor amiga  por siempre. 
― Pssh! 
Antes de que ella pueda oponerse, dije: ―Honestamente, estoy bien. He  estado  triste al  pensar que te iba  a  perder a  ti como  amiga.  Siento  haberte hecho sentir como si yo tuviera toda tu atención cuando tú nunca tuviste la  mía, por hacerte hecho como si no me importaran tus problemas. 
Eso no es verdad. Estaba celosa. Olvida lo que te dije. 
No.  Tú me necesitabas,  y  yo  estaba  obsesionada  sobre Pablo y Peter,  y  tenía  que estar escuchándote,  y  no  estar esperando  a  que solamente tú escucharas. Cuando te perdí, no me importaba lo demás. 
Ella  suspira.  ―Aun cuando  me  sentí  ignorada,  sabía  que era  mejor. Nunca  no  has estado  ahí  para  mí.  Jesucristo, acabo  de utilizar una doble  negación.  ¡Es evidente que estoy  traumatizada!  Por favor,  sólo  di que  me  perdonas. 
―Si tú me perdonas. 
―Está bien, te perdono. ¿Feliz? 
―Sí ―un lloriqueo escapa mi boca. 
Bien.  Ahora  qué carajos está  pasando? Mamá  está  fuera  de sí  y  llamo a tu padre. ¡Hasta usó un par de malas palabras! Pero no muy buenas que digamos. 
―Creo que eso explica todo…
― Qué? 
―Llamó   temprano... piensas que lo  hizo  porque ella  le dijo  que lo hiciera? 
―No  lo  creo.  Al  principio,  sí,  pero  ella  estaba  sobre  él,  pero  después  empezaron a  hablar,  y  por las respuestas de ella,  él  estaba  preguntado  las  preguntas correctas.  Creo  que  él  no  tenía  ni idea de lo  mal  que estaba  pasándolo. Hasta que, ya sabes, ella le dijo a él, de la única manera que una  mamá lo puede hacer. 
―Oh. 
―Ahora.  Qué está  pasando  con toda  esa mierda  del  supuesto  embarazo?
―Cande, yo no estoy...
―Oh, ya lo sé. También sé lo del conflicto entre Pablo y Peter. Y todo  parece que todo se fue al infierno. ¿Y qué paso? 
― Cuánto  tiempo  tienes para  escucharme?―Le pregunto, recostándome sobre la cama.
Toda la noche, nena. Incluso llamé a Luca antes de llamarte y le dije: No me llames, yo te llamaré‖ así que tenemos todo el tiempo que necesites. 
―Cande, lo estoy haciendo de nuevo, debemos hablar sobre ti y Luca...
―Todo  está  perfectamente con Luca, él  puede esperar,  podemos  hablar de él después, no te preocupes. Así que déjate de rodeos y empieza a  hablar.
Le digo  todo.  Y lo  primero  que ella  dice  después  es:  ―Wow.  No  tenía  idea de lo mucho que extrañaba saber más que la maldita National Enquirer.
Uh.
―La ―dice ella entonces―,  alguna vez has notado que siempre dices “Uh”  cuando no tienes más que decir? 

"Entre lineas" capitulo 39


Poli
Sin respuesta. Increíble.
Me siento  como  si pudiera  electrocutar a  alguien con un  solo  toque de alta  tensión.  Para  mí,  la  ira  es algo  que  libero  en  explosiones cortas,  para  disminuirla  antes de  que el  resto  se la  trague.  Aprendí  eso  viviendo  con  mi padre condescendiente.  Nunca  me permito alcanzar esta furia, porque no puedo ocultarla. Si no puedo ocultarla,  soy vulnerable.
Me devuelvo  por otro  vaso  de tequila  en el  bar―el  camarero  levanta  una ceja,  porque las cosas que  estoy  bebiendo  son viejas y  caras y  destinadas a ser un sorbo estimado. Bien podrían ser tragos de la mierda más  barata  disponible por como  lo  estoy  ingiriendo.  Justo  entonces,  una mano  cae sobre mi hombro y yo giro, demasiado rápidamente, y casi golpeo a una  chica hacia abajo.
― Oh! ―dice ella, tropezando de nuevo en sus tacones aguja.
La agarro antes de que caiga, un brazo rodeando su cintura  y el otro  capturando  su  mueca.  ―Oh ―dice  de  nuevo,  las manos en mi pecho.  Es  bonita, en esa clase de pelo oscuro, grandes ojos, tratando demasiado duro  con el maquillaje. La reconozco del set.
―Tú eres una de las extras.  
―Sí.  ―Está  sin aliento,  con los ojos dilatados,  aunque no  puedo  decir  si  por el alcohol, las drogas del club o el hecho de que mi brazo está envuelto  alrededor de ella.
― Cuál es tu nombre?
―María? ―Dice su nombre como una pregunta, como si no fuera lo  suficientemente bueno  para  mí,  ella  está  dispuesta  a  cambiarlo.  Aprieto  los labios. Sonrió hacia ella.
― Te gustaría  bailar,  María? No  puedo  hacer nada  extenuante,  ya  que aún estoy recuperándome de una cirugía…
―Oh,  sí.  Lo  lento  funciona  para  mí.  ―Su respiración está  saliendo  en  pequeños jadeos.  Después de tratar de seducir a  Emma  por las últimas  semanas, me olvidé cuán fácil es generalmente.
―Será genial ―le digo.
Ella  sonríe con una pequeña sonrisa malvada  mientras la  dejo  en  el  suelo,  y  no  pasa  mucho  tiempo  antes  de estar susurrándole al  oído,  obteniendo su consentimiento para volver al hotel, tan fácil como siempre lo fue.

Lali
Después de una inquieta noche, le envío a Peter un mensaje de texto  diciendo  que no  correré esta  mañana. Él probablemente aún está con Paula de todos modos. Ignoro  la espinosa punzada que produce ese pensamiento.
Sé que no puedo evitar la filmación, aunque considero seriamente fingir  una laringitis. O una migraña asesina. O un ataque al corazón. Todo el día, el  resto  de la  semana,  estarán llenos de escenas con Pablo.  Me pregunto  cuál será su  explicación.  Me  pregunto  si la  aceptaré,  si puedo  creer que lo  que pasó entre él y Paula fue inmadurez y no insensibilidad.
―Lali,  Qué pasó anoche? ―pregunta Eugenia en el  coche en el  camino a la locación de la casa Bingley.
Los otros ya se han ido, por lo que estamos sólo nosotras dos.
―Miré y  ustedes se habían  ido, Paula se había  ido, Peter se había  ido… y luego, fue cuando Pablo volvió al hotel con una de las extras. Yo pensé que ustedes estaban saliendo, o comenzando algo ―Siento mi boca abrirse, pero me parece que no puede presionar para cerrarla―. Oh Dios ―dice―. No lo sabías. Oh, mierda. 
―No  ―dije,  parpadeando.  Él  llevo  una chica  a  su  habitación? Anoche?―. No, nosotros, eh, está bien. Hemos… roto.
―Guau. Eso fue rápido.
Podría decir eso de nuevo.
―Caray, ellos no pierden el tiempo. Mira esto ―dice ella, sosteniendo su  teléfono. Uno de los sitios de fans está en la pantalla, y de repente aquí en mi mano  están unas  fotos sorprendentemente claras de Pablo y  una chica  arrimados en el  club,  subiendo  juntos a  un taxi,  saliendo  al  hotel,  su  brazo  colgando  alrededor de su  hombro,  su  boca  cerca de su  oído.  También hay  fotos de Peter y yo entrando en el hotel, mi cara oculta por su brazo.
Las teorías están en todas partes, de casi racionales: Pablo y yo tuvimos una pelea por Peter, o sobre la Nueva Chica de Pablo, hasta alucinantes:  todo  esto  es una maniobra  para  confundir al  público  de la  verdad,  que en  realidad  estoy  embarazada  de Pablo, o ¿es de Peter?,  señalan el  primer  plano  de mi supuesto  bulto  (mi barriga  en esta  foto  se ve como  si hubiese  comido media  rebanada  de pan o  perdí  un maldito  día  de abdominales la  semana pasada, Jesucristo). 
Lo  devuelvo.  No  hay  manera  de que  lea más,  desde luego  no  los  comentarios de fans.  Estoy  harta  de un  desastre emocional,  gracias.  ―Que  carga. Acabamos de decidir…  que no congeniábamos tan bien.
―Eso  es tan raro,  pensé que las  cosas  iban bien la  última vez  que  hablamos. ¿Estás bien? Parecías un poco deprimida últimamente.
―Sí, estoy bien ―miento. 
Mientras estoy  en maquillaje,  estoy  haciendo  lo  que  puedo  para  conseguir entrar dentro  del  personaje,  así  puedo  enfrentar  a  Pablo.  No  estoy  segura de si el antagonismo de estas escenas entre Lizbeth y Will va a ser en  nuestro  beneficio  o  a  la  inversa,  cómo  actuará  Reid  es el  único  factor indeterminado. Desafortunadamente, es un maldito factor importante.
Ni siquiera hacemos contacto  visual  en  el  set  hasta  que Richter dice:
―Acción.

INT. Casa Bingley - Noche
Fiesta Bingley. CHARLOTTE y LIZBETH observan a los demás invitados. WILL se acerca a ellas.
CHARLOTTE  (Aparta a un lado a LIZBETH)
No mires ahora, WILL está viniendo hacia acá.
WILL  (A LIZBETH) ¿Quieres bailar?  (Él  está  perfectamente bien  en el  personaje o  está  enojado  por mi  abandono  anoche.  Yo  podría  haber  escuchado,  si él  hubiera  explicado, dándome oportunidad de entender. No hay posibilidad de eso ahora.)
LIZBETH (Mirando a CHARLOTTE)
Seguro.
CHARLOTTE se encoge de hombros hacia LIZBETH mientras Will la lleva a un espacio abierto donde la gente está bailando.
Pablo  toma  mi mano  y  presiona  contra  la  multitud  de  personajes  secundarios y extras, poniéndome detrás de él.
Ellos hacen espacio  para  nosotros a  medida  que pasamos,  y  nos  instalamos en el  centro  de la  habitación,  los brazos de Pablo rodeándome,  sosteniéndome tan cerca como  lo  había  hecho cuando  bailamos la  noche  anterior. Cuando Richter dice: ―Corte  ―sus brazos caen y  se voltea sin decir  una palabra.
Alguien  de maquillaje se extiende para  empujar un mechón mi  pelo  detrás de la  oreja  y  lo  fija  en  su  lugar.  Por encima  de su  hombro  veo  a  Peter en su ridículo traje de Bill, el cual le hace parecer un padre pasado  de moda.  Él levanta  la  vista,  ve  mi mirada  perpleja  y  sonríe,  ajustándose los  lentes y meneando las cejas, persuadiendo a una renuente sonrisa de mí.
―A sus lugares todos ―dice el asistente del director, y me vuelvo hacia Pablo, que está susurrando en el oído de la chica de las fotos de los paparazzi.
Ella se escabulle hacia su compañera de escena; mientras estoy mirándola a  ella, él está mirándome a mí.
Sus brazos  me rodean de nuevo  y  los míos regresan a  sus  hombros.
―Buenos días, Lali―dice, con una expresión glacial―.  Has dormido bien?
Antes de que pueda  responder,  Richter nos prepara  y  dice acción.
Bailamos en  silencio  durante cinco  minutos,  mientras  son grabados los  primeros planos de nosotros dos evitando  ojos del  otro.  Estos serán  indudablemente los más fáciles cinco minutos de filmación con Pablo hoy.
Durante  el  descanso, Paula  toma  mi codo  y  nos separamos de los  demás. ―Pitt me dijo que regresaste al hotel anoche sin hablar con Pablo. ―Se ve incómoda―. No esperaba…  es decir, tu relación con él no es asunto mío.
Ella  está  indecisa y  preocupada,  y  estoy  sorprendida  por el  hecho de que no  tengo  idea quién es realmente. Una  cosa está  clara: la Paula que pensé que conocía era una fachada. ―Sé que he dicho que no te enamores  de él.  Pero… tal  vez  así  es como  él  era  conmigo.  Tal  vez  sería  diferente  contigo.
―No  lo  creo  ―dije,  mirándolo  hablar con la  extra,  María―.  Pero  no  importa, ahora.
―Lo siento ―dice ella, su mirada directa.
Me encojo de hombros y miro lejos. ―No lo sientas.
El diálogo de la siguiente escena está demasiado cerca de la realidad  a  la  inversa,  la  proximidad  y  el  contacto  visual  lo  hizo  más difícil  por las  palabras.
―Acción.

WILL y LIZBETH bailan.
LIZBETH
Hace unos días, me dijiste que tus opiniones sobre las personas no pueden cambiar.
WILL (Curioso)
Sí.
LIZBETH
¿Espero que tengas cuidado cuando  tomes una decisión acerca de la gente,  entonces? Que nunca  seas tan                cerrado                de mente  teniendo prejuicios desde el principio.
WILL
Espero que no. ¿Por qué?
LIZBETH
Sólo estoy tratando de entenderte.
WILL
¿Y?
LIZBETH
No lo hago.

Este es el  punto  donde la  canción de la  banda  sonora  termina,  y  nos quedamos mirando el uno al otro durante diez segundos. Sus ojos son fríos, y la  frialdad entre nosotros se retuerce en la boca de mi estómago. Es todo lo que  puedo  hacer para  evitar temblar.  Diez  segundos puede ser un tiempo  muy  largo.
Se siente como una hora antes de Richter diga: ―¡Corten! ―Y giramos y  caminamos en direcciones opuestas.
Los descansos del rodaje son como volver a tomar aire después de estar  bajo  el  agua  durante unos segundos demasiado  largos,  pero  los descansos  tienen su  propia  clase de miseria.  Todo  lo  que hacemos está  siendo  examinado por todos en el set. Todos saben que la noche anterior, lo que sea que estaba  pasando  entre nosotros terminó.  Desagradablemente.  Las especulaciones vuelan, zumbando cerca pero nunca aterrizando; nadie sabe exactamente lo que pasó, sólo que algo pasó, y ellos buscaran por pistas de  qué.

Este maldito día no va a terminar nunca. 

"Entre lineas" capitulo 38


Poli
 No puedo creer esta noche.
 Primero,  el  texto  de  Nico,  los rumores en línea  sobre Lali, Pedro y  yo.  Ya  que no  suelo  hacer exclusivas de las relaciones,  las especulaciones sobre Lali han estado  enloqueciendo  desde que se hizo  evidente que estaba  más que interesado  en ella que en mi costumbre de estar y dejar botadas a mis compañeras. Si los  tabloides no pueden obtener la confirmación de una relación, la inventan. Y  luego tratan de desenterrar cualquier evidencia de la infidelidad que pueden encontrar.
No  dejo  que esta  mierda  llegue a  mí.  No  lo  hago.  Pero  esta  es la  primera  vez  desde  Puala que he estado  en esta  posición,  en una clase de  relación con alguien que pudiera joderlo todo.
Solo  había  bailado  con Lali y  le cedí  el  turno  a  Agus,  que está  en mejor forma  para  bailar en este momento.  Charlando  distraídamente con algunos de los personajes secundarios  y  algunos de los  extras que se enteraron de dónde íbamos esta  noche,  la  he visto  bailar,  su  forma  de
moverse,  la  forma  en que miró  a  cada  rato  para  ver si todavía  estaba  mirándola. Su tímida sonrisa cuando vio que lo hacía. Todo estaba en camino  para que esta noche fuera alucinante.
Paula estaba un poco perdida, sentada en el bar a pocos metros de  distancia, con Pedro. No le hice caso. Hasta que…
― Disculpe Sr. Martinez? ―dijo el camarero detrás de mí.
Me volví.  ― Sí ¿ ―Me entregó un destornillador, lo  que definitivamente  no había ordenado―.  Qué es esto?
Señaló  a  Paula,  que me lanzó  un beso.  Sin lugar a  dudas en vano.
Cogí el trago, caminé unos pocos pasos hacia ella. ―Um,  gracias? Pero creo  que tu disfrutarías este más de lo yo lo haría.
Su expresión se volvió  casi sensual. ―Te gustaba en un tiempo.
Entrecerré los ojos, pensando en su juego. Pedro se sentó en silencio al otro lado de ella, la mirada fija en su bebida, con los labios fruncidos. ―Ah,  ¿sí? ¿Cuándo fue eso?
―No debería estar sorprendida de que no recuerdes.
Ah, me acuerdo bien. No mucho antes de nuestra separación, Paula  entro  una botella  de vodka  a  mi casa en su  bolso.  ―Consigamos algunas  naranjas y  hagamos destornilladores ―susurró.  Me hizo  una demostración de  hacer palomitas  de maíz  en el  microondas mientras ella  tomó  dos vasos  grandes de plástico y los medio-lleno con jugo de naranja y cubitos de hielo, y  les dijimos a mis padres que íbamos a ver una película en la sala  de medios  cuando desaparecimos en mi ala de la casa.
Una hora más tarde, estábamos emborrachados por completo, riendo y  uno sobre el otro. Habíamos estado al tanto de poco, pero juntos esa noche,  y fuimos imprudentes de toda manera posible.
Por qué le gustaría recordarme  esa noche, con Pedro a su lado, era incomprensible.
― Hay  alguna razón  que esperes que recuerde  bebiendo destornilladores contigo Paula?
Ella me miró, muy bien bajo la superficie, los dos de nosotros estallando  y  rompiendo  con la  tensión.  Ella  estaba  con alta tensión,  peligrosa e  inestable, y un presentimiento me asalto, diciéndome que tenga cuidado. En un instante de idiotez,  lo  descarto.  ―Solo  a  causa  de lo  que salió de ella ―respondió.
Ese es el punto en que mis ojos se mueven rápidos para ver a Pedro cerrar sus ojos, respirando un suspiro. Se volvió, su mano al antebrazo de ella.
―Paula. Volvamos al hotel.
―Quiero  que recuerde.  Solo  esta  noche.  Solo  una vez. ―Fue entonces  cuando supe que ella le había contado.
Me incliné hacia ella. ― Así que estás diciendo que sabes exactamente cuándo? Por  favor. Dudo  incluso  que en verdad  sepamos exactamente quién…
Se deslizó fuera de la banqueta, con los puños apretados, pálida y no  tan borracha como yo había asumido. ―Eres un bastardo.
Pedro se puso delante de ella. ―Eso estuvo fuera de lugar ―me dijo, su  mano  sobre ella,  manteniéndola  su  justo  detrás de él,  como  si le  hiciera  daño, si estaba demasiado cerca.
Todos nosotros, hablamos en voz baja, híper conscientes del hecho de  que estábamos en público. Aun así, estaba enojado con la condescendencia  en su tono. ―Esto no es de tu maldito asunto.
―Como su amigo, lo estoy haciendo mi asunto. Solo aléjate.
―Su Amigo? Cierto. Paula sabe que has estado corriendo con Lali en las mañanas, y ¿quién sabe qué más? Así que estas tratando de tener tu otro  pastel  y  comértelo,  también?  ―La  forma en que dije  esto  no  deja   ninguna  duda  en cuanto  a  lo  que quiero  decir―.  Por lo  menos estoy  solo  tras una chica. ―Haciendo un gesto hacia la pista de baile.
Pedro miró  en esa dirección. ―Voy a patearte el culo si haces da o a  Lali. No pienses ni por un segundo que no lo hare.
Bueno.  Confuso, justo  en  frente de Paula.  ―Mi relación con Lali  definitivamente no es asunto tuyo.
En ese momento, Paula se marchó a la sala de estar. Me eché el corto  de tequila  que el  camarero  había  colocado  en mi lugar y  me fui tras ella.
Pedro me siguió, pero no me importa una mierda. Tenía que saber si ella le  había dicho, aunque sabía que lo había hecho. Nuestra conversación en el  baño  lo  confirmó.  Cuando  empujé la  puerta  abierta  minutos más tarde,  él  estaba de pie junto a la puerta, su mandíbula apretada. Lo saludé y me dirigí directamente hacia la barra, buscando en la pista a Lali.

Lali
No tengo ni idea de cómo me las arreglé para salir del club y  llamar a  un taxi sin ser detenida  por nadie,  pero  lo  hice.
Cuando  llegué a  la  manilla  de la  puerta,  Peter está  allí, abriéndola para mí.
― Lali?  Estás bien?
Sacudí mi cabeza, secándome las lágrimas de mi rostro.
―Entra  ―dice bruscamente,  y  obedezco,  doblándome en  el  asiento  trasero  y  corriéndome por él  cuando  se hace evidente  que se subirá  conmigo.  Me duele  la  cara  al  tratar de evitar llorar y  me  vuelvo  hacia  la  ventana mientras que él le da el nombre del hotel conductor.
No  decimos una palabra  durante el  regreso  en auto, a  pesar de que me toma la mano,  me empuja a sus brazos mientras lloro.  Mi mente es puro  caos. Acabo de dejar a Pablo sin ninguna explicación, ni siquiera un adiós, y no puedo imaginar lo que voy a decir. ¿Puedo hacer lo que Paula sugirió y sólo  usarlo  de la  manera  que piensa  que él  quiere usarme? Difícilmente.  Me imagino  a  Cande  diciéndome que si uso  a  Pablo Martinez  para  perder mi virginidad sería la manera más alucinante que podría perderla.
Por lo  menos no  estoy  enamorada  de él.  Mi desilusión por el  no  tan  perfecto  Pablo Martinez  es el  toque final  a  una semana  miserable.
¿Decepcionada y sorprendida? Por supuesto. ¿Con el corazón roto? No.  Perderlo no se puede comparar con lo mucho que duele haber perdido  a  mi mejor amiga. Cierro  mis ojos,  nuevas lágrimas corren por mi cara  y  gotean por mi barbilla. No puedo soportar la forma en que la echo de menos.
Como  un miembro  amputado.  Al  igual  que la  voz  tranquila  de conciencia.
Como el hambre.
―Lali ―dice Peter mientras nos deteníamos en la acera y le paga  al  conductor―.  Quédate cerca. ―Me pregunto  acerca de su  instrucción durante dos segundos y luego inician los flashes. Me acerca rápidamente y se dirige a  la  puerta,  mientras un par del  personal  de seguridad  se apresura a  introducirnos al  interior.  Mañana  las historias deberían ser  fascinantes.  Por  suerte, no me importa.

Cuando  llegamos arriba,  se asoma  a  la  puerta  de Paula cuando  pasamos y sé que es donde quiere estar. Espero que ella se dé cuenta de lo  que tiene. Él no es como Pablo. No puedo creer que alguna vez los comparé.
 Deslizo  la  tarjeta  en  la  puerta,  dije: ―Gracias.  Ve… a  cuidar de ella.  Estoy bien.
― Estás segura? ―su preocupación es tan dulce que casi duele.
Librosdelcielopersonal.blogspot.com
Asiento con la cabeza, toma mi barbilla con su mano y me examina la  cara.  Cierro  los ojos,  sabiendo  que debo  ser un desastre total.  ―Vas a  estar bien, Lali. Eres más fuerte de lo que crees ―su voz es suave pero segura, y  asiento de nuevo. Me besa la frente suavemente y se aleja.
Mi teléfono  vibra  tan pronto  como  entro  en mi habitación.  Cuando  compruebo la pantalla, hay dos llamadas perdidas y cuatro mensajes, todos de Pablo. Me desplomo sobre la cama y las reviso.
Poli: ¿Dónde estás? ¿Todavía estás aquí en alguna parte?
Poli: llamada perdida
Poli: llamada perdida
Poli: En serio, ¿desapareces y luego no respondes? Estoy preocupado, devuélveme la llamada.
Poli: Ángela dijo que te vio hablando con Paula. ¿Vas a escuchar mi  versión o solo la escucharas a ella?
Poli: Bien. Lo entiendo. Llámame en  5 o tengo que  asumir que terminamos.
Ya  han pasado  dos minutos desde el  último  texto.  Me acuesto  en la  cama y miro el reloj marcar los últimos tres minutos de su ultimátum, y luego  me pongo de espalda.
No  me importa  si es  absurdo  rechazar lo  que podría  ser una  fantasía  para  todas las chicas  en el  mundo,  perder mi virginidad  con alguien como Pablo Martinez.  No  me importa  si es pasado  de moda  esperar por perderla  con alguien que importa. Tal vez a alguien que me rompa el corazón, no daré una mierda con quien me acueste. Tal vez miraré hacia atrás a este momento
 y pensaré que fue la mayor idiotez en el estado de Texas.
Dios mío, Cande me mataría.

Primero de la maraton!!