Nove...

Capitulo quince

-Abuela su té-Informo Pedro cuando lo apoyo en la mesa ratona y se iba a encaminar a su habitación

-Alto ahí jovencito, vuelva para acá- dijo la abuela- Sentate que no vine solo a hablar y conocer a mi bisnieta, tengo que hablar un tema con vos Juan, Candela si serias tan amable de dejarme con tu hermano un rato, después vamos a salir un rato, podemos ir a comer esta noche- sonrió la muchacha- dejame a la nena

-Si abuela- el chico se sentó-

-Bueno Juan, vos ya sabes de lo que te quiero hablar no?- Peter afirmo con la cabeza- Pensaste en ello?

-Sí lo pensé, pero… ya tengo muchas cosas en que ocuparme Abuela, y sinceramente tendría que cruzarme con Julia y mis hermanas, y yo ya salí de esa casa.

-Juan yo te necesito en esa empresa, necesito que te hagas cargo de mi parte, no quiero dárselo a otra persona, no puedo dejarle más cosas a tu madre, no puedo ni quiero!- declaro la anciana- Mi parte es para vos y para Candela, pero no puedo dártelo así no más, vos ya lo sabes

Pedro se paró y empezó a caminar por la sala- Mire Abuela, tengo muchas responsabilidades, tengo mi propia empresa, esta casa, a Candela y Olivia, tengo que hacer mi vida, como quedarían las cosas si yo también me hago cargo de la empresa de mi papa?

-Juan sentate y escuchame- él así lo hizo- NECESITO- recalco la palabra- que aceptes esto, porque de lo contrario se lo debo dar a tu madre o a algunas de tus hermanas, y sabes bien que no quiero eso. Lamentablemente ellas sacaron el carácter de tu madre, son igualitas las cuatros María, Paula, Rocío y Daniela, las últimas dos me decepcionaron mucho la verdad, pero vos y Candela, son su padre en el sentido estricto de la expresión, saben que los amo y que no le confiaría esto a nadie más, Juancito por favor- suplico la abuela.

-Abuela…-

-Juan Pedro Lanzani- empezó ella- Sabes porque te llamas así? Tu bis abuelo se llamó así, y él fundo esa empresa, se la heredo a tu abuelo cuando tenía tu misma edad y él se la heredo a tu padre a la misma edad, no te parece que es algo que debas aceptar, la herencia de tu padre?

-Y mis hermanas? Ellas también son hijas del mismo padre

-Juan por favor!- su abuela se paró enojada- Estas siendo insensato, tus hermanas ya tienen demasiado, las fui a visitar una por una, finalmente tu madre me conto lo que paso con Candela y la bebe, a ninguna de ellas le falta nada

-A nosotros tampoco

-Basta!- se enojó verdaderamente- Este es mi legado para con ustedes, y lo desperdicias así! No podes pensar en tus futuros hijos, o en los de tu hermana menor?

-Abuela tranquilícese y siéntese por favor- ella lo hizo- Yo- la miro angustiado- Sé que es algo importante, que es algo de mi familia, de mi abuelo y eso… Pero que si no puedo con todo? Tengo que estar para mi hermana, para mi sobrina, tengo mi otra empresa, y tengo que recuperar algo de mi vida

-Oh cariño, yo sé todo eso, pero no es necesario que vayas todos los días a la empresa, no es un rol específico, con que vayas una vez a la semana, y quizás puedas mandar a alguien, un especie de secretario que te diga lo que hacen, que te informe, que sepa cuando es importante que vayas o lo que tengas que firmar, y con Candela y Olivia también estoy yo, de ahora en más los voy a visitar más seguido, y ayudar en lo que pueda con ellas, para aligerarte más la carga

-No abuela, que no se malentienda, mi hermana y mi sobrina no son una carga para mí, es más alegran mi vida! Las amo, pero… son muchos cambios en pocos meses

-Te entiendo mi amor, pero aunque sea pensalo, tenes hasta esta noche, el lunes tengo que entregar la herencia- tocaron el timbre- Esperas a alguien?

-Si abuela, viene a visitar a Cande y Oli, una amiga de ella- se dirigió a la puerta nuevamente- quién es?

-Samanta, Peter- él le abrió y la hizo pasar

-Cande!- grito llamando a su hermana- Abuela Dora, ella es Samanta una amiga de Candela

-Mucho gusto señora- saludo la chica

-Lo mismo digo querida- miro a su nieto- Juan por qué no me acompañas a comprarle algo a mi bisnietita?, que llegue acá con las manos vacías- se levantó del sofá ayudada por su nieto, quien le ofreció el brazo- Sin auto querido, vamos caminando que para algo se hicieron las piernas.

Continuara...