Quiero aclarar antes que nada, que este epilogo es totalmente inventado.
Realmente espero que les guste el cierre.
Saludos y sin mas... el epilogo!!
Lali acababa de llegar a la barandilla
cuando oyó las pisadas detrás de ella. Se dio la vuelta apresuradamente y se sentó en el banco
entre las sombras, con la esperanza de no ser vista y de poder tener cinco minutos para calmarse.
Observó la figura que se aproximaba,
sabiendo perfectamente que no era invisible y que se dirigía directamente a ella. Lo
reconoció. Llevaba en Franklin and Company tan sólo cinco años y conocía a todo el mundo. Aquel
hombre caminaba con unas piernas largas envueltas en un vaquero oscuro con la naturalidad de
un atleta. Era alto y tenía el pelo oscuro. La única iluminación en el balcón provenía de las
rendijas de las ventanas de la sala de juntas, de modo que no podía ver mucho más. Suspiró y sintió
un vuelco en el corazón.
—¿Rochi te ha dicho que estaba aquí
fuera? —preguntó con su tono más decisivo.
—No —contestó él con una sonrisa
radiante que destacaba en la oscuridad. Se sentó junto a ella y dejó su copa a un lado. Se había
sentado de lado, mirándola. Su cara estaba a oscuras, pero se encontraba cerca, demasiado cerca. Su
presencia irradiaba calor, y desprendía cierto aroma a cítrico. Limón fresco y suave.
—Mira, perdona —comenzó ella, tratando
de sonar amable, aunque firme—. No sé lo que te ha dicho Rochi, pero no estoy interesada.
—Oh. ¿De verdad? —pareció sorprendido.
Lali respiró profundamente y siguió
hablando apresuradamente.
—Puede parecer difícil de creer, cuando
todo el mundo, está ansioso por conocer gente, pero realmente yo no busco diversión. Estoy
segura de que eres un gran tipo y de que no tendrás problemas a la hora de encontrar a
alguien. Sobre todo ahí dentro —dijo señalando hacia la ventana—. Después de todo, Rochi dice
que seduces muy bien.
Sus carcajadas le sorprendieron. Pero
más sorprendente aún fue el modo en que resonaron dentro de ella. Fue un sonido profundo,
cálido y seco.
—¿De verdad? Qué amable por su parte
—dijo antes de dar un trago a su copa—. Pero creo que no deseo a cualquier otra persona.
Sobre todo no «ahí dentro» —añadió imitando su tono.
Lali agarró su copa con fuerza y luego
sonrio — dejemos una cosa clara. No va a ocurrir, así que
simplemente nos congelaremos, ¿de
acuerdo?
—Me parece bien —convino él, sonriendo a
su vez—. ¿Siempre eres tan directa?- ella se mordio el labio para aguantar la
carcajada- ¿Te sucede algo cariño?-pregunto ya saliendo del recuerdo y de las
bromas
—Nada amor, solo vine a tomar aire
fresco— le tomo la mano— este lugar es hermoso y muy importante para mi- sonrió nostálgica.
Lali se había enterado de una nueva
noticia, había reunido a su familia en aquella compañía que tanto le había dado
y estaba un poco asustada de la reacción de su marido. Los gemelos Simón y
Lorenzo cumplieron sus cinco años hacia una semana, y ella ahora ella se había enterado de esta buena nueva.
—Para mi también, pero todos los
invitados estan por irse y aun no has hecho el gran anuncio— sonó intrigado.
Ella tomo su mano, la acaricio, le dio un beso en la mejilla a Peter y se levataron.
Se sentia feliz, ella lo tenia todo.
Todo lo que había soñado siempre, una familia, un trabajo estable, unos amigos
incondicionales, y un amor eterno.
—Quiero agradecer a todos por estar esta
noche acá— Miro a todos, Rocío finalmente casada con Pablo y su pequeño hijo
Ramiro. Nicolás y su esposa Emilia, Andres y Martina, y todos los de la
oficina. Sus hijos que la miraban con admiración y amor y su marido ansioso,
nervioso y amoroso. — Quería compartir con todos ustedes que… Vamos a tener… vamos a ser padres de nuevo- Miro a Pedro, que estaba emocionado, que tanto le había dado y le sonrió — Son dos otra vez— se acerco, la abrazo y la
felicito.
Cuando todos los demás, luego de las
felicitaciones, se fueron y sus hijos ya estuvieron dormidos, Pedro se quedo
mirando a su esposa, que se vestía para dormir y no podía creer el cambio que
le había generado a su vida, el amor que había encontrado sin buscarlo, la inmensa alegría cuando vio a sus hijos nacer, cuando la vio llegar al altar con
su enorme panza y ahora, seguía sorprendiéndolo día a día, encontrando maneras
ingeniosas de no apagar la llama siendo padres y ahora, iban a ser nuevamente
padres.
Sin decirle nada, la tomo de la cintura,
le beso el cuello y acaricio su vientre —Te amo La, eres lo mejor de mi vida —Le
susurro suavemente
—Lo mismo eres para mi Pitt, y también te amo— Puso una mano encima de la de su marido en su vientre—Los amo— Se
miraron por largo rato, cuando sintieron dos manos encima de las suyas y
miraron para abajo
—Los amamos— dijeron al unisono Simón y
Lorenzo.
Hasta el lunes mis queridas lectoras!!
Gracias por el cariño y la comprensión. Gracias por seguir ahí aunque lo no jajaja.
Besotes!!!
Gracias por el cariño y la comprensión. Gracias por seguir ahí aunque lo no jajaja.
Besotes!!!
ME ENCANTO! es genial, sos genial, gracias por el epilogo, ah, besos!
ResponderEliminarTe espero para la proxima nove!
me encantooooooooooooo
ResponderEliminarSimplemente genial!!!!.
ResponderEliminarEstoy deseando leer tu novela.!!!!
que lindo finaaal, estaré esperando tu nueva novela. Besos!
ResponderEliminar:) Me encanto, estuvo super tierno.
ResponderEliminarEspero la proxima novela :)
Geniaal!! Me encanto.
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