Chicas me olvide de poner una partecita del cap anterior. Aquí les va!!
Me desperté a la mañana, todavía fuertemente envuelta en
sus brazos; di un grito ahogado y miré al reloj 6:20 a.m.
—¡Peter! —susurré, sacudiéndolo.
—Ahh, ¿qué, Mamá? —preguntó con sus ojos cerrados.
—¡Shhh!
—siseé, rápidamente
cubriendo su boca antes
de que hablase otra vez.
No puedo creer que nos quedásemos dormidos, esto está tan mal.
Sus ojos se
abrieron de golpe y me miró, sorprendido, luego miró alrededor de mi habitación.
—Oh no,¿me quedé dormido? —susurró, sentándose y
pasándose la mano por su pelo, que estaba levantado por todas partes pero
en realidad se veía mejor
que cuando tenía ese asqueroso gel en él.
—Tienes que ir a casa, Pitt. ¡Rápido!
—siseé, empujándolo hacía la
ventana. La abrió y
empezó a trepar fuera pero agarré su mano haciendo que se detuviera.
Levantó la vista hacia mí una expresión confundida en su
cara.
—Gracias —susurré, sonriéndole agradecidamente.
Realmente necesitaba ese abrazo la otra
noche,esa fue probablemente la cosa más bonita que Peter alguna vez había hecho
por mí.
Él me devolvió la sonrisa.
—De nada, Ángel —respondió, sonriendo y saliendo.
Vi como pasaba por el agujero en la valla y volvió a
subir a su propia ventana. La cerró y me saludó, le devolví el saludo y luego
fui a vestirme. El pensamiento de Peter viniendo a escondidas aquí y estando en la casa sin permiso, hizo que mi estómago doliera. Tuvimos
mucha suerte de no ser atrapados. Me aterraba pensar que habría sucedido si sus padres hubieran ido a su habitación a la noche y hubieran
visto su cama vacía, o que habría pasado si no me hubiera despertado temprano. Me estremecí al pensar en lo que mi padre haría si
hubiera entrado aquí para encontrar a Peter en la casa durante la noche.
Capitulo 2
8
Años después…
Me desperté
con la familiar sensación de ser aplastada; me
retorcí, empujando mi hombro
hacia atrás. Pedro movió su
peso ligeramente.
Estaba abrazándome en cucharita por detrás, respirando profundamente en la parte trasera de mi cabello. Su pesado
brazo cubriéndome, sujetando mis brazos en mi
pecho, sostenía mi mano apretadamente, nuestros dedos entrelazados, su pierna tirada
casualmente sobre mí. Podía sentir la usual “gloria matutina” empujando
contra la parte más estrecha de mi espalda.
Rápidamente silencié la alarma de mi teléfono y lo codeé
en el estómago.
―Seis en punto ―murmuré somnolientamente, cerrando los
ojos.
―Diez minutos más, Ángel.Todavía estoy cansado ―murmuró él, empujándome más fuerte contra su pecho.
―Nop, no diez minutos más. La última vez se convirtió en
una hora y Vico casi te atrapa aquí―murmuré, codeándolo en el estómago una vez
más.
Movió su brazo e inmovilizó mis manos en la cama cerca de mi cabeza, en una posición de oración.
―Solo diez minutos más, Ángel ―se quejó. Suspiré y cerré
los ojos de nuevo. No había forma de discutir con él cuando estaba así, simplemente
no tenía la energía a esta hora de la mañana para pelear con él. Ambos nos
deslizamos de nuevo en el sueño, instantáneamente.
―¡Mariana, será mejor que ya estés lista! ―gritó mi
hermano, golpeando la puerta.
Me levanté de un salto y también Pedrp, era más de las
siete.
―Er…sí, estoy lista ya, Vico―grité en respuesta, mirando a Pedro que estaba frotándose la cara, luciendo
un poco aturdido.
―Bien. Voy a desayunar. Apúrate. Peter conducirá hoy así
que está lista para irnos en media hora ―llamóVico a través de la puerta, antes
de caminar a zancadas por el pasillo.
―Caray, Ángel, ¿por qué no me despertaste? ―acusó Pedro,
frunciendo el ceño.
Lo miré en advertencia, y le di mi mejor mirada de
muerte.
―¡Lo hice, imbécil! ¡Dijiste “diez minutos más” y luego me inmovilizaste en la cama para
evitar que te codeara! ―gruñí sarcásticamente, haciendo una mala imitación de
su voz.
Él sonrió burlonamente y me empujó de vuelta a la cama, sujetando mis manos sobre mi cabeza y
rodando sobre mí.
―¿Te inmovilicé
en la cama?¿Estabas soñando conmigo otra vez, Ángel? Podría hacerte ese sueño realidad ―se mofó, con su rostro a
centímetros del mío.
―¡Ya quisieras! Ahora, apártate de mí, Peter, y ve a alistarte.Conduces hoy,aparentemente ―siseé, asintiendo hacia
la ventana. Él suspiró y se levantó de mí, poniéndose sus jeans y camiseta.
Trepó por la ventana, silenciosamente, cerrándola detrás de sí al irse. Caminé
hacia ella y la aseguré antes de dirigirme a la ducha más rápida de todos los
tiempos.
Exactamente veintiséis minutos después, caminé con dificultad
hacia la cocina, con un ceño fruncido, Peter estaba allí, apoyándose casualmente contra la encimera, comiéndose mi cereal. ¡Maldita sea, todas las
mañanas! Su cabello estaba despeinado en su usual
apariencia de apenas salí de la cama, que para ser honesta sí lucía así cuando
acababa de salir de la cama. Todo lo que hacía siempre
era deslizar sus manos por todo su cabello unas cuantas veces y añadirle
un poco de cera. Se veía igual que todas las mañanas, como un maldito supermodelo. Usaba jeans desgastados de cintura baja que dejaban ver un poco sus calzoncillos,y siempre hacía que las chicas se derritieran. Hoy estaba usando una camiseta blanca que mostraba su cuerpo perfectamente
esculpido y una camisa anaranjada y gris
de manga corta sobre ella, que tenía completamente desabotonada. Sus ojos
verdes estaban brillantes con diversión mientras me miraba.
―¿Retardada esta mañana, Ángel? ―preguntó con una sonrisa
de suficiencia.
Le lancé una mirada de muerte, haciéndolo sonreír
burlonamente.
―¡Cállate, Pedro! ¿Por qué demonios te estás comiendo mi cereal de nuevo?¿No tienes comida en casa?―pregunté, arrebatando la taza de sus manos y comiéndome el contenido. Él sólo me observó
con una sonrisa divertida.
Vico me lanzó una caja de jugo.
―Si te ves un poco tensa esta mañana, La. ¿Todo va bien? ―preguntó, mirándome un poco
preocupado.
Miré seriamente a Peter una vez más mientras él empezaba a
reírse. Por supuesto que me veía tensa, tuve media hora para ducharme y
vestirme.
―Me quedé dormida ―murmuré con un suspiro abatido.
Vico no tenía idea
que Peter dormía en mi habitación conmigo cada noche, si fuera así, se enloquecería.
Vico siempre era protector conmigo, siempre lo había sido, pero había empeorado desde que mi papá se fue cuando yo tenía trece. Bueno, dije se fue, pero la verdad era que Vico y Peter habían llegado a
casa temprano del hockey un día para ver que mi padre me había dejado sin sentido, y estaba intentando violarme.
Vico finalmente caído en cuenta y él y Peter le habían dado una paliza, casi
matándolo en el proceso. Lo habían echado de la casa y le habían dicho que si alguna
vez regresaba, lo matarían.
Nunca regresó, sin embargo, eso fue hace ya tres años.
Un poco
después de eso, mi
mamá consiguió un trabajo en una enorme firma electrónica, era la
asistente personal del director, así que viajaba mucho. Se iba dos veces más de
lo que estaba aquí, de modo que sólo la veíamos por cerca de una semana al mes,
si algo. Vico era mi única supervisión, aunque a veces era más como que yo
estaba intentando cuidar de él.
Peter también era muy protector conmigo, pero todavía no
nos llevábamos bien, incluso aunque él literalmente pasó cada noche envuelto a
mi alrededor en la cama por los últimos ocho años. Se había vuelto a escabullir
en mi habitación la noche siguiente de verme llorar de nuevo y habíamos terminado
durmiéndonos una vez más. Después de dos
semanas se había vuelto una cosa normal. No era algo de lo que habláramos
nunca, solo dejaba mi ventana sin seguro y él entraba una vez que sus padres
revisaran que él estuviera dormido. Jamás nos habían atrapado en ocho años.
Habíamos estado cerca un par de veces, sin embargo. Hace un par de años, la
mamá de Peter había encontrado su cama vacía, pero él había mentido, diciendo que
se había escapado a una fiesta y se había quedado en la casa de un amigo. Nadie
sospechó que estaba al lado, conmigo.
Él todavía me molestaba como loco y me molestaba tanto
como lo hacía cuando éramos niños, pero yo siempre supe que él estaría ahí para
mí si lo necesitaba. Era como si él tuviera doble personalidad. De día, me
molestaba, volviéndome loca y enojándome todo el tiempo, y de noche, era el chico
más dulce en el mundo y me abrazaba, haciéndome sentir segura y a salvo.
―Te ves
sexy hoy, Ángel ―dijo Pedro, con su sonrisa patentada, mirándome de arriba abajo lentamente, haciéndome
retorcer.
¡Sí, claro! Mi cabello castaño todavía estaba húmedo
porque no tuve tiempo de secarlo por sus
estúpidos “diez minutos más”, así
que lo tenía recogido en un despeinado moño. Me había puesto mis jeans
ajustados y un top rojo de cuello en v y una capucha, junto con mis converse.
Había añadido lo mínimo de maquillaje, y algo
de lápiz labial claro. No me
veía sexy. ¡Maldito idiota! Le mostré el dedo y caminé hasta su
auto. Recostándome contra él, enojadamente, esperé que me honraran con su presencia.
El camino a la escuela fue igual que siempre, ellos se
sentaron el frente hablando de futbol y
fiestas, y yo me senté en la parte trasera escuchando mi iPod, intentando
ignorar las sonrisas de Peter en el espejo. Estacionamos en la escuela y el auto
fue inmediatamente asediado por personas, igual que cada mañana. Pedro y Victorio eran considerados “jugadores sexis” en nuestra escuela. Eran de último año y el
sueño de toda chica, los chicos querían ser amigos suyos, y las chicas querían dormir
con ellos.
Peter se rió mientras yo me encogía, saliendo del auto e
intentando evadir la horda de zorras que
me empujaban porque estaban intentando lanzarse sobre él. Una chica me
codeó a propósito. La miré en su pequeña falta que lucía más como un cinturón y
su top que mostraba su estómago, e hice
una mueca. ¡Caray, es tan perra!
―Mierda, Martina, ¿dejaste tu falda en casa? ―pregunté
con un horror fingido.
Ella me miró con el ceño fruncido y escuché a Peter y Vico reírse.
―Lo que sea, ¿sabes que ese look de emo no te va bien,
cierto? ―escupió ella en respuesta.
Sólo me reí y me aleje caminando. Era usual que Martina y
yo tuviéramos este tipo de comentarios para la otra. Ella había salido con Peter por un tiempo, bueno, si por salir te
referías a tener sexo unas cuantas veces, y luego la dejó. Ella todavía no lo había
superado y lo quería de vuelta, más para disgusto de él.
―Eso no fue amable, Ángel.―Peter se rió, mientras me alcanzaba y lanzaba un brazo
alrededor de mi hombro. Inclinó su cabeza cerca de la mía―. Lamento lo de esta
mañana ―susurro en mi oreja, enviando escalofríos por mi columna.
Lo codeé en las costillas, haciéndolo sonreír y
apartarse.
―E ignora a Martina, creo que llevas genial el look emo ―añadió,
con un guiño coqueto.
Vico lo golpeó en la parte trasera de la cabeza.
―¡Amigo, esa es mi hermana menor! ―lo regaño enojadamente,
apartándolo de mí. Peter sólo se rió y me guiñó una vez más, haciéndome poner
los ojos en blanco. Pedro se alejó y caminó directo a lo que lucía como su
última conquista. Le sonrió seductoramente y ella se sonrojó cuando él inmediatamente
empezó a coquetear con ella.
Encontré a mis amigas, que prácticamente estaban follando
a Vico y Peter con los ojos y expresiones soñadoras.
―Hola, Can, Pablo (Poli), Euge―dije alegremente cuando llegué
a ello.
―Hola, La, ¿llegaste
aquí con sexy trasero número uno y número dos hoy? ―preguntó Cande, mirando fijamente a mi hermano mientras
se alejaba.
Me reí y sacudí la cabeza.
―Nop, solo Vico y Pedro, igual que siempre.
Can suspiró.
―¿Cómo demonios puedes no
afectarte por lo condenadamente calientes que son? Quiero decir, ¡tienes tanta suerte de vivir con Vico! Yo
adoraría ver su sexy trasero caminando alrededor todo el día―ronroneó,
abanicándose la cara.
Fingí tener
náuseas.
―¡Candela, ese es mi hermano y su imbécil amigo! ¿Cómo en la
tierra puedes obviar su comportamiento mujeriego? Ambos son unos idiotas. ―Me
encogí de hombros.
No entendía por qué, pero cada chica en esta escuela
estaba enamorada de ellos. Vico era una gran persona, pero trataba a las chicas
como objetos, y Peter, bueno, Peter simplemente era un imbécil de tiempo
completo.
―Son los dos mejores jugadores del equipo de hockey y
lucen como dioses del sexo, y yo desearía poder obviar eso ―dijo sugestivamente,
moviendo sus cejas con una sonrisita, haciéndome reír. Enlazó su brazo con el mío y me empujó a nuestra primera clase.
La escuela estuvo bien, como era normal; yo era bastante
popular debido al hecho de que mi hermano y su mejor amigo eran los chicos más
deseados allí. Ellos cuidaban de mí, lo que básicamente significaba que
advertían a todos los chicos que se alejaran de mí, que de hecho, me sentaba bien
porque yo no quería salir con nadie. La mayoría de las chicas querían ser mis
amigas para poder acercarse ami hermano. Las chicas que querían ser novias eran
fáciles de localizar, en su mayor parte podías saber si querían que las
presentaras por el tipo de ropa que estaban usando, si no estaban usando mucha
entonces iban por mi hermano o Peter.
Amaba mis clases, era bastante popular entre los profesores porque
mis notas nunca iban por debajo
de un sobresaliente. Siempre hacía mi tarea y jamás llegabatarde; me
enorgullecía de ello, aunque no era una nerd.
A la hora del almuerzo,
me senté con mis amigos cuando escuché los usuales suspiros y risitas
tontas.
Las chicas empezaron a revisar su cabello y arreglar su maquillaje, de modo que supe que
mi hermano y sus amigos estaban llegando al comedor. Suspiré cuando Cande y
Euge empezaron a sentir lujuria por ellos, como era costumbre.
―¡Oh, genial, sexy
trasero número uno está viniendo! ―Euge rió
tontamente, codeando a Can en las costillas.
Puse los ojos en
blanco cuando una mano apareció por detrás de mí, robándome un puñado de mis
papitas fritas.
―Hola, Ángel ―susurró Peter en mi cuello.
Golpeé su mano cuando fue a robar más.
―¡Pedro, por el amor de Dios! Ve a comprar tu propia
comida, idiota ―despotriqué, molesta.
Se echó a reír.
—Oh, sabes que quieres compartir conmigo —respondió, dejándose caer en el banco, empujándome de nuevo con su cadera.
—¿qué quieres?—le pregunté con un suspiro,
moviendo el plato lejos de él.
Pasó el brazo alrededor de mi hombro.
—Sólo quería visitar a mi chica. Sé que me has echado de
menos sin verme todas las mañanas y eso —dijo engreídamente.
Todas mis amigas suspiraron y lo miraron con nostalgia.
—Podrías quitar tu brazo-para-putas de mí, Peter, por el
amor de Dios; ¡no quiero coger cualquier cosa! —le regañé, encogiéndome para
alejarme.
Se rió de nuevo.
—No seas así, Ángel. Sólo quería hacerte saber que voy a
llevarte a casa hoy. Tu hermano tiene una cita, así que...—Se calló,
sonriéndome.
¡Genial, simplemente genial! Me iba a llevar a casa. Fantástico.
Él siempre hacía el trayecto a casa lo más largo posible sólo para molestar mi
vida externa.
Luego, insistiría en
esperar en casa hasta que mi
hermano llegase, lo que significaba que tenía que cocinar para él también.
¡Maldita sea, es tan molesto!
—Está bien, Peter. Ahora corre, estoy segura de que tienes alguna ETS (Enfermedad de transmisión sexual) más que propagar por ahí —le dije, agitando la
mano con un gesto molesto.
Se rió y me dio un beso en la mejilla mientras se ponía
de pie.
—Finge todo lo que quieras, Ángel, los dos sabemos que
vas a querer que duerma contigo por la noche. —Me guiñó un ojo con malicia,
dándole a lo que acababa de decir un doble sentido, y rogué para que nadie más
se diese cuenta.
—Claro que querré, Peter, porque estoy tan enamorada de
ti. —Suspiré, poniendo los ojos en blanco y frotándome la mejilla donde él me
besó.
—Yo también te quiero. —Me sonrió mientras se alejaba de
vuelta a la misma chica de esta mañana. Pasó el brazo alrededor de su hombro, sus sucios, asquerosos labios descendieron hasta los de
ella. Fruncí el ceño, y aparté la mirada de nuevo a mis amigos cuando comenzó a
hacerlo con ella en medio del comedor.
Can, Euge y la mitad de las chicas del comedor estaban
mirándole con lujuria.
—Jeez, ¡este chico es
tan jodidamente molesto!
¿Por qué mi hermano
no podía escoger un mejor
amigo mejor, alguien
que no fuera un
arrogante, obsesivo, gilipollas? —despotriqué, lanzando mis manos al
aire.
—Oh, ¡deja de
lloriquear! Juan Pedro Lanzani acaba de tener su
brazo alrededor tuyo y besado en
la mejilla, daría cualquier cosa por tener esos dulces labios en mí —dijo Euge soñadoramente, haciéndome reír.
—Lo que sea. Vamos, vamos a nuestra próxima clase.
—Le sugerí mientras recogíamos nuestras
bandejas e íbamos.
Continuara... hasta mañana!
Besos
Lunis ♥
+++++++++++
ResponderEliminarNada tonto el chico
ResponderEliminarOtroooo :)
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