Me desperté por la mañana con un dolor de cabeza
punzante. Mi teléfono móvil estaba sonando en algún lugar cercano. Extendí mi mano para conseguirlo, pero no lo
podía alcanzar. Me estiré un poco más y logré golpearlo sobre la cama para que
lo pudiera responder.
—¿Hola? —bostecé.
—¡Mariana! ¿Dónde diablos estás? Se supone que debemos
estar practicando —una voz de hombre
gritó enojada. Hice una mueca lejos del sonido y traté de levantarme, pero Peter estaba lo suficientemente cerca encima de mí. Me
estaba fijando en mi estómago, el brazo y la pierna echada sobre mí, él estaba
usando mi espalda como una almohada. En realidad, era sorprendentemente cómodo.
—¿Agustín? —dije con voz ronca, mirando mi reloj de
alarma, pero los números eran borrosos, no los pude distinguir. Cerré los ojos
luego los abrí para ver que eran las 8:42 am. ¡Mierda!
—Sí, ¿quién demonios crees que iba a ser? Se supone que estarías
aquí a las ocho treinta, Lali. ¿Vas a venir o qué? —sonaba claramente enojado
—Oh, sí, estoy en camino.
Peter gruñó.
—Dile que es sábado Ángel y estoy cansado —se quejó en mi
espalda haciéndome dar risitas.
—Escucha, Mariana, patea a ese pedazo de mierda fuera de tú
cama y ¡vente para acá! Tenemos una
nueva rutina y necesitas aprenderla —dijo Agustín, sonando divertido ahora, él obviamente había escuchado a Peter.
Agus era la única persona que sabía que Peter se estaba
quedando conmigo, él no sabía la historia completa así como porque, pero sabía
que lo hacía.
Peter me llevaba a mis prácticas de baile todos los
sábados, con resaca o no. Sus dos condiciones eran que yo comprara su almuerzo,
y no le dijera mi hermano. Las cuales estaban muy bien conmigo. Vic sabía que
yo bailaba, pero nunca me había visto hacerlo, tenía la sensación de que no le gustaría mucho si lo hacía. Peter y Agus se llevaban muy
bien, lo que en realidad me sorprendió al principio, porque yo no hubiera pensado
que un machista jugador de hockey sobre hielo podría ser amigo de un hombre abiertamente gay que le gusta llevar algo rosa cada día.
Muestra de lo mucho que sé.
—Voy a estar allí en un momento y voy a comprar donas para disculparme, ¿de acuerdo? —le ofrecí dulcemente. No quería que se molestara conmigo toda la mañana, ya que me haría trabajar dos
veces más duro.
Suspiró. —Bien, apúrate.
Me revolví un poco y empuje mi teléfono de vuelta.
—Pitt, Agus dijo que tengo que patear tu culo caliente
fuera de mi cama y llegar rápido. —Me reí entre dientes. Él gimió y enterró su
cara en mi espalda.
—Maldición, los
sábados son un dolor en el culo —murmuró, rodando sobre su espalda. Volví la cabeza para mirarlo, él me estaba dando su sonrisa marca registrada.
—Tu camiseta está levantada un poco allí. ¿Quieres que
baje eso por ti? — preguntó,
mirando a mi trasero.
Rápidamente tiré mis manos hasta sentir que su camiseta
que llevaba puesta, ya se había levantado alrededor de mi cintura, lo que
significaba que él tenía una visión clara de mi culo en mi
tanga. No sabía muy
bien donde estábamos después de anoche, pero creo que tenía derecho a tomarle el pelo un poco. No es
como que nunca me había visto en mi ropa interior antes, vio lo suficiente de
mí ayer por la noche mientras estaba enferma ¡sólo con mi ropa interior!
—No, gracias. Ya lo tengo. —Salí de la cama y me quité su
camiseta, arrojándosela a la cara, así que estaba allí de pie en mi sostén y
bragas—. Gracias por el préstamo —le dije con una sonrisa, caminando seductoramente a
mi armario, tratando de encontrar algunos pantalones de chándal o algo que podría llevar a bailar, lo oí jadear, a
continuación, gemir, en silencio me mordí los labios para no dejar escapar la
risa. Los resortes de la cama crujían, de repente, su cálido aliento estaba soplando en mi nuca, por lo que todo
mi cuerpo estalló en piel de gallina.
—Por lo tanto, ¿se me permite tocarte hoy? —preguntó en
voz baja.
Vaya, ¿está realmente pidiéndome permiso? Me volví hacia
él, estaba de pie justo detrás de mí en
tan sólo sus calzoncillos, pareciendo un dios griego.
—Um... No sé... ¿Quieres hacerlo? —le pregunté, un poco
insegura de mí misma.
Él había estado con muchas chicas antes, todos ellas
probablemente más bonitas que yo, y ese fue mi primer beso de verdad la noche
anterior por amor de Dios, apuesto a
que ¡apestaba majestuosamente en eso!
Asintió con la cabeza con
impaciencia, y sus ojos estaban clavados en los míos. Ni siquiera estaba
mirando a mi cuerpo a pesar de que estaba casi desnuda, lo cual hizo que mi
estómago diera un tirón por alguna razón.
Me puse rígida
mientras levantaba sus manos, poco a poco, dándome la oportunidad de detenerlo, él las puso en mis caderas. Su toque envió
un sofoco a mi piel y mariposas a mi estómago.
Me empujó hacia delante en su
pecho, arrastraba sus dedos lentamente alrededor de mi espalda, por un
lado agarraba la parte de atrás de mi cuello suavemente y la otra mano
haciéndome cosquillas en su camino hacia abajo. Me pasó la mano por el trasero
con suavidad, sólo una vez, antes de volverla a subir gradualmente y ponerla en
la parte baja de mi espalda.
Sus ojos no abandonaron los míos todo el tiempo. Excitación nerviosa
estaba corriendo por mi cuerpo y me
quedé allí, congelada, sin saber realmente lo que debía
hacer.
Todo esto era tan totalmente nuevo para mí y estaba
asustada casi hasta la muerte, pero
en el buen sentido de alguna manera. Inclinó la cabeza lentamente y sentí que mis ojos se agrandaban, a la espera
de que sus suaves labios hicieran contacto con los míos. Justo cuando estaban a
punto de conectar, mi celular volvió a sonar, haciéndonos saltar. Miramos el
teléfono, mi corazón estaba regresando lentamente a un ritmo normal cuando
empecé a volver a la realidad. Peter estaba mirando el teléfono, y tuve la
impresión de que estaba tratando de disparar rayos láser de los ojos para que
dejara de sonar. Me reí de su expresión exasperada y me aparté de él para
responder. El identificador de llamadas, dijo Agus, una vez más. Suspiré y lo
abrí.
—¡He dicho que estoy en camino! —puse los ojos en blanco
a pesar de que sabía que no podía verme.
—Sólo para asegurarme que tú y tú amigo culo caliente no
se vuelvan a dormir —dijo con una sonrisa mientras colgaba.
Cerré el teléfono y volví a mirar a Peter, él seguía
observándome, pero se estaba vistiendo al mismo tiempo. Le sonreí y devolvió la
sonrisa, que era agradable. Por lo general, se transformaba en Peter el imbécil del día, burlándose de mí
casi tan pronto como me
despertaba, pero hoy
en día parecía diferente. No pude evitar preguntarme cuánto tiempo duraría. Fui a mi armario y cogí un par de
leggins negros y un top blanco ajustado que apenas cubría mi culo, agarré ropa
interior fresca y fui al baño a cambiarme. Mientras caminaba junto a él, me
agarró la mano, haciendo que me detuviera.
—Sabes que tienes
el más sexy culo en el mundo, ¿verdad? —susurró, justo antes de que presionara
sus labios con los míos ligeramente, enviando lo que se sentía como relámpagos
en todo mi cuerpo.
Cuando me soltó, lo miré un poco sorprendida.
—Sí, apuesto a que se lo dices a todas las
chicas—murmuré, sacudiendo la cabeza y
caminando dentro del baño
cerrando la puerta y tomando una
respiración profunda.
¿Qué hay de malo en mí? ¿Por qué él estaba haciendo que
me sienta así? ¡Es Peter por amor de Dios! Él te va a aplastar y vas a terminar
como esa maldita puta Martina, rogando por su atención una vez que él ha
terminado y consiguió lo que quería.
Pero él no me haría eso a mí. Había pasado toda la noche
conmigo por los últimos ocho años. Lo necesitaba para poder dormir, él mantuvo
las pesadillas alejadas de mí. Él no me haría daño,¿verdad? Confío en él para mantenerme a salvo, pero ¿podría confiar en él con todo
mi corazón? Sabía que la respuesta a eso era que no, no podía, pero por alguna razón quería. Cuando salí del cuarto de baño se había ido, pero esto no fue
una sorpresa.
Me acerqué a mi ventana para bloquearla como de costumbre
y vi una pequeña margarita blanca en la
repisa de la ventana. Miré por la
ventana y sonreí, estas flores crecían a
las afueras de mi ventana, tiene que
haber elegido una para mí cuando salió, y la dejó allí sabiendo que la vería cuando cerrara
la ventana. Mi corazón dio un
vuelco y sonreí, un poco confundida. No era costumbre de Peter hacer esas cosas.
Suspiré mientras metí la pequeña flor en mi cola de
caballo y luego me dirigí a la cocina, tomando dos cajas de jugo. Garabateé una
nota para Vico diciéndole que había ido a bailar, y que le ayudaría a limpiar
más tarde si dejaba que Cande y Euge vinieran
a ver una película esta noche. Sabía que iba a ir a por ello, este
era mi soborno de costumbre por ayudar a
limpiar después de sus fiestas, que venía a la nuestra casa en la tarde y él
pagaría por la pizza y una película. Todo lo que él tenía que hacer era
aguantar a dos chicas coquetas golpeando sobre él y Peter toda la noche, ya que por lo general él se acercaba demasiado, si
no tenía una cita.
Salté fuera de la puerta de entrada al coche de Peter que
estaba esperando fuera de mi casa.
—Oye, ten esto —dije, dándole la bebida.
—Gracias. Ten esto. —Sonrió, y me entregó una rebanada de
pan tostado.
Me eché a reír.
—Ese es un cambio bastante bueno —le dije, sonriéndole y
comiendo—. Oh, tengo que ir a Benny y conseguir rosquillas, si eso está bien —Lo miré esperanzada mientras conducía por la calle.
Él asintió con la cabeza y aún estaba radiante.
—¿Por qué tan feliz hoy?—pregunté con curiosidad por
saber por qué sonreía tanto. No podía
haber dormido mucho y sabía que él estaba todavía cansado, me di cuenta por sus
ojos.
—Tuve una buena noche ayer eso es todo. Finalmente anoté
con una chica muy caliente que he estado
deseando por un tiempo.
—Me guiñó un ojo, su sonrisa auténtica cambiada en
su sonrisa estúpida.
Mis entrañas se
sentían como si alguien hubiera empujado una motosierra en mi estómago. Había conectado con
alguien, y luego ¿vino a mí
en la cama? ¡Qué idiota estúpido!
Lo besé, un beso adecuado también, y él ¡había utilizado una chica para tener
relaciones sexuales antes
de eso! Uf, estúpido gigoló,
sabía que no debería haber esperado
algo diferente. Me di la vuelta para que no pudiera ver que estaba herida, y
miré por la ventana,
negándome a llorar. El llanto
es para los débiles. Casi
nunca dejaba que nadie me
viera llorar, pero
algunas personas traspasaban las defensas que
había construido, así que
no podía evitarlo.
Él se detuvo delante de Benny y salté, con ganas de estar lejos de él.
Pedí veinte donuts en toda
la variedad de chocolate,
porque eran mis favoritas. Cuando
llegué de vuelta en el coche,
Peter sonreía.
—¿Tienes lo suficiente allí? —bromeó, mirando a las dos
grandes cajas que tenía en mis brazos.
Me limité a asentir y encendí a la radio.
—Me gusta esta canción
—mentí, no tenía idea de lo que era, pero no quería hablar con él. Me lanzó
una mirada extraña.
—Odias la música de reventón —dijo, frunciendo el ceño y
bajándole el volumen.
En realidad, estaba en lo cierto, odiaba eso, pero me gustaba más en este momento que hablar con él, puto mentiroso.
Nos detuvimos
en las afueras del estudio donde mi grupo ensayaba todos los sábados,
nosotros éramos un equipo de baile de la calle y éramos bastante buenos también.
Habíamos entrado en una batalla de baile la semana pasada contra otros diez
equipos de la zona y habíamos llegado en segundo lugar, ganando más de $ 1.000 en premios. No es
que hayamos visto nada del dinero, se fue directo al estudio, los uniformes, la música y volantes o afiches. Me encantaba la danza, danza callejera era mi favorita y todo lo que era con
un ritmo de hip hop tiene mi voto. Siempre había sido mi sueño desde que era una
niña tener mi propio estudio de baile, tal vez algún día me gustaría llegar
allí, pero parecía muy poco probable.
—Ey, chicos lo
siento, me quedé dormida —dije, mirando a todos ellos disculpándome,
mientras entraba.
Agus me haló a un gran abrazo y traté de no retroceder
lejos de él, llevaba hoy su marca de fábrica de piezas de color rosa en forma
de una gorra.
—Eso está bien. También me quedaría dormido demasiado si
tuviera ese culo en mi cama —bromeó con
una sonrisa mientras asintió con la
cabeza sobre mi hombro hacia Peter.
Rodé los ojos
y puse
las donas sobre la mesa,
tomando una de chocolate con rapidez antes de que todos
fueran y se las acabaran. Me dirigí a saludar a los otros chicos. Había
ocho personas en nuestro
equipo, cuatro chicas
y cuatro chicos. Estaba feliz de hablar con los
chicos, cuando Agus llamó a todos para empezar.
—En vista de
que ya estamos con cuarenta y cinco minutos de retraso porque alguien no podía arrastrar el culo de la cama a
tiempo, es mejor que empecemos—afirmó, lanzándome una mirada fingida y
haciéndome reír. Nos pusimos a
trabajar en una nueva
rutina que era muy difícil y complicada, e incluso tenía algunas elevaciones que daban
miedo. La peor fue cuando estaba en los hombros de Ricky y tuve que dar la vuelta, y girar en
el aire, así que quedaba mirando hacia atrás, entonces él me atraparía mientras
caía hacia su cuerpo. Casi al instante, tenía que envolver mis piernas
alrededor de su cintura antes de inclinarmetotalmente hacia atrás poniendo los
brazos en el suelo y rodar mi cuerpo en este.
Por suerte, teníamos colchonetas, Incluso me tomó más de
una hora aterrizar una vez, y déjame decirte que, incluso aterrizar en la espalda
o el estómago
en una colchoneta, duele,
sobre todo si el musculoso chico que se supone que te
atraparía, aterriza en la parte superior de ti.
Después del intento número veinte, empujé a Ricky fuera
de mí, riendo. Ni siquiera podía levantarme estaba tan cansada, el sudor me
corría por la espalda
—Está bien, oficialmente renuncio a esto por hoy. Me
duele la cabeza, me duele la espalda,
mi trasero me
duele, incluso los brazos y las
piernas duelen de tanto sostenerme
—me quejé, yaciendo al igual que una estrella de mar en la colchoneta.
—Está bien, es casi la una de todos modos, así que será
mejor que despejemos el estudio —dijo Agus, tendiendo la mano para ayudar a
levantarme. Negué con la cabeza, riendo.
—No puedo. Sinceramente,no puedo moverme—murmuré, cerrando los ojos, tratando de recuperar
el aliento.
La siguiente cosa
que sé es que Peter estaba allí, me agarró, me levantó y me tiró por encima del
hombro como si yo no pesara nada, se dirigió hacia el cuarto de baño de las
chicas, riendo.
—¿Qué demonios estás haciendo? —grité, todavía molesta
con él por lo que me hizo ayer por la noche.
—Ayudándote —afirmó. Me di cuenta que estaba sonriendo
por su sexy estúpida voz.
—¡Suéltame! —le ordené, tratando de zafarme, pero me
agarró con más fuerza. Oí la ducha
abriéndose. ¡No! ¡Él no lo haría!
Lo hizo.
Me metió en la ducha, poniéndome abajo en la regadera,
ambos completamente empapados. Me quedé allí, sorprendida. Tenía una muda de
ropa conmigo por lo que no importaba, pero no creo que él tuviera. ¡Ja, imbécil, ahora tiene que sentarse en su coche con la ropa mojada!
Se estaba
riendo de mí, así
que acoqué mis
manos y recogí un
poco de agua, lanzándosela,
se echó a reírmás fuerte y se apoderó de mi cintura, apretándose contra mí bajo la ducha. El agua
le corría por la cabeza, aplastando su pelo en la cara, se veía sexy como el
infierno. Sus ropas estaban resbaladizas en su cuerpo, quería pasar mis manos
hacia abajo para sentir las líneas de sus músculos. Inclinó la cabeza hacia
adelante y me besó, envolviendo sus brazos con fuerza a mí alrededor y
empujándome contra la pared. Chupó suavemente sobre mi labio inferior y con mucho
gusto abrí mi boca, ansiosa de saborearlo de nuevo. Él sabía aún mejor hoy, probablemente
debido a que aún estaba medio borracha cuando nos besamos ayer por la noche así que no pude apreciarlo mucho. Su beso era
hermoso y estaba enviando ondas de deseo corriendo a través de mi cuerpo.
Finalmente, se
apartó y los dos estábamos sin aliento. Miré a sus ojos y pude ver que estaban
bailando con excitación, también podía ver algo más que miedo, que me asustaba
mucho porque sabía que no estaba lista para eso. Vi la lujuria, pura y simple.
Peter quería mi cuerpo mucho. Jadeé y lo empujé hacia atrás, saliendo de la ducha
rápidamente.
—Lo siento, no debería haber hecho eso. Demasiado pronto,
¿verdad? —preguntó,
al salir de la ducha y apoderándose de mi mano.
Me volví a mirarlo. No podía darle lo que él quería, él
podía conseguir eso en otra parte. Quiero decir, era Pedro Lanzani por el amor de
Dios, él podría tener cualquier chica que quisiera, ¡y lo hace! Él ya admitió
que se conectó con alguien la noche anterior antes de que él me besara. Él era
un jugador así de simple, y si lo dejaba
tener mi corazón, lo rompería, no hay duda.
—Peter, ¿qué quieres de mí?—pregunté en voz
baja, mirando a mis zapatillas empapadas.
Puso el dedo debajo de mi barbilla y me levantó la cara
así que tuve que mirarlo.
—Todo —dijo simplemente.
Mi corazón se detuvo, y luego se echó a correr por lo
dulce que sonaba. Espera, es sólo una línea para entrar en tus pantalones,
Lali, ¡cálmate!
—No puedo darte eso, ni siquiera de cerca. Ve a buscar a
la zorra que se conectó contigo
anoche, estoy segura
de que está más que
dispuesta a hacer cualquier cosa contigo —gruñí desagradablemente,
haciendo citas de aire alrededor de las palabras cualquier cosa, antes de
irrumpir fuera para cambiarme.
Mi bolsa ya estaba aquí, supongo que una de las chicas la
trajo después de ver a Peter y yo en la ducha haciéndolo. Maldita sea, eso es
¡vergonzoso!
Me agarró la muñeca y me hizo parar y mirarlo.
—¿De qué zorra estás hablando, Ángel? —preguntó,
mirándome confuso.
—¡Con la que te
enrollaste antes de que me besaras en la cama! Maldita sea, Pedro, ni
siquiera estabas borracho, ¿se te
ha olvidado ya? Wow, eso debe realmente haber significado algo para ti
—escupí ácidamente. Parecía aún más confundido.
—No me enrollé con nadie ayer por la noche, ¿De qué estás hablando? —preguntó, tratando de tirar de mí hacia él, pero me mantuve firme y saqué mi muñeca de sus manos, él no se resistió,
sólo me dejó ir, sabía que no me gustaba estar restringida.
Le di mi mirada de muerte y cogí
una toalla de mi bolso, secando mi pelo que chorreaba. Tiré de la margarita de mi cola
de caballo y la arrojé a sus pies.
—Peter, tú me dijiste antes en el coche que follaste una
chica que deseabas, por eso estabas tan feliz —gruñí. ¿En serio iba a mentirme
sobre esto ahora?
Entendimiento cruzó su cara, su cuerpo parecía relajarse
visiblemente.
—En realidad, nunca dije que follé a nadie. Lo que realmente
dije fue que por fin anoté con una chica muy caliente que había estado deseando
desde hace tiempo—dijo, encogiéndose de hombros y sonriendo, como si esto lo
aclarara todo.
Negué con la cabeza, aún enojada. La redacción no me importaba, todo era lo mismo
y todavía me sentía traicionada y utilizada.
—Lo que sea, follaste, anotaste, es todo la misma cosa.
Eres un maldito estúpido jugador y yo no puedo creer que dejé que tú me besaras.
¡Dos veces! —grité. Podía sentir las lágrimas que amenazaban con salir, así que
me volví de espaldas a él.
—¡Estás entendiendo mal lo que quise decir! —dijo con
desesperación.
Di la vuelta para mirarlo de nuevo.
—Oh, ¡lo siento! Explícate por favor —dije con sarcasmo,
agitando la mano en un gesto de adelante.
—Estaba hablando de ti —dijo en voz baja.
Fruncí el ceño,
¿yo?
—He estado loco por ti desde la primera vez que te vi,
Ángel, pero tu hermano no me dejaba estar cerca de ti. Durante todo este tiempo
sólo has sido tú. —Miró al suelo como un niño perdido y yo no podía
respirar.
¿Realmente acaba de decir eso? Yo le gustaba, ¿pero Vico no lo dejaba acercarse a mí? ¿Cómo puede
ser eso cierto? De todos modos, es un jugador que tiene relaciones sexuales
con tres o cuatro chicas diferentes a la semana. ¿Cómo podría siempre haber
sido yo? Ni siquiera ha tenido una novia, él sólo tiene ¡citas!
Me miró suplicante, él estaba sufriendo. Me di cuenta por
su cara, pero yo no sabía qué hacer. Si me arriesgaba, sabía que iba a enamorarme
de él y había una buena probabilidad de que me partiría el corazón en mil pedazos, pero no creo que pueda soportar
perderlo. Había sido unan constante en mi vida y lo necesitaba, probablemente más de lo que necesitaba a Vic. Él se adelantó y tomó mi cara entre sus
manos se inclinó hacia mí y me besó con ternura.
Sabía que la decisión había sido tomada, en realidad no
era algo que podía pensar y razonar los pros y los contras. Cuando Peter me besaba,
todo parecía estar bien y correcto, tal como debe ser. Le devolví el beso, envolviendo
mis brazos alrededor de él con fuerza, presionándome en su pecho. Él se apartó
y me sonrió.
—¿Qué te parece que compré el almuerzo de hoy, y lo llamemos una cita?—sugirió, mirándome
con timidez.
Nunca había visto en Peter una mirada tímida o vulnerable
en su vida. Su oferta, la expresión de súplica en su rostro fue suficiente para
poner lo que se sentía como un centenar de mariposas sueltas en
mi estómago. Fingí pensar en ello
durante unos segundos y su cara cayó.
—OK —finalmente estuve de acuerdo con una sonrisa. Él
sonrió con alegría antes de tirar de mí en otro beso que realmente me hizo sentir un poco mareada.
Terminó el beso justo cuando estaba un poco sin
aliento.
—Será mejor que
vaya por algo de ropa seca en el coche, así te doy la oportunidad de cambiarte
—dijo mirándome de nuevo
con una sonrisa de satisfacción en su rostro—. No es que no te veas sexy como el
infierno en lo que llevas puesto. Me
miré mí misma, para ver que mi camiseta blanca estaba pegada a mí y completamente se veía todo a través. Me reí
incómoda y envolví mis brazos a mí alrededor,
ruborizándome como una loca. Él también se rió y se inclinó para recoger la flor que yo había
tirado a sus pies. La sostuvo hacia mí, sonriendo con su hermosa sonrisa.
—Gracias —murmuré, mordiéndome los labios, mi cara ardía
de vergüenza.
—Con todo el gusto —dijo mientras salía por la puerta.
Continuara...
Les gusta que sea así de largo? algunos van a ser asi jeje.
Bueno, nos hablamos el Lunes!
Besos
Lunis♥
si que sean largos.. massssssssss
ResponderEliminarLoooos ame!!
ResponderEliminarsi massssssssssss... me encanta la nove+++++++++++++++++
ResponderEliminarSiiiii,a k sean largos.
ResponderEliminarCada vez Peter demuestra su lado mas tierno todo el tiempo.
Me encanta la nove. con los capitulos largoss.. massssss..
ResponderEliminarholaaa lectora nueva me lei todas tus noves me encantan subi mas de esta esta buenisima ah otra cosa la nove anterior no la dejes cuando puedas y te vuelva la imaginacion subi mas caps besos mika
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