En el camino de regreso a la escuela pasó por el auto
servicio de McDonalds.
—Hola, ¿puedo ayudarle? —preguntó el altavoz.
—Eh, sí, quiero un combo de Big Mac con coca-cola y uno de cuarto de libra con queso con malteada de fresa. ¿Todavía
hacen esas cosas de queso fundido?— preguntó Peter.
—Sí lo hacemos —crujió el altavoz.
Él sonrió.
—Genial, un paquete de eso también, por favor. —Sólo lo
miré, un poco atónita, acababa de
ordenar mi comida y sabía exactamente lo que quería. Se volvió hacia mí y frunció el ceño—.¿Por qué me miras de esa forma? ¿Me
equivoqué?—preguntó, mirando ligeramente preocupado y bajando la ventanilla de
nuevo listo para cambiar la orden.
Negué con la cabeza mirándolo con asombro.
—¿Cómo sabes lo que quiero?
Él simplemente se rió y me miró como si hubiese dicho
algo estúpido.
—Siempre pides lo mismo Ángel y adoras esas asquerosas
cosas de queso pero no las tienen todo
el tiempo, así que…—se encogió de hombros y rodó el auto hasta la siguiente
ventana.
Bien, ahora está empezando a asustarme. ¿Primero, supo mi
talla de zapatos y ahora conoce lo que
como en el McDonalds? Quiero decir, sé que probablemente he venido aquí con él y Vico mil veces, pero
ni siquiera Vico sabe lo que ordeno y es
mi hermano, por amor de Dios. Peter se rió de nuevo y estacionó el auto en
un espacio para que pudiéramos comer.
Estaba hablando abiertamente sobre un concierto al que
quería ir y de una película que vio la semana pasada sobre zombies que según
dijo, me habrían matado del susto. Estaba sorprendida de cuán fácil era hablar
con él; nunca había pasado tanto tiempo
con él por mi cuenta antes. Usualmente estaba con Vico o con una banda de chicos, o tenía alguna sanguijuela adherida
a su cuerpo, o estábamos durmiendo. Era
en realidad muy agradable y divertido. No podía dejar de preguntarme por qué escondía su asombrosa personalidad
detrás de la fachada de prostituto, con una actitud masculina de cerdo chauvinista;
debería ser así más a menudo.
—¿Puedo hacerte una pregunta, Ángel? —preguntó, mirándome con seriedad.
Asentí con la cabeza y terminé el resto de mi malteada—.
¿No confías en mí?¿Cómo pudiste pensar que iba a hacerte daño más temprano en
la escuela? He tenido muchas oportunidades de tocarte o forzarte a algo más
durante los últimos ocho años,¿no?¿Por qué crees que te haría daño?—preguntó, luciendo muy triste.
Tomé una respiración profunda.
—Fue solo que me tomó por sorpresa, eso es todo; confío
en ti, Pitt, de verdad. Sé que no me
harías daño, sólo que es difícil para mí, no me gusta que la gente me toque.—Fruncí el ceño al no querer hablar de
esto. Nunca nadie me había presionado
por detalles acerca de cómo hacía con mi padre. He rechazado ir a la terapia
desde que se fue, mi mamá y Vico han tratado de hablar de eso pero yo simplemente
no quería que nadie lo supiera. Estaba avergonzada de eso y de lo que él
acostumbraba a hacerme. Nadie nunca me había forzado a hablar de ello y yo los
amaba aún más por ello.
Peter tomó mi mano.
—Sé que no, pero
nunca te lastimaría. Necesito que lo
sepas —dijo trazando círculos en la palma de mi mano. Todavía lucía realmente herido y
molesto y quería hacerlo sentir mejor, pero no sabía cómo.
Lo único que podía hacer era decirle la verdad.
—Pitt, cuando alguien me toca, mi corazón se acelera y
comienzo a sentirme mareada y enferma. Es algo sobre lo que no tengo control.
Las únicas personas con las que no me pasa, es con mi mamá, con Vico y contigo.
Lamento si te molesto, pero no puedo evitarlo. Confío en ti, de verdad.
Esto parecía hacerlo sentir mejor y su rostro se
iluminó.
—OK, está bien. Regresemos antes de que tu
hermano tenga a los perros de ataque listos para rasgarme la garganta—sugirió, riendo entre
dientes. Me acomodé en mi asiento
mientras él manejaba de regreso a la escuela. Entramos al estacionamiento de la
escuela cinco minutos antes de la campana de salida.
—Eh, Ángel, probablemente lo mejor sea no contarle nada
de lo de hoy a tu hermano. No se supone que pase tiempo contigo—dijo encogiéndose
de hombros.
No se supone que pase tiempo conmigo. ¿Qué significa
eso?
—¿Por qué no? —pregunté confundida.
Me miró a los ojos de nuevo, haciendo que mi corazón se
acelerara un poco.
—Vico lo dijo. Y toma en cuenta de que soy un “desagradable
prostituto” como tú tantas veces has dicho. Aparentemente, solo quiero tocar tu
muy agradable trasero —dijo con una sonrisa—. Lo cual estaría más que feliz de
hacer, si tú lo quieres. Ya sabes, como pago por la clase de patinaje —bromeó,
guiñándome un ojo.
Di un grito ahogado. Acababa de pasar todo el día con
este chico pasándola muy bien y él podía arruinarlo todo en una loca
frase.
—Realmente eres un cerdo a veces,¿sabías? —gruñí
saliendo del coche y azotando la puerta. Pisé
fuerte en dirección al edificio de matemáticas donde debía estar, para por lo menos aparentar que había estado allí si caminaba en la dirección correcta.
Vi a Vico a
caminar hacia el coche, así que le di unos minutos antes de hacer mi camino y
meterme en la parte de atrás como si nada hubiera sucedido.
—Oye, La, ¿tuviste un buen día? —preguntó Vico cuando
entré en el coche.
—En realidad sí lo hice, todo el día excepto justo al
final cuando alguien lanzó un golpe hacia mí—le
respondí con un encogimiento de hombros. Vico inmediatamente le dio a Peter una palmada en la parte posterior de
la cabeza.
—¡Ay, mierda, ¿Por qué fue eso? —preguntó él,
frotándose la cabeza.
—Por golpear a mi hermanita. —mi hermano se encogió de hombros.
—¿Cómo sabes que fui yo? —se quejó Peter. Me reí mientras
Pedro me lanzaba una mirada sucia y saqué
mi iPod.
—La, viéndose como es viernes... —dijo Vico,
apagándose.
Gemí, sabiendo al instante de qué se trataba. Su
tradición semanal.
—¡No!¡Ninguna fiesta!
Vamos, Vic, ¿en serio? ¿Tiene que ser en nuestra casa todas las
semanas? ¡Ni siquiera hay juego esta noche! Se supone que es una fiesta para
después del juego. Quiero decir,
¿nadie más puede hacerla por una semana para que no
tenga que limpiar todo después de que se larguen tus idiotas amigos borrachos?
—pregunté, mirando a Peter de nuevo.
—¡Oye no me metas en esto; siempre ayudo a limpiar!
—exclamó a la defensiva.
Suspiré, sintiéndome derrotada. Mi hermano hacía una
fiesta en nuestra casa todos los viernes
por la noche porque no teníamos supervisión paterna, así que era más fácil
hacerla en nuestra casa. No sé por qué me molestaba en quejarme al respecto, sucedía
independientemente de si me gustara o no. Subí el volumen de mi iPod para
ahogar la voz de los chicos hablando sobre con quién se iban a enredar y miré por
la ventana. Pude ver a Peter tratando de hacer contacto visual conmigo por
el espejo pero no le hice caso y fingí
que me perdía por completo en la canción.
Continuara...
Atencion a lo que pasa en la fiesta!!
Besos
Mas tarde mas, por el capi de ayer que no pude subir.
Lunis♥
+++++++++++
ResponderEliminarOtrooo, me gusta!!
ResponderEliminarJjajajajaja,Vico parece k sabe d las andanzas d Peter con Lali.
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