—Hola, Can,¿qué pasa?—dije alegremente.
—Hola, Lali, ¿quieres que lleve una película para esta
noche?
—Sí seguro. Pero nada de miedo.—Sonreí dándole un ligero
golpe en la mano a Peter cuando él trató de robar uno de mis rollos primavera de
mi plato.
—¿Qué?—articuló con inocencia. Rodé mis ojos y le pasé
mi plato.
—Estaba pensando en, El Amanecer de los Muertos —replicó
Can.
Jadeé; ¿ella está bromeando?
—¡De ninguna manera!¡No voy a ver eso, me asustaría demasiado!—grité, horrorizada ante el pensamiento de ver una película de zombis. Me ponían tan asustada que después no podía estar sola durante días; ¡tuve que
hacer pis con la puerta de cuarto de baño abierta por el amor de Dios!
Podía escuchar su risita.
—Por favor, ¿Lalu? Realmente quiero verla —pidió, yo
podía imaginar el aspecto de cachorro en su rostro ahora mismo.
Peter me estaba dando una expresión burlona, entonces puse mi mano sobre el auricular y
susurré:
—El Amanecer de los Muertos.
Él ensanchó sus ojos ligeramente antes de darme una
sonrisa.
—No te
preocupes, Ángel, te protegeré —susurró él con
seguridad, haciéndome
reír.
—La, por favor —Cande pidió otra vez.
—¡Oh Dios! De acuerdo, trae esa maldita película
—refunfuñé, derrotada.
Al menos Peter estaría allí, él siempre mantenía mis pesadillas
lejos. Sólo sería malo cuando estuviera sola, como en la
ducha o algo. Supongo que siempre puedo hacerle permanecer
fuera de la puerta y que me leyera o algo mientras estaba allí, no es como que él no hubiera hecho esto por mí antes. Lo miré un poco impresionada, de
hecho, cuanto más pensaba en ello, más de este dulce, divertido Peter, venía a mi mente. Él hizo a menudo
pequeñas cosas por mí a las que no les presté atención antes.¿Siempre había
sido dulce para mí, pero estaba demasiado prejuiciosa para verlo?
—¿Entonces, qué piensas, está bien? —preguntó Kate.
Regresé
abruptamente a la realidad. ¡Mierda, yo no había estado escuchándola en absoluto!
—¿Lo siento, Can, qué? No te escuché, lo siento. Estaba
presa de pánico sobre esa estúpida película. —Me estremecí solo por el
pensamiento de ello.
Ella suspiró.
—¿Te dije que mi mamá y papá se marchan por el fin de
semana, así que pensé que estaría bien si dormía en la tuya esta noche y mañana
por la noche? Realmente no quiero quedarme
sola —dijo en voz baja. Miré a Peter y brinqué. Si Can se quedaba a dormir esto quería decir que él no podría, porque ella dormiría
en la cama plegable sobre mi piso.
—Um seguro, Can, puedes quedarte a dormir durante el fin
de semana. A Vico no le importará.—Estuve de acuerdo de mala gana.
Peter disparó sus ojos hasta los míos y sacudió su
cabeza.
—¡NO! —articuló de manera suplicante. Solamente le di una
mirada de disculpa y me encogí de hombros, yo no podía decirle no, ella era mi
mejor amiga.
—Estupendo. Bueno,
vendré aproximadamente a las siete
entonces, ¡de acuerdo!—gorjeó, sonando
entusiasmada.
—Sí, ¡Esta bien! Nos vemos. —Cerré mi teléfono móvil y
miré de nuevo a Peter.
—¿El fin de semana? ¿No conseguiré dormir allí el fin de
semana? —gimoteó, tan pronto como había cerrado mi teléfono.
—Lo siento, pero no podía decirle no. Sus padres se marchan durante el fin de semana y no quiere quedarse sola. —Lo miré
excusándome.
Él suspiró luciendo derrotado.
—Está bien, seguro. Pero sabes que has acordado mirar una película de zombis que da mucho miedo y no
voy a estar allí por las próximas dos noches —declaró él con una sonrisa
arrogante.
Jadeé. ¡No había pensado
en esto! ¿No
dormía muy bien sin Peter allí, tenía pesadillas, malas, sobre
mi padre y ahora encima tendría sueños de zombis también?
Desde que tenía ocho años, sólo pasé algunas semanas lejos de él, como cuando uno de nosotros se fue
de vacaciones, o un
tiempo que él tenía varicela y tuve que estar lejos
durante cuatro días. Cada vez que estaba sola, mis sueños serían tan malos que me despertaría gritando. Le había pedido a Vico dormir conmigo algunas veces cuando era chica, pero él no detuvo
los sueños entonces solamente
dejé de pedírselo.
Sabía que Peter no dormía en absoluto cuando no estaba
conmigo. Él literalmente se la pasaba despierto, incapaz de sentirse cómodo. Él
siempre decía que su cama se sentía extraña, porque no había dormido en ella desde que tenía diez años.
Odiaba cuando mis amigas llegaban para quedarse y se
quejaba sobre ello todo el día siguiente, dejando caer insinuaciones no tan sutiles de que él no estaba impresionado por
tener que dormir en su propia cama.
—Bien, no sé por
qué uces tan arrogante al respecto; tú no vas
a dormir demasiado intensamente tampoco.
—Sonreí, sacándole la lengua.
—¿Um, es una invitación?—preguntó, levantando una ceja.
Al instante comprendí de lo estaba hablando, preguntaba si quería besarlo otra
vez porque le mostré mi lengua. Seguro como el infierno.
—Seguro —ronroneé, mirándolo de manera seductora, sabiendo que no podía alcanzarme sobre la mesa, entonces tendría que esperar hasta
que nosotros dejáramos el
restaurante.
Inmediatamente saltó de su silla y se inclinó a mi lado,
tomando mi rostro en sus manos y besándome, no pareciendo preocuparse por dónde estábamos o si las
personas estaban mirando.Tomé la iniciativa esta vez y tracé mi lengua a lo
largo de su labio inferior, la abrió
rápidamente y deslicé mi lengua. Gimió en mi boca, empujándome hacia él. El beso estaba tan bueno que me
sentí ligeramente mareada. Ni una sola vez trató de tocarme, excepto sostener
mi rostro, lo que me sorprendió. Tal vez no me estaba usando sólo para el sexo
después de todo. Sonreí contra sus labios y se alejó, sonriéndome también.
—Gracias—susurró, besándome otra vez rápidamente y luego volviendo a sentarse frente a mí, como si nada hubiera pasado. ¡Bueno, no estoy tan acostumbrada a todo esto de tener citas y besuqueos!
—Será mejor que nos vayamos; necesito hablar con tu
hermano. —Frunció el ceño, luciendo triste y un poco asustado.
—¿No vas a decirle, verdad? —pregunté, horrorizada ante
el pensamiento de Vico sabiéndolo y volviéndose loco.
Asintió. —Sí,
Ángel. Él sabía que tú me gustabas todo este tiempo, pero él no pensaba
que yo te gustara, por eso necesito hablar con él sobre que nosotros estamos realmente saliendo —Hizo
una mueca mientras hablaba; imagino que estaba pensando en la patada en el culo que Vic le daría cuando se
lo contara.
—Pitt, por qué nosotros no sólo lo dejamos por un tiempo
y luego tal vez en un par de semanas, si todo va bien, entonces podemos hablar
con él juntos. ¿Quiero decir, ni
siquiera sabemos si esto va a funcionar, verdad?—pregunté con un encogimiento de hombros.
Realmente no veía el punto en hablar con Vic y trastornarlo
todo si esto no iba a funcionar. ¿En realidad, cuánto tiempo duraría esto, una
vez que comprendiera que yo realmente
no pensaba dormir con él en el corto plazo? Cuando estuviera aburrido o desesperado, huiría de mí hacia la posibilidad más
cercana de sexo fácil, gritando mientras se iba.
Se veía un poco asustado.
—¿Tú piensas que esto no funcionará? —preguntó, su voz
sonando lastimada.
—¿Honestamente?
Solamente no creo que puedas esperar, Peter.¿Cuánto tiempo va a pasar antes de decidir que has tenido suficiente y dormir con alguna chica bonita y
tonta? —le respondí, odiando la expresión de dolor que cruzaba su rostro.
—Prometo que nunca te engañaré, nunca. He esperado demasiado tiempo por esta oportunidad; no voy a estropearla.
—Tomó mi mano y podía ver la honestidad en sus ojos, realmente creía que no me
engañaría, pero él era un chico después de todo y su cuerpo diría algo más
eventualmente.
—¿Vamos a esperar un poco, está bien? —sugerí, apartando
mi mano y haciéndole una señal al camarero. Vino inmediatamente.
—¿Hola, podemos
conseguir la cuenta por favor? —pregunté
con una sonrisa, asintió y se fue.
—Solamente voy al baño. ¿Si vuelve antes que esté de
regreso, entonces usa esto, está bien? —Peter instruyó, dándome su cartera y
caminando rápidamente al baño.
Hice una mueca;
pienso que realmente herí sus sentimientos diciéndole esto. ¡Maldición, podía ser tan estúpida a veces! Lo miré mientras se alejaba, mis ojos inconscientemente
enfocaron su trasero. ¡Wow, realmente tiene un lindo culo!
Alguien limpió su garganta al lado mío haciéndome
sonrojar porque acababa de sorprenderme mirando. Alcé la vista y el camarero
estaba de pie allí con la cuenta.
—¡Oh, lo siento! No me di cuenta que estabas allí
—refunfuñé, avergonzada.
—No te
preocupes por ello.—Me dio el recibo y se inclinó junto a mí, así que
estábamos al mismo
nivel. Él puso una mano al
dorso de mi silla y una sobre la mesa entonces estaba
atrapada. Mi corazón comenzó a correr. Él estaba muy cerca.
—Entonces, no te he visto antes por aquí. Definitivamente habría
recordado un rostro tan hermoso como el
tuyo —dijo, sus ojos clavados en mí, mientras parecía que él me estaba
imaginando desnuda. Me retorcí en mi asiento.
—Er no, no he estado aquí antes —murmuré incómodamente,
mirando la cantidad que debía y agarrando la cartera de Peter de mi regazo.
—Soy Simon.—Ofreció su mano para darme la mano. Lo miré y tragué saliva; realmente no quería tocarlo, así que
solo jugaba con la cartera de Peter fingiendo
buscar algo. Lo sentí jugando con mi cola de caballo y me
sentí mal.
—¿Así que, cómo te llamas? —preguntó, con una sonrisa
coqueta.
—Su nombre es tócala otra vez y te romperé la cara —gruñó
Peter posesivamente detrás mí. Físicamente me relajé.
El tipo se levantó inmediatamente.
—Lo siento, solamente hablaba con tu novia eso es todo.
No ha pasado nada —dijo con inocencia.
—Correcto —contestó Peter, sonando realmente molesto.
Extendió la mano y tomó el recibo y su cartera de mis manos, lo miró
y luego le dio
el dinero al tipo mirándolo todavía
airadamente. Mi respiración todavía no había vuelto a la normalidad, mi corazón seguía corriendo. Peter me
ofreció su mano.
—¿Estás lista, Ángel? —preguntó, sin quitar sus ojos del
camarero. Tomé su mano y me levanté, siguiéndolo mientras él nos condujo fuera
del restaurante. Una vez que cerró la puerta se volvió hacia a mí. —¿Estás
bien? Te ves un poco pálida —Dio un paso más cerca de mí y puso sus labios sobre mi cuello. Envolví mis brazos alrededor de
su cintura y me presioné contra él, dejando que su olor llenara mis pulmones, su respiración soplando mi espalda y hombros haciendo que todo mi
cuerpo se relaje.
Me alejé después de un par de minutos.
—Estoy bien ahora.—Le sonreí de modo tranquilizador y él
acarició ligeramente un lado de mi rostro.
—Vamos, hay que regresar. Tengo que ayudar a Vico a
ordenar así él comprará la pizza esta noche —bromeé.
Sonrió y entonces
caminamos hacia su auto, deslizó su mano en la mía. No podía dejar de
reír. Se sentía bien por alguna razón; su mano parecía encajar perfectamente
en la mía. Era tan natural que era casi demasiado fácil.
Continuara...
++++++++
ResponderEliminarmás!!
ResponderEliminarTodo sinceridad y d forma sutil posesión.
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