lunes, 23 de marzo de 2015

Capitulo 10


—Hola, Can,¿qué pasa?—dije alegremente. 
—Hola, Lali, ¿quieres que lleve una película para esta noche?
—Sí seguro. Pero nada de miedo.—Sonreí dándole un ligero golpe en la mano a Peter cuando él trató de robar uno de mis rollos primavera de mi plato. 
—¿Qué?—articuló con inocencia. Rodé mis ojos y le pasé mi plato.
—Estaba pensando en, El Amanecer de los Muertos —replicó Can. 
Jadeé; ¿ella está bromeando? 
 —¡De ninguna manera!¡No voy a ver eso, me asustaría demasiado!—grité, horrorizada ante el pensamiento  de ver una película de zombis. Me ponían tan asustada que después no podía estar sola durante días; ¡tuve que hacer pis con la puerta de cuarto de baño abierta por el amor de Dios! 
Podía escuchar su risita. 
—Por favor, ¿Lalu? Realmente quiero verla —pidió, yo podía imaginar el aspecto de cachorro en su rostro ahora mismo.
Peter me estaba dando una expresión burlona, entonces puse mi mano sobre el auricular y susurré: 
—El Amanecer de los Muertos.
Él ensanchó sus ojos ligeramente antes de darme una sonrisa. 
—No te preocupes, Ángel, te protegeré —susurró  él con  seguridad,  haciéndome
reír. 
—La, por favor —Cande pidió otra vez. 
—¡Oh Dios! De acuerdo, trae esa maldita película —refunfuñé, derrotada.
Al menos Peter estaría allí, él siempre mantenía mis pesadillas lejos. Sólo sería malo cuando estuviera sola, como en la ducha o algo. Supongo que siempre puedo hacerle permanecer fuera de la puerta y que me leyera o algo mientras estaba allí, no es como  que él no hubiera hecho esto por mí  antes. Lo miré un poco impresionada, de hecho, cuanto más pensaba en ello, más de este dulce, divertido Peter, venía a mi mente. Él hizo a menudo pequeñas cosas por mí a las que no les presté atención antes.¿Siempre había sido dulce para mí, pero estaba demasiado prejuiciosa para verlo?
—¿Entonces, qué piensas, está bien? —preguntó Kate. 
 Regresé abruptamente a la realidad. ¡Mierda, yo no había estado escuchándola en absoluto! 
—¿Lo siento, Can, qué? No te escuché, lo siento. Estaba presa de pánico sobre esa estúpida película. —Me estremecí solo por el pensamiento de ello.
Ella suspiró. 
—¿Te dije que mi mamá y papá se marchan por el fin de semana, así que pensé que estaría bien si dormía en la tuya esta noche y mañana por la noche? Realmente no quiero  quedarme  sola —dijo en voz baja. Miré a Peter y brinqué. Si Can se quedaba a dormir esto quería decir que él no podría, porque ella dormiría en la cama plegable sobre mi piso. 
—Um seguro, Can, puedes quedarte a dormir durante el fin de semana. A Vico no le importará.—Estuve de acuerdo de mala gana.
Peter disparó sus ojos hasta los míos y sacudió su cabeza. 
—¡NO! —articuló de manera suplicante. Solamente le di una mirada de disculpa y me encogí de hombros, yo no podía decirle no, ella era mi mejor amiga. 
—Estupendo. Bueno, vendré aproximadamente a las siete entonces, ¡de acuerdo!—gorjeó, sonando entusiasmada.
—Sí, ¡Esta bien! Nos vemos. —Cerré mi teléfono móvil y miré de nuevo a Peter.
—¿El fin de semana? ¿No conseguiré dormir allí el fin de semana? —gimoteó, tan pronto como había cerrado mi teléfono.
—Lo siento, pero no podía decirle no. Sus padres se marchan durante el fin de semana y no quiere quedarse sola. —Lo miré excusándome. 
Él suspiró luciendo derrotado. 
 —Está bien, seguro. Pero sabes que has acordado mirar una película de zombis que da mucho miedo y no voy a estar allí por las próximas dos noches —declaró él con una sonrisa arrogante.
Jadeé.  ¡No  había pensado  en  esto!  ¿No  dormía muy bien sin Peter allí, tenía pesadillas, malas, sobre mi padre y ahora encima tendría sueños de zombis también? Desde que  tenía ocho años, sólo pasé algunas semanas lejos de él, como cuando uno de nosotros  se  fue de vacaciones, o un  tiempo que él tenía varicela y tuve que estar lejos durante cuatro días. Cada vez que estaba sola, mis sueños serían tan malos que me despertaría gritando.  Le había pedido a Vico dormir conmigo algunas veces cuando era chica, pero él no detuvo  los sueños entonces solamente dejé de pedírselo.
Sabía que Peter no dormía en absoluto cuando no estaba conmigo. Él literalmente se la pasaba despierto, incapaz de sentirse cómodo. Él siempre decía que su cama se sentía extraña, porque no había dormido en ella desde que tenía diez años.
Odiaba cuando mis amigas llegaban para quedarse y se quejaba sobre ello todo el día siguiente, dejando caer insinuaciones no tan sutiles de que él no estaba impresionado por tener que dormir en su propia cama. 
—Bien, no sé por qué  uces tan arrogante al respecto; tú no vas a dormir demasiado intensamente tampoco. —Sonreí, sacándole la lengua.
—¿Um, es una invitación?—preguntó, levantando una ceja. Al instante comprendí de lo estaba hablando, preguntaba si quería besarlo otra vez porque le mostré mi lengua. Seguro como el infierno.
—Seguro —ronroneé, mirándolo de manera  seductora, sabiendo que no podía alcanzarme sobre la mesa, entonces tendría que esperar hasta  que nosotros dejáramos el restaurante.
Inmediatamente saltó de su silla y se inclinó a mi lado, tomando mi rostro en sus manos  y  besándome, no pareciendo preocuparse por dónde estábamos o si las personas estaban mirando.Tomé la iniciativa esta vez y tracé mi lengua a lo largo de su labio inferior, la abrió rápidamente y deslicé mi lengua. Gimió en mi boca, empujándome  hacia él. El beso  estaba tan bueno que me  sentí ligeramente mareada. Ni una sola vez trató de tocarme, excepto sostener mi rostro, lo que me sorprendió. Tal vez no me estaba usando sólo para el sexo después de todo. Sonreí contra sus labios y se alejó, sonriéndome también.
—Gracias—susurró, besándome otra vez rápidamente y luego volviendo  a sentarse frente a mí, como si nada hubiera pasado. ¡Bueno, no estoy tan acostumbrada a todo esto de tener citas y besuqueos! 
—Será mejor que nos vayamos; necesito hablar con tu hermano. —Frunció el ceño, luciendo triste y un poco asustado. 
—¿No vas a decirle, verdad? —pregunté, horrorizada ante el pensamiento de Vico sabiéndolo y volviéndose loco.
Asintió. —Sí, Ángel.  Él  sabía que tú me gustabas todo este tiempo, pero él no pensaba  que yo te gustara, por eso necesito hablar con él sobre que nosotros estamos realmente saliendo —Hizo  una  mueca mientras hablaba;  imagino que estaba pensando en la patada en el culo que Vic le daría cuando se lo contara.
—Pitt, por qué nosotros no sólo lo dejamos por un tiempo y luego tal vez en un par de semanas, si todo va bien, entonces podemos hablar con él juntos. ¿Quiero decir, ni siquiera sabemos si esto va a funcionar, verdad?—pregunté con un encogimiento de hombros.
Realmente no veía el punto en hablar con Vic y trastornarlo todo si esto no iba a funcionar. ¿En realidad, cuánto tiempo duraría esto, una vez que comprendiera que yo  realmente no  pensaba dormir con él en el corto plazo? Cuando estuviera aburrido o desesperado, huiría de mí hacia la posibilidad más cercana de sexo fácil, gritando mientras se iba.
Se veía un poco asustado. 
—¿Tú piensas que esto no funcionará? —preguntó, su voz sonando lastimada.
 —¿Honestamente? Solamente no creo que puedas esperar, Peter.¿Cuánto tiempo va a pasar antes de decidir que has tenido suficiente y dormir con alguna chica bonita y tonta? —le respondí, odiando la expresión de dolor que cruzaba su rostro. 
—Prometo que nunca te engañaré, nunca. He esperado demasiado tiempo por esta oportunidad; no voy a estropearla. —Tomó mi mano y podía ver la honestidad en sus ojos, realmente creía que no me engañaría, pero él era un chico después de todo y su cuerpo diría algo más eventualmente.
—¿Vamos a esperar un poco, está bien? —sugerí, apartando mi mano y haciéndole una señal al camarero. Vino inmediatamente. 
—¿Hola, podemos  conseguir la cuenta por  favor? —pregunté con  una sonrisa, asintió y se fue. 
—Solamente voy al baño. ¿Si vuelve antes que esté de regreso, entonces usa esto, está bien? —Peter instruyó, dándome su cartera y caminando rápidamente al baño.
Hice una mueca; pienso que realmente herí sus sentimientos diciéndole esto. ¡Maldición,  podía ser tan estúpida a  veces! Lo miré mientras se alejaba, mis ojos inconscientemente enfocaron su trasero. ¡Wow, realmente tiene un lindo culo!
Alguien limpió su garganta al lado mío haciéndome sonrojar porque acababa de sorprenderme mirando. Alcé la vista y el camarero estaba de pie allí con la cuenta. 
—¡Oh, lo siento! No me di cuenta que estabas allí —refunfuñé, avergonzada.
—No  te preocupes  por ello.—Me dio el recibo y se inclinó junto a mí, así que
estábamos al mismo nivel. Él puso una mano al  dorso de mi silla y una sobre la mesa entonces estaba atrapada. Mi corazón comenzó a correr. Él estaba muy cerca. 
—Entonces, no te he visto antes  por aquí. Definitivamente habría recordado  un rostro tan hermoso como el tuyo —dijo, sus ojos clavados en mí, mientras parecía que él me estaba imaginando desnuda. Me retorcí en mi asiento.
—Er no, no he estado aquí antes —murmuré incómodamente, mirando la cantidad que debía y agarrando la cartera de Peter de mi regazo.
 —Soy Simon.—Ofreció su mano para darme la mano. Lo miré y tragué saliva; realmente no quería tocarlo, así que solo jugaba con la cartera de Peter fingiendo
buscar algo. Lo sentí jugando con mi cola de caballo y me sentí mal. 
—¿Así que, cómo te llamas? —preguntó, con una sonrisa coqueta.
—Su nombre es tócala otra vez y te romperé la cara —gruñó Peter posesivamente detrás mí. Físicamente me relajé. 
El tipo se levantó inmediatamente. 
—Lo siento, solamente hablaba con tu novia eso es todo. No ha pasado nada —dijo con inocencia.
—Correcto —contestó Peter, sonando realmente molesto. Extendió la mano y tomó el recibo y su cartera de mis manos, lo miró  y luego le dio el dinero al tipo mirándolo todavía airadamente. Mi respiración todavía no había vuelto a la normalidad, mi corazón seguía corriendo. Peter me ofreció su mano.
—¿Estás lista, Ángel? —preguntó, sin quitar sus ojos del camarero. Tomé su mano y me levanté, siguiéndolo mientras él nos condujo fuera del restaurante. Una vez que cerró la puerta se volvió hacia a mí. —¿Estás bien? Te ves un poco pálida —Dio un paso más cerca de mí y puso sus labios sobre mi cuello. Envolví mis brazos alrededor de su cintura y me presioné contra él, dejando que su olor llenara mis pulmones, su respiración soplando  mi espalda y hombros haciendo que todo mi cuerpo se relaje.
Me alejé después de un par de minutos. 
—Estoy bien ahora.—Le sonreí de modo tranquilizador y él acarició ligeramente un lado de mi rostro.
—Vamos, hay que regresar. Tengo que ayudar a Vico a ordenar así él comprará la pizza esta noche —bromeé.
Sonrió y entonces caminamos hacia su auto, deslizó su mano en la mía. No podía dejar de reír. Se sentía bien por alguna razón; su mano parecía encajar perfectamente en la mía. Era tan natural que era casi demasiado fácil.

Continuara...

3 comentarios: