Poli
Es marzo, cinco meses desde que concluyó Instituto Prejuicio. He pasado tiempo
con Agus en varias ocasiones, y he visto
a Vico dos veces.
Sin embargo, no he
visto o escuchado
de ninguna otra persona.
Ahora, el elenco
principal se encuentra en Austin por un par de días para hacer una sesión de fotos para
la revista Vanity
Fair. Mi vuelo
llegó tarde, y
no hay nadie cuando
me registro en el
hotel. Desorientado por estar de vuelta en Austin,
me duermo pensando en Lali. Mis
sueños son vívidos e inquietantes, retrocediendo a los bordes de mi conciencia cuando me despierto,
no dando detalles claros y dejándome relajado. El
café y el desayuno del
servicio de habitaciones retrasan
la posibilidad de ver a
ninguno de ellos hasta que el
conserje me llama para avisarme
que la limo ha llegado.
Cuando salgo de mi habitación y doy vuelta
en la esquina, ella está de pie delante del ascensor. ―Lali ―le digo en voz
baja, para no asustarla. Sus hombros se tensan un poco, pero
se vuelve con una agradable,
aunque artificial, expresión.
―Hola, Pablo.
―Te ves bien ―le dije, y en realidad es
cierto.
―Gracias. Tú también.
Las puertas del ascensor se abren y entramos
y nos paramos a un pie de distancia, mirando los números descendentes. Los recuerdos giran alrededor de nosotros,
fuertes y silenciosos, como me gustaría poner su espalda contra una pared
tan pronto como las puertas
del ascensor se cerraron detrás de nosotros,
sujetándola contra el
frío panel de acero
inoxidable, mientras mis manos acariciaban su cintura
y mi boca se movía
sobre la suya hasta
que ninguno de los dos podía pensar con claridad. Me pregunto
si ella ya lo
ha olvidado.
―Está bien, Lali, recuéstate con tu cabeza
en el regazo de Pablo. Así, genial. Poli, pon una mano sobre su estómago. ―El
fot grafo de VF es Virgil, uno de esos artistas tan bien conocidos que un apellido
no es necesario. Él es conocido por
sensuales y románticas fotografías. Acomodando el cabello de Lali en cascadas
sobre mis rodillas sobre la manta que han extendido sobre las tablas del muelle, dice―: Lali a mí, Poli, a
ella… con anhelo, deseo en tu rostro. ―Claro, no hay problema.
Snap, snap, snap.
La siguiente sesión me tiene sentado en
un taburete mientras que ella se sienta en mi regazo,
cara a cara,
con las piernas cerradas en torno
a mis caderas.
Ella está haciendo
un esfuerzo tenso para
mantener su mirada desviada,
un desafío total en esta
posición. ―Estas son fotografías
de la cintura para arriba, pero
los necesito más cerca ―dice Virgil―. Lali, arquéate hacia él. ―Snap, snap, snap―. Bien.
Ahora inclina tu cabeza hacia atrás, barbilla hacia arriba ―Snap, snap. ―Más
atrás, los ojos cerrados. ―Presiono mi boca contra su garganta, y Virgil está eufórico―. Impresionante. Snap, snap.
Él mueve su brazo,
moviendo la mano
de Lali hacia la parte detrás de mi cabeza, sosteniéndome en mi lugar por encima de su
corazón, los latidos resonando a
través de mí mientras miramos
hacia la
cámara y Virgil
toma fotografías como si no hubiera
suficiente rollo en el mundo para
capturar este momento.
Nos paramos espalda con espalda, las
manos unidas a nuestros lados, mientras miramos hacia el lago,
destacando lo que se ha llamado
mi “perfil de hombre arquetípico.” Apoyando la cabeza entre mis omóplatos, Lalise
queda mirando a
la cámara mientras Virgil toma
fotografías. ―Emma, mira sobre
mi hombro. Imagínate que estás muy lejos, en algún lugar encantador y perfecto…
A la
derecha, los demás se
reúnen, hablan y miran distraídamente, esperando su turno. Victorio y Agustín están
detrás de los otros, riendo. Las chicas
están sentadas en un semi-circulo,
Ángela está leyendo, los otros
están hablando. Pedro está alejado de ellos, con las piernas hacia el frente, cruzadas, apoyándose con sus codos, mirando
a Lali. En su rostro se forma una sonrisa
torcida y sé que ella le regresa la mirada.
Levanta su barbilla,
saluda, y Virgil
murmura: ―Perfecto ―tomando fotografías
rápidamente.
Las fotografías grupales son graciosas,
algunas de ellas se mostrarán, la mayoría no
lo harán. Vico, Agus, Pedro y
yo sostenemos a Lali horizontalmente como una cantante de
burlesque. Una pirámide de manos y rodillas,
los chicos abajo, Paula, Emilia,
Eugenia, Ángela y Lali sobre
nosotros. Agus gime y
pretende que se derrumba ante el
bajo peso de la pequeña Ángela cuando se sube encima de Paula y Eugenia, todos gritamos y reímos cuando casi todos nos
estrellamos sobre las mantas y arena.
Mañana
será dividido, las chicas por
la mañana y
los chicos por la tarde. ―Sin resacas, chicos, ―dice Virgil―.
La cámara no es gentil con chicos con
los ojos rojos. ―Sonríe cuando rodamos los ojos y nos arrastramos hacia
los autos que nos esperan.
Entro al coche junto con Lali, Euge y Án.
Tocando el hombro de Lali, llamo su
atención fuera de su conversación. Está tan desconfiada de mí
como lo estaba
en el ascensor esta mañana.
― Aún irás a la universidad en el otoño? ¿Has elegido
alguna?
Sus manos están cruzadas sobre su regazo,
y yo
mantengo una peque a distancia entre nosotros. ―Visitaré
algunas el mes que viene, tomaré una decisión final.
―Qué bien.
Los cuatro hablamos sobre proyectos futuros,
y Ángela charla con Lali sobre los colegios que ella ha elegido visitar el mes
que viene y lo que va a estudiar. No
debería de sorprenderme que ambos estén en Nueva York, para teatro tiene sentido, pero no puedo evitar
preguntarme si esto tiene algo que ver con Pedro, o todo que ver con él.
Llegamos al hotel y todo el mundo decide en pedir servicio de habitación en mi cuarto, excepto por Eugenia,
quien está quedándose en su habitación con Nacho el Novio Controlador.
―Ese tipo es un patán ―le dice Agus a
Lali, utilizando la coctelera de mi habitación para hacer margaritas―. Cómo puede gustarle eso?
―No tengo idea ―responde mientras él desenrosca
la coctelera y vierte el contenido en tres vasos, uno para ella, y el otro para
mí. ―Una amiga mía se metió en una
relación seria con un hombre posesivo ―continúa
después de tomar un sorbo―.
Miraba sus mensajes de texto, la separó de sus amigos, irrumpió en su
computador. Fue una pesadilla total. En
realidad, ella dijo que una parte fue bastante buena, y resto era una pesadilla.
Lali y yo por poco escupimos la
margarita sobre él.
― Tan pronto estás poniendo a
todos borrachos, Agustín? ―dice
Paula cuando se une.
― Quieres uno? ―Pregunta―. Están
mágicamente deliciosos.
―Sí, por favor; uno para Pitt también.
Estará aquí en un segundo. Está
atendiendo una llamada.
Estoy viendo a Lali cuando Paula
menciona a Pedro, y puedo ver la
fracción de alegría que cruza por su rostro. El temor que le sigue después.
Después que la filmación terminó, la
especulación sobre los dos de ellos cayó
por completo. De acuerdo con los medios de comunicación, ella y yo nos
la arreglamos para
vernos un par de veces, algo
irrazonable dado el hecho
que no hemos estado en la
misma ciudad desde que el
rodaje terminó.
No habrá juegos esta noche ante el
veredicto de Virgil contra la resaca.
Todo
el mundo está
relajado y nostálgico,
a sabiendas de que después de esta
noche, habrá pocas reuniones antes del estreno en mayo y después eso será todo. Incluso si alguno de nosotros
trabajamos juntos en el futuro, nunca volverá
a ser este grupo de nuevo.
Pedro llega, colocándose con sus piernas
cruzadas en el suelo entre Paula y Lali. ―Hola, La―dice.
―Hola.
―Le devuelve la sonrisa y después
voltea a otro lado, escuchando
la conversación de los demás. Nada más sucede entre ellos que yo vea.
―A lo
mejor querrán una secuela ―Emilia
dice―. Will y Lizbeth se casarán y
vivirán una vida melancólica, libresca y aburrida.
―Esa es la manera de arruinar el sueño
idílico de Darcy y Elizabeth de todos los tiempos ―agrega Agus―.
Mostrando lo que su
vida sería una vez que se hayan casado.
―Se vuelve hacia Victorio―. Eres un idiota sombrío! ―dice, en voz falsa.
― Y tú eres como tu madre! ―Contraataca
él
Cuando
todos comienzan a irse un par de
horas más tardes, tomo el brazo
de Lali con suavidad. ―Lali espera un momento.
Quiero preguntarte algo. ―Está
precavida, pero asiente con la cabeza.
Lali
―Ven y siéntate. ―Pablo toma mi mano y
me lleva al sofá.
―Um, tenemos que levantarnos temprano; bueno, yo tengo que levantarme temprano, supongo que tú no
tendrás que estar allí hasta más
tarde…
Las excusas tropiezan a través de mi
cerebro.
―No
es tan tarde ―dice, y decido
escucharlo―. Te ves hermosa hoy.
―Aún sigue sin soltar mi mano―. No podía
quitar mis ojos de ti.
Está tan bello como siempre, sus ojos
azules deslizándose por mi rostro, su
pelo rubio un
poco más oscuro, un poco
más largo, perfectamente desordenado.
Parpadeo, sus palabras flotando a
mí alrededor. ―Pablo,
qué quieres…? Quiero decir, yo
no…
―Lali,
he cometido un error. Un gran error. Estaba
molesto cuando desapareciste esa noche, pero nunca debí haberte dado un ultimátum, fue
imprudente e infantil. Debí
haberte esperado y
hablar contigo. Podría haberte explicado. Tú eres razonable y justa,
y estoy seguro que me hubieras escuchado.
Mi corazón late a un ritmo
en mi pecho, sus impulsos
atravesando a través de mi cuerpo. ―Pero… tú no esperaste.
No explicaste. Solo te fuiste con la primera
chica, y luego la segunda, la tercera, la cuarta, quiero decir, Jesús, dejé de contar después de eso…
―Solo estaba tratando de ponerte celosa…
―No,
estabas tratando de demostrar
lo poco importante que fui. Y lo conseguiste.
Esta
es la zona de combate a la que entramos cuando se fue con
María y
yo lo dejé
ir. No hubo
ningún enfrentamiento,
ninguna ruptura. Mi garganta se cierra mientras lucho contra
las lágrimas. No había pensado que, en aquel
tiempo, él en realidad
me había herido. Pensé que sólo estaba molesta por sus intentos de humillarme. Una
emboscada de emociones me abarca
cuando me doy cuenta de que no le di la importancia necesaria. Lo que él había hecho dolió. Y al parecer, aún
lo hace.
Limpia
mis ojos con sus pulgares, eliminando cuidadosamente las lágrimas.
―Lali, soy un chico
arrogante. Estoy
acostumbrado a tener
las cosas a mi manera, cada vez,
con todas las chicas. Tú eras diferente. Es por eso que no puedes salir de mi
cabeza. ―Se inclina, sosteniendo mi rostro entre sus palmas de la mano―. Perdóname.
Por favor. ―Sus ojos son fascinantes, de color azul oscuro, y sé que hay más
profundidad en ellos de lo que él me ha dejado
ver, pero no es suficiente.
―Te perdono ―le digo―. Pero no puedo
olvidar. Y no puedo confiar en ti, Pablo.
Toma
mis manos entre la suyas. ―Puedo
ser diferente contigo. ―Es tan
sincero que toma todo mi ser para pensar de manera lógica―. Tú puedes
ser la única que pueda ver a través de
toda mi mierda y ayudarme a tratar de ser algo más, algo mejor.
Miro
nuestras manos entrelazadas.
―No quiero ayudarte a
intentar ser algo más. Quiero a alguien que ya sea algo más. Por su cuenta.
Con o sin mí.
Guarda silencio, y no me atrevo a
mirarlo. ― Hay alguien más?
Pienso
en Peter. Peter, quien no
puede ser mío. ―No,
no lo hay. Pero eso no es el punto.
―Entonces, cuál
es? ―Toma mi barbilla
con la punta de sus dedos,
haciéndome mirarlo a los ojos de nuevo.
Me tiembla la
barbilla, las lágrimas extendiéndose por su mano.
―El punto es que no me voy a
conformar con menos de lo que quiero, menos de
lo que merezco. Paula confió en
ti y la abandonaste; y sí ―digo antes de que
se pueda oponer―, tal
vez eran demasiados jóvenes
para manejar la situación en aquel entonces,
pero nunca me diste la
oportunidad de averiguar
eso por mi cuenta. Comenzaste
a salir con el resto
del elenco, como si mis sentimientos no importaran. Te perdono,
pero ya lo he superado. Esa es la cosa.
Ya lo he superado.
Con la
última gota de esfuerzo
que puedo encontrar, me levanto
y salgo de la
habitación, temblando de pies
a cabeza. Él
no habla, no me sigue,
pero no puedo relajarme hasta que estoy
en mi habitación, la puerta cerrada y
asegurada detrás de mí. Enciendo la luz y me arrastro a la cama, llorando y marcando.
―Cande ―le digo cuando ella responde; sintiéndome
diez veces mejor en el momento en que escucho su voz.
Se están haciendo largos los capítulos! jajajaja
He dicho esto toda la novela.. odio a pablo. Q peter se ponga las pilas locooo! Mass
ResponderEliminarayy peter reacciona!!!!!!!!!! te la estan soplando y vos muy pancho jajja
ResponderEliminarseguila
Y peter??? Me esta poniendo nerviosa su actitud pasiva!! Más!!
ResponderEliminarTodavía piensa en Peter!!!!!
ResponderEliminar.