Lali
En el taxi entre mi hotel y el estudio
de Hollywood en donde On the Air fue grabado, intento mentalizarme
para ver a Pablo. No tenía idea de qué esperar. La última vez que
lo vi, hace un mes, se había disculpado por lo que me había hecho
pasar el otoño pasado.
Perdóname, por favor.
Si, lo perdoné, pero no de la manera que
él quería.
Dijo que pensaba podía ser diferente
conmigo. Que yo podía ayudarlo a ser algo mejor. Y respondí que quería a
alguien que fuera eso por sí solo, con o sin mí. Visiones de Peter nadaron a
través de mi cabeza mientras decía esas palabras. Estaba tan segura de que Peter pertenecía a Paula. Estaba tan segura que él era imposible y no
disponible y no para mí.
Y ahora él es posible, disponible, mío.
Espero que Pablo sea distante. Resentido,
posiblemente. Pero Pablo Martinez no se enfoca en una chica por
mucho tiempo. Él podría tener a cualquiera que quisiera. Bueno, casi
cualquiera. Sería ridículo para él tener cualquier resto de sentimiento por mí,
pero eso quizás no lo detendría de ser vengativo por mi rechazo, porque una
cosa que Pablo Martinez no entiende es el rechazo.
Excedí mi nivel de comodidad en una
confrontación últimamente.
Mi conversación inicial con Marcus no
salió tan bien como esperaba. Cuando llegó el sábado por la noche,
tenía un estado de ánimo optimista.
Cuando me besó, un rápido piquito en la
boca, sabía que, primero que nada, tendríamos que tener la incómoda
conversación. No quería besar a nadie más que a Peter, incluso superficialmente.
—Entonces ¿Qué harás esta noche?
¿Saldrás con Can y Luca, o te tendré toda para mí solo?
Por alguna razón inexplicable, realmente
me fastidiaba cuando Marcus llamaba a Cande Can. No hay una buena
razón para esto. No me molesta cuando papá lo hace. O Luca, aunque solo la
llamaba Can cuando está parodiando a algún tipo de Jersey Shore3, como hizo
la semana pasada: —“Aaay, Em, bebé, ¿qué dices con eso de que no tenemos
tiempo para besuquearnos? Badda-bing, cinco minutos— yo soy feliz, tú eres
feliz, todos quedan satisfechos.” Cande lo golpeo en el brazo, ganando un “ow,
mujer, ¿por qué tenías que hacer eso? Soy un tipo sensible”.
Y entonces ella rodó los ojos y él la
inclino hacia atrás y la besó tan a fondo que yo lo sentí.
Ignoré los “Can” de Marcus, como lo he
hecho todas las otras veces que lo ha dicho.
—Solo somos nosotros esta noche. Y, mmm,
tenemos que hablar.
—Uh-oh, eso suena un poco serio. —Dijo,
aun sonriendo.
Cuando presioné mis labios y no negué
que así fuera, su sonrisa se marchitó, y giré y guié el camino hacia
mi habitación.
Nunca he visto realmente a Marcus de mal
humor, excepto por unas pocas veces durante los ensayos de It’s
a Wonderful Life, cuando pensé que era de alguna manera demasiado crítico con las actuaciones de nuestros compañeros de reparto. Estábamos
haciendo teatro comunitario, no Broadway.
Pero lo tomé como que era el típico
serio, nerd perfeccionista de teatro, y lo dejé pasar. Comenzamos a salir después de que
el show se estrenó, y nunca había mostrado signos de irritación por nada.
Nos sentamos en mi cama y esperó que me
explicara. Aclaré mi garganta y arreglé las palabras en mi cabeza.
No había ninguna razón por la cual
Marcus y yo no pudiéramos continuar siendo amigos.
Habíamos tenido la rara maratón de
besos, pero no habíamos llegado más lejos que eso. Honestamente, me era
difícil imaginarme a mí misma y a Marcus de alguna forma física seria.
Había asumido que los intentos fallidos de relaciones con Pablo y Pedro habían
pisoteados esos deseos lejos de mí.
El recuerdo de Peter inundó mi
imaginación con pensamientos sobre él, y me tomó un gran esfuerzo empujar
esas contemplaciones lejos de mi mente y dirigir mi atención a la tarea
que tenía entre manos: dejar a Marcus gentilmente—. ¿Conoces la, uh, la
película que recién filmé?
Arqueó una ceja y después rió
ligeramente—. Sí, Instituto Prejuicio, creo que todos los que te conocen están
familiarizados.
Me mordisqueé el labio.
—Bueno, era amiga cercana con un chico
del elenco.
—Ese sería… ¿Peter Lanzani?
Es un reality show transmitido por MTV
que sigue la vida y el día a día de ocho italoamericanos que pasan el verano
viviendo juntos en la costa de Nueva Jersey
—Uh, sí. ¿Cómo…? No importa. No es
importante. —Sacudí mi cabeza.
Esas historias de los tabloides que
había ignorado no habían sido ignoradas por todos los demás y todos los demás
incluían aparentemente a Marcus—. Me lo encontré en New York. Y… parece que
tenemos sentimientos el uno por el otro.
—Observé el efecto que estas palabras
tenían en él: la ceja fruncida en confusión, la inclinación de su cabeza
como si lo que yo dije comenzara a aclararse, la mirada incrédula cuando lo
entendió.
—Entonces espera. Fuiste a new York y
“te encontraste” con un chico que no habías visto por un mes, y que no
viste por meses antes de eso —O ¿hay algo más que necesito saber?
Su ira me tomó por sorpresa, no porque
no la merecía, sino porque era tan inusual.
—Uh, no…
—Te encontraste con él, y ustedes dos
solo decidieron embarcarse en ¿Qué?, ¿Una relación en toda regla?
¿Estás rompiendo conmigo?
Estaba atónita por su vehemencia. Y sus
suposiciones.
—Marcus, nunca estuvimos de acuerdo en que
éramos una pareja…
—Lali, hemos estado saliendo por casi
cuatro meses, y ninguno de los dos —que yo sepa— ha visto a nadie más
por el último par de meses. No estoy loco por hacer suposiciones. —Su tono
era malicioso. Este no era el Marcus que había conocido por meses. Para nada.
—Lo siento. —Era pobre, pero era lo
mejor que podía hacer.
Miró fijo la colcha, y casi contuve mi
respiración. No quería herirlo, pero entendí que sus sentimientos se habían
vuelto más fuertes de lo que comprendía.
Preguntándome si había estado ciega a
esto, pensé en los últimos meses y no podía determinar una cosa que
hubiera dicho o hecho que me hubiera dejado saber que se estaba volviendo
posesivo. Pero claro, no le había dado razones para expresarlo antes. Se había
sentido seguro en el conocimiento de que no había nadie más.
—Supongo que iré al baile de graduación solo. —Su voz era malhumorada, hostil.
—No, aun estaré feliz de ir contigo, si
quieres que….
Sus ojos destellaron en los míos—. Así
que ¿Él te permitirá ir conmigo?
Fruncí el ceño—. ¿Qué quieres decir,
permitirme ir? Esta es mi decisión, y te dije que iría contigo, por eso
estoy dispuesta a ir.
—Hey, no me hagas ningún favor, ¿Está
bien? —Se puso de pie, sus puños cerrados a los costados—. Te
llamaré mañana. No sé si quiero verte otra vez, Lali, graduación o no. Esto está
fuera de contexto. No esperaba de ti que hicieras algo así, a alguien, de esta
manera. Supongo que eres más Chica Hollywood de lo que pensé.
Mis ojos se llenaron de lágrimas
mientras él se dirigió fuera de la habitación, bajó las escaleras y salió
por la puerta principal.
Poli
El chico del valet del estudio se lleva
las llaves de mi Lotus. Ya tiene más de un año, y estoy totalmente aburrido
de él. He estado pensando en obtener un Porsche. Algo elegante y negro. Sexy.
No tengo idea qué demonios estaba
pensando al comprar un auto Amarillo. Los comentarios de papá de
“jodido taxi” a un lado, es demasiado feliz-sonriente-divertido para mí ahora.
Tengo diecinueve desde el mes pasado.
Amarillo es algo que un niño escoge, no
un hombre.
Estoy mentalizado en ver a Lali, aunque
voy a tener que jugar de manera calmada. Paula me advirtió que
no hiciera nada más allá de ser cortés y cálido. Absolutamente nada de
coqueteo.
—La última vez que la viste intentaste
empujarla de regreso a una relación. Ella esperará que estés
resentido o seas seductor. No seas ninguno.
Solo se… dulce. ¿Puedes fingir eso,
verdad?
Le di esa mirada que claramente decía,
Eres una perra clase A, y se rió. Paula es una genio calculadora, y estoy
feliz de que por una vez estoy de su lado. O algo así.
—¡Oh! y por cierto, nada de andar
follando por ahí. Para nada. Te clavaste con las uñas tu propio ataúd con esa
mierda el otoño pasado. Si vas a convencer a Lali de que eres un hombre
cambiado, tienes que comenzar por mantener tu pene en los pantalones.
—Con clase, Paula.
—No me jodas, Pablo, y dime esto: ¿Valió María, o cómo demonios fuera su nombre?, ¿Valió la pena perder a Lali por eso? Porque eso fue lo que hiciste. Lali es demasiado compasiva
para su propio bien, y estoy segura de que te habría dado otra oportunidad si
no la hubieras jodido por ti mismo, literalmente.
Ouch. Directo en el blanco.
Mientras el valet conduce el Lotus lejos
de la acera (cuidadosamente, porque sabe que estoy mirando), un taxi
se detiene.
Usando un vestido floreado, su cabello
recogido adorablemente en su coronilla y luciendo como si todo se
fuera a derrumbar en cualquier momento, Lali sale del asiento trasero, mirándome
cautelosamente—. Hola, hermosa.—sonrío. Oops. Demasiado para no
coquetear.
—Hola, Pablo —Luce a partes iguales,
reservada y aliviada, así que no lo he echado a perder aún.
Enfocarme en dulce y amistoso. No
seductor. Así que supongo que tirarla hacia adelante y ver si dejará que la
bese queda fuera.
Como si le estuviera diciendo que luce
lo suficientemente bien para comer—. Entonces. Um. ¿Lista para
conocer a Ryan? —Asumo que Seacrest no ha estado en su lista de entrevistadores
antes.
Ella toma una profunda respiración y
exhala lentamente. Nerviosa.
—Supongo que sí.
—No te preocupes. Él es tan genial como
dicen, no hará nada para hacerte sentir incomoda. —Pongo mis
pulgares en mis bolsillos delanteros de los jeans y le ofrezco un codo—. Entonces... supongo que recibiste la palabra de los Poderosos sobre qué se supone que
debemos representar desde el ángulo de Darcy-y-Lizbeth enamorados, ¿no?
Desliza su mano en la curva de mi brazo
y caminamos hacia las puertas del estudio. Miro abajo, hacia ella y
levanta la mirada, una pequeña arruga entre sus cejas—. Sí, mi agente me lo
dijo. No estoy realmente…
—No te preocupes. —Me inclino más cerca
y bajo la voz—. Esto será pan comido. Tuve que hacerlo una vez antes,
y no podía soportar a mi co-protagonista. Tomó todo de mí no meterle
una media en la boca cada vez que comenzaba a hablar. Nos la arreglamos
para mantener la farsa hasta que el estreno inicial hubo terminado. Tú y yo
no tendremos el mismo problema… a menos que tú quieras meterme una media
en mi boca.
Una esquina de su boca se alzó y sonrió,
y sabía que estábamos bien—. No he sentido la necesidad hasta ahora.
—replicó—. Pero te lo haré saber. La entrevista salió bien. Cuando
preguntaron, emitimos negaciones educadas de cualquier lazo romántico
entre nosotros, declarando que todo el elenco fue acogedor el otoño pasado, con
lo de los cuartos cercanos y nuestras similares edades. Ryan frunce una ceja
cuando golpeo suavemente a Lali con mi hombro y le sonrió como que
tuviéramos un secreto. Definitivamente cumplimos lo que estudio espera de
nosotros —ambigüedad en nuestras respuestas sobre una posible relación,
acompañadas de pequeñas
muestras físicas de afecto aparentemente sin
importancia.
Lo que el público cree o no sobre Lali y
yo, es irrelevante para mí, personalmente, y sé que ella no se
dejará llevar dentro (o fuera) de una relación por la reacción de los fans,
especialmente considerando su reciente
éxito en Hollywood este otoño. Lo que sea que
esté pasando entre ella y Pedro Lanzani no puede ser significativo
todavía.
Viven demasiado apartados y difícilmente
se han visto el uno al otro en meses. Aunque, él es un comodín. Nunca
lo comprendí del todo.
Paula parece pensar que puede manipular
esto con mi ayuda, y ambos terminaremos con lo que queremos.
Yo no estoy tan seguro de eso, pero
estoy perfectamente dispuesto a hacer mi parte.
Perder a Lali fue una decepción enorme.
Una que me gustaría revertir.
me encantoooooooooooo el capituloooooooooo pero odio a pablo y a paulaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarMás!!!
ResponderEliminarDiosss xq volvio a hablar.. encina ahora Paula tmb.. q se tiren x un precipicio los dos.. quiero el reencuentro laliterrr! Mas genia :)
ResponderEliminarLom odio a oaula xq es la mente maestra de todo aahhhh hate
ResponderEliminarMass
K intrigante es Paula
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