miércoles, 19 de marzo de 2014

¿Jugamos a ser novios?


Cap 12 parte 1 ¿Puedo dormir contigo?

Casi un mes después

Peter agitó las llaves de su auto al aire mientras bajaba para abrir la puerta del copiloto y que Lali pudiera bajar. Guardó las llaves en los bolsillos de su pantalón y abrió la puerta para después extenderle la mano a Lali y ayudarla a bajar.
—Bienvenida a mi casa vacacional en viñedos Terranova —dijo Peter señalando con su mano a todo el extenso campo de viñedos que se extendía a unos metros hacia debajo de donde se encontraban.
—¿Terranova? —preguntó la chica divertida mientras observaba rápidamente el lugar que era verdaderamente hermoso. Usó sus manos para cubrir sus ojos del sol.
—Yo no escogí el nombre —el chico esculcó en los bolsillos de su pantalón y sacó dos pares de lentes de sol, se quedó con un par y el otro más pequeño se los dio a Lali. El sol era bastante fuerte en el lugar y llegaba a ser molesto para la vista, lo recordaba bastante bien como las vacaciones anteriores tuvo que manejar casi 20 minutos buscando un lugar en donde vendieran lentes de sol para librar a sus ojos de esa tortura.
—Te creo —se puso los lentes y se dedicó a observar mejor el lugar.
—Creí que tus padres venían detrás de nosotros —dijo Peter al notar que seguían solos, ni los padres de Lali ni sus padres habían llegado y no sabía si tenía que preocuparse o solo esperar a que llegaran.
—Luz tiene muy poca capacidad para retener líquidos, seguramente se detuvieron en algún baño público, no te preocupes, llegaran en el momento más inoportuno.
Él sonrió, se colocó los lentes y se dedicó a observar el paisaje verde y café de filas verticales que se extendía campo abajo. Permanecieron en silencio y aunque al principio podía ser interesante después de unos minutos dejaba de serlo, pero al menos para Lali seguía siendo interesante.
—Que aire tan limpio se respira aquí —dijo la castaña absorbiendo todo el aire que pudo retener en sus pulmones y después dejándolo salir—. No podrás sacarme fácilmente de aquí.
—Tenemos una semana completa aquí, disfruta todo lo que puedas.
—Una semana no será suficiente para poder limpiar mis pulmones con ese delicioso aire después de haberlos contaminado durante casi 18 años con el aire de la ciudad nuevamente repitió el proceso anterior de inhalación y exhalación—. Pero disfrutaré de todo.
—Por cierto, no olvides usar bloqueador —dijo e inconscientemente Peter acarició el brazo desnudo de Lali queriendo demostrar que su blanca piel podía sufrir quemaduras pero lo único que logró ver fue como la piel de la chica se erizaba ante su toque.
—No, no lo olvidaré —dijo moviendo su brazo para alejarlo de los dedos de Peter.
—Bien —fue lo único que el chico logró pronunciar.
Siguieron observando el lugar en silencio hasta que Peter pensó que era un buen momento para sugerir acercare en lo que sus impuntuales familias llegaban.
—¿Quieres observar de más cerca? —le preguntó a Lali y ella asintió con una pequeña sonrisilla en el rostro que le hizo a Peter preguntarse por qué había tardado tanto en decirle eso.
Le extendió la mano y ella la tomó rápidamente emocionada por acercarse y ver de más cerca. Caminaron a través del terreno de tierra cubierto de grava pequeña en donde estacionaban los autos hasta llegar a unas escaleras de madera con barandal del mismo material por ambos lados, primero bajó Lali y luego Peter la siguió, llegaron hasta un puente de tablas que conducía hasta una pequeña terraza de madera con barandales de metal color negro, había una mesa justo en el centro y dos sillas largas.
—Esto es lujoso —dijo la castaña mientras observaba el lugar en donde se encontraba de pie. Sintió el sol tostar su piel y observó que hacía falta algo que hiciera sombra—. ¿Por qué no hay algún techo?
—Teníamos sombrillas grandes pero como comprenderás todos los lugares son inseguros y una vez nos robaron así que decidimos que solo se sacarían cuando hubiera personas —explicó Peter.
La verdad es que ya empezaba a sentirse acalorado, tuvo que arremangarse las mangas de la delgada camiseta que llevaba hasta los codos y aprovechó para desabotonarse los dos primeros botones, por suerte Lali sí que había escogido ropa cómoda, nada mejor que unos shorts y una blusa de tirantes para el clima del lugar.
—Wow —se escuchó la voz de la chica lejos de él—. Se siente un delicioso viento por aquí.
Peter se acercó cuidadosamente hasta donde se encontraba ella, sus manos estaban apoyadas en los barandales negros y su cabello sujeto en una liga se movía atractivamente por el ligero aire que los rozaba. Sí, definitivamente había un delicioso viento.
—Gracias por traerme aquí, y también a mi familia —dijo Lali girando su rostro un poco hacia Peter que estaba de pie a su lado.
—De nada —le sonrió el chico acercando su rostro hacia el de ella para intentar besarla, claro desde luego que Lali se caracterizaba por tener una familia inoportuna y esa no fue la excepción, cuando sus labios estaban por chocar, la bocina de un par de autos los hizo entrar en razón y ambos se giraron completamente para ver los autos de ambas familias estacionarse.
—Creo que ya llegaron —dijo la chica adelantándose a subir.
—Sí —dijo Peter aun de pie en el mismo lugar mientras observaba a Lali subir corriendo las escaleras de madera—, tus padres llegaron en el momento más inoportuno.
Las ruedas de las maletas de las chicas se escuchaban al pasar por el suelo de madera de la casa de Peter, los pasos eran un poco más silenciosos. Hasta el final estaban los padres de Peter y los padres de Lali junto a sus 5 hermanos ya que Pablo no había podido ir por cuestiones de trabajo, frente a ellos caminaban en silencio Peter y Lali  y a unos cuantos pasos frente a ellos caminaba un hombre vestido de traje de mayordomo, era un hombre mayor y con apariencia gruñona, desde el momento en que se había presentado ante ellos su rostro había causado miedo en todos, a excepción de Peter, pero era por ese motivo que todos caminaban en silencio.
—¿A dónde vamos? —susurró Lali lo suficientemente cerca del oído de Peter.
—Nos llevará a nuestras habitaciones —le informó mientras seguían caminando.
—¿Seguro? Creo que quiere llevarnos a alguna habitación de tortura —dijo provocándole una sonrisa al modelo.
—No tienes nada de qué preocuparte, no tenemos habitación de tortura en esta casa.
—Qué alivio escuchar eso —dijo sarcástica.
Siguieron caminando hasta subir a un segundo piso.
—Lamento informarles que varias habitaciones están siendo remodeladas —dijo el hombre con acento británico—. Solo tenemos listas las habitaciones de la pareja Smith y la pareja Esposito, claro que si gustan pueden acomodarse como quieran, solo es una sugerencia.
—Gracias, Antonio, puedes retirarte si gustas —dijo Peter y el hombre solo asintió para desaparecer casi mágicamente.
—Lamento el inconveniente con las habitaciones —se disculpó Peter—, pero podemos dormir de dos personas en la misma habitación.
—Yo duermo con Bruno —dijo rápidamente Brenda pero sus padres y Lali negaron con la cabeza mucho antes de que terminara de decir la oración.
—No, tú y yo dormiremos juntas —dijo Lali observando a la gemela que amenazó con asesinarla con su mirada—. Bruno y Mateo dormirán en la misma habitación, Luz y Cris en otra.
—Es una pena que esto esté pasando —habló Alejandra—. No creímos que el problema de la remodelación de la casa de Pedro tardaría tanto.
—No es problema, señora Alejandra —dijo Lali amablemente—. Para nosotros no es ningún problema compartir habitación.
La madre de Lali le sonrió y volteó a ver a su esposo para ambos asentir en sincronía.
—Muy bien, entonces los dejaremos instalarse en sus habitaciones —habló Marcos—. En una hora tendremos la comida lista para que bajen al comedor.
—Muchas gracias —coreó la familia de Lali.
Después de eso los padres de Peter se marcharon y los hermanos de Lali empezaron a correr por el amplio pasillo abriendo y cerrando puertas para escoger las habitaciones en donde pasarían una larga y divertida semana.
Ambos chicos se quedaron de pie observando el alboroto de los niños.
—Tu familia es increíble —susurró Peter sin despegar su mirada de Luz y Mateo que corrían de una habitación a otra.
—Tus padres también son increíbles —él volteó a verla y le sonrió.
—Les gustas —dijo el muchacho—. A mis padres, en verdad les gustas.
—De eso se trata ¿no?
—Sí.

Sigue...

Eh!

Besos
Lunis ♥

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