jueves, 6 de marzo de 2014

¿Jugamos a ser novios?



Cap 4 parte 1 ¿Agradable?

Lali se sentía completamente fuera de lugar sentada en la mesa de los populares, todos eran tan brillantes y con un aura de superioridad que parecía repelerla y sentía que así hubiera sido de no ser porque Peter la rodeaba con un brazo por la cintura y de alguna extraña manera le contagiaba algo de su esencia popular.
Ella suspiró y Peter lo notó así que volteó para verla notándola incomoda en ese lugar. Bien, fingían ser novios pero eso tampoco significaba que ella debía soportar su estilo de vida todo el tiempo, bastante ayudaba haciéndose pasar por su novia como para que la presionara a juntarse con sus compañías que ni siquiera podía considerar amigos ya que ni recordaba sus nombres.
Peter se disculpó con todos los chicos de sonrisas plásticas que estaban en la mesa y tomando a Lali de la mano ambos se marcharon de la cafetería del colegio.
—Cuando te sientas incomoda solo dímelo —le dijo Peter una vez que había salido de la cafetería e iban caminando por los pasillos directo hacia los casilleros—. También si esas chicas te molestan házmelo saber —disimuladamente señaló con la cabeza a su club de fans que se encontraba cerca de la puerta del baño y que veían de manera poco humana a Lali.
—Solo las ignoro y ya —dijo la muchacha apresurándose a ir a su casillero—, no necesito que me protejas…
—Eso es lo que debo de hacer —le dijo rápidamente aun sin soltar su mano.
—Te estás metiendo demasiado en serio en este papel —le susurró Lali para que nadie más les escuchara.
—Según todos estamos en serio —le susurró también—, pero igual esto no lo hago por la mentira, lo hago para que no salgas lastimada —al llegar a los casilleros él la arrinconó entre las puertas de los casilleros y sus brazos—, tú no conoces como pueden ser algunas chicas, ellas suelen ser muy duras con otras personas, por eso te advierto y quiero ayudarte.
—Gracias por tu amabilidad pero deberías concentrarte en otras cosas en lugar de mí — observó cómo los brazos de Peter estaban a cada lado de su cabeza y luego volvió la mirada hacia él—. Eres más serio de lo que pensé.
Peter sonrió y se inclinó solo un poco para besar la frente de Jeanne. Dejó caer sus brazos a sus costados y la muchacha se giró hacia su casillero para abrirlo y sacar el par de libros que iba utilizar en la siguiente clase la cual por suerte le tocaba junto a Peter.
Sinceramente era un alivio estar en las clases con Peter porque así no recibía ninguna de las dos miradas que le habían estado lanzando desde la mañana, algunas de envidia, en su mayoría de chicas y algunas miradas sonrientes. Si estaba con él los ojos solo los veían disimuladamente y no había envidia.
Una vez que ella sacó y dejó sus libros caminaron hacia la siguiente clase con anticipación, cuando llegaron al salón no había absolutamente nadie lo que era obvio ya que todos aprovechaban su hora de descanso perfectamente alejados de los salones, dejaron sus libros sobre los pupitres que estaban juntos y Lali se encaminó hacia la ventana. Él la observó caminar y como veía por la ventana hacia el patio del colegio, le recordó cuando la estuvo observando durante días antes de pedirle que hiciera ese trabajo sucio a ella, se veía tan sola y apartada del mundo, tan… inalcanzable y aunque ella lucía tan solitaria en sus ojos había tranquilidad, como si disfrutara de no estar rodeada de personas.
—Tu familia es enorme —decidió decir Peter acercándose a ella, se detuvo a un lado de ella y observaron ambos hacia el patio en donde el equipo de futbol jugaba tontamente con el balón—. Realmente me han agradado aunque seguramente tendré un moretón gracias al juguete de tu hermano, Cris.
Lali volteó a verlo, primero con su rostro llenó de sorpresa y luego una sencilla sonrisa dibujándose en sus labios.
—¿Recuerdas sus nombres? —preguntó feliz.
Ninguno de sus antiguos compañeros había logrado aprenderse los nombres de ninguno de sus familiares.
Peter  asintió seguro de recordar cada nombre y cada rostro de aquellos niños y adultos en esa pequeña casa.
—¿Cómo se llama la gemela? —le interrogó ella.
—Brenda y su hermano gemelo y mayor que ella es Bruno —le contestó sonriente.
—¿Quién es la niña que sabía tu nombre completo? —le volvió a preguntar para asegurarse
de que no había sido solo una coincidencia que supiera los nombres de los gemelos, después de todo los nombres de los gemelos eran similares.
—Ella es Luz de 10 años —los ojos de la chica se abrieron a tope y el continuó con los nombres del la familia de ella—, y está Mateo que tiene 12 años y al parecer está atravesando por esa horrible fase que ningún hombre quiere pasar, hablo de cuando nuestras voces empiezan a cambiar —Lali rio y negó con la cabeza, divertida—, también está tu hermano Pablo que parece que me odia al igual que tu padre Gabriel, y tu mamá Anastasia que se alarma cuando no hay ruido en tu casa.
Ella soltó una carcajada y desvió su mirada de la de Peter unos segundos para después volver a conectar sus ojos.
—Cuando Pablo y yo éramos pequeños y los gemelos apenas si sabían gatear movieron la
mesa y un jarrón se cayó sobre la cabeza de Bruno, todos nos quedamos en silencio y después
de un par de minutos los ojos de Bru empezaron a cristalizarse y empezó a llorar, fue un llanto que no se detuvo durante horas, cuando llevamos al pequeño al hospital el pediatra dijo que se le había hundido la fontanela. Desde entonces mamá supo que cuando guardábamos silencio es porque algo malo sucedía —finalizó con una tierna sonrisa en su rostro al recordar.
—Debe ser muy agradable tener hermanos —habló Peter dirigiendo su mirada hacia la ventana—, yo crecí solo, rodeado de adultos que me pedían ser maduro todo el tiempo aun cuando yo quería ver caricaturas.
El rostro de Peter lucia serio y Jeanne lo observó en silencio.
—Tal vez te pueda prestar a alguno de mis hermanos —Peter rio sin apartar su vista de la ventana, aunque no veía nada en particular—. A veces es estresante estar en casa cuando todo es un caos ahí, cuando mis hermanos pelean entre ellos o con mis padres, pero no te niego el hecho de que cuando no estoy en casa extraño esos gritos.
—Que agradable —dijo Peter y ambos se quedaron en silencio. Sin embargo ese agradablehabía sido porque él se sentía cómodo hablando con Lali, una chica que no era su fan y que no le hablaba como si fuera algún dios o algo parecido, ella hablaba con él como si fuera un chico más.

Eso era lo que él quería ser desde pequeño, un niño normal.

Seguirá...

Besos
Lunis♥

5 comentarios: