"Entre lineas" capitulo 68

Peter

Mi familia no podía estar menos feliz con que Paula fuera a asistir a mi ceremonia de graduación con ellos y permanecer juntos durante dos noches. Ya he sufrido e ignorado las opiniones de Cassie y Brynn sobre el asunto; finalmente tuve que echarle agallas y decírselo a mamá. Su reacción:

—Bueno, mierda.

Por suerte, Cara está en la cama. Está en esa edad en la que imita todo. Brynn no puede conseguir tener una conversación sin al menos decir una palabra inadecuada, aún cuando ella misma decía pitidos... lo cual Cara también ha imitado. Hace un par de días me dirigieron todo tipo de miradas cuando en nuestra fila en Dean & Deluca se quedó parada y Cara exigió en voz alta ¿Qué rayos está pasando allá?

—No puedo pedirle que vaya a la entrega de diplomas sola. —Aclaro.

Detrás de los ojos de mi madre, los engranajes giran furiosamente, tratando de averiguar cómo hacer que exactamente suceda eso.

Papá reconoce la mirada distraída en su rostro por lo que es, tramar algo.

—Audrey.

—¿Hmm? —Sacada de su ensueño (donde sin ninguna duda está montando a Brooke en un vuelo a Uzbekistán o a algún lugar igual de alejado), mamá parpadea inocentemente. Papá y yo sabemos que no debemos dejarnos engañar por su expresión angelical.

—Audrey, la amiga de Peter va a venir a verlo graduarse. Él la invitó, no vamos a anular la invitación.

Este probablemente no es el momento ideal para admitir que Pau se invitó a si misma.

—¿No podemos por lo menos hospedarla en un buen hotel, donde se sentirá más cómoda? —La voz de mamá es dulce con un borde velado de por-el- amor-de-Dios-por favor.

Paula fue una huésped exigente hace dos años, cuestionando el número de hilos de las sábanas de la cama de huéspedes, preguntando dónde guardábamos los cepillos de dientes nuevos y las máquinas de afeitar para los visitantes e incluso pedir una determinada marca de agua embotellada. Mamá pasó toda la estancia de Paula a punto de estallar y no ha olvidado, ni perdonado.

—Entre Columbia y las ceremonias de graduación de la Universidad de Nueva York, los hoteles están reservados y así ha sido desde hace meses. —La voz de la razón de papá cae en oídos sordos.

—Podría quedarse cerca. En Jersey, por ejemplo.

—¡Mamá! —Exclamo, entre divertido y exasperado, no estoy seguro de que añadir a la exclamación.

Papá suspira.

—Ella se queda aquí, Audrey. Será mejor que arreglemos la habitación de invitados.

—Y alertar a los sirvientes. —Murmura—. Oh, espera. Esa soy yo.

Deslizo un brazo alrededor de sus hombros mientras enjuaga los platos y me preparo para cargar el lavaplatos.

—Mamá, Pau ha madurado en los últimos dos años. Dudo que tengas los mismos problemas que tuviste con ella antes. —Debería estar cruzando los dedos detrás de la espalda.

—No contendré la respiración, Pedro.

***

Lali llega unos cuantos minutos tarde a la sesión y yo le aseguro que no es gran cosa, a pesar de que fue a cenar con Pablo. En San Francisco. Una de las ciudades más románticas de los EE.UU.

Mientras que ella no puede dejar de hablar sobre el edificio restaurado de 1920, los candelabros de cristal de medusas y la comida increíble, la escucho con paciencia. Gracias a Dios, por la falta de claridad de la cámara web, puedo plantar una sonrisa forzada para fingir apreciación.

Nunca en mi vida había tenido este tipo de problema con los celos. Ver a Zoe con otros chicos después de que rompiéramos (y unos cuantos coqueteos antes de romper, porque creo que a ella le gustaba sacarme de quicio) fue frustrante y desagradable, pero eso no era nada comparado con esta quemadura lenta y profunda. Incluso lo que sentí durante el rodaje el pasado otoño, cuando vi a Pablo con Lali, no fue así. Siento que me he tragado un meteoro.

No puedo hablar con mamá, ni Brynn, ni Cassie al respecto. 

La posesividad no es más que inseguridad, diría mamá. Esa mierda machista protectora es sólo un hombre idiota meando en su territorio para que otros perros se mantengan alejados, diría Brynn. Pedro, no eres de ese tipo de hombre machista. Eres mejor que eso, diría Cassie.

Tienen razón... y todas están equivocadas. En este momento, si físicamente pudiera mantener a Pablo lejos de Lali, lo haría. Y si eso me hace ese tipo de hombre, no tengo problema.

—Suena como que tuviste una noche perfecta. —Le digo a Lali toscamente.

Ella niega con la cabeza y me dirige esa sonrisa sutil suya, su boca se frunce hacia un lado como si estuviera tratando de contenerla, al mismo tiempo que se le escapa por el otro lado.

—Hubiera sido perfecta si hubieras estado ahí conmigo —dice ella y el meteoro se derrite en mis entrañas a un tamaño más manejable.

Cuando menciono que Pau llegará a Nueva York mañana, lo hago sin pensar que no le había dicho a Lali donde se alojaba.

—Le he advertido que estaré encerrado en mi habitación contigo a las 21:00.

—¿Ella se va a quedar contigo?

¡Oh, Dios, me olvidé de decírselo!

—Con mi familia, sí. —Como si eso lo hiciera mejor—. Los hoteles están siempre reservados durante la semana de la entrega de diplomas en la Universidad de Nueva York y Columbia. —Nunca tuve la intención de enviar a Paula a un hotel, pero me guardo eso para mí mismo—. Y varias universidades más pequeñas tienen sus ceremonias la misma semana.

—Oh.

Me gustaría que hubiera alguna manera de asegurarle que Paula no es una amenaza para ella. Odio ver la expresión de su rostro, la incertidumbre que conozco muy bien. Iba a contarle lo que Paula dijo, ¡Demasiada información detallada del cibersexo! cuando le hablé de nuestro ritual nocturno de Skype, pero de repente no es tan divertido y estoy luchando por encontrar algo que decir.

—Así que Ellen toca el jueves, ¿Eh?

—Sí. —Su voz suena muda. Maldita sea esta distancia. Si yo pudiera darle un beso, ella sabría exactamente lo que siento por ella.

—Te echo de menos, La.

No estoy seguro, pero parece que sus ojos se humedecen.

—Estuve bien durante unos meses sin ti. —Aclara, sus palabras susurradas y tristes—. ¿Por qué duele ahora?

Estoy suspirando y pasando una mano por mi pelo, sé por experiencia, que quedará despeinado en numerosas direcciones, desafiante y como un loco.

Tal vez loco es exactamente cómo me siento.

—Porque ahora tenemos la esperanza de algo más.

Ella toma una respiración entrecortada y suspira. He dicho las palabras correctas, por ahora.

Paula

Me acordé de llevar un cepillo de dientes y una cuchilla de afeitar en esta ocasión. Pensé que la madre de Peter golpearía a alguien, la última vez que los visité, cuando le pregunté si tenía esas cosas. Admito que estaba siendo una perra, porque estoy acostumbrada a que las madres me odien. O al menos no confían en mí para no corromper a sus niñitos. No podría soportar otro intento fallido siendo dulce, sólo para ser tratada como una cualquiera portadora de una ETS27. Así que solo fui una perra de buenas a primeras.

Probablemente no es lo más inteligente de mi parte, teniendo en cuenta que ahora tengo que regresar y hacer que le agrade, cuando ya me he disparado en el pie.

La Dra. Lanzani es una terapeuta licenciada, así como una profesora de psicología. Me analizó el tiempo que estuve allí hace dos años, lo noté. No quiero saber sus conclusiones. Sólo tengo que hacerle creer que ya no son válidas. No es gran cosa, ¿Verdad? Mientras mi avión aterriza en La Guardia, estoy tratando de olvidar cómo es que sus ojos parecían poder disparar lava cuando pregunté el número de hilos de las sábanas de la cama de huéspedes.

***

—¿Es tu novia ahora? —La idea de Cara de susurrar, es todo lo contrario.

He hecho un hábito el evitar a mis medio-hermanos menores cuando sea posible —todo muy simple, viviendo en otro estado, sobre todo después de haber pasado la edad de visita obligatoria. Así que no paso mucho tiempo en compañía de niños.

No estoy acostumbrada a la forma en que una niña de la edad de Cara solo precipita preguntas inconvenientes. En medio de la cena, nada menos.

Todos los ojos en la mesa, se desplazan a Pitt, quien se ríe de su hija. —No, Paula es una muy buena amiga, como Daniel o Rob. —Estos dos son compañeros de clase de él.

Vamos a una fiesta mañana por la noche, uno de ellos estará en el lugar.

No estoy tan segura de que en la cabeza de Peter quiera estar asociada con un par de chicos. Suena como zona de amigos.

Audibles exhalaciones de alivio provienen de su madre y su hermana, Brynn, quien vino a cenar esta noche, porque no puede dejar de trabajar para la ceremonia de mañana por la mañana.

Matengo una rígida sonrisa en mi cara ante sus suspiros de oh-gracias-a- Dios. Qué diablos.

La pequeña golpetea su tenedor contra el plato, con la cabeza inclinada como un cachorro escuchando un ruido desconocido. —¿Así que Lali es tu novia?

Peter suspira. —Cara, es momento de cenar, no para las veinte preguntas.

Ella le da una mirada pícara. —Sólo fueron dos preguntas, papá. Dos.

—Sí, bueno, sólo porque haces una pregunta, o dos, no significa que obtengas una respuesta. —Él le guiña el ojo y ella pone los ojos en blanco como si hubiera escuchado eso antes y excava en su lasaña. A continuación, Peter se gira a su familia y dice—: Paula va a filmar una comedia romántica aquí en Nueva York, a partir de, ¿Cuándo es que es, Pau, a mediados de agosto?

—Sí. —Está dejándole saber a su familia que voy a estar cerca, en el futuro. Esto es bueno. Estoy más cerca de ser capaz de decirle que he subarrendado un apartamento, con un contrato de arrendamiento vigente desde el inicio de agosto, hasta diciembre.

—¿Todavía siguen hablando con Efron sobre el protagonismo masculino?

—No. Creo que tiene algún otro contrato del que no puede salirse. No estoy segura de a quién están considerando ahora.

—Felicitaciones, Paula. —dice su padre, mientras su madre y Brynn murmuran vagas felicitaciones.

Por fuera, les doy las gracias amablemente y sonrío inconscientemente, como la hueca pequeña rubia tonta que parecen pensar que soy, totalmente ajena de su desdén. 

Por dentro, estoy gruñendo váyanse todos a la mierda.