martes, 15 de julio de 2014

"Entre lineas" capitulo 69


Peter
A Cara le da un ataque de risa cuando me ve en mi traje de graduación y ni siquiera me he puesto el birrete todavía. Niego con la cabeza mientras se derrumba en el último escalón, cayendo boca abajo y riendo como cuando Brynn le hace cosquillas. Por último, se detiene el tiempo suficiente para decirme que me parezco a Cenicienta, antes de que se deslía en otra ronda de risas sin reservas.
—Ella tiene un punto, Pitt. —dice Cassie, haciendo malabares con Caleb—. Estás rompiendo récord con ese vestido de graduación en satén azul bebé.
Cara golpea el escalón de madera con su pequeña mano, riendo a carcajadas. Tengo miedo de ponerme el birrete y borla frente a ella, porque podría perder la capacidad de respirar. Mamá insiste, sin embargo, porque la ceremonia es al aire libre y, a menos que ella lo fije de antemano, una ráfaga de viento podría enviarlo a volar.
Una vez que el birrete está adherido a mi cabeza, Cara está fuera de sí por otros cinco minutos, y me pregunto cómo va a reaccionar cuando se enfrente a varios miles de licenciados en birretes azules claros y vestidos.
Los ojos de Paula están brillando, y por una fracción de segundo me doy cuenta de lo raro que es verla libre de su cinismo reservado. Parece como que fuera la última persona en la tierra que se censuraría a sí misma, cuando en realidad, eso es todo lo que hace.
Unas horas más y una larga, extrañamente estimulante, ceremonia más tarde, le escribo a Lali para decirle que soy un graduado oficial de la universidad.
Programamos un rato en Skype, más temprano debido a la fiesta de graduación hoy en la noche y a su vuelo desde Sacramento hasta Burbank mañana por la mañana. Ninguno de los dos mencionó el hecho de que Paula será reconocida por todos en la fiesta, conociendo a mis amigos de la escuela y posiblemente incitando a más fotos e historias de la fábrica de rumores.
***
—Así que... ¿Me veo más inteligente como un graduado de la universidad? ¿O por lo menos más caliente? —Deslizo las manos sobre la camiseta Columbia azul clara antes de arremangarme en una camisa a cuadros, dejándola abierta sobre la camiseta y dejándome caer en la silla del escritorio. Inclino el monitor de manera que la cara de Lali se ve mejor.
Ella se ríe y me mira más. —Definitivamente ambos. Me gusta el azul bebé en ti. No creo jamás haberte visto en ese color.
—Tiendo a preferir el negro.
—Deberías conocer a Cande. El noventa por ciento de su guardarropa es negro. —Muerde su labio por un momento. Ha estado un poco pensativa los últimos días, cuando hablamos, y me encuentro deseando conocerla mejor, para así saber si está preocupada o molesta, o si simplemente tiene algo en mente.
—Definitivamente necesito conocer a Candela. —Le digo. El que ella quiera que conozca a su amiga de la infancia, la mejor amiga, la amiga como-una- hermana es el equivalente de yo llevándola a conocer a Cassie.
—Tal vez después del estreno…
—Estaba pensando…
Los dos nos detenemos. —Adelante. —La insto, esperando que me lo dirá—. ¿Qué estabas pensando?
Ella suspira y mira hacia abajo, probablemente jugando con sus uñas, algo que hace cuando está nerviosa.
—Estaba pensando que podría... tal vez... —Suspira, y espero. Termina de soltarlo, Lali. Sólo dime.
—¿Cómo te sentirías si me mudo a Nueva York antes de tiempo? ¿Al igual que, antes de que finalice el verano?
Mi respuesta viene en un apuro, incontenible.
—Me encantaría eso.—Trato de mantener la calma, como si estuviéramos hablando de alguna cosa mundana en relación a negocios—. ¿Qué tan antes estamos hablando? —La estoy imaginando aquí, en mi ciudad, en todos los lugares que, hace cinco minutos, sólo eran puntos de referencia familiares de mi vida.
Se encoge de hombros. —No lo sé. ¿Tal vez el próximo mes? No sé cuánto tiempo tardaría en encontrar un apartamento...
Casi le digo que puedo empezar a buscar mañana. Esta noche. Al diablo la fiesta.
Pero entonces recuerdo retazos de nuestras conversaciones, acerca de su deseo de hacer las cosas normales de chicas, y me pregunto si conseguir un apartamento tiene mucho que ver conmigo. No quiero que renuncie a una sola cosa que quiera o necesita, porque ha tenido que hacerlo durante demasiado tiempo. Me trago mi emoción egoísta y digo: —¿Pensé que estabas decidida a vivir toda la experiencia de los dormitorios?
Un ligero pliegue empaña su frente. —Dado que la Universidad de Nueva York realmente no tiene un campus, los dormitorios están en todo Manhattan de todos modos. Pensé que tener mi propio apartamento sería más privado... — Esto es por mi culpa. Debido a nosotros—. ¿No estás de acuerdo? 
Mi Peter interior está rugiendo sólo di que “Sí, estoy de acuerdo,” idiota, pero aparto lo que yo deseo a un lado. Lo que yo quiero, no importa.
Esta es su experiencia universitaria. Sólo lo hará una vez, y entonces habrá terminado. Después de graduarme hoy, sé esto. Cara nació dos meses antes de empezar la universidad, así que ni siquiera he considerado salir de casa. Tuve suerte de que mi casa fuera en Nueva York, y mi expediente académico me metió en la escuela de la Ivy League que quería asistir.
—No sé, Lali. —Fuerzo una expresión contemplativa en mi rostro—. Definitivamente deberías pensar en esto. Incluso si los dormitorios no están agrupados en un campus tradicional, hay sesiones de estudio durante toda la noche, peleas de almohadas en los pasillos, peleas con los compañeros de habitación, alguien a escondidas con un barril para una fiesta de piso… los componentes esenciales de la experiencia universitaria completa. —Sonrío, pero sus ojos están mirando el suelo de nuevo y ella no lo ve.
—Oh.
Hay un golpeteo en mi puerta y cuando miro hacia arriba, Paula está de pie en la puerta sosteniendo dos tops en perchas. Podría haber jurado que había cerrado la puerta del todo, pero debo haberla dejado entreabierta.
—Oye, necesito tu ayuda para escoger lo que quieres que me ponga esta noche. —Ella mira a la pantalla en frente de mí—. ¡Oh, Lali! Oh, mierda, estoy interrumpiendo totalmente… ¡Lo siento!
Lali parpadea, mirando a Paula, quien, seguramente, aparece detrás de mí ahora en su pantalla.
—Es lo mismo que me des tu opinión, ya que estás casi como aquí. ¿Qué piensas… de este? —Ella sostiene un suéter de cachemir manga corta, púrpura oscuro, dejando al descubierto la clavícula—. ¿O este? —Pasa a un top azul bebé sedoso a juego con sus ojos y la camiseta que llevo.
Lali se aclara la garganta. —Es una fiesta de graduación de Columbia, por lo que el azul, supongo.
—¡Oh, tienes tanta razón! —Se vuelve hacia mí, con sus dedos vagando por mi pecho—. Y coordina con lo que llevas puesto, Peter. —El brillo en sus ojos de hace un rato, se ha ido.
Sus escudos están de vuelta. No podía haber sabido que estaba en Skype con Lali ahora, o pensaría que planeó esta interrupción.
—Voy a estar lista como en, media hora. —Se da vuelta para irse y veo que está usando una bata de baño minúscula que apenas cubre su trasero.
Me giro de nuevo a Lali, cuyos ojos están en la retirada de Paula, apenas vestida en la parte trasera. —Me estoy preparando para salir con Cande, así que debería estar lista también. —dice ella.
Habíamos planeado hablar durante media hora, hasta que ya fuera hora de que me vaya. Está claramente molesta, y la aparición prematura de Paula  en mi habitación, vestida con una bata minúscula tiene que ser la razón.
Aprieto la mandíbula. Mañana, Paula estará de regreso en Los Ángeles, y Lali, volverá a casa de su última interacción con Pablo, por esta semana. Todo se arreglará.
—Que te diviertas con Cande. —Ofrezco, y asiente con la cabeza.
—Disfruta de la fiesta. Hablamos mañana. —Su sonrisa parece forzada, y antes de que pueda decir un buen adiós, se desconecta.
***
—Así que ustedes son pareja, ¿eh? —Daniel me da una cerveza y choca su botella con la mía. La mitad de los ojos en la habitación siguen a Paula, mientras se abre paso entre la multitud en su camino hacia el cuarto de baño.
Echo un vistazo en su dirección y de vuelta a él. —No, no lo somos.
Él arquea una ceja. —Amigo. ¿Le has dicho eso a ella? No sería eso incómodo.
—Innecesario. Hemos sido buenos amigos desde hace varios años. Nunca ha sido así.
El compañero de habitación de Daniel conversa con él acerca de una competencia de cerveza, mientras pienso en Lali, deseando que ella estuviera aquí conmigo en vez de Paula. Esa línea de pensamiento me hace sentir culpable. Paula está tomándose tiempo de su vida para servirme de apoyo, y debería ser más agradecido. Observo la abertura del pasillo por donde desapareció. Ha tomado un par de cervezas, pero parece estar bien.
Cuando vuelve a aparecer, varias chicas la detienen, y en pocos segundos está luciendo su genial rostro de hablando-a-los-fans.
—¿Nunca? —Daniel la está mirando otra vez, no lo culpo.
Paula es una muchacha hermosa. Sus ojos me encuentran entonces, y ella sonríe una disculpa antes de volver a sus fans.
—¿Estás seguro de eso? —Añade. Pau no ha dejado mi lado durante mucho tiempo esta noche, lo que atribuyo al hecho de que no conoce a nadie más aquí.
No contesto, porque Daniel no está escuchando realmente.
Lleva la misma expresión hechizada que he visto en los chicos un centenar de veces. Algunos con los que va a jugar, algunos con los que no lo hará, pero a ninguno de ellos alguna vez le ha importado lo suficiente. Intento, sin éxito, reprimir una sonrisa cuando Daniel se separa de mí y
merodea más cerca. Es un buen sujeto, pero no para ella. Paula necesita a alguien más grande que la vida.
Más grande que su vida, sin duda. Necesita un hombre que pueda ver a través de esa fachada fascinante de ella, verla como lo que es, y aceptarla.

Paula
Peter ha mantenido su vista en mí toda la noche, pero cada vez que algún hombre golpea en mí y yo le envío una mirada telepática, oh hermano, parece divertido. La diversión no es mi
reacción preferida no desde que lo vi perder su mierda, mientras observa la sesión de fotos de Pablo y Lali. Esa es la reacción que yo quiero.
Cuando su amigo Daniel se une a las chicas que me reconocieron de Life’s a Beach , le doy la bienvenida a la interrupción. Tengo pasados diez minutos de escuchar a las tres hablar de mi alter ego, Kristen Wells, como si fuera una persona real, llegando tan lejos como para pedirme disculpas a mí, cuando uno de ellos se refiere a ella como una perra. La gente siempre piensa que Kristen es una perra, porque ella era intrigante, manipuladora, y dispuesta
a hacer lo que sea para obtener el chico o el trabajo que quería. Así que sí, un poco como yo.
Me encantaría decir: —¿Te das cuenta que es un personaje de ficción? ¿Verdad? No soy en realidad ella.
Pero no. Mi carrera esta compuesta de llevar los personajes de ficción a la vida, por lo que me encojo de hombros y rio tenuemente.
—Hola. Soy amigo de Peter, Daniel. —Encantador y confiado, saca la mano—. Y tú debes ser la amiga de Peter,Paula.
Yo le doy mi mano con una sonrisa. —Lo soy.
Sus ojos color avellana se pegan a los míos, lo que me dice que ya se ha tomado el tiempo para examinarme de la cabeza a los pies antes de acercarse. Su cabello rubio fresa es totalmente de estilo recién levantado, y cuando se acerca más, percibo el masculino olor de su colonia.
—Bueno, Paula, parece que podrías beber otra cerveza.
Mi evaluación de cinco segundos: es que este chico ha pasado cuatro años destrozando muchachas, como cintas de línea de meta.
—Daniel, grosero. ¡Estamos hablando con ella! —Una de las chicas le golpea en el brazo, a la ligera. iMra hacia él, más intensamente de lo que debería. Daría cualquier cosa para que la mire, como me está mirando a mí.
Aww, cariño. No va a suceder. Los chicos no se despiertan de repente un día y se interesan en las chicas que nunca se habían fijado antes. A menos que estés viendo una comedia o la película de la semana.
—Sí, Daniel, ¿Siquiera sabes quién es? —Uno de los otros resopla—. Se trata de Paula Recca. Ella fue Kristen en Life´s a Beach. Probablemente ni siquiera sabes que es.
—Claro que sí. Ella me hizo sentir celos de todas las víctimas de ahogamientos en ese programa.
Puntos para Daniel. Casi.
—¿Incluso de cuando Xavier le dio respiración boca a boca? —Le pregunto, arqueando una ceja. (Xavier: mi hermoso compañero de reparto, que, por desgracia, me demostró que la analogía de las manos grandes, no necesariamente es cierta.)
Daniel refleja mi sonrisa de listilla.
—No. Tan caliente como Xavier era, su técnica de boca a boca carece de alguna cosa crucial, que no podría precisar. —Sus ojos giraron hacia mi boca y espalda—. Vamos a conseguirte esa cerveza.
Tomando mi mano, se dirige a la cocina. Echo un vistazo por la habitación donde Peter se mantiene rodeado por un grupo nuevo de amigos. Está mirando. Ruedo los ojos, y él sonríe y rueda los suyos en respuesta. Ni un indicio de celos se cruza en su cara.
Maldita sea.
***
Cuando el taxi nos dejó, a Peter y a mí, en la puerta de su casa, eran casi las 3:00 a.m. En el interior, el gato de Cara era el único despierto, y empezó a maullar como una pequeña sirena al momento en que estuvo la puerta abierta.
—Fideos, ¡Shhh! —dice Peter, lo que es ignorado. Para que se callara y detuviera su sinuoso andar alrededor de sus piernas, Peter le da un bocado antes de que subiéramos en punta de pies las escaleras.
Tiro de él a la habitación de huéspedes conmigo. —Estoy totalmente cabreada. Ven y siéntate a hablar.
 Se saca sus zapatos y se desploma sobre la cama, inclinado sobre las almohadas. Me deslizo fuera de mis tacones, retiro mis pendientes y deslizo las pulseras fuera de mis brazos.
—Así que. ¿Daniel? —Pregunta.
—Jugador total. —Levantando y bajando un hombro, desecho cualquier pensamiento de Daniel.
Pitt se ríe. —Sí. Pero pensé que te gustaba eso a veces.
Me giro hacia él. —Estoy cada vez más fuera de esa fase.
Cuando empiezo a desabrochar la blusa, aparta la mirada.
—Yo debería irme a la cama, supongo. —Comenzó a levantarse de la cama. Este no es un problema que habría tenido con Daniel.
—No, quédate. Sólo estoy quitándome este incómodo material. Yo confió en ti.
—Um. Muy bien. —Cierra los ojos, inclina la cabeza hacia atrás de nuevo y cruza las manos sobre su abdomen totalmente plano. Me quito la camisa, sin prisas y frente a él, deslizando botones de los ojales como si me estuviese mirando, como yo deseo que me vea. Deseando que abra los ojos, dejé que el sedoso tejido susurre sobre mis hombros, dejándolos al descubierto, y tiré la camisa en el suelo. Un momento después, el sujetador azul hielo le siguió. De pie a escasos tres metros, estoy usando nada más que una minifalda. No hay
respuesta, no hay movimiento, nada. Obviamente, ni siquiera estaba espiando.
Me quito todo, el susurro de telas cuando me deslizo fuera de la falda. Deliberante, estoy inmóvil. Y luego, inexplicablemente, no estoy lo suficientemente  segura  de  cual  será  su  reacción  si  abre  sus ojos. Mierda. Nunca me preocupé acerca de esto.
La seducción es una maniobra estratégica en la que sobresalgo. Excepto con Peter.
Saco un camisón corto de mi maleta y me la pongo.
—Todo bien, —Le digo, pero él no se mueve. Acercándome, veo que se ha dormido. Tan cuidadosamente como me es posible, me acurruco a su lado. Su brazo se curva alrededor de mí, pero no se despierta.
—Lali. —Susurra. Fantástico. Él cree que yo soy ella. Y yo soy lo suficientemente patética como para quedarme aquí y aceptar eso. Por primera vez en el último mes, se me ocurre que puedo no tener éxito. Una vez que el estreno concluya, la necesidad de pretender un romance entre Pablo y Lali va a desaparecer.
Nada se interpondrá en el camino de Lali y Peter, estableciendo una relación que pone en peligro todo lo que quiero.
He conocido a Peter durante cuatro malditos años. Me pertenece a mí, y me importa una mierda como suene eso. No puedo perderlo ahora, y voy a hacer todo lo que tenga que hacer para asegurarme de que no lo haga.
La luz de la farola a las afueras de la esquina es brillante, bloqueada por las persianas oscuras, a excepción de las rayas diminutas que se sitúan sobre la tela que cubre nuestros cuerpos. Las trazo con los dedos, llegando al final de mí, trazándolas en Pitt. Arriba. Abajo. De nuevo. Y luego me deslizo hasta el final de la cama y encuentro mi bolsa en la oscuridad, buscando en ella mi teléfono. Después de abrir las persianas de manera que hagan más amplias las franjas de luz en la cama y a través de Peter, subí de nuevo a su lado y puse mi cabeza en su hombro, nuestras cara se volvieron ligeramente uno hacia al otro.
—Mmm. —Murmura, sus brazos tirando de mí más cerca. Antes de que pueda cambiar de opinión, hago clic en la cámara del teléfono. Tuve que tomar tres imágenes para conseguir una bastante clara. Es difusa, pero servirá.
Yo: NO le pases esto a ella, sólo muéstrasela, y luego elimínalo. De esa manera no tendrá pruebas.
Pablo: Finalmente lo atrapaste, ¿No?
Yo: Ya te dije que no se trata de eso.
Pablo: Sin embargo, no me enviaste una foto de ustedes dos inmersos en una conversación
Yo: Cállate.



Pido a quien esta comentando con mala onda, que no lo haga. NADIE les obliga a leerlo y si se me pasa algun nombre PERDON SOY HUMANA!! 
Va con la mejor onda eh!! 
Besos
Lunis ♥

8 comentarios:

  1. Peter es mas inocente q winhy the pooh! Como no se da cta q es una yegua paula!! Los odio a los dos. Ojala se den cta! Me encanta la noveeee.. subi uno mas hoy xfi..
    Belu

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  2. la novela se volvio muy monotona y aburrida. Además de poner al hombre en el rol de culpable y a la mujer de inocente, para variar.

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  3. Increíble,no se k leen algun@s comentaristas.
    Peter sigue siendo un inocentón,pero mira k es torpe,quedarse dormido allí ,en la k es la habitación d Paula en estos días.
    Espero k se de cuenta cuando salga a la luz esa foto ,xk x mucho k la quieran borrar,se dará k hablen Peter y Lali sobre ella en algún momento ,y la única k puede sacarla sería Paula,xk es en la casa d él.
    Paula d inocente no tiene nada,es fría y calculadora.

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  4. me encanta la novelaaaaaaaaa es fantasticaaaaaaaaaaaaa, besos

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  5. Es un reverendo estúpido y ella es un yegua!! La odio!! Nome gusta lo que viene :'(

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  6. Maaas
    Paula q hdp, lali no puede caer en los trucos de paula!
    Peter como ouede ser taaan bobo!

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