Poli
¿Vives con tus padres?
Si eres una celebridad y tienes más de
doce años, las personas no esperan que vivas con tus padres, si es que imaginan
que tienes padres. Se cree que las estrellas de cine nacen totalmente preparadas
para adquirir un apartamento en el que vivan solas. Las chicas mayores son las
peores cuando se trata de estas expectativas de independencia, y la que está
frente a mí en este momento, no es diferente.
Su pregunta es un susurro, en respuesta
a mi petición de guardar silencio mientras intento abrir la puerta y lograr
adentrarnos en la casa y en mi dormitorio sin ninguna interferencia. Ahora ella
está riendo, con ambas manos sobre su boca, amortiguando el sonido, aunque tal
vez no pueda escucharla bien porque mis oídos aún retumban a causa del
concierto en el que ella estaba en el escenario, con un bajo eléctrico en sus
manos, mientras yo observaba desde la sección VIP.
Entrecerré los ojos para verla, porque
me estoy tambaleando y ella se está tambaleando y nuestros movimientos no están
sincronizados. —Dije que iba a cumplir 18 esta noche, no 30. ¿En dónde esperas
que viva? —No hay ningún rencor detrás de mis palabras arrastradas, y por
suerte ella parece deducirlo por mi tono.
—Está bien, está bien, Jesús. Olvidé qué
tan bebé eras. Levanté una ceja en su dirección, mientras deslicé las llaves en
el cerrojo con un chirrido metálico.
—Nop. Esta noche, soy un hombre. ¿Recuerdas?—No
me molestare en decirle que otras chicas de su edad no esperarían hasta que yo
fuera un adulto legal; Prefiero dejarla asumir que ella tiene algo que
enseñarme. Quién sabe, tal vez lo haga. Giré la llave hasta que la cerradura
cedió, y empujé la puerta con el hombro. Entramos. Puse un dedo sobre mis
labios fruncidos, repetí—: Shhh —mientras sacaba la llave de la cerradura. Esta
vez, ella asiente, se tambalea con una sonrisa maliciosa, inclinándose sobre mí
mientras yo me sujeto al marco de la puerta para sostenerme. Su maquillaje está
embadurnado y huele a cigarrillos y cerveza, pero también yo lo hago. —Lo
recuerdo —Su voz es rasposa, como los dientes de la llave contra la cerradura.
Los sueños inducidos por el alcohol siempre
son extraños y crudos, y me refiero de la mejor manera posible. Luego viene el
lamentable acto de despertar. En este punto, la euforia se ha ido, las
inhibiciones están muy lejos y la única cosa que hay es un martilleo en el interior
de mi cráneo. Agrega un estímulo exterior como, vamos a decir, un celular
sonando a todo volumen para despertarte —maldita sea — no estoy de buen humor
cuando me despierto. De repente, una batalla campal en mi cerebro tiene lugar
contra mis responsabilidades, justo detrás de mis ojos. Bienvenido
resacalandia.
Presioné el botón hablar para hacer que
los gritos se detuvieran (¿Me gusta esta canción? ¿En serio?), Pero no me
molesto en intentar responder, porque mi boca es un desierto y hablar es imposible.
Hay una botella de agua en la mesita, pero cuando me estiró para agarrarla,
tiro el teléfono, que emite la voz, apenas audible, de mi jefe, Camilo. —
¿Hola? ¿Pablo? ¿Hola?
Mierda. Levantando el teléfono del piso,
casi caigo de la cama. — Bueno —Mi voz suena y sabe como si estuviera fluyendo
a través de grava.
— ¿Una dura noche?—Camilo es sarcástico,
pero no cruelmente. Es mi manager, no mi padre. Supongo que es gracias al
universo, destino, Dios, o lo que sea, pero él es responsable de esto. Soy un
mejor cliente que hijo. Sólo pregúntale a mi papá.
Levanté mi cabeza un poco, para ver si
esa sexi pequeña bajista de anoche estaba todavía aquí. Recuerdo vagamente sus
tropiezos por mi habitación, riendo como si tuviera trece años en lugar de
veinte —o lo que fuera— que dijo que tenía. No está por ningún lado, pero hay
una nota apenas legible bajo mi botella de agua, la tinta esta corrida. Tomé un
generoso trago de la botella y la leí, Poli: Que impresionante noche. ¿Más, por
favor? Puse mi número de teléfono: Cassandra.
Cassandra. ¿Alguna vez dijo su nombre
anoche? No puedo recordarlo.
— ¿Pablo? —la voz de Camilo. Mierda.
—Sí —Me tambaleé hasta quedar sentado en
la cama, mi cabeza en una mano y el teléfono en la otra, tratando de decidir si
necesito vomitar o no. Veredicto: posiblemente.
—Richter acaba de llamar: Conseguiste el
papel en Instituto Prejuicio. Dijo que espera con ansias poder trabajar contigo
—Adam Richter es uno de los principales directores de Hollywood. El hombre es
una leyenda con visión para los dramas adolescentes—. Tu programa de trabajo
tiene un espacio de dos minutos en ET mañana, por cierto, así que descansa.
También, Richter te quiere en las audiciones para el papel de Lizbeth. Las
cuales se iniciará en un par de semanas. Discutiremos todo esto el viernes.
—Seguro —Dios, mi cabeza se siente como
si fuera a explotar—. ¿Cuál es la locación?
—Han decidido filmar en Austin.
— ¿Texas?
—La última vez que revisé, sí, ahí es
donde se encuentra Austin.
—De acuerdo.
Instituto Prejuicio, ET, audiciones,
Austin. Jesucristo, mi cabeza se va a dividir. ¿Por qué no recuerdo que mañanas
como esta son la conclusión previsible de noches como la de ayer?
Lali
Mi padre repartió, generosamente, salsa
Alfredo en los platos de pasta mientras que yo ponía la mesa para tres
—Gas llamó esta tarde, —dice. Gastón es
mi agente, y esta es mi señal para preparame para una nueva audición. ¿Qué es
esta vez? ¿Un comercial de tampones? ¿Otro papel secundario en una película que
durara para toda la vida?
—Te consiguió una audición para el papel
principal en una película de estreno masivo. ¿Qué tal te parecería ser…—Mueve
sus manos formando un marco con sus dedos, como si me enfocara—. Elizabeth
Bennet?
Fruncí el ceño. — ¿Otro remake? Pero
acaban de hacer una adaptación de orgullo y prejuicio hace unos años —Luego
está mi oxidado (y honestamente, algo pésimo) acento británico.
—Esa es la cosa: esta no será en
Inglaterra del siglo XIX. Es una versión moderna, en una escuela suburbana
estadounidense —Espera por mi entusiasmo, pero todo lo que se me ocurre es:
¡Sí! Un lindo papel en una versión alterada de una de mis novelas favoritas de
toda la vida.
Antes de que pudiera detener mis
pensamientos ya tengo muy poco entusiasmo. —Orgullo y prejuicio. Situado en una
escuela. ¿En serio?
Él suspira y lanza el paquete del guion
en la mesa de la cocina, y no lo discutimos más. Esta es nuestra resolución
estándar para este tipo de conflicto: ambos fingimos que estoy de acuerdo con
lo que él quiere. En este caso en particular, me quedo con el paquete en mi habitación
y comienzo a memorizar las líneas del personaje y él le dirá a Gas lo mucho que
me preparaba mentalmente para la audición.
Obtener este papel sería una alteración
de carrera, no hay duda sobre ello. Todas las pequeñas partes, los comerciales
para tiendas de departamento, tocino y jugo de uva me han preparado para este momento…
en el que yo trato de ganar otro (más prominente que cualquier otra cosa antes)
papel de chica común. La verdad es que no solo estoy cansada de roles
unidimensionales. Estoy harta de hacer filmes, punto. Cuando tenía 13 años, era
una de las hadas en una producción local de Sueño de una noche de verano. Me encantó
la actuación en vivo, la emoción de la reacción del público. He planeado hacer
más teatro desde hace cuatro años, pero eso nunca va a suceder, porque mi
agente Gastón y mi padre consideran que
mi papel en sueño de una noche, un proyecto de servicio a la comunidad, es una
actuación de una sola vez. Quieren que
Mariana Esposito sea un nombre conocido,
por lo que no hay tiempo para tontas funciones de teatro.
Como un compromiso, he intentado sugerir
guiones de cine independiente bastante inteligentes. Cada una de las veces
ellos me callan.
—No creo que esto sea lo que queremos
para tu carrera, —dice uno de ellos, y yo cedo y lo dejo pasar, porque cuando
se trata de dirigir mi vida, soy una gran cobarde.
Esta mañana, me sentía como una chica
normal: revisando mi computadora y mi teléfono para ver si me habían llegado
mensajes durante la noche, planeando ir a un viaje al centro comercial con Candela.
Un día típico de actividades vacacionales de primavera con mi mejor amiga,
quien era exactamente lo que necesitaba para que me sintiera normal. Con las ventanas
abajo, cantando nuestras canciones favoritas, hablando de los chicos que
conocemos y especulando sobre los que no hemos conocido.
No soy una chica normal, sin embargo.
Soy una actriz. No asisto a la escuela; Tengo tutores. No paso el tiempo en la
cafetería durante el receso con mis amigos; Tomó algo del abastecedor de
comidas en el set sí estoy filmando, o me hago algo en la cocina en casa si no.
Leo el libreto y releo las líneas mientras hago ejercicio, haciendo tareas en
el set.
Durante el año pasado, mi relación con
mi padre se ha hecho más tensa que nunca, pero no ha sido magnifica durante
años. Heredé poco de él aparte de sus ojos grises y una pasión por correr. En
todos los otros sentidos, somos polos opuestos. Él no me entiende. Yo no lo
entiendo. Fin de la historia.
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=)
Hasta mañana!
Besos
Lunis♥
Maaass
ResponderEliminarmasssssssssss me ha encantadooooooooooo
ResponderEliminarK cobarde k es Lali ,se deja manipular x su padre y su representante.
ResponderEliminarPablo un viva la Pepa.
Más me encanta
ResponderEliminarpobre lali, masss es muy linda la novela.
ResponderEliminarbesos
:((((
ResponderEliminaroie no sabes donde estan poniendo la otra nove?
La verdad que no, a mi tambien me gustaria saber donde, pero habria que preguntarles a las que me dijeron que la estaban poniendo en otro, donde o que direccion es.
Eliminardos personas diferentes se podran juntar veremoss!!
ResponderEliminarmas!
besos vero