sábado, 5 de abril de 2014

¿Jugamos a casarnos?


Cap 25 parte 1  ¿De mal en peor?
Lali no se dio cuenta de que mientras caminaba por la calle casi oscura era seguida por una persona vestida de negro, e incluso llevaba gafas negras, y una cámara profesional, de esas que podían estar a más de 50 metros de distancia y tomaría una foto como si estuviera cerca de ella. Giró conforme la calle curvaba y en un par de minutos llegó a la casa de Pitt.
Sintió que sus manos temblaban mientras se debatía entre tocar el timbre y quedarse ahí a esperar que él le abriera o salir corriendo, salir corriendo le resultaba más atractivo. Sin darse cuenta su dedo estaba presionando el botón del timbre pero este en lugar de sonar como un timbre común emitió un sonido como si alguien estuviera levantando la bocina de un teléfono.
—Diga —dijo la voz de Petera través de una bocina que Jeanne no había visto un segundo antes.
Ella presionó el segundo botón que era de color verde y habló.
—Pitt, soy La…
— ¡Lali! —exclamó el modelo y en cuestión de segundos la puerta fue abierta—. ¿Qué pasó? ¿Estás bien? —preguntó acelerado.
Ella asintió rápidamente pero sentía como si sus labios estuvieran sellados con algún buen pegamento y no le permitiera abrirlos. Ambos se quedaron en silencio viéndose por todo el rostro pero nunca a los ojos.
—Amm, yo… —empezó Lali, lanzó un suspiro y se decidió a verlo a los ojos, los cuales ya la estaban esperando—. Mi novio quiere conocerte —dijo finalmente.
La mandíbula de Pitt se tensó tanto que pensó que se quedaría trabada de un momento a otro. Odiaba escuchar esa palabra saliendo de los labios de la única mujer que amaba en verdad.
Sus manos se apretaron hasta formar puños y apartó la mirada de los ojos castaños de la chica.
— ¿Por qué? —preguntó intentando esconder su enojo.
—Porque él nos vio hoy en la mañana —le respondió y su voz empezó a querer escaparse de su interior—… cuando nos besamos…
El modelo volteó a verla nuevamente y en el hermoso rostro de la muchacha se reflejaba una culpa que no comprendía.
—Lali…
—También él fue quien estaba detrás de tu auto… él encontró mi bufanda amarilla en el mismo lugar en donde yo había caído al suelo… —su voz empezaba a quebrarse, no dudaba que en cualquier segundo rompería en llanto—… dijo que estaba bien pero… no… es así.
Y Peter la atrajo a su cuerpo envolviéndola entre sus brazos fuertemente para demostrarle que estaba a salvo, que era protegida y que si quería llorar podía hacerlo.
—Todo está bien —intentó tranquilizarla sobándole la espalda en círculos con la palma de su mano. La besó en la parte superior de la cabeza—. Yo le explicaré todo…
—Quise besarte —dijo enterrando su cabeza en el pecho del modelo, no estaba llorando pero su cuerpo temblaba nerviosamente y su voz se escuchaba ronca y sin fuerza—. Quise hacerlo. Así que no tienes que explicarle nada.
—Pero…
—No sé porque quiere verte, exactamente, pero me dijo que te asegurara que no te iba a hacer nada —rio y sus manos sujetaban el delgado suéter que llevaba puesto Pitt en ese momento, su cabeza seguía apoyada en su pecho—. Nico es un buen chico… aunque un poco mayor —necesitaba advertirle que su novio era diferente de cómo pudiera imaginárselo—, tiene tatuajes en sus brazos y le gusta el box, las motocicletas y…
Peter rio sin dejar de abrazarla.
—No tienes por qué decirme como es él —pero sí le sorprendía la descripción que Lali estaba haciendo de su novio ¿Tatuajes?
La sostuvo por los hombros con una mano y con la otra levantó su rostro para que pudieran verse a los ojos.
—Lali, lo que dije esta mañana… —el cuerpo de la castaña de estremeció, ¿A caso le iba a decir que había sido una mentira y que no le quería? ¿Le importaba que no la quisiera?—. Te quiero, La. No puedo sacarte de mi cabeza —suspiró levantando su mirada apenas unos segundos para volver a los ojos castaños que tanto quería—. Te necesito pero… pero sí tu no sientes nada por mí no te voy a seguir, dejaré de ir detrás de ti y así tu podrás estar con tu novio sin que temas de mí. Necesito que me digas en este momento que sientes por mí.
Lali asintió y suspiró pesadamente, cerrando sus ojos y abriéndolos para conectar su mirada con la de Peter.
—Aun me gustas —dijo rápidamente y el modelo dejó salir un suspiro de alivio—, pero...—esos malditos “peros” que tanto odiaba—. Quiero a Nico, en verdad lo quiero. Te juro que no quiero lastimarte, Pitt, pero creo que debes alejarte de mí.
— ¿Quieres que me aleje de ti? —le preguntó uniendo sus frentes. ¡Dios! Ansiaba tanto poder probar sus labios nuevamente pero por respeto a ella se limitó a cerrar los ojos y contener el impulso.
—Yo… —balbuceó pero fue interrumpida por una voz linda y madura al mismo tiempo, una voz femenina.
—Gracias por prestarme tu cocina, Pitt —dijo Rocío caminando hacia la puerta y cuando logró percibir que no estaba solo, sus ojos se agrandaron e intentó esconderse pero ambos chicos ya habían dirigido su mirada a ella.
Lali vio a la alta rubia con cuerpo de súper modelo y rostro de diosa que llevaba sobre sus dos manos un recipiente de plástico transparente cubierto con papel aluminio. La muchacha la observó y una sonrisa perfecta se formó en su perfecto rostro.
—Hola, tú debes ser Lali —dijo la rubia viendo directamente hacia ella—. Pedro habló mucho de ti —volteó hacia Peter que negaba muy lentamente en dirección a Rochi—. Bien, continúen que yo ya me iba, sólo ocupaba una estufa. Por cierto, soy Rocío.
La castaña asintió mientras Rochi se acercaba a ella con una sonrisa aun en su rostro.
—Lali —soltó está en un susurro casi inaudible.
—Un placer conocerte.
Y sin decir nada más salió por la puerta rápidamente, la mirada castaña de Lali se regresó hacia Peter.
—Ella es tu…
— ¡No! —negó inmediatamente, no quería ni necesitaba mal entendidos—. Ella es Rocío, mi ex novia de hace muchos, muchos años —le aclaró—, pero recién se mudó aquí y aun no consigue una cocina lo bastante buena como para cocinarse a ella misma. Por eso le presto la mía, pero te prometo que no es mi novia.
—No tienes por qué hacerlo, eres libre de salir con quien quieras —y dicho esto se dio media vuelta para marcharse pero Pitt no se lo permitió, la tomó de un brazo y la hizo girar.
—Ella no es mi novia, sólo la perdoné y la invité a venir aquí. La, sólo te quiero a ti — dijo casi en tono de súplica.
No tenía caso sentirse así, de la manera en que seguramente Peter se sentía al saber que ella tenía novio, sin embargo sí que sentía celos. Era un estúpida, querer a dos chicos a la vez era una estupidez por parte de ella. ¿En dónde había quedado su madurez?

—Nos vemos mañana a las 7 en el parque que está a una cuadra de la universidad —y se soltó de su agarre para marcharse.

Sigue...

Besos!
Lunis♥

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