Cap 33 parte 3¿La cigüeña?
Lali no detuvo más sus lágrimas y salió
de la cocina, la sala estaba vacía y la puerta principal entre abierta, con el
corazón detenido caminó hacia la puerta y lo vio ahí, en el segundo escalón de
la entrada con Whisky meneando la cola para animarlo.
Lo abrazó por la detrás hundiendo su
cabeza en la espalda del muchacho.
—Perdóname —le dijo, su voz siendo
amortiguada por su espalda—. No sé porque reaccioné así. Perdón, Pitt. Perdón.
—Te amo —dijo el muchacho con su vista
perdida en el cielo.
—Yo también —le contestó Jeanne apartando
su rostro de su espalda. Pitt se congeló un par de segundos y lentamente se
giró hacia ella para poder verla de frente y que esas palabras que tanto quería
escuchar de ella se las dijera viéndolo a los ojos—. Te amo, Pitt.
Él le sonrió y la besó fuertemente
haciéndola dar un traspié al no estar preparada para ese beso, al notarlo la
rodeó con ambos brazos y la cercó a él para poder tener su boca más cerca.
Lali se sujetó de él y le devolvió el
beso tan ansiosamente como él la besaba, Whisky se acomodó junto a ellos
meneando la cola animado.
Pitt, sin dejar de besarla, la levantó
unos centímetros del suelo para que ahora ella estuviera más alta que él. Lali
sonrió entre el beso y se imaginó una vida junto a su novio.
—¡Oh por dios! —exclamó Anastasia
cubriéndose la boca con una de sus manos. Jamás había visto a su hija de esa
manera, tan enamorada. Pedro y Mariana seguían besándose y no habían notado su
presencia, Anastasia estaba feliz pero su esposo y Pablo no compartían la misma
emoción que ella.
—¡Pueden besarse dentro! —los
interrumpió Poli, no estaba dispuesto a ver a su hermana besándose con su
novio—. Necesitamos la entrada libre.
Peter y Lali se sonrieron cuando
rompieron el beso.
—Perdóname, hermanita. Fui una estúpida
—dijo La viendo a Brenda a través del espejo que tenían en su habitación.
—Disculpa aceptada —dijo la castaña
sonriéndole a sus reflejos—. Al fin me enteré que también sufrías esa terrible
enfermedad llamada celos.
—¿No estás molesta conmigo por esa marca
que te dejé en tu rostro o la forma en que te traté?
—No —contestó negando—. Yo te mentí,
también fui la culpable por eso, pude haberte dicho que Nico y yo no tenemos
nada que ver y ahorrarme la discusión pero no lo hice, además que —señaló la
marca roja en su mejilla—. Me vengaré por esto.
—Brenda, en serio lo siento —se disculpó
nuevamente—. Creo que me sentí un poco traicionada y actué como la típica y
horrorosa hermana mayor…
—Lo bueno que no eres horrorosa —la
interrumpió—. Te entiendo, yo también me hubiese sentido así si hubiera estado
en tu lugar, no es el fin del mundo, somos hermanas y pelear es casi nuestra
obligación ¿no lo crees?
Lali le sonrió y se sintió la persona
más afortunada de tener a una familia como la de ella.
—Te amo, hermanita.
—Yo también, hermanota.
Ambas rieron.
Había pasado una semana cuando Pitt
entró a la casa de su novia y sus ojos vieron algo que lo hizo dar un traspié.
Lali tenía a una pequeña bebé de tan
sólo unos meses de nacida en sus brazos, su rostro estaba irradiando una
felicidad que no había visto en ella. Mecía delicadamente a la pequeña y le
decía palabras que Pitt no alcanzaba a escuchar al estar de pie en la puerta de
la casa pero que seguramente estaban llenas de amor.
Sin hacer mucho ruido con sus zapatos
caminó hasta la sala que era donde se encontraba Lali con el bebé y la observó
más de cerca, estaba a tan sólo unos cuatro pasos de ella. Debía querer mucho a
esa bebé como para no notar su presencia, con curiosidad decidió hablar para atraer
la atención de su novia.
—Amor, ¿Desde cuándo tenemos una niña?
—Lali levantó su mirada hacia donde había escuchado una voz, al ver a su
novio el rostro se le iluminó aún más.
—La cigüeña me la trajo hoy en la mañana
—le guiñó el ojo mientras mecía a la pequeña—. Ven acércate, no muerde.
Peter se quedó de pie y durante segundos
no dijo nada, sólo las observó a ambas.
—Pero sí babean —murmuró para sí pero la
castaña lo alcanzó a escuchar.
—¿No te gustan los niños? —preguntó con
semblante preocupado.
El modelo sacudió su cabeza y negó
rápidamente.
—No, no quise darte a entender eso —se
acercó hasta ellas y besó en la frente a su novia para después dedicarle una
tierna sonrisa—. Me gustan los niños, pero me preocupa el no saber de dónde
salió esa niña.
Lali rodó los ojos y volvió la mirada a
su pequeña sobrinita que era idéntica a su padre, así que fácilmente podrían
confundirla como si fuese su hija, seguramente Pitt había notado el parecido
entre ella y la pequeña bebé.
—Pitt —dijo en tono tierno—. Sigo siendo
virgen. Sí eso te preocupa.
Inmediatamente el modelo se quedó tieso
y no pudo ver a la cara a su novia.
—Tú no eres virgen —dijo la castaña
divertida por el color que se había adueñado del rostro de su novio—. ¿Me
equivoco? —aún tenía una sonrisa en su rostro cuando él levantó la mirada hacia
ella—. ¿Creíste que no lo sabía?
—No creí que hablaras de ese tipo de
temas tan fácilmente…
—Estamos hablando de virginidad y 21
años. ¿Cuántas personas a esta edad son vírgenes?
—le preguntó—. Ambos sabemos la respuesta.
Yo sé que tú no lo eres porque en esas películas que saliste las escenas se veían muy
reales…
—La no me hagas esto —dijo el muchacho
completamente apenado de que su novia lo hubiera visto en ese par de películas
en donde había pasado una noche de “pasión” con la protagonista. Sí era verdad
que ya no era virgen, que a sus 19 años la había perdido con una de sus
compañeras de trabajo, pero no necesitaba recordarlo y menos frente a ella.
—A mí no me molesta —le sonrió—. Pero yo
soy de esas que prefieren ser vírgenes hasta el matrimonio, anticuado o no, así
lo quiero —le guiñó el ojo y tomó a su sobrinita con ambas manos para ponerla
frente a su rostro y empezar a hablarle tiernamente—. ¿Verdad? Tú también estarás
de acuerdo con tu tía cuando seas mayor.
La pequeña movió sus manitas
perezosamente y abrió su boquita en un intento de bostezo para informar que la
plática que mantenían sus tíos le aburría y que prefería tomar su leche.
—Parece que tienes sueño —la volvió a
acomodar sobre su brazo izquierdo y acarició su cabeza con escaso cabello
castaño—. El tío Pitt te traerá tu leche.
Peter entendió eso como una clara
indirecta y empezó a ver a su alrededor para buscar algún vaso con leche o algo
con lo que un bebé pudiera tomar leche.
—El biberón está en la cocina, amor —le
dijo la muchacha al verlo tan perdido—. El de color verde.
El modelo le sonrió y de nuevo besó su
frente para encaminarse a la cocina, en donde se tardó un par de minutos en
encontrar el biberón que su novia le había mencionado.
—¿Cómo se llama? —le preguntó. Ambos
estaban sentados en el sillón de la sala viendo a la pequeña beber su leche
tranquilamente cuando Peter se dio cuenta de que aún no sabía el nombre de la
bebé a quien Jeanne veía con tanto amor.
—Mía —le contestó—. Brenda lo escogió ya
que Cande y Poli no se decidían por el nombre y a todos les gustó.
El muchacho le sonrió.
—La quieres mucho ¿no? —ella levantó la
mirada para poder verlo—. Sé ve en tus ojos, parecen un par de soles cuando
fijas la mirada en ella, creo que no te había visto tan feliz.
—Sí, la quiero mucho —le contestó con
una sonrisa—, es mi primera sobrina además que me encantan los niños y disfruto
el poder cuidarla. Pero —recargó su cabeza en el ancho hombro de él—, cuando me
pediste que fuera tu novia fui la persona más feliz del mundo.
—Y yo cuando aceptaste serlo —la besó en
los labios en una incómoda posición.
—Te dije que somos los novios más cursis
que existen.
Ambos estuvieron de acuerdo.
Sigue...
Hasta mas tarde!!
Besos
Lunis♥
massssssssssss
ResponderEliminarAww me encantaaa
ResponderEliminarMaass
Me encanta más!
ResponderEliminarque lindooooooooooooooosssssssssss por fin lali le dijo que lo amaba. me encanto el capitulooooooooooooooo. graciasssssssssssssssssss por escribir asiiiiiiiiiiii. besos
ResponderEliminar