sábado, 19 de abril de 2014

¿Jugamos a casarnos?

Cap 33 parte 3¿La cigüeña?

Lali no detuvo más sus lágrimas y salió de la cocina, la sala estaba vacía y la puerta principal entre abierta, con el corazón detenido caminó hacia la puerta y lo vio ahí, en el segundo escalón de la entrada con Whisky meneando la cola para animarlo.
Lo abrazó por la detrás hundiendo su cabeza en la espalda del muchacho.
—Perdóname —le dijo, su voz siendo amortiguada por su espalda—. No sé porque reaccioné así. Perdón, Pitt. Perdón.
—Te amo —dijo el muchacho con su vista perdida en el cielo.
—Yo también —le contestó Jeanne apartando su rostro de su espalda. Pitt se congeló un par de segundos y lentamente se giró hacia ella para poder verla de frente y que esas palabras que tanto quería escuchar de ella se las dijera viéndolo a los ojos—. Te amo, Pitt.
Él le sonrió y la besó fuertemente haciéndola dar un traspié al no estar preparada para ese beso, al notarlo la rodeó con ambos brazos y la cercó a él para poder tener su boca más cerca.
Lali se sujetó de él y le devolvió el beso tan ansiosamente como él la besaba, Whisky se acomodó junto a ellos meneando la cola animado.
Pitt, sin dejar de besarla, la levantó unos centímetros del suelo para que ahora ella estuviera más alta que él. Lali sonrió entre el beso y se imaginó una vida junto a su novio.
—¡Oh por dios! —exclamó Anastasia cubriéndose la boca con una de sus manos. Jamás había visto a su hija de esa manera, tan enamorada. Pedro y Mariana seguían besándose y no habían notado su presencia, Anastasia estaba feliz pero su esposo y Pablo no compartían la misma emoción que ella.
—¡Pueden besarse dentro! —los interrumpió Poli, no estaba dispuesto a ver a su hermana besándose con su novio—. Necesitamos la entrada libre.
Peter y Lali se sonrieron cuando rompieron el beso.
—Perdóname, hermanita. Fui una estúpida —dijo La viendo a Brenda a través del espejo que tenían en su habitación.
—Disculpa aceptada —dijo la castaña sonriéndole a sus reflejos—. Al fin me enteré que también sufrías esa terrible enfermedad llamada celos.
—¿No estás molesta conmigo por esa marca que te dejé en tu rostro o la forma en que te traté?
—No —contestó negando—. Yo te mentí, también fui la culpable por eso, pude haberte dicho que Nico y yo no tenemos nada que ver y ahorrarme la discusión pero no lo hice, además que —señaló la marca roja en su mejilla—. Me vengaré por esto.
—Brenda, en serio lo siento —se disculpó nuevamente—. Creo que me sentí un poco traicionada y actué como la típica y horrorosa hermana mayor…
—Lo bueno que no eres horrorosa —la interrumpió—. Te entiendo, yo también me hubiese sentido así si hubiera estado en tu lugar, no es el fin del mundo, somos hermanas y pelear es casi nuestra obligación ¿no lo crees?
Lali le sonrió y se sintió la persona más afortunada de tener a una familia como la de ella.
—Te amo, hermanita.
—Yo también, hermanota.
Ambas rieron.

Había pasado una semana cuando Pitt entró a la casa de su novia y sus ojos vieron algo que lo hizo dar un traspié.
Lali tenía a una pequeña bebé de tan sólo unos meses de nacida en sus brazos, su rostro estaba irradiando una felicidad que no había visto en ella. Mecía delicadamente a la pequeña y le decía palabras que Pitt no alcanzaba a escuchar al estar de pie en la puerta de la casa pero que seguramente estaban llenas de amor.
Sin hacer mucho ruido con sus zapatos caminó hasta la sala que era donde se encontraba Lali con el bebé y la observó más de cerca, estaba a tan sólo unos cuatro pasos de ella. Debía querer mucho a esa bebé como para no notar su presencia, con curiosidad decidió hablar para atraer la atención de su novia.
—Amor, ¿Desde cuándo tenemos una niña? —Lali levantó su mirada hacia donde había escuchado una voz, al ver a su novio el rostro se le iluminó aún más.
—La cigüeña me la trajo hoy en la mañana —le guiñó el ojo mientras mecía a la pequeña—. Ven acércate, no muerde.
Peter se quedó de pie y durante segundos no dijo nada, sólo las observó a ambas.
—Pero sí babean —murmuró para sí pero la castaña lo alcanzó a escuchar.
—¿No te gustan los niños? —preguntó con semblante preocupado.
El modelo sacudió su cabeza y negó rápidamente.
—No, no quise darte a entender eso —se acercó hasta ellas y besó en la frente a su novia para después dedicarle una tierna sonrisa—. Me gustan los niños, pero me preocupa el no saber de dónde salió esa niña.
Lali rodó los ojos y volvió la mirada a su pequeña sobrinita que era idéntica a su padre, así que fácilmente podrían confundirla como si fuese su hija, seguramente Pitt había notado el parecido entre ella y la pequeña bebé.
—Pitt —dijo en tono tierno—. Sigo siendo virgen. Sí eso te preocupa.
Inmediatamente el modelo se quedó tieso y no pudo ver a la cara a su novia.
—Tú no eres virgen —dijo la castaña divertida por el color que se había adueñado del rostro de su novio—. ¿Me equivoco? —aún tenía una sonrisa en su rostro cuando él levantó la mirada hacia ella—. ¿Creíste que no lo sabía?
—No creí que hablaras de ese tipo de temas tan fácilmente…
—Estamos hablando de virginidad y 21 años. ¿Cuántas personas a esta edad son vírgenes?
—le preguntó—. Ambos sabemos la respuesta. Yo sé que tú no lo eres porque en esas películas que saliste las escenas se veían muy reales…
—La no me hagas esto —dijo el muchacho completamente apenado de que su novia lo hubiera visto en ese par de películas en donde había pasado una noche de “pasión” con la protagonista. Sí era verdad que ya no era virgen, que a sus 19 años la había perdido con una de sus compañeras de trabajo, pero no necesitaba recordarlo y menos frente a ella.
—A mí no me molesta —le sonrió—. Pero yo soy de esas que prefieren ser vírgenes hasta el matrimonio, anticuado o no, así lo quiero —le guiñó el ojo y tomó a su sobrinita con ambas manos para ponerla frente a su rostro y empezar a hablarle tiernamente—. ¿Verdad? Tú también estarás de acuerdo con tu tía cuando seas mayor.
La pequeña movió sus manitas perezosamente y abrió su boquita en un intento de bostezo para informar que la plática que mantenían sus tíos le aburría y que prefería tomar su leche.
—Parece que tienes sueño —la volvió a acomodar sobre su brazo izquierdo y acarició su cabeza con escaso cabello castaño—. El tío Pitt te traerá tu leche.
Peter entendió eso como una clara indirecta y empezó a ver a su alrededor para buscar algún vaso con leche o algo con lo que un bebé pudiera tomar leche.
—El biberón está en la cocina, amor —le dijo la muchacha al verlo tan perdido—. El de color verde.
El modelo le sonrió y de nuevo besó su frente para encaminarse a la cocina, en donde se tardó un par de minutos en encontrar el biberón que su novia le había mencionado.
—¿Cómo se llama? —le preguntó. Ambos estaban sentados en el sillón de la sala viendo a la pequeña beber su leche tranquilamente cuando Peter se dio cuenta de que aún no sabía el nombre de la bebé a quien Jeanne veía con tanto amor.
—Mía —le contestó—. Brenda lo escogió ya que Cande y Poli no se decidían por el nombre y a todos les gustó.
El muchacho le sonrió.
—La quieres mucho ¿no? —ella levantó la mirada para poder verlo—. Sé ve en tus ojos, parecen un par de soles cuando fijas la mirada en ella, creo que no te había visto tan feliz.
—Sí, la quiero mucho —le contestó con una sonrisa—, es mi primera sobrina además que me encantan los niños y disfruto el poder cuidarla. Pero —recargó su cabeza en el ancho hombro de él—, cuando me pediste que fuera tu novia fui la persona más feliz del mundo.
—Y yo cuando aceptaste serlo —la besó en los labios en una incómoda posición.
—Te dije que somos los novios más cursis que existen.

Ambos estuvieron de acuerdo.

Sigue...

Hasta mas tarde!!

Besos
Lunis♥

4 comentarios:

  1. que lindooooooooooooooosssssssssss por fin lali le dijo que lo amaba. me encanto el capitulooooooooooooooo. graciasssssssssssssssssss por escribir asiiiiiiiiiiii. besos

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