Cap 32 Parte 3¿Juntos?
Sin decir o hacer algún movimiento
observó detenidamente a Nico servir el agua dentro de los vasos de cristal como
si fuera un fenómeno verdaderamente interesante de apreciar, algo que no se
debía de perder de vista ningún instante porque podía hacer algo maravilloso.
Nicolás se acercó a ella y le extendió el vaso.
—Gracias —dijo alejando su mirada de él.
—De nada.
Rochi bebió el agua de un solo trago
pero fue Nico quien sólo acercó el vaso a sus labios dándole un medio trago
para dejar el vaso sobre la barra de la cocina.
—¿Por qué casi nunca hablas? —le
preguntó el muchacho, su mirada no la seguía a los ojos sino que estaba fija en
sus manos y la presión que había empezado a ejercer sobre el vaso—. Me parece
extraño que siendo modelo no hables demasiado con la gente.
—Tú no eres como la demás gente —murmuró
para sí misma, sacudió su cabeza y dijo, levantando un poco más la voz—. Aun
siendo modelo no me relaciono muy bien con las demás personas —Nico frunció el
ceño y levantó la mirada hacia el rostro de la rubia—. Tengo un cuerpo bonito y
una cara bonita con maquillaje, eso es lo que a la gente le gusta ver y yo lo detesto
—confesó sintiéndose segura en mucho tiempo—. Por eso no me llevo bien con las demás
personas. No lo necesito.
—Pero tu trabajo requiere estar entre
personas. Todo el tiempo —buscó su mirada pero Rochi veía hacia el suelo
nuevamente—. ¿Por qué trabajas en algo que no te gusta?
Ella sacudió la cabeza y las ondas
doradas danzaron alrededor de su cabeza y hombros.
—Porque es en lo único que soy buena…
—Ro, no te conozco —la interrumpió Nico
acercándose a ella—. No sé ni siquiera tu apellido o si Rocío es tu nombre verdadero
—ella asintió—. Es hermoso —la vio sonreír—. Pero una chica como tú no “sirve”
sólo para lucir bonita frente a las cámaras y para personas que no conoce. Creo
que eres una gran chica, te ves joven y pienso que lo único malo en ti es que
no has encontrado tu vocación… mejor dicho tu pasión —ella levantó su rostro
para enfrentarlo—. Yo tengo 25 años y apenas he decidido que quiero estudiar
artes, estoy iniciando la universidad. Tú con 20 años aun tienes tiempo de
elegir lo que quieres hacer de tu vida, aun puedes equivocarte y romper las reglas,
no debes a apresurarte a decir cosas como “es en lo único que soy buena” cuando
ni siquiera has vivido lo suficiente como para saberlo. Piénsalo.
Rochi soltó una sonrisa y negó con la
cabeza.
—No tengo 20 años…
—¿19?
Negó riendo.
—Tengo 23 años —se encogió de hombros y
volvió a reír ante la expresión de sorpresa en
el rostro de Nico—. Y… gracias por esas
palabras —se aclaró la garganta—. Mi nombre es Rocío Villareal, tengo 23 años y
detesto a la mayoría de las personas con las que trabajo, además que odio mi
trabajo.
Nicolás le tomó la mano para
estrecharla.
—Mucho gusto, señorita Villareal. Yo soy
Nicolás, tengo 25 años, soy estudiante de artes, detesto a las personas con las
que crecí y… me gustan los tatuajes, cualquier tipo de pintura en realidad, ya
sea en piel o lienzo —se encogió de hombros y al analizar sus palabras dichas
hizo una mueca—. Olvida eso —dijo con desagrado. Aún seguía sosteniendo su
mano—. ¿Sabes? Me haces decir estupideces.
—Pero yo no te dije que dijeras
estupideces.
—Tu presencia provoca eso, supongo —rodó
los ojos—. En fin, es un placer conocerla —y
acercó la pálida mano a sus labios para
dejarle un pequeño beso.
Rochi había conocido a cientos de chicos
pero estaba segura de que ninguno había sido como
Nico, tan… caballeroso y tan… hermoso.
—Igualmente —le contestó—. Un placer.
—Y por cierto —pasó una de sus manos por
el cabello de Rochi para acomodarlo detrás de su
oreja y con una sonrisa le dijo—. No
necesitas maquillaje para verte hermosa.
Los ojos de Rochi se abrieron
completamente pero antes de poder tener una alguna otra reacción una voz los
interrumpió.
—¿Son…? —dijo Brenda con los ojos entre
abiertos por el sueño, al distinguirlos soltó una largo bostezo y tomó el vaso
que Nico había dejado sobre la barra de la cocina—. Son ustedes — dio un largo
trago al agua hasta dejarla casi por la mitad de vaso—. ¿Saben? Estaba dormida,
pudieron haber estado teniendo sexo salvaje y no me habría dado cuenta, pero en
lugar de eso juegan a contarse el cabello, que malotes —el rostro de Rochi
probablemente no podía haberse visto jamás más rojo que en ese momento y Nico
estaba seguro de que jamás había apretado sus dientes hasta ese comentario de
la mini castaña que se encontraba ahora terminando el agua que ni siquiera
había sido servida para ella—. Son los veinteañeros más aburridos que he
conocido en mi vida —dejó el vaso vacío sobre la barra y los vio como si fuera
la niña más inocente en el planeta—. ¿Qué?
—Vete a dormir —dijo Nico sacudiendo su
cabeza—. Las niñas deberían estar dormidas a esta hora.
—Tengo 18 años así que ya soy mayor,
necesito beber agua en la madrugada y cerraré la puerta con seguro Rochi, si no
vienes ahora no te dejaré entrar —sin agregar nada más se giró sobre sus
talones para dirigirse de nuevo a las escaleras medio tambaleándose ya que aún
se encontraba
medio dormida.
Rocío volteó a ver a muchacho y le
sonrió tímidamente.
—Buenas noches —le entregó el vaso que
no había soltado—. Muchas gracias.
—De nada, fue un placer tomar agua a la
1 de la mañana con usted, señorita Villareal.
—Sólo Rochi.
—Señorita Villareal —le volvió a repetir
levantando el vaso de cristal hacia ella como si ofreciera un brindis, Ro no
entendió nada pero Nico tenía sus propios secretos—. Buenas noches.
Ella asintió rápidamente y corrió hacia
las escaleras para alcanzar a Brenda.
Cuando Brenda escuchó los pasos de pies
descalzos sobre la madera detrás de ella negó con la cabeza y lanzó un suspiro.
—Nena, si hubieras tardado dos segundos
más te habría dejado afuera y hubieses tenido que dormir con Nico muy juntitos
en el pequeño sillón —le dijo cuándo la tuvo a su lado—. Al parecer no
entendiste la indirecta.
—¿Cómo se supone que iba a saberlo?
—dijo la rubia frunciendo el ceño—. Además ni siquiera quiero eso.
La castaña rodó los ojos y ambas
entraron a la habitación.
—Creo que aun eres una niña, tienes
mucho que aprender —cerró la puerta detrás de ella y corrió hasta la cama para
dejarse caer—. Te puedo enseñar cuando quieras. Excepto hoy, tengo mucho sueño.
Rochi le sonrió y caminó sin prisas
hasta la cama, se sentó sin cubrirse con las cobijas, dudaba poder dormir de
nuevo. Además tenía una estúpida sonrisa pegada a su rostro.
Sigue...
Hasta mañana!
Besos
Lunis♥
ame el capituloooooooooo me encantoooooooooooo. besos
ResponderEliminarcreo que brenda sabe mas que los adultos jaja!!!
ResponderEliminarmassssssssssss!!! mas!!! besos!! vero
Otroooo :))
ResponderEliminarLa novela es laliter o nicochi ?
ResponderEliminarmasssssssssss
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