viernes, 11 de abril de 2014

¿Jugamos a casarnos?


Cap 30 parte 1¿¡Sí!?
Las manos de Pitt exploraron por debajo de la delgada blusa de Lali y las manos de ella se movieron hasta jalar el cordón que sujetaba el pantalón del modelo. Sus dedos se enroscaron
en el cordón y se entretuvieron un rato ahí ya que el nudo no era fácil de deshacer y menos con la
cabeza confundida y deseosa de ella.
Peter sentía los labios de La con el doble de grosor de lo que los había sentido la noche anterior, sonrió mientras la besaba, lo que le resultaba difícil. Con ambos brazos la atrajo más a él, sus brazos estaban debajo de la tela de su blusa acariciando sus omóplatos y deslizando uno de sus dedos por el borde del sostén, quería arrancárselo y… y… hacerle el amor.
Gruñó y se abalanzó hacia enfrente provocando que Lali quedara con su espalda sobre la cama y él encima de ella. Separaron sus labios y Peter juntó sus frentes, cerró los ojos intentando recuperar un poco de aire y se alejó apenas unos centímetros de ella para poder ver su rostro.
Lali tímidamente le asintió al modelo, estaba segura de querer… de quererlo con él.
Tragó y con sus pequeñas manos tomó el rostro de Pitt para que regresara a sus labios.
Se besaron nuevamente, lenguas enredándose y acariciándose. Por fin el cordón del pantalón los apoyó y se deshizo. Estaban tan cerca…
Un sonido de algo extraño los hizo sobresaltarse, no era ningún celular, o timbre. Ambos voltearon buscando el origen de aquel sonido y cuando sus miradas cayeron en la computadora de Peter comprendieron. Él había dejado el chat abierto y al perecer decenas de notificaciones le estaban llegando, una tras otra.
—Disculpa —dijo apoyando su frente de nuevo sobre la de Lali.
Ella rio y lo besó rápidamente antes de moverse para poder salir debajo de él y sentarse en el borde de la cama.
Pedro se maldijo interiormente y se levantó para caminar hasta la computadora, sus manos sujetaban el pantalón e intentaba hacer el maldito nudo de nuevo. Apoyó sus manos en el escritorio y observó la pantalla. Había links y mensajes con muchos signos de interrogación pero
los ignoró y abrió un solo link.
En cuanto se abrió la ventanilla nueva retrocedió chocando con la silla que estaba a un lado llamando la atención de Jeanne quien volteó rápidamente hacia Pitt y vio lo que lo había sorprendido.
Una enorme fotografía en donde ambos se besaban apasionadamente, sus rostros eran iluminados por luces violetas y sus manos se aferraban en ellos mismos para lograr mantenerse en pie.
—Pero…
—Woow —dijo ella, observando atentamente la pantalla de la computadora desde la cama, no era difícil, la computadora no se encontraba a más de un par de metros de ella—. ¿Así nos veíamos? —preguntó y el volteó la cabeza hacia ella como si no la conociera.
El modelo regresó la vista a la pantalla y vio lo que la castaña estaba viendo, no era una foto de un simple beso, era una foto de ellos dos en un gran beso, un beso lleno de amor, un beso que quería compartir toda su vida con ella.
Lali se levantó de la cama y observó la habitación buscando algo que ponerse, sus ojos cayeron en una camiseta azul con el logo de la compañía de los padres de Pitt que estaba sobre una silla en una esquina de la enorme habitación. Caminó hasta la silla y tomó la camiseta para pasársela sobre la cabeza y cubrirse, cuando se vio se acordó de Brenda, ella siempre vestía así para dormir, ropa interior y una camiseta de hombre que le había robado a Pablo.
—¿Qué es todo eso? —preguntó La detrás de Pitt.
Él se sobresaltó al escucharla detrás de él, volteó un poco hacia ella y le sonrió.
—Nos tomaron estas fotos anoche —los ojos de la castaña se agrandaron.
—Eso significa que estamos por todo internet ¿no?
—Sí, y seguramente en las revistas de chismes y los estúpidos programas también — suspiró y se volteó a ella completamente dándole la espalda a la pantalla, no es que no quisiera ver aquellas fotos que le traían agradables recuerdos, pero esas fotos le iban a traer problemas a él y desde luego a Lali.
Al instante de verla le sonrió pícaramente.
—¿Por qué esa sonrisa? —preguntó la castaña.
—Traes puesta mi camiseta de la suerte —sus manos buscaron las caderas de ella y la atrajo hasta él pegándola a su pecho. Le susurró al oído—. Me pregunto si me traerá más suerte por el hecho de que tú la tengas puesta.
Ambos rieron.
—Lali—suspiró en su oído y luego se alejó para poder verla a los ojos—. No sé sí es el momento correcto o no pero no puedo pensarlo más sin decirlo —los ojos castaños de la muchacha lo observaban fijamente esperando escucharlo—. Te amo. Te amo y no lo quiero callar. No quiero quedarme de brazos cruzados y perderte por segunda vez. No sé si suena cursi y honestamente no me importa, pero estoy feliz porque te tengo aquí, en este momento, porque te puedo decir lo que siento y sé que tú sabes que es verdad. Y porque te amo te prometo que arreglaré cualquier malentendido.
Los ojos de Lali se empañaron e inclinó su cabeza para que Peter no la viera a punto del llanto, reposó su frente en el pecho desnudo de él y envolvió sus brazos alrededor del muchacho que aún seguía queriendo como la primera vez.
—Sólo dime que me aceptas —le susurró Pedro en tono suplicante—. Por favor.

—Te acepto —musitó contra su pecho.

Sigue...
 Hasta mañana!

Besos 
Lunis♥

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