domingo, 11 de mayo de 2014

"Entre lineas" capitulo 15

Poli.
Después de ordenar un desayuno por servicio a la habitación casi al medio día, le envié un mensaje a Agus y Vico para ver que podíamos hacer esta noche, sé que ninguno de ellos
me responderá hasta dentro de varias horas. Tengo un ligero síntoma de resaca esta mañana; pudo haber sido peor. Creo que mi adrenalina durante y después de la reunión con Paula quemo de golpe todo el alcohol de mi sistema. Lo último que necesito esta noche es más de
ella. Una noche de chicos me ayudaría. Cuanto más pienso en Lali y Pedro yéndose anoche, más sospechoso de ellos, o al menos de él. No lo conozco nada aún. Él no puede estar compitiendo por Lali, considerando que él se la pasa con Paula, también. Francamente, no estoy acostumbrado a competir por la atención de una chica, en absoluto. Debería encontrarlo emocionante. Pero no lo hago.
Agustín  me llama media hora más tarde. —Primero que nada, maldita sea, no me dejes beber mucho otra vez, y segundo, me anoto para una noche de chicos. Si tengo suerte 6, quizás no regrese con ustedes al hotel.
Sí, como sea. Ya le envié mensaje a Victorio… no tengo el número de Pedro, pero supongo que lo invitaremos —De ninguna manera lo dejare con Lali toda la noche.
Él es mi vecino; me vestiré y le preguntaré.
Perfecto. Tengo el presentimiento de que Paula sospechara que la  invitación viene de mí; No puedo imaginar a Paula diciéndole cosas buenas sobre mí. Sé que no terminamos en los mejores términos, pero no tenía idea de que fuera a comportarse tan hostil. —Genial. ¿A las ocho? ¿Nueve?
Agus dejó escapar un gemido de resaca. —Nueve. Tenemos el día libre mañana.
Voy a llamar a Bob para hacerle saber que necesitaremos un guarda espalda y un auto, posiblemente autos separados de regreso —Traeré a alguien conmigo, de eso estaba seguro. Emma estaba resultando ser más difícil de lo que creí que sería, y necesito alguien que me quite las ansias.
Cuando nos encontramos en el vestíbulo a las nueve, Bob y Jeff están esperándonos para llevarnos hasta el auto. Agus fue el último en bajar. Solo.
—¿Pedro se reunirá con nosotros más tarde?
Me dijo que se quedaría aquí esta noche.
Me detuve antes de hacer una rabieta en medio del vestíbulo. —¿Qué?
Dice que aún se está recuperando de la noche anterior y que se quedara aquí —Mentiroso. Él fue quien menos bebió anoche. Agus me palmea el hombro y sigue caminando—. Vamos, amigo. ¿Cuál es el problema? Vámonos.
No tengo más remedio que seguirlo. Los paparazzi son manejados hábilmente por Bob y Jeff y dos minutos más tarde estamos dentro de auto, dirigiéndonos hacia un bar que Agus había escuchado.
—¿Que harán las chicas? —Esto no salió como yo lo había previsto, pero por suerte a Agustín no le importaba.
Me encontré con Paula y Eugenia temprano, estaban planeando una noche de chicas. Paula quería sentirse libre, sin chicos mirándola todo el tiempo. —Él tuvo el descaro de guiñarme un ojo al ver mi alivio de saber lo que Lali haría esta noche. Aunque esta información no ayudaba a mi objetivo.
Vico nos miró a ambos. —¿Qué está pasando entre ustedes dos?
Nada, hombre —Compartí una rápida mirada con Agus y nos encogimos de hombros—. Nosotros tuvimos algo, hace años, y ella aparentemente no lo supero.
Vico lanzó su puño al aire, sonriendo. —Así debe ser siempre, dejarlas queriendo más.
No le dije que querer más no era exactamente lo que había entre Paula y yo.

Lali
Mi resaca se ha ido, pero necesito una noche tranquila.
Estaba planeando una larga conversación con Candela, pero ella tiene una cita con un chico que trabaja en
Abercrombie, está a unas puertas de Hot Topic, donde ella trabaja. (Señalé que él es un chico sin potencial a una relación seria, pero ella no apreció mi comentario). Ha pasado por un largo periodo de sequia, y la
posibilidad de comenzar su último año del instituto sin novio y sin pretendientes a la vista es intolerable.
Había mucho más en mi plan de relajación que pasarme en la cama con un persistente dolor de cabeza. Mi padre y Malvina llegarían mañana y estarían en Austin por cinco días. Necesitare de todas mis fuerzas para hacer frente a días agotadores de grabación y el estrés de tenerlos cerca al mismo tiempo. Sería demasiado esperar que ella se mantenga al margen. Malvina no lo hará.
Me he excluido de la vida nocturna en Austin esta noche, los chicos salieron solos, y las chicas en otro grupo. El servicio de habitaciones me trajo una ensalada de espinaca y por televisión veo videos musicales, con el volumen bajo. Sintiéndome inquieta, vagué hasta el pequeño balcón que daba a la calle y me apoyé en el barandal de piedra, mirando el gran cielo oscuro, donde apenas podía observar unas cuantas estrellas. Escucho las risas de las personas en la calle, e incluso a lo lejos, puedo escuchar una conversación y unas risas. ¿Y huele a cigarro?
Hola, Lali —Peter estaba en el balcón de al lado, apoyado en la barandilla, fumando. Sus ojos, encontrándose con los míos, son oscuros y distantes.
Oye, pensé que salías con los chicos.
Sus ojos brillaron de repente, y él apartó el cabello que caía sobre su frente, exhaló un poco de humo que se dispersó en varias direcciones. — Decidí quedarme está noche.
Asentí. —Yo también.
Él tomó otra calada y bajó su mirada hacia la calle, hacia el ruido y los remolinos de colores. Él no dice nada, y aunque tengo curiosidad por la llamada que interrumpió nuestra caminata temprano, no puedo encontrar una manera de sacarlo casualmente a colación. Regrese a mi habitación, sin desear interrumpir sus pensamientos. Consideré arrastrar una de las sillas al balcón para leer, pero si Peter aún está en su balcón, sería incómodo.
Después de leer el menú de postres y convencerme a mí misma que ordenar una rebanada de pastel de chocolate me haría daño, agarré la novela que compré esta mañana y me senté en la cama. Mi estómago gruñe protestando, mascullé entre dientes, ―Cállate. Siento el placer familiar de saltar página tras página al leer, el crujido de las hojas y el olor de la tinta. Y luego, estuve a punto de saltar cuando el teléfono sobre el buró comenzó a sonar fuertemente.
—¿Hola? —respondí, mi corazón late rápido, buscando el volumen en el teléfono para disminuirlo.
—¿Lali? Soy Peter. Yo, uh, no tengo tu número móvil…
Oh.
Entonces… Pedí un pastel de chocolate al servicio de habitaciones, y es más monstruoso de lo que parecía en el menú… y estaba pensando que podíamos compartirlo. Si tú quieres. Entiendo si deseas estar sola.
Sonreí, después de haber planeado pasar una noche exactamente así, igual como correr por la mañana sola, esos planes cambiaban rápidamente.
Estaba convenciéndome a mí misma que no necesitaba comerme ese pastel… pero supongo que si es compartido, no cuenta realmente.
Exactamente. Estaré allí en un minuto.
—¿Puedo ordenar café? —Quizás no sería conveniente beber café cerca de las diez de la noche, cuando tengo intenciones de dormirme temprano… pero no puedo resistirlo.
Suena bien.
Llamé al servicio a la habitación y luego corrí hacia al baño para lavarme los dientes. Tuve el tiempo justo para limpiar mi boca con la palma de mi mano cuando Pitt tocó la puerta. Cuando abrí, él sostenía dos
tenedores y la rebanada de pastel más grande que he visto nunca. —Wow. Esa cosa es enorme.
Sí. Es básicamente un pastel entero —Él pasó una mano a través de su cabello y un par de mechones quedaron hacia arriba. Estaba descalzo, vestido con unos jeans desgastados y una camisa con el nombre de una banda indie vagamente popular. Cande sabía de eso.
Arrastramos las sillas y un buró hacia el balcón, donde tomamos y comimos de la misma rebanada sin repartirla. El lejano sonido de la noche del sábado flotaba desde las calles. Después de unos minutos de comer y suspiros de satisfacción, Peter me preguntó porque quise interpretar a Lizbeth Bennet, regresando a la conversación de la mañana, antes de ser interrumpidos por la llamada.
—¿Qué chica no querría hacer una adaptación de Orgullo y Prejuicio? cuestioné.
Qué respuesta tan misteriosa —señaló, arqueando una ceja. Él bebió otro sorbo de café, esperando, recostándose en su silla, mirándome fijamente con sus largas piernas extendidas.
Subí mis rodillas sobre mi silla, recargué mi cara contra ellas. —Bueno, como la mayoría de las chicas que han leído el libro, adoro a Elizabeth Bennet. Ella es una heroína, con carácter fuerte e independiente, inteligente, leal, pero al mismo tiempo no es perfecta, no está por encima de los errores, o de enamorarse.
Él asintió. —Entonces, tan pronto como supiste sobre la película, sabías que tenías que hacerlo.
Wow, él es bueno.
No exactamente. Es decir, yo no soy Elizabeth Bennet, después de todo. Es Lizbeth, una versión americana. Y algunas de las líneas del guion… supongo que estoy demasiada obsesionada con algunas cosas, y Jane Austen es una de esas cosas.
Bastante bien. Así que, ¿Cuándo leíste por primera vez Orgullo y Prejuicio?
Aquí vamos. —No lo sé. Fue el libro preferido de mi madre. Recuerdo que lo leía en voz alta para mí cuando era niña —Mis entrañas se revolvieron y le eché la culpa al pastel con tanto azúcar y al cargado café. Evadía este tema tanto como me era posible. Podía hablar esto con Peter, pero no ahora. Aún así, quería decírselo.
Entonces, ¿Qué piensa ella de esto? ¿Quiere que hagas la película, o está obsesionada con Jane Austen, también?
Aquí vamos, aquí vamos, aquí vamos. Miré las uñas en mis manos. —Ella murió cuando tenía seis —Las palabras fueron sacadas rápido, pero suavemente, y quería decírselo todo, a pesar de que no podía decirle más, porque estaba a punto de caerme a pedazos y comenzar a sollozar. Mi padre y la manera en que nos alejamos después de perderla. Mi incapacidad de tener una infancia normal, porque he estado delante de una cámara, fingiendo ser otra persona desde que ella se fue. Malvina y la manera que siempre espera ser el centro del universo. Y está bien. Realmente no me importa. Pero algunas veces, no quiero estar cerca de ellos.
Peter no hablo hasta que levanté la mirada. Sus ojos me miran fijamente, no se desvían, es incómodo que los míos estén llenos de lágrimas.
Lo siento, Lali —dice.
Asentí, tomé un gran respiro y tomé una servilleta cerca del plato casi vacío para secar las lágrimas. —Gracias.
Nos sentamos afuera por un largo tiempo, eventualmente hablamos sobre otros trabajos que hemos hecho. Le habló sobre el director del comercial de jugo de uva, y él me platica sobre una atractiva famosa de cuarenta y tantos años con la cual trabajo en un filme independiente, y como se presentó en su camerino con sólo una bata y nada más.
—¿Quiero saber cómo supiste que no tenía nada más?
Él hizo una mueca. —De la manera exacta en la que estás pensando.
Oh… entonces, ¿Tú…?
Umm, no, le dije que tenía que levantarme temprano, y ella dijo: No tienes que tener miedo, Peter y le conteste, por supuesto, algo como, Oh, no, realmente estoy cansado. Y cuando no abrí la puerta el día
siguiente. Ella se hizo a la idea de que no quería nada.
Wow.
Sí —dijo, riendo—. Casi necesite terapia después de esa noche.
Terminamos sentados en mi cama, con diez o más centímetros entre nosotros. Cuando me desperté a las cuatro de la madrugada, él se había ido.
Las sillas estaban dentro otra vez, la puerta del balcón cerrada y bloqueada.
El edredón me cubría como un capullo, y había una nota en el buró.

Gracias por ayudarme con el enorme pastel.
Estaré en el vestíbulo a las seis, si quieres correr.
Peter.


Puse la alarma en mi teléfono a las 5:40.

5 comentarios:

  1. Yo ya leí este libro pero esta genial que lo hicieras en adaptación me gusto mucho.. Estoy por subir una adaptación; soy nueva en esto para si puedes leer.

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  2. Quiero saber q plane y quiere peter! Es tan misteriosoo
    Maass

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  3. me encantaaaaaaaaa quiero massssssssssss

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  4. Me encanta .
    Quedan d una vez a otra ,y siempre como cómplices me parece a mi

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