Poli.
La mayoría del cast fue a Kenichi por
sushi. Hasta el momento, Austin no ha sido tan malo como asumí que podría ser,
aunque la mayoría de la ciudad es mucho más tranquila y relajada que las partes
de Los Ángeles que suelo frecuentar.
Una pequeña mirada a Lali me dice que
ella está aún adaptándose a la conmoción que nos rodea cuando aparecemos en
algún lugar. Anoche, Ritcher y Leslie Neale se nos unieron, agregando más
locura. Leslie interpretara a la Sra. Bennet, cuenta con una impresionante
carrera cinematográfica que abarca casi cuarenta años. Aun así, ella es sin
duda sexy, y famosa por sus películas románticas (muchas con hombres protagonistas
más jóvenes que ella) como por su capacidad profesional. Los tabloides la aman.
El personal del restaurante está bien
entrenado para atender a las celebridades, o ellos han sido advertidos de
mantener su compostura. El efecto sobre los clientes es una historia diferente.
Los teléfonos celulares sobresalen sobre las mesas, se escuchan los susurros de
persona a persona a nuestros lados. Típica reacción de la multitud hacia alguna
celebridad. Pedro y Paula están detrás de Victorio, Agustín y yo en el fondo,
Mariana y las otras chicas delante de nosotros. No he mirado a Pedro con Lali,
así que no estoy seguro de si ellos se conocen. Si Lali se fue del club con
Pedro, o alguien más, fue jodidamente discreta, porque nadie parece tener la
menor idea. Doy un paso hacia adelante, hacia ella, —Hola, Hermosa —mis manos se colocan en su espalda. Ella levanta la mirada,
un suave rubor se extiende por sus mejillas. La habitación de inmediato
comienza a especular sobre nosotros. Lo puedo sentir. Nos condujeron a través
del restaurante hasta una larga mesa, quitaron las que estaban alrededor,
frente a varias televisiones. Es un poco privado, hablando coloquialmente, pero
somos visualmente llamativos. Tomé el codo de Lali y la dirigí hacia una
esquina, y Emilia se sentó a su lado. Richter tomo uno de los extremos con Leslie
Neale a su derecha, y Vico tomo el otro extremo, cada uno se sentó. Pedro se
sentó al lado de Paula, frente a nosotros. Él le sonrió a Lali, lo cual me hizo
saber que ellos definitivamente se conocían.
El personal del restaurant fue
profesional, nos saludaron cordialmente mientras entregaban los menús y
ordenábamos las bebidas. Mientras Richter y Leslie estaba ordenando, Vico se
inclinó hacia nosotros y preguntó, — ¿Qué vamos a hacer
después?
—He escuchado de
un buen lugar donde tocan blues por aquí — respondió Agus.
Emi lo miró con escepticismo, — ¿Te
gusta el blues?
—Me gusta la
música, especialmente la música en vivo.
—¿Tocas algo?
—ella esperaba molestarlo.
—Toco la
guitarra —respondió—. Lo suficiente para ser un experto.
—Pitt toca la
guitarra —dice entonces Pau, y desde mi punto de vista parecía como si tuviera
una mano debajo de la mesa—. Él es increíble.
—Oh —dije en voz
baja a Lali—. Parece que Paula ya encontró su presa para esta película —Ella
parecía confundida, así que le expliqué—. Tu sabes… tiene un chico para cada
filme. No estoy seguro de que sea una regla, pero definitivamente ya encontró
al chico —Esto era un chisme, no un hecho, pero bueno, yo no lo origine.
Su voz fue igualmente baja, —Eso es,
umm, como algo espantoso.
Reí, — ¿Tú crees?
—¿Qué? —Paula
bebió de su cerveza japonesa, sus ojos se entrecerraron hacia mí. Lali se tensó,
observo la expresión de Pedro a través de la mesa.
—Nada, nada,
estamos hablando de nosotros —dije—. Estábamos preguntándonos quien toca mejor
la guitarra… Agus o Ped... Peter
Paula arqueó una de sus cejas y
entrecerró aún más sus ojos. — ¿Cuál es el veredicto?
—Bueno, yo nunca
he escuchado tocar a Peter, así que no he podido decidir.
—Quizás deberíamos
organizar una competencia en mi habitación más tarde —sugirió Paula—. Ambos
podrían tocar para nosotros.
—Suena genial
—dice Agus—. Pero no traje mi guitarra en este viaje. Olvide mi computadora,
mis lentes de contacto, diablos, con esfuerzo recordé ponerme pantalones —Lali rio
suavemente a mi lado. Ella era tan maldita linda que apenas podía soportarlo.
—Puedes pedírsela
prestada a Pitt —dijo Paula, dirigiéndose a Pedro después de eso—. ¿Está bien?
—Claro, no hay
problema —Él no dice nada más. Debe de estar durmiendo con él—. Llamémoslo una
sesión de improvisación, en lugar de una competencia.
—Ya sabes, si no
es una competencia, no puedes ganar —agregó ella, y escuché ese comentario como
una indirecta dirigida a mí, el nombre de Mariana pasó en mi mente.
—Ganar está
sobrevalorado —respondió él.
—Uh —dijo Lali,
y Pedro la miró fijamente. ¿Cuatro? Murmuró, y ella
sacudió su cabeza, pero trataba de no sonreír. Tres, él apenas movió su boca, y
ella rodó sus ojos y murmuró: De acuerdo. Umm, ¿Qué? Miré a Paula para ver si pensaba igual que yo, sus ojos viajaban
como dardos entre ellos. Lali y Pedro no volvieron a mirarse entre ellos por el
resto de la comida.
Lali.
Paula sugirió que todos hiciéramos un minibar con
las botellas de licor que pudiéramos encontrar. Su habitación, como era previsible,
era aquella donde vi a Peter entrar en mi primera noche en Austin, menos de una
semana tras, cuando no sabía quién era él. Ahora nos estábamos convirtiendo en
amigos, pero él no me ha dicho nada sobre Pau.
Llamé a Cande cuando fui a cambiarme a
mi habitación un par de horas más tarde, —Parece un chico lindo…y ella parece una
pequeña Malvina.
—No lo conoces lo
suficiente para poder saber si es un buen tipo. No sabes si ellos solo pasan el
tiempo juntos, y quizás sean sólo amigos, ¿tengo razón?
—Sí.
—Él es un chico, La.
Piensan diferente a nosotros. Puedes apostar a que fue un chico quien invento
esa cosa de amigos con beneficios. Aunque si Victorio D’ Alessandro aparecieran
en mi puerta y me dijera: ― ¿Dónde está tu habitación? Te apuesto que diré:
―Justo arriba de las escaleras. Pero ya sabes, no seríamos amigos. Sólo sería
beneficio.
Sacudí mi cabeza. Cuando se traba de
chicos, Candela es la persona más precavida con respecto a tratar a un hombre.
Aunque es irónico, porque una vez que ella tiene una cita, ya está enamorada.
Ha tenido su corazón roto en dos ocasiones, y mantenerme al margen fue algo
duro para mí. —Bueno, al menos tú ya tienes tus normas. Te voy a poner el alta
voz porque voy a vestirme para este desafío de guitarras.
—¿Que usaras para
una pequeña reunión?
—Paula sugirió que
fuera una pijamada —Lancé el teléfono a la cama después de encender el
altavoz y ajustar el volumen.
—¿Que es lo que van
a hacer esos chicos? Y por otra parte, si todos esos chicos hermosos estarán allí,
¿Por qué no estoy invitada?
Gruñí. —Can, concéntrate. No tengo idea
de que haremos, más allá de tocar la guitarra. Nunca he estado en un grupo con
tantas personas de mi edad. Siempre he sido deliberadamente excluida de los
otros actores, ya que siempre soy varios años menor que los demás —Me
puse de pie frente al espejo, sosteniendo una camisa rosa y una blusa sin
mangas negra, sin decidirme por ninguna—. Además, sabes que si estuvieras aquí, te
llevaría.
—Está bien, estás
perdonada. ¿Qué tal unos pantalones Capri?
—Bien —Saqué
un par de pantalones de un cajón y los desdoblé—. Son rosas con lunares negros.
¿Es muy infantil?
—No, perfecto. El
rosa y negro se ven muy retro, muy moderno. Ponte tu blusa de tirantes y estás
lista para ir —Me vestí mis pantalones, dejándolos un poco sueltos, y
luego me puse mi camisa por encima de mi cabeza. Me miré el espejo. Bien.
—Can, eres un genio.
—Sí, sí. Envíame un
mensaje cuando regreses a tu habitación, quiero saberlo todo.
—Eres una perra
chismosa, Can.
—Oye, deberías estar
feliz que sólo quiero un mensaje y no que te pongas frente a una webcam… espera
un momento, eso me da una idea…
— ¡Adiós, Cande! —reí,
sacudiendo mi cabeza.
—Recuerda el mensaje
—su voz venía desde la cama—. ¡No lo olvides!
— ¡No voy a
olvidarlo! Sabes que te cuento todo. Te extraño.
—Te extraño,
también.
Cuando pasé frente a la habitación de
Peter, él salió con su guitarra en la mano y una botella de tequila en la otra,
lo que me recordó que mis manos estaban vacías. —Oh, olvide… —dije, girándome
de regreso.
—Lleva tú esto
—Él me dio el tequila—. Debería ser suficiente de nuestra parte —Él vestía un
par de pantalones de pijama holgados como la otra noche, junto con una camisa
gris.
Estaba a punto de entrar en una habitación
llena de chicos de mi edad, todos vistiendo pijamas y preparados para beber.
Eso era una dosis grande de pánico. — ¿Que vamos a hacer exactamente?
Él se encogió de hombros, —Asumo que
Agustín y yo daremos un poco de entretenimiento musical. Y luego, no sé. Sentarnos
y platicar, supongo.
Platicar. Muy bien.
Gracias a Candela, no me perdí de todas
mis experiencias adolescentes. Me había colado a algunas fiestas con los amigos
de Can, donde había un barril, o los padres de alguien no habían cerrado el
mueble del bar, o había ido a lugares donde una falsa identificación era
suficiente bueno para que nos dejaran ordenar una cerveza o una botella de
vodka. Platicar no es lo que siempre se hace en reuniones de adolescentes. Pero
este era un grupo pequeño, y no teníamos que grabar más escenas mañana. Las
cosas no podrían salirse de nuestras manos, o esto se podría demasiado feo.
Nos detuvimos frente la puerta de Pau y
tomé una respiración profunda. Peter me tocó el brazo. —Oye, no te estreses. Me
aseguraré que llegues a tu habitación a sana y a salvo. Bueno, tan sana y a
salvo como sobrevivas a esto —Él señaló la botella en mi mano.
—Todo está bien
—Sólo esperaba que un extra de alcohol más Pablo Martínez en la misma
habitación no fuera igual a una posible humillación.
—¿Lista?
—Asentí, Peter tocó la puerta, justo como un par de noches atrás. Agus abrió, y
Peter dio un paso atrás, sonriendo—. Primero las damas.
masssssssssssssss por favorrrrrrrrrrrrrrrrr me encantaaaaaaaaaa
ResponderEliminarMás me encanta!!
ResponderEliminarK considerado es Peter con Lali.
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