Nico llegó anoche. Recoger personas en el
aeropuerto estaba comenzando a sentirse como un segundo
trabajo. Vicose unió en el camino y todos fuimos por una cena
tardía, luego regrese a mi habitación para planear el viaje a
Guadalupe, un viaje del cual Bob no estaba muy feliz. Él vino a mi
dormitorio para decirme que enviaría a Jeff y otro tipo de seguridad con
nosotros. —Si alguno de ustedes se ahoga, es mejor que sea ese chico —dijo, señalando
a Nico.
—¿Qué diablos te
pasa, hombre? —John parpadeó. Bob le gruñó mientras se marchaba de la habitación.
Para ese punto, nosotros ya teníamos
abierto nuestro suministro de whiskey y Vico llegó unos momentos
después. Agus se unió a nosotros alrededor de la media noche, después de
alguna actividad que nosotros no queríamos conocer, de todas maneras él
nos diría en donde estaba. Hablaría de eso toda una hora si le
preguntábamos.
Tenía la intención de despertarme
temprano para ver a Lali antes de irnos, pero el nivel de embriaguez que
tenía y el hecho de que hasta las tres de la madrugada todos se marcharon de mi
habitación, eso no ocurrió. Le envié un mensaje una vez que estábamos
en camino, y ella me respondió cuando estaba en el almuerzo. Estoy
menos preocupado sobre competir con Pedro ahora que la he besado. Aunque él
fue un digno rival, sin embargo.
Especialmente si esto pareció poco
intencional:
Poli: Voy a darme un chapuzón con
Vico, Agus y un amigo que vino desde casa. Pensé en decírtelo y no
simplemente desaparecer.
Lali: ¿Qué clase de chapuzón?
Poli: Básicamente es conseguir un gran
bote inflable y deslizarse río abajo. Definitivamente te traeré la
próxima vez.
Lali: Sueña peligroso…
Poli: Nop. Sólo divertido.
Lali: De acuerdo. Diviértete.
Alquilamos tres cabañas y seis botes, y
compramos tanta cerveza como pudiera caber en los refrigeradores. Si
hacíamos esto, no tendríamos por qué preocuparnos por volver a conseguir
cerveza. Nuestros guarda espaldas asignados, Jeff y Ricky, están menos
felices de lo que Bob estaba con muestra excusión improvisada. A pesar de que
ellos no tienen prohibido beber en el trabajo, nosotros les aseguramos que no
nos importaba que bebieran con nosotros. Además, ellos son adultos y
pueden comprarnos más cerveza.
—¿Cómo siquiera
sabes de todo esto? —pregunta Agus, mientras nosotros serpenteamos a través de una
pequeña tienda, todos usamos sombreros y lentes de sol, agarramos
sandalias, bloqueador solar y lo echamos en una pequeña canasta de
plástico.
—Conocí a
alguien que vivía en Austin. Los locales hacen esto por diversión durante el verano… pensé que
nosotros bien podríamos intentarlo mientras estamos aquí, ¿no?
Paula es ese alguien. Hace un tiempo
ella me contó historias sobre sus hermanas mayores, quienes planeaban
viajes al río con sus amigos cada verano, ―Ellas beben cerveza todo el día
y bajan el río en botes inflables, coquetean con chicos, y luego todo el
mundo se reúne en una fogata, donde mis angelicales hermanas se
convierten en zorras y se acuestan con cada chico lindo al que ven.
—Suena divertido
—dije, y ella me dio un puñetazo en el brazo.
—¡Ay! —Estábamos
viendo un película en mi camerino, algo tan aburrido que había hecho que pasáramos
todo el tiempo besándonos. A los catorce y quince, nadie sabía quiénes
éramos, pero nosotros queríamos la fama, el reconocimiento de la industria,
y estábamos dispuestos a trabajar duro por tener nuestro lugar allí. La
película era un filme que finalmente sería un fracaso, pero eso no nos importó a
nosotros.
Ella se inclinó y besó el lugar que
había golpeado. —No quiero que te acuestes con un grupo de chicas
—Echándose hacia atrás, ella hizo un puchero, una expresión que, en ese
momento, me derretía cada vez que ella lo hacía.
—No quiero otras
chicas —dije.
—No quiero otros
chicos —respondió, acercándose.
—Bien —La besé,
tirando de ella en mi regazo, mis manos vagando debajo de su camisa mientras las suyas
se deslizaban debajo de la mía.
Quizás esa fue la primera vez que
nosotros pasamos a segunda base.
La conversación fue algo como esto: —¿Crees
que deberíamos…?
Me miró por un largo momento antes de
asentir. —Sí.
Lali
Estamos filmando en la casa de los Bennet
nuevamente. Peter y yo tenemos la primera escena. No sé
cuando regresó a Austin, sólo que no he sabido nada de él en
estos dos días y medio desde que me besó. Mientras tanto, las
fotos de Poli y yo en el concierto se han esparcido como si fuera un virus, y
considerando el silencio de Peter, parece suficiente claro cómo se siente
al respecto.
La cocina está llena, entre gente que
trae diferentes desayunos y aperitivos, los miembros de producción
están alrededor de la comida, discutiendo sobre ángulos de cámara y
diseños de escenas y los actores toman uno que otro emparedado entre
grabaciones. Más de una vez he salido de la cocina para ir al área de
sala, donde hay menos multitud y ruido, pero al menos me mantiene oculta de las
miradas curiosas de la gente, y sé exactamente porque estoy nerviosa.
No espero ver a Peter mientras mis
emociones son una montaña rusa, como si tuviera que hacerle frente
a un pelotón de fusilamiento. Estoy tan nerviosa y con nauseas como se
podría estar después de cuatro tazas de café. No puedo controlarme, cuento hasta
cinco cuando finalmente escucho su voz en el otro salón, para
trabajar juntos.
Fallaré. Vergonzosamente.
Él gira en la esquina, sus manos en sus
bolsillos, hablando con Richter, vistiendo jeans y un botón de su camisa
arrugada desabrochado, con las mangas remangadas y empujadas hasta sus
codos. Corriendo una mano a través de su cabello, mira alrededor de
la habitación, sus ojos no se detienen en nada o nadie hasta que me ve. Su
expresión es indescifrable, asiente con la cabeza en mi dirección y se gira de
regreso a Richter.
—Ve a maquillaje
—Le dice Richter—. ¿Quince minutos?
—Claro —No lo
veo otra vez hasta el momento que estamos frente a la cámara.
No reconozco a Graham cuando él regresa.
Mi preocupación de que no pueda interpretar al ridículo Bill
Collins fue totalmente equivocada. Su cabello esta peinado hacia atrás con gel
y usa pantalones color caqui pulcramente planchados, una camisa de
golf —fajada—y un par de gafas de marco dorado con lentes esféricas. Su
caminar y gestos son tímidos, pero improvisados. Él es perfecto.
Filmamos la absurda propuesta entre Bill
y Lizbeth. La asistente de producción nos da instrucciones de la
escena y nosotros escuchamos sin mirarnos el uno al otro. Peter no me ha
dirigido una mirada después de aquel breve saludo, aunque estará
obligado por un contrato a no ignorarme en un par de segundos. Me había sentido
cómoda haciendo esta escena una semana atrás, antes de que me
besara, antes de que desapareciera y regresara para no dirigirme la palabra.
—Acción —dice
Richter.
INT. Cocina Bennet – Día
LIZBETH está colocando la vajilla en el
lavaplatos mientras Bill entra en el comedor con una pila de
platos sucios.
BILL
Lizbeth, tengo algo que preguntarte.
LIZBETH (Quitándole los platos, enjuagándolos en
el fregadero)
¿Sí?
BILL
Como tú sabes, soy una parte integral de
la firma Rosing, con una lucrativa carrera por delante.
LIZBETH (Rodando los ojos)
Sí, ya lo has dicho.
BILL
Mi jefa, la Sra. DeBourgh, cree que un
hombre en mi posición debería tener un hogar establecido,
hablando domésticamente.
LIZBETH frunce el ceño.
BILL
Así que, te pido, Lizbeth Bennet, que te
cases conmigo.
LIZBETH girándose para enfrentarlo,
dejando caer un plato en el fregadero que se rompe. (La expresión en
el rostro de Peter es tan precavida que tengo dificultades
para permanecer en el personaje Bill Collins se supone que
debe ser cómico. Peter parece… enojado)
LIZBETH (Incrédula)
Pero… Pero… Estoy en el instituto.
(Estoy determinada en tener una incrédula expresión patética. Trató
de concentrarme en sus ridículas gafas, el estúpido cabello
peinado hacia atrás, cualquier cosa. Nada funciona.)
BILL
El compromiso no será oficial hasta que
tú tengas dieciocho, pero esto no tiene por qué impedirnos
comenzar los planes. (Él suena demasiado convincente para ser el
idiota Bill Collins; incluso su voz nasal está ausente.
Richter va a notarlo; Todo el mundo va a notarlo. Repentinamente,
estoy furiosa.)
LIZBETH (Atónita)
¿Estás loco?
BILL (Riendo despreocupado)
Todas las chicas bromean con eso. ¡Es
casi imposible que un hombre no sepa en dónde se está
metiendo! (Y yo me sonrojo nuevamente…)
LIZBETH (Horrorizada)
No estoy bromeando. Si hice algo que te
ha hecho pensar que estoy interesada, bueno, lo siento. Mi
respuesta sigue siendo no.
BILL
No tienes que preocuparte por elegir el
anillo, por si acaso. No lo que comprado aún porque quería
asegurarte que sería a tu gusto.
LIZBETH
Ni siquiera me conocías un mes atrás.
¿No has considerado la posibilidad de enamorarte de alguien
antes de venir aquí? (Mi voz se quiebra y no puedo dejar que mis
labios paren de temblar. Maldición.)
BILL
Es cierto, yo no te conocía, pero tengo
toda la intención de compensar la mala gestión de mi padre en
Bennet Inc, conectado, legítimamente, contigo. Sabía que eras
hermosa. Estaba seguro que sentiría una conexión. Y así fue.
(Peter esta mirándome a los ojos, y tengo problemas recordando
mis líneas.)
LIZBETH (Salpicando agua jabonosa en el
fregadero)
Esto es una locura. No voy a casarme con
nadie, ciertamente no contigo.
—Corte —dice
Richter, y noto que él no está nada feliz. Él mira a Peter y a mí, su mano sobre su boca,
como si quisiera asegurarse de no decir nada hasta saber exactamente lo
que quiere decir—. Todo el mundo fuera, menos Lali y Peter pueden irse,
regresen en cinco minutos — Mierda—. Pensándolo bien, en diez. —Oh,
mierda.
Nuestro director apoya una cadera en una
mesa y cruza sus brazos sobre su pecho, mirándonos a nosotros.
Me imagino que así es como se siente ser llamada a la oficina del
director por pelear o hablar en clases. Peter y yo miramos en todas partes, pero
no a Richter o al otro.
—Entonces, Peter —comienza Richter—. ¿Notaste que tu chico es un personaje tonto y superficial?
Peter asiente, cruzando sus brazos
sobre su pecho, también. Respuesta defensiva, como cualquier
actor sabe.
—Entonces, ¿Qué
pasa con esa mirada inquietante? Estás en este lugar para interpretar a un chico superficial
y poco inteligente. Y ahora, él mira a Lizbeth como si estuviera decidiendo
patear una silla a través de la habitación o lanzarla sobre su hombro y
retirarse a su caverna.
Me sonrojo otra vez —lanzarla sobre tu
hombro—y Peter esta en silencio por un minuto completo.
—Lo sé. Lo
siento —responde, descruzando sus brazos, una mano agarrando el mostrador mientras con la
otra corre por su cabello, deteniéndose cuando nota que su cabello
tiene gel para mantenerlo hacia atrás—. Si pudiera tener un par de
minutos, entraré en el personaje. Estoy algo desconcentrado hoy.
—De acuerdo.
Diez minutos. Estate listo para volver a regrabar, pero déjame saber si necesitas más tiempo.
Peter asiente y sale de la habitación
si mirarme.
—¿Todo está bien
entre ustedes? —pregunta Richter cuando Peter se fue.
—Sí —¿Qué más
puedo decir?
—Bueno. Creo que
tú estabas respondiendo en la misma dirección que Peter en la última toma. Recuerda que
Lizbeth no está enojada. Ella está sorprendida e incrédula.
—Lo sé. Voy a
hacerlo mejor en la próxima toma. Lo siento.
—Toma un par de
minutos y después volveremos a intentarlo.
Filmamos la escena de nuevo, y Peter está completamente dentro del personaje. Hacemos varias escenas
completas y un par de menor importancia. Richter no estaba
equivocado, aunque yo debí de ser lo suficiente profesional para permanecer
en el personaje, y no puedo culpar del todo a Peter.
—Perfecto —dice
Richter—. Tomemos un descanso, y regresaremos para hacer la toma de la familia Bennet.
Peter sale por la puerta principal
marcando su móvil.
La última escena es antes del almuerzo,
la cual no incluye a Peter, fue bueno. Cuando terminamos, me doy la
vuelta y él estaba inclinado contra el marco de la puerta, mirándome.
Nos miramos fijamente antes de que un asistente de producción llame su
atención. No sé si ese beso significo algo para él, o si fue un impulso que
lamenta. No sé si estoy interrumpiendo
algo entre Peter y Paula, que eso no
tiene nada que ver conmigo. Él ha visto las fotos de Poli y yo, o al menos
sabe de ellas, y odió que este furioso, o herido, o disgustado. Odió que no nos
hablemos.
Tomando un sándwich de pavo y una
Coca-Cola dietética, salí de regreso al patio trasero. El clima es
caluroso, pero en la sombra es pasablemente caliente. Cuando las
puertas se abren detrás de mí, espero que no sea alguien de maquillaje, ya que
tendrán que retocar cualquier cosa que sea muy brillosa, lo cual es
inevitable ahora que estoy afuera en el sol.
—Hola, Lali —dice Graham, caminando alrededor de la banca donde estoy sentada y tomando el asiento
opuesto al mío. Él coloca una botella de agua sobre la mesa y busca en
el bolsillo de su pantalón.
—Hola.
—Voy a comenzar
a usar parches mañana, tan pronto como haya terminado el rodaje —dice, sacando un
cigarro de un paquete casi vacío, encendiéndolo de un extremo. Tomando una
calada, él guardó la cajetilla y se echó hacia atrás, exhalando por
encima de nuestras cabezas—. De esa manera comenzaré cuando no esté
grabando.
—¿Compraste los
parches, entonces? —Escuchar su voz me hacía feliz.
El saber que no me odia me hace sentir
aliviada.
—Sí. Cuando
estaba en Nueva York —Él no entra en detalles, toma otra calada al cigarrillo y mira hacia el
jardín reseco.
—¿Estuvo todo
bien… con tu viaje a Nueva York? Alguien dijo que tenías una emergencia familiar.
—Oh. Sí, todo
está bien —dijo, cayendo en silencio nuevamente.
—De acuerdo.
Bien. Bueno —Bajé la mirada hacia la servilleta en mi mano, sin saber que decir ahora que él
estaba aquí. Había olvidado cómo era Peter con los silencios, sin
embargo. Eran cómodos, él nunca estaba decidido a llenarlos a menos que tuviera
algo que decir.
Terminó su cigarrillo y encendió otro
antes de hablar. —Lamento lo de hace rato, puedes quejarte conmigo. He
estado totalmente desconcentrado hoy, por alguna razón —sus ojos eran
sinceros, la furia anterior se había disuelto, se fue.
—Está bien. Yo
estaba desconcentrada, también.
—Bueno. Quiero
disculparme. Los actores tienden a desconcentrar al otro actor en una escena, y realmente lo
jodí la primera vez —comenzó a correr su mano a través de su cabello
otra vez y se detuvo bruscamente, bajando su mano de golpe y tomando una
última larga calada, como si sus deseos de fumar y sus cigarrillos fueran
a irse por caminos separados, y quería tomar todo lo que pudiera antes de eso.
No pude evitar sonreírle. —Esa cosa en
tu cabello esta volviéndote loco, ¿Eh?
Él me sonrió de regreso. —Hombre, ni
siquiera sospechas cuanto. No tienes idea de cuantas veces he tocado
mi cabello hasta que recuerdo que no debo hacerlo. Esta cosa se siente
como pegamento.
Terminé de un último bocado mi sándwich
y terminé mi refresco, mientras él fuma. Juego con la
envoltura, me levanto y tomó la lata vacía.
—¿Has ido a
correr mientras me fui?
Levanté la mirada hacia él. —Me salté un
día, pero corrí hoy.
—¿Irás mañana?
—Lo estaba
planeando.
—¿Te importa si
me uno a ti? No he hecho ejercicio desde la última vez que corrimos.
—Claro.
La AP asoma su cabeza por la puerta.
—Cinco minutos, Lali.
Al final de la filmación, Peter se
marcha sin hablar con nadie más que con Richter. Quiero hablar con él
otra vez, pero me siento tan culpable de besar a Poli que perderé mis nervios
en cualquier momento cuando inicié la conversación. Y luego pienso en Paula,
y no estoy segura si tengo algo por lo cual sentirme culpable.
Poli: Hola, estaba pensando en ti y
quise saludarte.
Yo: Hola. ¿Te estás divirtiendo? ¿Usas
protector solar?
Poli: Sí… y sí… pero después de tantas
horas en el sol creo que regresaré el sábado un poco rosa, de
todas formas.
Yo: Jaja. Te veré después, entonces.
Reid: Eso espero.
Más!!
ResponderEliminarmassssssss
ResponderEliminaruyy lpm
ResponderEliminarmaass
masssssssss me encantaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarUh!!
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