domingo, 18 de mayo de 2014

"Entre lineas" Capitulo 22

Poli
Nico llegó anoche. Recoger personas en el aeropuerto estaba comenzando a sentirse como un segundo trabajo. Vicose unió en el camino y todos fuimos por una cena tardía, luego regrese a mi habitación para planear el viaje a Guadalupe, un viaje del cual Bob no estaba muy feliz. Él vino a mi dormitorio para decirme que enviaría a Jeff y otro tipo de seguridad con nosotros. —Si alguno de ustedes se ahoga, es mejor que sea ese chico —dijo, señalando a Nico.
—¿Qué diablos te pasa, hombre? —John parpadeó. Bob le gruñó mientras se marchaba de la habitación.
Para ese punto, nosotros ya teníamos abierto nuestro suministro de whiskey y Vico llegó unos momentos después. Agus se unió a nosotros alrededor de la media noche, después de alguna actividad que nosotros no queríamos conocer, de todas maneras él nos diría en donde estaba. Hablaría de eso toda una hora si le preguntábamos.
Tenía la intención de despertarme temprano para ver a Lali antes de irnos, pero el nivel de embriaguez que tenía y el hecho de que hasta las tres de la madrugada todos se marcharon de mi habitación, eso no ocurrió. Le envié un mensaje una vez que estábamos en camino, y ella me respondió cuando estaba en el almuerzo. Estoy menos preocupado sobre competir con Pedro ahora que la he besado. Aunque él fue un digno rival, sin embargo.
Especialmente si esto pareció poco intencional:
Poli: Voy a darme un chapuzón con Vico, Agus y un amigo que vino desde casa. Pensé en decírtelo y no simplemente desaparecer.
Lali: ¿Qué clase de chapuzón?
Poli: Básicamente es conseguir un gran bote inflable y deslizarse río abajo. Definitivamente te traeré la próxima vez.
Lali: Sueña peligroso…
Poli: Nop. Sólo divertido.
Lali: De acuerdo. Diviértete.
Alquilamos tres cabañas y seis botes, y compramos tanta cerveza como pudiera caber en los refrigeradores. Si hacíamos esto, no tendríamos por qué preocuparnos por volver a conseguir cerveza. Nuestros guarda espaldas asignados, Jeff y Ricky, están menos felices de lo que Bob estaba con muestra excusión improvisada. A pesar de que ellos no tienen prohibido beber en el trabajo, nosotros les aseguramos que no nos importaba que bebieran con nosotros. Además, ellos son adultos y pueden comprarnos más cerveza.
—¿Cómo siquiera sabes de todo esto? —pregunta Agus, mientras nosotros serpenteamos a través de una pequeña tienda, todos usamos sombreros y lentes de sol, agarramos sandalias, bloqueador solar y lo echamos en una pequeña canasta de plástico.
Conocí a alguien que vivía en Austin. Los locales hacen esto por diversión durante el verano… pensé que nosotros bien podríamos intentarlo mientras estamos aquí, ¿no?
Paula es ese alguien. Hace un tiempo ella me contó historias sobre sus hermanas mayores, quienes planeaban viajes al río con sus amigos cada verano, ―Ellas beben cerveza todo el día y bajan el río en botes inflables, coquetean con chicos, y luego todo el mundo se reúne en una fogata, donde mis angelicales hermanas se convierten en zorras y se acuestan con cada chico lindo al que ven.
Suena divertido —dije, y ella me dio un puñetazo en el brazo.
—¡Ay! —Estábamos viendo un película en mi camerino, algo tan aburrido que había hecho que pasáramos todo el tiempo besándonos. A los catorce y quince, nadie sabía quiénes éramos, pero nosotros queríamos la fama, el reconocimiento de la industria, y estábamos dispuestos a trabajar duro por tener nuestro lugar allí. La película era un filme que finalmente sería un fracaso, pero eso no nos importó a nosotros.
Ella se inclinó y besó el lugar que había golpeado. —No quiero que te acuestes con un grupo de chicas —Echándose hacia atrás, ella hizo un puchero, una expresión que, en ese momento, me derretía cada vez que ella lo hacía.
No quiero otras chicas —dije.
No quiero otros chicos —respondió, acercándose.
Bien —La besé, tirando de ella en mi regazo, mis manos vagando debajo de su camisa mientras las suyas se deslizaban debajo de la mía.
Quizás esa fue la primera vez que nosotros pasamos a segunda base.
La conversación fue algo como esto: —¿Crees que deberíamos…?
Me miró por un largo momento antes de asentir. —Sí.


Lali
Estamos filmando en la casa de los Bennet nuevamente. Peter y yo tenemos la primera escena. No sé cuando regresó a Austin, sólo que no he sabido nada de él en estos dos días y medio desde que me besó. Mientras tanto, las fotos de Poli y yo en el concierto se han esparcido como si fuera un virus, y considerando el silencio de Peter, parece suficiente claro cómo se siente al respecto.
La cocina está llena, entre gente que trae diferentes desayunos y aperitivos, los miembros de producción están alrededor de la comida, discutiendo sobre ángulos de cámara y diseños de escenas y los actores toman uno que otro emparedado entre grabaciones. Más de una vez he salido de la cocina para ir al área de sala, donde hay menos multitud y ruido, pero al menos me mantiene oculta de las miradas curiosas de la gente, y sé exactamente porque estoy nerviosa.
No espero ver a Peter mientras mis emociones son una montaña rusa, como si tuviera que hacerle frente a un pelotón de fusilamiento. Estoy tan nerviosa y con nauseas como se podría estar después de cuatro tazas de café. No puedo controlarme, cuento hasta cinco cuando finalmente escucho su voz en el otro salón, para trabajar juntos.
Fallaré. Vergonzosamente.
Él gira en la esquina, sus manos en sus bolsillos, hablando con Richter, vistiendo jeans y un botón de su camisa arrugada desabrochado, con las mangas remangadas y empujadas hasta sus codos. Corriendo una mano a través de su cabello, mira alrededor de la habitación, sus ojos no se detienen en nada o nadie hasta que me ve. Su expresión es indescifrable, asiente con la cabeza en mi dirección y se gira de regreso a Richter.
Ve a maquillaje —Le dice Richter—. ¿Quince minutos?
Claro —No lo veo otra vez hasta el momento que estamos frente a la cámara.
No reconozco a Graham cuando él regresa. Mi preocupación de que no pueda interpretar al ridículo Bill Collins fue totalmente equivocada. Su cabello esta peinado hacia atrás con gel y usa pantalones color caqui pulcramente planchados, una camisa de golf —fajada—y un par de gafas de marco dorado con lentes esféricas. Su caminar y gestos son tímidos, pero improvisados. Él es perfecto.
Filmamos la absurda propuesta entre Bill y Lizbeth. La asistente de producción nos da instrucciones de la escena y nosotros escuchamos sin mirarnos el uno al otro. Peter no me ha dirigido una mirada después de aquel breve saludo, aunque estará obligado por un contrato a no ignorarme en un par de segundos. Me había sentido cómoda haciendo esta escena una semana atrás, antes de que me besara, antes de que desapareciera y regresara para no dirigirme la palabra.
Acción —dice Richter.

INT. Cocina Bennet – Día
LIZBETH está colocando la vajilla en el lavaplatos mientras Bill entra en el comedor con una pila de platos sucios.
BILL
Lizbeth, tengo algo que preguntarte.
LIZBETH (Quitándole los platos, enjuagándolos en el fregadero)
¿Sí?
BILL
Como tú sabes, soy una parte integral de la firma Rosing, con una lucrativa carrera por delante.
LIZBETH (Rodando los ojos)
Sí, ya lo has dicho.
BILL
Mi jefa, la Sra. DeBourgh, cree que un hombre en mi posición debería tener un hogar establecido, hablando domésticamente.
LIZBETH frunce el ceño.
BILL
Así que, te pido, Lizbeth Bennet, que te cases conmigo.
LIZBETH girándose para enfrentarlo, dejando caer un plato en el fregadero que se rompe. (La expresión en el rostro de Peter es tan precavida que tengo dificultades para permanecer en el personaje Bill Collins se supone que debe ser cómico. Peter parece… enojado)
LIZBETH (Incrédula)
Pero… Pero… Estoy en el instituto. (Estoy determinada en tener una incrédula expresión patética. Trató de concentrarme en sus ridículas gafas, el estúpido cabello peinado hacia atrás, cualquier cosa. Nada funciona.)
BILL
El compromiso no será oficial hasta que tú tengas dieciocho, pero esto no tiene por qué impedirnos comenzar los planes. (Él suena demasiado convincente para ser el idiota Bill Collins; incluso su voz nasal está ausente. Richter va a notarlo; Todo el mundo va a notarlo. Repentinamente, estoy furiosa.)
LIZBETH (Atónita)
¿Estás loco?
BILL (Riendo despreocupado)
Todas las chicas bromean con eso. ¡Es casi imposible que un hombre no sepa en dónde se está metiendo! (Y yo me sonrojo nuevamente…)
LIZBETH (Horrorizada)
No estoy bromeando. Si hice algo que te ha hecho pensar que estoy interesada, bueno, lo siento. Mi respuesta sigue siendo no.
BILL
No tienes que preocuparte por elegir el anillo, por si acaso. No lo que comprado aún porque quería asegurarte que sería a tu gusto.
LIZBETH
Ni siquiera me conocías un mes atrás. ¿No has considerado la posibilidad de enamorarte de alguien antes de venir aquí? (Mi voz se quiebra y no puedo dejar que mis labios paren de temblar. Maldición.)
BILL
Es cierto, yo no te conocía, pero tengo toda la intención de compensar la mala gestión de mi padre en Bennet Inc, conectado, legítimamente, contigo. Sabía que eras hermosa. Estaba seguro que sentiría una conexión. Y así fue. (Peter esta mirándome a los ojos, y tengo problemas recordando mis líneas.)
LIZBETH (Salpicando agua jabonosa en el fregadero)
Esto es una locura. No voy a casarme con nadie, ciertamente no contigo.

Corte —dice Richter, y noto que él no está nada feliz. Él mira a Peter y a mí, su mano sobre su boca, como si quisiera asegurarse de no decir nada hasta saber exactamente lo que quiere decir—. Todo el mundo fuera, menos Lali y Peter pueden irse, regresen en cinco minutos — Mierda—. Pensándolo bien, en diez. —Oh, mierda.
Nuestro director apoya una cadera en una mesa y cruza sus brazos sobre su pecho, mirándonos a nosotros. Me imagino que así es como se siente ser llamada a la oficina del director por pelear o hablar en clases. Peter y yo miramos en todas partes, pero no a Richter o al otro.
Entonces, Peter —comienza Richter—. ¿Notaste que tu chico es un personaje tonto y superficial?
Peter asiente, cruzando sus brazos sobre su pecho, también. Respuesta defensiva, como cualquier actor sabe.
Entonces, ¿Qué pasa con esa mirada inquietante? Estás en este lugar para interpretar a un chico superficial y poco inteligente. Y ahora, él mira a Lizbeth como si estuviera decidiendo patear una silla a través de la habitación o lanzarla sobre su hombro y retirarse a su caverna.
Me sonrojo otra vez —lanzarla sobre tu hombro—y Peter esta en silencio por un minuto completo.
Lo sé. Lo siento —responde, descruzando sus brazos, una mano agarrando el mostrador mientras con la otra corre por su cabello, deteniéndose cuando nota que su cabello tiene gel para mantenerlo hacia atrás—. Si pudiera tener un par de minutos, entraré en el personaje. Estoy algo desconcentrado hoy.
De acuerdo. Diez minutos. Estate listo para volver a regrabar, pero déjame saber si necesitas más tiempo.
Peter asiente y sale de la habitación si mirarme.
—¿Todo está bien entre ustedes? —pregunta Richter cuando Peter se fue.
Sí —¿Qué más puedo decir?
Bueno. Creo que tú estabas respondiendo en la misma dirección que Peter en la última toma. Recuerda que Lizbeth no está enojada. Ella está sorprendida e incrédula.
Lo sé. Voy a hacerlo mejor en la próxima toma. Lo siento.
Toma un par de minutos y después volveremos a intentarlo.
Filmamos la escena de nuevo, y Peter está completamente dentro del personaje. Hacemos varias escenas completas y un par de menor importancia. Richter no estaba equivocado, aunque yo debí de ser lo suficiente profesional para permanecer en el personaje, y no puedo culpar del todo a Peter.
Perfecto —dice Richter—. Tomemos un descanso, y regresaremos para hacer la toma de la familia Bennet.
Peter sale por la puerta principal marcando su móvil.
La última escena es antes del almuerzo, la cual no incluye a Peter, fue bueno. Cuando terminamos, me doy la vuelta y él estaba inclinado contra el marco de la puerta, mirándome. Nos miramos fijamente antes de que un asistente de producción llame su atención. No sé si ese beso significo algo para él, o si fue un impulso que lamenta. No sé si estoy interrumpiendo
algo entre Peter y Paula, que eso no tiene nada que ver conmigo. Él ha visto las fotos de Poli y yo, o al menos sabe de ellas, y odió que este furioso, o herido, o disgustado. Odió que no nos hablemos.
Tomando un sándwich de pavo y una Coca-Cola dietética, salí de regreso al patio trasero. El clima es caluroso, pero en la sombra es pasablemente caliente. Cuando las puertas se abren detrás de mí, espero que no sea alguien de maquillaje, ya que tendrán que retocar cualquier cosa que sea muy brillosa, lo cual es inevitable ahora que estoy afuera en el sol.
Hola, Lali —dice Graham, caminando alrededor de la banca donde estoy sentada y tomando el asiento opuesto al mío. Él coloca una botella de agua sobre la mesa y busca en el bolsillo de su pantalón.
Hola.
Voy a comenzar a usar parches mañana, tan pronto como haya terminado el rodaje —dice, sacando un cigarro de un paquete casi vacío, encendiéndolo de un extremo. Tomando una calada, él guardó la cajetilla y se echó hacia atrás, exhalando por encima de nuestras cabezas—. De esa manera comenzaré cuando no esté grabando.
—¿Compraste los parches, entonces? —Escuchar su voz me hacía feliz.
El saber que no me odia me hace sentir aliviada.
Sí. Cuando estaba en Nueva York —Él no entra en detalles, toma otra calada al cigarrillo y mira hacia el jardín reseco.
—¿Estuvo todo bien… con tu viaje a Nueva York? Alguien dijo que tenías una emergencia familiar.
Oh. Sí, todo está bien —dijo, cayendo en silencio nuevamente.
De acuerdo. Bien. Bueno —Bajé la mirada hacia la servilleta en mi mano, sin saber que decir ahora que él estaba aquí. Había olvidado cómo era Peter con los silencios, sin embargo. Eran cómodos, él nunca estaba decidido a llenarlos a menos que tuviera algo que decir.
Terminó su cigarrillo y encendió otro antes de hablar. —Lamento lo de hace rato, puedes quejarte conmigo. He estado totalmente desconcentrado hoy, por alguna razón —sus ojos eran sinceros, la furia anterior se había disuelto, se fue.
Está bien. Yo estaba desconcentrada, también.
Bueno. Quiero disculparme. Los actores tienden a desconcentrar al otro actor en una escena, y realmente lo jodí la primera vez —comenzó a correr su mano a través de su cabello otra vez y se detuvo bruscamente, bajando su mano de golpe y tomando una última larga calada, como si sus deseos de fumar y sus cigarrillos fueran a irse por caminos separados, y quería tomar todo lo que pudiera antes de eso.
No pude evitar sonreírle. —Esa cosa en tu cabello esta volviéndote loco, ¿Eh?
Él me sonrió de regreso. —Hombre, ni siquiera sospechas cuanto. No tienes idea de cuantas veces he tocado mi cabello hasta que recuerdo que no debo hacerlo. Esta cosa se siente como pegamento.
Terminé de un último bocado mi sándwich y terminé mi refresco, mientras él fuma. Juego con la envoltura, me levanto y tomó la lata vacía.
—¿Has ido a correr mientras me fui?
Levanté la mirada hacia él. —Me salté un día, pero corrí hoy.
—¿Irás mañana?
Lo estaba planeando.
—¿Te importa si me uno a ti? No he hecho ejercicio desde la última vez que corrimos.
Claro.
La AP asoma su cabeza por la puerta. —Cinco minutos, Lali.
Al final de la filmación, Peter se marcha sin hablar con nadie más que con Richter. Quiero hablar con él otra vez, pero me siento tan culpable de besar a Poli que perderé mis nervios en cualquier momento cuando inicié la conversación. Y luego pienso en Paula, y no estoy segura si tengo algo por lo cual sentirme culpable.
Poli: Hola, estaba pensando en ti y quise saludarte.
Yo: Hola. ¿Te estás divirtiendo? ¿Usas protector solar?
Poli: Sí… y sí… pero después de tantas horas en el sol creo que regresaré el sábado un poco rosa, de todas formas.
Yo: Jaja. Te veré después, entonces.

Reid: Eso espero.


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