domingo, 4 de mayo de 2014

"Entre Lineas" Capitulo 6

Poli
Mariana Esposito es la cuarta de cinco que han sido llamadas para una segunda prueba. En un intento de ser profesional, me he concentrado en cada una de las tres antes de ella mientras hacíamos las escenas, pero todo el día he estado cargado de energía, tarareando, esperando por ella.
Cuando Daria la hace pasar, me siento como si me hubieran conectado a una toma corriente. Estudio el libreto aunque podría recitar todas mis líneas y las de ella, retrasando el momento cuando nuestros ojos se encontraran, sabiendo que esto desencadenará una sobretensión entre nosotros en cuanto diremos las líneas. Estamos haciendo la misma escena que hicimos hace dos días, pero esta vez no habrá ninguna interrupción de Richter.
Nos llaman a nuestros lugares y ella aparta la mirada, con una sombra de desconcierto en su rostro, pero lista. Richter pide acción, y en cuanto toco su hombro, se vuelve hacia mí, frunciendo el ceño, perfectamente en el personaje, y desearía que estuviéramos filmando en el set ahora mismo, porque se vería muy bien como está quedando. Corremos a través de las líneas como si hubiéramos ensayado esta escena una docena de veces, y cuando dice la última línea: —¿Qué? —La tomo por los hombros, como indicaba el libreto, y la besó.
Supe cuando la toqué que mi agarré sobre ella no iba a ser el correcto y parecerá antagónico, pero estoy siguiendo las indicaciones del libreto. Vamos a tener que rehacerla, pero está bien. La química es innegable. Ella tiembla un poco cuando la libero, sus ojos grises tienen chispas. Lo siente, también.
Corte —Richter se levanta de su silla, con sus labios fruncidos mientras piensa. Una mano golpea contra el lado de su pierna mientras nos mira fijamente. No se había movido de su posición original durante las tres últimas segundas pruebas—. Demasiado agresivo, creo, Poli —Vuelve a fruncir los labios y golpea su muslo—. Vamos de nuevo desde el principio. Más pasión, menos dominio sobre el beso —Él me deja guiar la escena físicamente: precisamente, es cómo trabajo mejor—. Mariana—
—Lali—corrige
—Lali, un poco más de reacción, estás comenzando a responder justo después de que él te aleja.
Mientras las cámaras se realinean, le sonrío a ella, susurrando: —No te preocupes.
Ella sonríe, todavía nerviosa, lo cual está bien. Todo lo que tiene que hacer es seguirme, lo ha realizado hasta ahora sin problemas. Esta vez, tiró de ella hacia mí, con una mano sosteniendo la parte de atrás de su cabeza, la otra deslizándose por su brazo, haciéndola levantarse sobre las puntas de sus pies, desequilibrándola, para que se incliné hacia mí mientras la besó. Sus manos se cierran en mi pecho, ella es la imagen perfecta de la rendición de Lizbeth Bennet hacia la pasión de Darcy.
Excelente, exactamente —dice Richter. Aplaudiendo con sus manos. Demonios, sí.
Daria le muestra a… Lali la salida, y Richter le dice que estará en contacto. Ella asiente y le da las gracias, echando un vistazo en mi dirección.
Mi expresión es relajada y no revela nada, pero no hay ninguna duda en mi mente.
Ella es Lizbeth.

Lali
Cuando llego a casa del gimnasio, una semana después de la audición, mi padre y Malvina están abriendo una botella de champagne. — ¡Conseguiste el papel! —dice él mientras Malvina chilla y me ofrece un vaso. He sido elegida para interpretar a Lizbeth Bennet en Instituto Prejuicio. Los acuerdos financieros fueron resueltos por más de lo que he ganado en todos los años pasados juntos. La filmación comenzará a mediados de agosto, en Austin. Aturdida por la noticia, el sueldo y la idea de trabajar con Pablo Martínez  durante tres meses enteros, hago lo que cualquier otra chica haría.
Agarré mi teléfono y le mandé un mensaje a mi mejor amiga. Cande está en la práctica de coro, pero espero que la amenaza de la ira del director de coro no la detenga de responder.

*Yo: LO LOGRÉ
Can: ¡¡¡OHMIDIOS!!!
Yo: ¡Lo sé! Santa MIERDA.
Can: Nunca he estado celosa de ti antes, pero OHMIDIOS ¡¡¡¡¿¡PABLO MARTINEZ!?!!!!
Yo: Te llamo después de la celebración de champan y el baile de regocijo de Malvina. UGH
Can: Ignórala. ¡Es sobre TI! <3
Yo: Lo intentaré, no sé si ignorarla sea posible, no tienes idea.
Can: Oh créeme, tengo idea.*

Supongo que no podremos hacer esto por siempre, ¿eh?—dice Cande, echando un vistazo alrededor del patio de comidas en el centro comercial, la pajilla de su bebida nunca sale de su boca. Son finales de julio. En menos de un mes, voy a estar saliendo para Austin a mi primera película de estreno masivo.
¿Qué, salir en público?—Recuerdo la multitud de paparazzi que había visto desde el restaurante en hotel de Luisiana—. No creo que sea así de famosa.
Bueno, no sabemos qué tan famosa serás, ¿O sí? No lo olvides —Ella se inclina más cerca y disminuye el volumen de su voz—. Vas a estar besando a Pablo Martínez, convirtiéndote en el objeto de aversión y correos de odio de la mitad de las niñas preadolescentes desde aquí hasta Canadá.
Cada vez que pienso en ese beso, todavía lo siento. ¿Qué dije sobre que los chicos sexis no son los mejores para besar? Tacha. Eso.
Mierda.
Totalmente. Excepto la parte de besar a Pablo Martínez. —Cande aparta la vista, moviendo sus cejas.
Can —Sacudo mi cabeza—. Solo piensas en eso.
Lo que sea, nena. He tratado de advertirte acerca de lo que se desconoce de la vida de los ricos y famosos: No es bonita. Drogas, alcohol, porno accidental…— Sorbe lo último de su bebida.
Candela, sabes que yo no… está bien, espera, ¿Que es porno accidental?
Ya sabes, del tipo en el que no tienes ni idea de que tu fin de semana inocentemente lujurioso fue filmado por una pequeña cámara en el techo, hasta que es demasiado tarde y las personas lo están descargando del Internet como, bueno, porno online.—Ella sumerge una papa frita en el chaco la salsa de tomate que estamos compartiendo.
¿Inocentemente lujurioso?—No estoy segura si debo sentirme insultada o celosa de esta versión de mi misma que Candel está pintando.
Oye, yo no estoy juzgando tu vida sexual aquí, sólo estoy diciendo las cosas como son.
Candela Vetrano, tu sabes mejor que nadie que no tengo una vida sexual.
Hollywood cambia cosas como esa. Es como un vórtice gigante de hedonismo.
Claramente, Cande necesita un descanso de sus libros de preparación para PAC 4.
Y tú eres la experta en todas las cosas de Hollywood.
Duh. Leo Globe, Sun, Star y The National Enquirer. Los hechos están todos allí. Es un pequeño negocio sórdido en el que te has metido. —Cande ha heredado su gusto por comprar revistas de la incapacidad de su madre de pasar frente a una jugosa portada amarillista en la tienda de comestibles sin comprarla. En muchas ocasiones hemos agarrado montones de ellas de camino a la piscina, donde nos desafiamos mutuamente a encontrar la historia más excéntrica.
Desearía poder llevarte conmigo —Le dije, diciéndolo en serio—. Me mantienes cuerda.

Sí, bueno, sólo tengo que seguir haciéndolo desde lejos. Una de nosotras está obligada a, realmente, cursar la escuela, mientras que la otra es la estrella de una película en la que asiste al instituto. Ironía. Me encanta.

Besos
Lunis

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