Poli
Mariana Esposito es la cuarta de cinco
que han sido llamadas para una segunda prueba. En un intento de ser
profesional, me he concentrado en cada una de las tres antes de ella mientras hacíamos
las escenas, pero todo el día he estado cargado de energía, tarareando,
esperando por ella.
Cuando Daria la hace pasar, me siento
como si me hubieran conectado a una toma corriente. Estudio el libreto aunque
podría recitar todas mis líneas y las de ella, retrasando el momento cuando
nuestros ojos se encontraran, sabiendo que esto desencadenará una sobretensión
entre nosotros en cuanto diremos las líneas. Estamos haciendo la misma escena
que hicimos hace dos días, pero esta vez no habrá ninguna interrupción de Richter.
Nos llaman a nuestros lugares y ella aparta
la mirada, con una sombra de desconcierto en su rostro, pero lista. Richter
pide acción, y en cuanto toco su hombro, se vuelve hacia mí, frunciendo el
ceño, perfectamente en el personaje, y desearía que estuviéramos filmando en el
set ahora mismo, porque se vería muy bien como está quedando. Corremos a través
de las líneas como si hubiéramos ensayado esta escena una docena de veces, y cuando
dice la última línea: —¿Qué? —La tomo por los hombros, como indicaba el
libreto, y la besó.
Supe cuando la toqué que mi agarré sobre
ella no iba a ser el correcto y parecerá antagónico, pero estoy siguiendo las
indicaciones del libreto. Vamos a tener que rehacerla, pero está bien. La
química es innegable. Ella tiembla un poco cuando la libero, sus ojos grises
tienen chispas. Lo siente, también.
—Corte —Richter
se levanta de su silla, con sus labios fruncidos mientras piensa. Una mano
golpea contra el lado de su pierna mientras nos mira fijamente. No se había
movido de su posición original durante las tres últimas segundas pruebas—.
Demasiado agresivo, creo, Poli —Vuelve a fruncir los labios y golpea su muslo—.
Vamos de nuevo desde el principio. Más pasión, menos dominio sobre el beso —Él
me deja guiar la escena físicamente: precisamente, es cómo trabajo mejor—.
Mariana—
—Lali—corrige
—Lali, un poco más de reacción, estás
comenzando a responder justo después de que él te aleja.
Mientras las cámaras se realinean, le
sonrío a ella, susurrando: —No te preocupes.
Ella sonríe, todavía nerviosa, lo cual está
bien. Todo lo que tiene que hacer es seguirme, lo ha realizado hasta ahora sin
problemas. Esta vez, tiró de ella hacia mí, con una mano sosteniendo la parte
de atrás de su cabeza, la otra deslizándose por su brazo, haciéndola levantarse
sobre las puntas de sus pies, desequilibrándola, para que se incliné hacia mí
mientras la besó. Sus manos se cierran en mi pecho, ella es la imagen perfecta
de la rendición de Lizbeth Bennet hacia la pasión de Darcy.
—Excelente,
exactamente —dice Richter. Aplaudiendo con sus manos. Demonios, sí.
Daria le muestra a… Lali la salida, y
Richter le dice que estará en contacto. Ella asiente y le da las gracias,
echando un vistazo en mi dirección.
Mi expresión es relajada y no revela
nada, pero no hay ninguna duda en mi mente.
Ella es Lizbeth.
Lali
Cuando llego a casa del gimnasio, una
semana después de la audición, mi padre y Malvina están abriendo una botella de
champagne. — ¡Conseguiste el papel! —dice él mientras Malvina chilla y me ofrece
un vaso. He sido elegida para interpretar a Lizbeth Bennet en Instituto Prejuicio.
Los acuerdos financieros fueron resueltos por más de lo que he ganado en todos
los años pasados juntos. La filmación comenzará a mediados de agosto, en
Austin. Aturdida por la noticia, el sueldo y la idea de trabajar con Pablo
Martínez durante tres meses enteros,
hago lo que cualquier otra chica haría.
Agarré mi teléfono y le mandé un mensaje
a mi mejor amiga. Cande está en la práctica de coro, pero espero que la amenaza
de la ira del director de coro no la detenga de responder.
*Yo:
LO LOGRÉ
Can:
¡¡¡OHMIDIOS!!!
Yo:
¡Lo sé! Santa MIERDA.
Can:
Nunca he estado celosa de ti antes, pero OHMIDIOS ¡¡¡¡¿¡PABLO MARTINEZ!?!!!!
Yo:
Te llamo después de la celebración de champan y el baile de regocijo de Malvina.
UGH
Can:
Ignórala. ¡Es sobre TI! <3
Yo:
Lo intentaré, no sé si ignorarla sea posible, no tienes idea.
Can:
Oh créeme, tengo idea.*
—Supongo que no
podremos hacer esto por siempre, ¿eh?—dice Cande, echando un vistazo alrededor
del patio de comidas en el centro comercial, la pajilla de su bebida nunca sale
de su boca. Son finales de julio. En menos de un mes, voy a estar saliendo para
Austin a mi primera película de estreno masivo.
— ¿Qué, salir en
público?—Recuerdo la multitud de paparazzi que había visto desde el restaurante
en hotel de Luisiana—. No creo que sea así de famosa.
—Bueno, no
sabemos qué tan famosa serás, ¿O sí? No lo olvides —Ella se inclina más cerca y
disminuye el volumen de su voz—. Vas a estar besando a Pablo Martínez,
convirtiéndote en el objeto de aversión y correos de odio de la mitad de las
niñas preadolescentes desde aquí hasta Canadá.
Cada vez que pienso en ese beso, todavía
lo siento. ¿Qué dije sobre que los chicos sexis no son los mejores para besar?
Tacha. Eso.
—Mierda.
—Totalmente.
Excepto la parte de besar a Pablo Martínez. —Cande aparta la vista, moviendo
sus cejas.
—Can —Sacudo mi
cabeza—. Solo piensas en eso.
—Lo que sea,
nena. He tratado de advertirte acerca de lo que se desconoce de la vida de los
ricos y famosos: No es bonita. Drogas, alcohol, porno accidental…— Sorbe lo
último de su bebida.
—Candela, sabes
que yo no… está bien, espera, ¿Que es porno accidental?
—Ya sabes, del
tipo en el que no tienes ni idea de que tu fin de semana inocentemente
lujurioso fue filmado por una pequeña cámara en el techo, hasta que es
demasiado tarde y las personas lo están descargando del Internet como, bueno,
porno online.—Ella sumerge una papa frita en el chaco la salsa de tomate que
estamos compartiendo.
— ¿Inocentemente
lujurioso?—No estoy segura si debo sentirme insultada o celosa de esta versión
de mi misma que Candel está pintando.
—Oye, yo no
estoy juzgando tu vida sexual aquí, sólo estoy diciendo las cosas como son.
—Candela Vetrano,
tu sabes mejor que nadie que no tengo una vida sexual.
—Hollywood
cambia cosas como esa. Es como un vórtice gigante de hedonismo.
Claramente, Cande necesita un descanso
de sus libros de preparación para PAC 4.
—Y tú eres la
experta en todas las cosas de Hollywood.
—Duh. Leo Globe,
Sun, Star y The National Enquirer. Los hechos están todos allí. Es un pequeño
negocio sórdido en el que te has metido. —Cande ha heredado su gusto por
comprar revistas de la incapacidad de su madre de pasar frente a una jugosa
portada amarillista en la tienda de comestibles sin comprarla. En muchas
ocasiones hemos agarrado montones de ellas de camino a la piscina, donde nos
desafiamos mutuamente a encontrar la historia más excéntrica.
—Desearía poder
llevarte conmigo —Le dije, diciéndolo en serio—. Me mantienes cuerda.
—Sí, bueno, sólo
tengo que seguir haciéndolo desde lejos. Una de nosotras está obligada a,
realmente, cursar la escuela, mientras que la otra es la estrella de una
película en la que asiste al instituto. Ironía. Me encanta.
Besos
Lunis
se pone interesantee!!!
ResponderEliminarespero el otro cap besos!! vero
Más!!
ResponderEliminarLos dos han conseguido su objetivo ,.....d momento.
ResponderEliminarMaaasss
ResponderEliminarmassssssss
ResponderEliminar